Ana Obregón

ÁLEX LEQUIO


16/05/2020

EL LAZO QUE UNIÓ A SUS PADRES TRAS SU SEPARACIÓN
Álex fue un hijo muy deseado, fruto de una apasionada historia de amor que no culminó en boda. Desde que nació ocupó la vida de Ana Obregón y consiguió que sus padres estuvieran unidos a sangre y fuego. POR CONSUELO FONT

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“SE ME APAGÓ LA VIDA”. FUERON LAS primeras palabras en Instagram de Ana Obregón (65) tras fallecer este miércoles Álex, su único hijo, con 27 años. Un hijo muy deseado, cuyo nacimiento, el 23 de junio de 1992, fue el acontecimiento más importante de su vida. Era fruto de una apasionada historia de amor, que impulsó a Ana a dejar la mansión paterna en la exclusiva colonia de El Viso para vivir por primera vez con un hombre: Alessandro Lequio Di Assaba, sobrino del Rey Juan Carlos quien, aseguran, le dio un toque para que fuera más discreto con su vida. Y es que para mayor escándalo, estaba aun casado con la modelo Antonia Dell’Atte, musa de Armani, y tenían un hijo, Clemente.
El flechazo se produjo el 20 de septiembre de 1990, en la glamurosa fiesta que ofreció Chanel en la plaza de Las Ventas para presentar su perfume Egoïste. Acudieron Karl Lagerfeld y su icono, Claudia Schiffer, como guinda de la selecta lista de invitados que incluía al conde Lequio y a su esposa Antonia, una de las parejas más solicitadas del momento, que el destino sentó en la mesa de la actriz. La periodista Nieves Herrero, conductora del magazine televisivo De tú a tú, fue testigo. “Vimos una nube de fotógrafos y apareció Ana, bellísima, con un modelo que dejaba su espalda al aire. Se sentó en la mesa y no solo a Alessandro, sino a todos, nos impactó, era arrolladora”, rememora. La propia Antonia reconoció: “Algo pasó esa noche. Aunque mi matrimonio ya estaba roto, no podía pensar que se iría con la Obregón”.
A sus 35 años, estaba en su momento álgido de fama y belleza, y era una de las mujeres más deseadas. El romance se materializó esas navidades, en una cena en casa de los March a la que Lequio acudió solo. Una madrugada de marzo abandonó su hogar conyugal de la calle de Espronceda, llamó a Ana desde una cabina y se instalaron juntos en una vivienda de El Viso, cercana a la calle Carbonero y Sol donde vivían los Obregón.
La relación copó las portadas, por la identidad de sus protagonistas, y la siciliana reacción de Antonia, que les declaró la guerra mediática, convirtiendo a Lequio en nuevo icono del papel cuché. Algo impensable en un nieto de una Infanta de España, Beatriz, hermana de Don Juan, que en el exilio romano se casó con Alessandro Torlonia, príncipe de Civitella-Cesi. Don Juan Carlos acudía a menudo a su palacio para jugar con sus primos, la mayor de los cuales, Sandra, era la madre de Alessandro. Bellísima, se casó con el hijo del conde Lecquio Di Assaba y tuvo a Alesandro en 1960. Contraria a su primera unión con Antonia, de procedencia humilde, a Ana la aceptó mucho mejor.
Y es que la actriz era hija de unos multimillonarios, Antonio García y Ana Obregón, dueños de la constructora Jotsa, promotora de La Moraleja. Ana, gravemente enferma en su adolescencia, era la más mimada de sus cinco hijos. Su padre, muy discreto, fue reticente a que su hija se hiciera actriz y tampoco llevaba bien su lista de romances, hasta entonces integrada por Miguel Bosé, Francis Franco o el jugador de baloncesto Fernando Martín. Quería que sentara la cabeza y Alessandro, pese a estar aún casado, parecía el candidato. La madre de Ana estaba más entusiasmada, dado el aristocrático pedigrí de Lequio. Además, veía a su hija muy enamorada del italiano, que ese 19 de marzo recibió el espaldarazo de los Obregón celebrando con ellos el día del padre en el restaurante Jockey.
Su proyecto era obtener la nulidad de Antonia para casarse con Ana en la iglesia de los Jerónimos. “Me parece bonito que dos personas que se quieren se conviertan en marido y mujer”, declaró. Ella, antes alérgica al compromiso, también estaba decidida a dar el paso, pues ansiaba ser madre. “Mi amor por Alessandro me empuja a dar vida a otro ser y a casarme. Ana García ha matado a Ana Obregón”, confesó a la periodista Mayte Contreras.
Esas navidades anunció a bombo y platillo su embarazo y el 23 de junio de 1992 vino al mundo Álex, a quien la pareja presentó radiante de felicidad en portada de ¡Hola! Se trasladaron a un lujoso chalé de La Moraleja, regalo de los padres de Ana, pero la boda nunca llegó a celebrarse porque la pasión de Alessandro se fue enfriando, azuzada por el machaque continuo de Antonia. La italiana llevó al extremo su vendetta emitiendo en La máquina de la verdad una conversación de Lequio donde cuestionaba su relación con Ana. La puntilla fue el romance del italiano, hoy casado con María Palacios y padre de otra hija, con la azafata Silvia Tinao en 1994.
Tras su ruptura, procuraron mantener una relación cordial por Álex, al que adoraban, y que siempre les unió a sangre y fuego, como se demostró cuando le diagnosticaron el cáncer en abril de 2018. Impresiona la foto de Alessandro este jueves en Barcelona, abrazando a una Ana rota de dolor tras visitar el tanatorio donde trasladaron a Álex. Según un allegado a la actriz, “ni Fernando Martín, ni Lequio ni ningún otro, el verdadero amor de Ana ha sido y será siempre su hijo Álex”.
 
