TODO sobe Pablo Iglesias y Podemos.

Cuando se sube por las nubes a una tipa como Yolanda Díaz es que la cosa está muy mal.

Yolanda Díaz la que habla de los ertes como si fueran una creación suya a raíz de la pandemia.
La que habla hoy de las nuevas medidas para que no haya brecha salarial por cuestiones de seco (que después no saben poner un ejemplo)... cuando es algo que lleva años recogido en el estatuto de los trabajadores.


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En un convenio... misma categoría = mismo sueldo.

Pero ella saca pecho como si estuviera cambiando algo que nunca nadie había pensado.
Así es el trabajito de Yolanda.
Líderes de desempleo en Europa, en fin.


Es que es de chiste.
 
Por cierto, me encanta como se critica el holocausto de los nazis, los fusilamientos del franquismo... mientras se blanquea el comunismo.

No hay que buscar mucho para saber que los dos mayores genocidas del mundo eran comunistas.


Después pasa como con el Ché, que Pablo lo homenajea e incluso gays llevan una camiseta con su cara a una manifestación LGTB y resulta que el fulano tenía campos de concentración para homosexuales, era racista...

Pasa como con Stalin. Cuando menos se sabe de él más se le admira. En fin.


Pero bueno, si blanquean a ETA y a Otegui lo han llegado a llamar hombre de paz...
 
para ti Samara que paciencia con los trolls
Comunista, Yolanda Díaz es comunista
Quique Peinado
contacta@infolibre.es @quiquepeinado
Publicada el 13/10/2020 a las 06:00Actualizada el 13/10/2020 a las 09:12


Hay algo siniestro en la actitud de Isabel Díaz Ayuso de hablar de las nuevas caras del comunismo en la actualidad. Según ella, tal y como escribió en el Abc, el comunismo ha tomado otras formas y ahí entran el Black Lives Matter, Hugo Chávez, un viejo fantasma que recorre Latinoamérica y Pedro Sánchez. Todo junto, que lo dice Ayuso. Se trata, en 2020, de agitar un cuento de otro tiempo para la nueva batalla de la derecha: toda vez que la pragmática y la económica la tienen perdida, todo su afán se centra en dar batallas culturales. Y como 90 años atrás, la derecha española se centra en agitar el Terror Rojo como antídoto de todo. Porque, sí, el fascismo de hoy también está afinando sus técnicas, toda vez que las formas del pasado ya no le valen. Y ahí está Díaz Ayuso, a la cabeza.
Comprándole a la presidenta de la CAM su razonamiento, y asumiendo que Pedro Sánchez encabeza, más por omisión que por acción, la nueva ofensiva comunista, cuesta entender que desde la ultraderecha ayusiana no se cargue contra una ministra de Trabajo que, oh sorpresa, es la única persona del Gobierno cuya única militancia es la del Partido Comunista de España. El de la bandera roja, la hoz, el martillo y toda la pesca. Yolanda Díaz ni siquiera milita ya en Izquierda Unida y nunca lo hizo en Podemos. Es, si nos adscribimos a los carnés que lleva en el monedero, la ortodoxia comunista representada en el Gobierno. Pero del otro lado ni se la nombra. Sería tanto como decir que, una y otra vez, los empresarios pactan con el Terror Rojo reforma tras reforma, y una cosa es el temor al marxismo y otra, decir algo malo de la CEOE. No da la derecha puntadas tan finas. En la ofensiva del comunismo mundial cuyas voces escucha Ayuso en su cabeza, desde las protestas en Chile a LeBron James, no aparece una ministra de Trabajo que es la mayor defensora de la clase trabajadora que haya morado en un Gobierno de la Nación, posiblemente, en toda nuestra historia postfranquista.

