Vidas para-lelas. Tema sobre Vega Royo-Villanova.

Yo tengo una amiga que tenía varias tiendas de
Dulces .... cada tres por cuatro le faltaba algún empleado y all estaba ella cobrando , vendiendo, resolviendo . Todos los días de ventas fuertes estaba en la tienda de más volumen desde el amanecer, se llevaba a los hjjos y los mandaba por el centro comercial con bandejas a dar muestras .. gente súper chic pero trabajadora.
Así es como se enseña el negocio desde cero, y así valorarán el mantenerlo de cara al futuro.
 
Esto quería preguntar, si todas las tiendas estaban en manos de la abuela porque es bastante frecuente que cuando lageneración siguiente se hace cargo del negocio se le ofrezcan participaciones. Sueldo moderado y participaciones. Yo desde luego no pondría todo mi esfuerzo en un negocio que también heredarán otros sino me ofrecen participaciones, opciones de compra, o algo asi.

Yo conozco dos familias con grandes negocios, el reparto se hizo cuando el fundador ya estaba muy mayor. En ambos casos la empresa fue a parar a la rama que verdaderamente trabajaba por la continuidad del negocio, a la otra rama se le compensó con dinero y se les separó legalmente de la empresa para evitar problemas al fallecimiento del fundador. Puede que este sea el caso y los primos sean los herederos reales del negocio.
 
Yo conozco dos familias con grandes negocios, el reparto se hizo cuando el fundador ya estaba muy mayor. En ambos casos la empresa fue a parar a la rama que verdaderamente trabajaba por la continuidad del negocio, a la otra rama se le compensó con dinero y se les separó legalmente de la empresa para evitar problemas al fallecimiento del fundador. Puede que este sea el caso y los primos sean los herederos reales del negocio.
Suele ser lo mejor y lo usual. Y lo más justo. Sobre todo para los que trabajan en el negocio.
Y en algunos casos también para los demás herederos. Que puede ser que los que trabajen en el negocio sean unos descerebrados.
 
Pues yo opino algo parecido en lo del trato: yo en el trabajo trato a mis compañeros (a mi equipo vamos) de tu, y a los que están por debajo y por encima mío de usted. Me parece más correcto. En cuanto a lo del uniforme: a las personas que han trabajado en casa se les ha ofrecido siempre ropa de trabajo (la que ell@s quieran), para mi es una cuestión de higiene. Si van a hacer tareas y en muchos casos sudar (yo al menos sudo cuando las hago), me parece que lo lógico es ofrecerles ropa para cambiarse. Es una cuestión práctica más que de imagen.
Yo en eso estoy de acuerdo. Cuando mi suegro estaba enfermo e inválido se contrató a una interna. Como ella nos trataba de usted nosotros también a ella. Es respeto. Y respecto al uniforme, en las horas que trabajaba ella prefería llevar "bata" para no manchar y sudar su ropa. Y sobre todo para no estropearla, porque los "pijamas" y "batas" que llevaba eran de trabajo y se podían lavar a alta temperatura y con lejía si hacía falta. En este caso en concreto, por desgracia, era necesario hacerlo de forma habitual.
A mi también me parece lógico y práctico ofrecer ropa de trabajo para según qué trabajos.
 
Yo conozco dos familias con grandes negocios, el reparto se hizo cuando el fundador ya estaba muy mayor. En ambos casos la empresa fue a parar a la rama que verdaderamente trabajaba por la continuidad del negocio, a la otra rama se le compensó con dinero y se les separó legalmente de la empresa para evitar problemas al fallecimiento del fundador. Puede que este sea el caso y los primos sean los herederos reales del negocio.
Probablemente ese reparto ya estaba hecho hace tiempo, vamos que a nivel de las pastelerías no creo que cambie la cosa.. ..




Aparece en escena entonces, doña Concepción, hija de Francisco Arrese. Le correspondió por testamento la tienda de la Gran Vía. La de Atxuri pasó a manos de la viuda de Nicolás Arrese, y la de Bidebarrieta, así como la fábrica de toffes, a Francisco Arrese. Mantuvo ese espacio que hace chaflán con Astarloa. Concepción contrajo matrimonio con Marcos Orueta, nacido en Deusto, el último alcalde que tuvo Deusto antes de anexionarse con Bilbao. Pero fue ella quien asumió el desarrollo del negocio desde la Gran Vía. Una gran matriarca...