Por cierto, Ana, es del 51, lo de la Wiki, mentira, como muchas wikipedias de famosos, editadas por sus representantes, que se lo pregunten, a compañeras de colegio de la actriz/presentadora.

Solo era un matiz, para aclarar, que se estan dando datos erroneos, endosandola 65 años, cuando son 69,
 
ÁLEX LEQUIO


16/05/2020

EL LAZO QUE UNIÓ A SUS PADRES TRAS SU SEPARACIÓN
Álex fue un hijo muy deseado, fruto de una apasionada historia de amor que no culminó en boda. Desde que nació ocupó la vida de Ana Obregón y consiguió que sus padres estuvieran unidos a sangre y fuego. POR CONSUELO FONT

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“SE ME APAGÓ LA VIDA”. FUERON LAS primeras palabras en Instagram de Ana Obregón (65) tras fallecer este miércoles Álex, su único hijo, con 27 años. Un hijo muy deseado, cuyo nacimiento, el 23 de junio de 1992, fue el acontecimiento más importante de su vida. Era fruto de una apasionada historia de amor, que impulsó a Ana a dejar la mansión paterna en la exclusiva colonia de El Viso para vivir por primera vez con un hombre: Alessandro Lequio Di Assaba, sobrino del Rey Juan Carlos quien, aseguran, le dio un toque para que fuera más discreto con su vida. Y es que para mayor escándalo, estaba aun casado con la modelo Antonia Dell’Atte, musa de Armani, y tenían un hijo, Clemente.
El flechazo se produjo el 20 de septiembre de 1990, en la glamurosa fiesta que ofreció Chanel en la plaza de Las Ventas para presentar su perfume Egoïste. Acudieron Karl Lagerfeld y su icono, Claudia Schiffer, como guinda de la selecta lista de invitados que incluía al conde Lequio y a su esposa Antonia, una de las parejas más solicitadas del momento, que el destino sentó en la mesa de la actriz. La periodista Nieves Herrero, conductora del magazine televisivo De tú a tú, fue testigo. “Vimos una nube de fotógrafos y apareció Ana, bellísima, con un modelo que dejaba su espalda al aire. Se sentó en la mesa y no solo a Alessandro, sino a todos, nos impactó, era arrolladora”, rememora. La propia Antonia reconoció: “Algo pasó esa noche. Aunque mi matrimonio ya estaba roto, no podía pensar que se iría con la Obregón”.
A sus 35 años, estaba en su momento álgido de fama y belleza, y era una de las mujeres más deseadas. El romance se materializó esas navidades, en una cena en casa de los March a la que Lequio acudió solo. Una madrugada de marzo abandonó su hogar conyugal de la calle de Espronceda, llamó a Ana desde una cabina y se instalaron juntos en una vivienda de El Viso, cercana a la calle Carbonero y Sol donde vivían los Obregón.
La relación copó las portadas, por la identidad de sus protagonistas, y la siciliana reacción de Antonia, que les declaró la guerra mediática, convirtiendo a Lequio en nuevo icono del papel cuché. Algo impensable en un nieto de una Infanta de España, Beatriz, hermana de Don Juan, que en el exilio romano se casó con Alessandro Torlonia, príncipe de Civitella-Cesi. Don Juan Carlos acudía a menudo a su palacio para jugar con sus primos, la mayor de los cuales, Sandra, era la madre de Alessandro. Bellísima, se casó con el hijo del conde Lecquio Di Assaba y tuvo a Alesandro en 1960. Contraria a su primera unión con Antonia, de procedencia humilde, a Ana la aceptó mucho mejor.