La realidad de las cosas es que si para Ayuso la ofensiva de un terror marxista fuera real, y no una táctica política calcada de los manuales trumpianos, Yolanda Díaz debería ser su mayor enemiga. Nadie está más cerca de meternos la hoz y el martillo en el salón de casa que ella, una de las ministras más populares de este Gobierno y quizá la que mejor ha gestionado la que tiene encima. Una persona que habla bajito pero con contundencia, que colecciona repasos a diestro y siniestro en las Cámaras Baja y Alta cuando el PP le lanza algún perro de presa torpe y tierno que se suele ir a casa escaldado y enterrado en datos, razones y, sí, ortodoxia comunista. Que demuestra que el centro no es una ideología, sino una actitud: la de alguien que quiere que las cosas salgan adelante y que sabe cómo hacerlo, pero que sabe que en el suelo de la vida hay una raya pintada y ella tiene claro de qué lado está. Del contrario al que esté Díaz Ayuso.
Toda vez que esperamos el inside job a la presidenta madrileña (uno no puede hacer política contra otros territorios, porque en esos territorios vive gente, que vota al PP y hay señores –barones– del PP a quienes tiene que votar esa gente y que tienen muy difícil defender a una señora que sistemáticamente dice que todos los que no son madrileños son infraseres), veremos hasta dónde llega Yolanda Díaz. Ya se oye en esa izquierda permanentemente insatisfecha y recelosa de Pablo Iglesias decir que tiene que ser la próxima candidata a presidenta del Gobierno. Hace dos años decían lo propio con Irene Montero, pero esa moda ya pasó. Lo que cabría decirle a todo el mundo, ayusistas trumpianos que batallan contra el comunismo e izquierdistas cuquis que siempre buscan el perfil más amable de los suyos, es que Yolanda Díaz es comunista. Que es lo mejor que le ha pasado a este espectro ideológico en mucho tiempo, sí, pero que es comunista. Ojalá Yolanda Díaz llegue lo más alto que pueda, incluso, por qué no, a candidata a presidenta del Gobierno. Yo, sin ser comunista, la votaré. Sin contradicción ninguna, al contrario. Pero que asuma este anticomunismo inventado que no hay más enemiga que ella. Me temo que lo saben. Y, también, que va a ser muy jodida de vencer.
Comunista no lo se... Gilipollas Sip. .. Perdida, además.
 
para ti Samara que paciencia con los trolls
Comunista, Yolanda Díaz es comunista
Quique Peinado
contacta@infolibre.es @quiquepeinado
Publicada el 13/10/2020 a las 06:00Actualizada el 13/10/2020 a las 09:12


Hay algo siniestro en la actitud de Isabel Díaz Ayuso de hablar de las nuevas caras del comunismo en la actualidad. Según ella, tal y como escribió en el Abc, el comunismo ha tomado otras formas y ahí entran el Black Lives Matter, Hugo Chávez, un viejo fantasma que recorre Latinoamérica y Pedro Sánchez. Todo junto, que lo dice Ayuso. Se trata, en 2020, de agitar un cuento de otro tiempo para la nueva batalla de la derecha: toda vez que la pragmática y la económica la tienen perdida, todo su afán se centra en dar batallas culturales. Y como 90 años atrás, la derecha española se centra en agitar el Terror Rojo como antídoto de todo. Porque, sí, el fascismo de hoy también está afinando sus técnicas, toda vez que las formas del pasado ya no le valen. Y ahí está Díaz Ayuso, a la cabeza.
Comprándole a la presidenta de la CAM su razonamiento, y asumiendo que Pedro Sánchez encabeza, más por omisión que por acción, la nueva ofensiva comunista, cuesta entender que desde la ultraderecha ayusiana no se cargue contra una ministra de Trabajo que, oh sorpresa, es la única persona del Gobierno cuya única militancia es la del Partido Comunista de España. El de la bandera roja, la hoz, el martillo y toda la pesca. Yolanda Díaz ni siquiera milita ya en Izquierda Unida y nunca lo hizo en Podemos. Es, si nos adscribimos a los carnés que lleva en el monedero, la ortodoxia comunista representada en el Gobierno. Pero del otro lado ni se la nombra. Sería tanto como decir que, una y otra vez, los empresarios pactan con el Terror Rojo reforma tras reforma, y una cosa es el temor al marxismo y otra, decir algo malo de la CEOE. No da la derecha puntadas tan finas. En la ofensiva del comunismo mundial cuyas voces escucha Ayuso en su cabeza, desde las protestas en Chile a LeBron James, no aparece una ministra de Trabajo que es la mayor defensora de la clase trabajadora que haya morado en un Gobierno de la Nación, posiblemente, en toda nuestra historia postfranquista.

La realidad de las cosas es que si para Ayuso la ofensiva de un terror marxista fuera real, y no una táctica política calcada de los manuales trumpianos, Yolanda Díaz debería ser su mayor enemiga. Nadie está más cerca de meternos la hoz y el martillo en el salón de casa que ella, una de las ministras más populares de este Gobierno y quizá la que mejor ha gestionado la que tiene encima. Una persona que habla bajito pero con contundencia, que colecciona repasos a diestro y siniestro en las Cámaras Baja y Alta cuando el PP le lanza algún perro de presa torpe y tierno que se suele ir a casa escaldado y enterrado en datos, razones y, sí, ortodoxia comunista. Que demuestra que el centro no es una ideología, sino una actitud: la de alguien que quiere que las cosas salgan adelante y que sabe cómo hacerlo, pero que sabe que en el suelo de la vida hay una raya pintada y ella tiene claro de qué lado está. Del contrario al que esté Díaz Ayuso.
Toda vez que esperamos el inside job a la presidenta madrileña (uno no puede hacer política contra otros territorios, porque en esos territorios vive gente, que vota al PP y hay señores –barones– del PP a quienes tiene que votar esa gente y que tienen muy difícil defender a una señora que sistemáticamente dice que todos los que no son madrileños son infraseres), veremos hasta dónde llega Yolanda Díaz. Ya se oye en esa izquierda permanentemente insatisfecha y recelosa de Pablo Iglesias decir que tiene que ser la próxima candidata a presidenta del Gobierno. Hace dos años decían lo propio con Irene Montero, pero esa moda ya pasó. Lo que cabría decirle a todo el mundo, ayusistas trumpianos que batallan contra el comunismo e izquierdistas cuquis que siempre buscan el perfil más amable de los suyos, es que Yolanda Díaz es comunista. Que es lo mejor que le ha pasado a este espectro ideológico en mucho tiempo, sí, pero que es comunista. Ojalá Yolanda Díaz llegue lo más alto que pueda, incluso, por qué no, a candidata a presidenta del Gobierno. Yo, sin ser comunista, la votaré. Sin contradicción ninguna, al contrario. Pero que asuma este anticomunismo inventado que no hay más enemiga que ella. Me temo que lo saben. Y, también, que va a ser muy jodida de vencer.
Qué pedazo de ignorante el tal Quique. Vaya tropa...
 
El Gobierno aprueba regular la igualdad salarial entre hombres y mujeres y los planes de igualdad en la empresa

Son dos decretos que han tenido el aval del Consejo de Estado. Las empresas de más de 50 trabajadores estarán obligadas a tener planes de igualdad y una auditoría retributiva. La patronal no apoyó estas medidas en el marco del diálogo social.

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La ministra de Trabajo Yolanda Díaz, hoy martes durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Minsitros celebrada en el palacio de La Moncloa.- EFE/JUAN CARLOS HIDALGO

MADRID
12/10/2020 22:16 ACTUALIZADO: 13/10/2020 13:45

MANUEL SÁNCHEZ / ALEJANDRO LOPEZ DE MIGUEL

El Consejo de Ministros de este martes ha empezado a tomar medidas para combatir la brecha salarial y, para ello, ha aprobado un plan de igualdad salarial entre hombres y mujeres; y además, desarrolla los planes de igualdad en los centro de trabajo, que deberán entrar en vigor en un plazo de seis meses.

El plan de igualdad salarial entre hombres y mujeres fue impulsado por el Ministerio de Trabajo y, en el marco del diálogo social, se alcanzó un acuerdo con UGT y CCOO, pero en esta ocasión la patronal se descolgó diciendo que era una imposición y alegando, entre otros motivos, dudas sobre la legalidad o constitucionalidad de algunos puntos del plan.

Sin embargo, según ha podido saber Público, dicho plan ha contado con el visto bueno del Consejo de Estado que, en un reciente informe, ha avalado el contenido íntegro del plan y sus artículos más discutibles.

El decreto del plan de igualdad salarial contempla, entre otras cosas, que "las empresas y los convenios colectivos deberán integrar y aplicar el principio de transparencia retributiva", con el objetivo "de garantizar la aplicación efectiva del principio de igualdad de trato y no discriminación en materia retributiva entre mujeres y hombres", dice el borrador del decreto.

Por ello, todas las empresas estarán obligadas a tener un "registro retribuitivo" que, según el decreto, "deberá incluir los valores medios de los salarios, los complementos salariales y las percepciones extrasalariales de la plantilla desagregados por s*x* y distribuidos conforme a la clasificación profesional aplicable en la empresa".