Y es que la actriz era hija de unos multimillonarios, Antonio García y Ana Obregón, dueños de la constructora Jotsa, promotora de La Moraleja. Ana, gravemente enferma en su adolescencia, era la más mimada de sus cinco hijos. Su padre, muy discreto, fue reticente a que su hija se hiciera actriz y tampoco llevaba bien su lista de romances, hasta entonces integrada por Miguel Bosé, Francis Franco o el jugador de baloncesto Fernando Martín. Quería que sentara la cabeza y Alessandro, pese a estar aún casado, parecía el candidato. La madre de Ana estaba más entusiasmada, dado el aristocrático pedigrí de Lequio. Además, veía a su hija muy enamorada del italiano, que ese 19 de marzo recibió el espaldarazo de los Obregón celebrando con ellos el día del padre en el restaurante Jockey.
Su proyecto era obtener la nulidad de Antonia para casarse con Ana en la iglesia de los Jerónimos. “Me parece bonito que dos personas que se quieren se conviertan en marido y mujer”, declaró. Ella, antes alérgica al compromiso, también estaba decidida a dar el paso, pues ansiaba ser madre. “Mi amor por Alessandro me empuja a dar vida a otro ser y a casarme. Ana García ha matado a Ana Obregón”, confesó a la periodista Mayte Contreras.
Esas navidades anunció a bombo y platillo su embarazo y el 23 de junio de 1992 vino al mundo Álex, a quien la pareja presentó radiante de felicidad en portada de ¡Hola! Se trasladaron a un lujoso chalé de La Moraleja, regalo de los padres de Ana, pero la boda nunca llegó a celebrarse porque la pasión de Alessandro se fue enfriando, azuzada por el machaque continuo de Antonia. La italiana llevó al extremo su vendetta emitiendo en La máquina de la verdad una conversación de Lequio donde cuestionaba su relación con Ana. La puntilla fue el romance del italiano, hoy casado con María Palacios y padre de otra hija, con la azafata Silvia Tinao en 1994.
Tras su ruptura, procuraron mantener una relación cordial por Álex, al que adoraban, y que siempre les unió a sangre y fuego, como se demostró cuando le diagnosticaron el cáncer en abril de 2018. Impresiona la foto de Alessandro este jueves en Barcelona, abrazando a una Ana rota de dolor tras visitar el tanatorio donde trasladaron a Álex. Según un allegado a la actriz, “ni Fernando Martín, ni Lequio ni ningún otro, el verdadero amor de Ana ha sido y será siempre su hijo Álex”.
Tiene delito que el emérito le diera un toque para que fuera más discreto con su vida...
 
Me he encontrado con esto y me da penita, con los planes que se le quedaron en el tintero, no pudo disfrutar de su hermana todo lo que pensaba



Que injusta es la vida a veces. Tantos proyectos, tantas ganas. Es admirable admirable que siendo hijo de famosos haya elegido el camino del estudio. No es algo común de ver.

A sus padres les ha tocado el dolor más desgarrador que me puede tocar a un ser humano. No lo puedo siquiera imaginar. Y juzgar un gesto, una frase, un esbozo de sonrisa en este momento, sin estar en sus zapatos, es una hijaputez.

Creo que el padre lo llevará mejor porque tiene otros hijos que desde ya no reemplazan nada pero en ellos podrá depositar atención y amor.
Pensar en Ana solo me provoca vacío y desolación. Lo bueno es que está muy unida a sus hermanos. Sobre todo a las mujeres. No sé si viven cerca pero imagino que se volcarán a ella, igual que sus sobrinos.
 