Además, se hace obligatorio ya para las empresas de más de 50 trabajadores la elaboración de un plan de Igualdad que también deberá incluir una Auditoría retributiva con perspectiva de género. Para ello, el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades elaborará una Guía Técnica con indicaciones para su realización.

Y, por último, también la auditoría retributiva deberá ser objeto de una auditoría externa que valore la integración y el grado de aplicación efectiva en la empresa del principio de igualdad de retribución.

El trabajador tendrá derecho a ser informado sobre la configuración de las percepciones de su empresa"

Además, el plan apuesta por la transparencia, de tal forma que cualquier trabajador "tiene derecho a ser informado sobre la configuración de las percepciones de su empresa a través del acceso al registro retributivo cuando así lo soliciten".

El plan da una serie de plazos a las empresas para poner en marcha estas medidas, en su mayoría de seis meses, aunque una vez que entre en vigor estas legislación también contempla multas por incumplimiento de estas normas que pueden ascender hasta casi 190.000 euros.

 
El Gobierno aprueba regular la igualdad salarial entre hombres y mujeres y los planes de igualdad en la empresa

Son dos decretos que han tenido el aval del Consejo de Estado. Las empresas de más de 50 trabajadores estarán obligadas a tener planes de igualdad y una auditoría retributiva. La patronal no apoyó estas medidas en el marco del diálogo social.

Ver el archivo adjunto 1649583


La ministra de Trabajo Yolanda Díaz, hoy martes durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Minsitros celebrada en el palacio de La Moncloa.- EFE/JUAN CARLOS HIDALGO

MADRID
12/10/2020 22:16 ACTUALIZADO: 13/10/2020 13:45

MANUEL SÁNCHEZ / ALEJANDRO LOPEZ DE MIGUEL

El Consejo de Ministros de este martes ha empezado a tomar medidas para combatir la brecha salarial y, para ello, ha aprobado un plan de igualdad salarial entre hombres y mujeres; y además, desarrolla los planes de igualdad en los centro de trabajo, que deberán entrar en vigor en un plazo de seis meses.

El plan de igualdad salarial entre hombres y mujeres fue impulsado por el Ministerio de Trabajo y, en el marco del diálogo social, se alcanzó un acuerdo con UGT y CCOO, pero en esta ocasión la patronal se descolgó diciendo que era una imposición y alegando, entre otros motivos, dudas sobre la legalidad o constitucionalidad de algunos puntos del plan.

Sin embargo, según ha podido saber Público, dicho plan ha contado con el visto bueno del Consejo de Estado que, en un reciente informe, ha avalado el contenido íntegro del plan y sus artículos más discutibles.

El decreto del plan de igualdad salarial contempla, entre otras cosas, que "las empresas y los convenios colectivos deberán integrar y aplicar el principio de transparencia retributiva", con el objetivo "de garantizar la aplicación efectiva del principio de igualdad de trato y no discriminación en materia retributiva entre mujeres y hombres", dice el borrador del decreto.

Por ello, todas las empresas estarán obligadas a tener un "registro retribuitivo" que, según el decreto, "deberá incluir los valores medios de los salarios, los complementos salariales y las percepciones extrasalariales de la plantilla desagregados por s*x* y distribuidos conforme a la clasificación profesional aplicable en la empresa".

Además, se hace obligatorio ya para las empresas de más de 50 trabajadores la elaboración de un plan de Igualdad que también deberá incluir una Auditoría retributiva con perspectiva de género. Para ello, el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades elaborará una Guía Técnica con indicaciones para su realización.

Y, por último, también la auditoría retributiva deberá ser objeto de una auditoría externa que valore la integración y el grado de aplicación efectiva en la empresa del principio de igualdad de retribución.

El trabajador tendrá derecho a ser informado sobre la configuración de las percepciones de su empresa"

Además, el plan apuesta por la transparencia, de tal forma que cualquier trabajador "tiene derecho a ser informado sobre la configuración de las percepciones de su empresa a través del acceso al registro retributivo cuando así lo soliciten".

El plan da una serie de plazos a las empresas para poner en marcha estas medidas, en su mayoría de seis meses, aunque una vez que entre en vigor estas legislación también contempla multas por incumplimiento de estas normas que pueden ascender hasta casi 190.000 euros.

Pues en mi sector nos joden. Nosotras cobramos siempre más
 
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