Yo lo veo más fácil, era un chico maduro, madurando incluso más a golpe de quimio, pero a la vez un joven, un chaval, a un edad en la que a tantos hombes cuesta concentrarse en una persona, si además tenía altibajos y cambios de humor por la enfermedad. Muy difícil todo. Conocía un caso de un chico de 25 años con un tumor de cerebro proviniente de la médula. Tenía novía desde hacía más de un año. Los primeros dos meses le daban esperazas, luego de repente tuvo que vlver a ser ingresado y ya todo pintaba muy mal, le dieron meses. Pues en ese periodo los novios acabaron, no sé por qué. Mi suposicion es que al chico le cambió mucho el carácter y que la chica tan joven no sup asumirlo.

No conozco a la chica de nada y no se que hizo, pero sinceramente entiendo que una chica de veinticuatro o veinticinco años puede sentir miedo y no saber como afrontar eso. Estamos hablando de gente muy joven por muchos planes de boda que tuvieran. No se que hizo para que Lequio se refieriera a ella con tanta frialdad pero si lo que hizo fue romper la relación sinceramente no me parece justo, esta chica también tenía derecho a seguir con su vida. a sentir pánico o a no sentirse preparada para eso. No le puedes pedir a nadie que tenga la abnegación que tienen unos padres.
 
No conozco a la chica de nada y no se que hizo, pero sinceramente entiendo que una chica de veinticuatro o veinticinco años puede sentir miedo y no saber como afrontar eso. Estamos hablando de gente muy joven por muchos planes de boda que tuvieran. No se que hizo para que Lequio se refieriera a ella con tanta frialdad pero si lo que hizo fue romper la relación sinceramente no me parece justo, esta chica también tenía derecho a seguir con su vida. a sentir pánico o a no sentirse preparada para eso. No le puedes pedir a nadie que tenga la abnegación que tienen unos padres.
Igual fue cosa de Alex, hablarlo con ella y decirle, que era mejor dejar la relacion, dadas las circunstancias, que no lo se...
 
En Masterchef se veía que ella no estaba bien. Fue vergonzoso como la trataron
No sé exactamente qué pasó en mastechef, pero no entiendo la lógica de tu comentario.
Si Ana sufrió bullying o maltrato o llamalo como quieras los que no estaban bien de lo suyo eran los maltratadores.

En una sola frase has mostrado toda tu escala de valores. pena. Luego vete al de antibullying de niños que ahí no está permitido y también te digo que cuando a tus niños les hagan bullying y se quejen les diremos que no estan bien y a ti ya es sabido que tampoco, te llegará lo que mereces, no tengas prisa...
 
y tiene un hermano mayor entonces a que edad tuvo su madre el primer hijo menos de 20 y su padre no me encaja que pueda tener casi 100 años, se dice que el padre tiene 94 años.
 
"licenciado en Letras por la Universidad de Turín, con doctorado en Historia (1986), realizó a continuación un máster en Economía en el ISVOR de la misma ciudad (1987) "

ISVOR es del grupo FIAT, ahí educaban a muchos de los que iban a tener cargos directivos en la empresa.

Que nos caiga bien o mal el personaje es una cosa, pero este no es un Pablo Casado de la vida inventándose carreras, los Agnelli no ponen a cualquiera en sus empresas (que por algo el hijo mayor de l'avocatto nunca tuvo puestos de importancia en el grupo empresarial, al igual que Lapo).
Pero si el hijo mayor estuvo al frente de la empresa porque era el unico que le quedaba vivo
 

Esto si que yo me quedo petrificada y no los comentarios de foreras a las que se tacha de insensibles

Y yo me quedo petrificada con la reacción ante la muerte que tenéis algunos, parece que no se os ha muerto nadie o no habéis asistido nunca a un funeral.

Esa mujer llevará llorando la muerte de su hijo quince o veinte días, porque aunque oficialmente fuera hace dos, la muerte sería cuando hace semanas el equipo médico se sentara frente a ella y le dijera "hasta aquí", más los dos años anteriores. Irá de tranquilizantes hasta arriba, estará agotada, estará hasta alividada momentanéamente porque el sufrimiento de su hijo terminó, la espera de tantos días para ellos se queda y más en las condiciones de soledad del estado de alarma. En los funerales se habla, se llora, se sonríe, se ríe, se come y se mea. No se está llorando 24/24 porque no hay cuerpo humano que lo resista. Que sonría no quiere decir que no esté hecha polvo, ni que cuando acabe el funeral no se meta en la cama quince días.
 
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