Digamos que antes de que estallase la Guerra civil con sus estragos y el estraperlo con sus miserias, los Hijos de Arrese (de ahí la H A de la que les hablaba antes en el emblema...) también pusieron en marcha un espléndido salón de té cuya decoración a la inglesa, chesters, vajilla y servicios de plata causaron admiración entre la burguesía local. Estaba situado en la esquina de la calle de la Amistad y Estación (hoy calle Navarra), frente a la Sociedad Bilbaina. La guerra civil marcó el declive del negocio.

Los difíciles momentos obligaron a dividir el negocio entre las diferentes ramas de la familia, lo que sólo sirvió para ir cerrando una a una las tiendas y la fábrica. La excepción fue la tienda de la Gran Vía, que aguantó, por fortuna para la ciudad, aquellos años de penuria.

Recordemos que la mítica pastelería que abrió sus puertas en 1923 (está a un paso de cumplir el siglo de vida en la Gran Vía...), mantiene afortunadamente inalterable su decoración en sus principales elementos, especialmente con el soberbio mostrador de mármol de Carrara, sus detalles de ebanistería y sus molduras. Entrar en ella equivale a emprender un viaje al pasado, casi al palacio de la confitería.

Sigamos con la herencia. Los hijos de Doña Concha: Pepa, Marcos, Diógenes, Luis (Poto, para los amigos...) y Carmen siguieron rumbos personales y profesionales distintos, aunque quien mantuvo la tenaz gestión del negocio fue Carmen Orueta y sus tres hijos. Desde los años 90, Arrese ha diversificado su presencia en la ciudad con cuatro tiendas en Bilbao, y una en Las Arenas. La última de las pastelerías abiertas representa un gesto simbólico de retorno al Casco Viejo(allá en el Arenal esquina con la calle Correo).

Carmen Orueta y sus hijos mantienen la marca registrada Hijos de Arrese e introducen una imagen renovada de la pastelería tradicional que les ha dado prestigio por su calidad desde los años 60, con sus famosas trufas, palmeras de chocolate, pastas, losetas bilbainas de chocolate, y pastelería variada. No cabe duda que en la carta de productos figuran especialidades como las trufas y las palmeras.
 
Probablemente ese reparto ya estaba hecho hace tiempo, vamos que a nivel de las pastelerías no creo que cambie la cosa.. ..




Aparece en escena entonces, doña Concepción, hija de Francisco Arrese. Le correspondió por testamento la tienda de la Gran Vía. La de Atxuri pasó a manos de la viuda de Nicolás Arrese, y la de Bidebarrieta, así como la fábrica de toffes, a Francisco Arrese. Mantuvo ese espacio que hace chaflán con Astarloa. Concepción contrajo matrimonio con Marcos Orueta, nacido en Deusto, el último alcalde que tuvo Deusto antes de anexionarse con Bilbao. Pero fue ella quien asumió el desarrollo del negocio desde la Gran Vía. Una gran matriarca...

Digamos que antes de que estallase la Guerra civil con sus estragos y el estraperlo con sus miserias, los Hijos de Arrese (de ahí la H A de la que les hablaba antes en el emblema...) también pusieron en marcha un espléndido salón de té cuya decoración a la inglesa, chesters, vajilla y servicios de plata causaron admiración entre la burguesía local. Estaba situado en la esquina de la calle de la Amistad y Estación (hoy calle Navarra), frente a la Sociedad Bilbaina. La guerra civil marcó el declive del negocio.

Los difíciles momentos obligaron a dividir el negocio entre las diferentes ramas de la familia, lo que sólo sirvió para ir cerrando una a una las tiendas y la fábrica. La excepción fue la tienda de la Gran Vía, que aguantó, por fortuna para la ciudad, aquellos años de penuria.

Recordemos que la mítica pastelería que abrió sus puertas en 1923 (está a un paso de cumplir el siglo de vida en la Gran Vía...), mantiene afortunadamente inalterable su decoración en sus principales elementos, especialmente con el soberbio mostrador de mármol de Carrara, sus detalles de ebanistería y sus molduras. Entrar en ella equivale a emprender un viaje al pasado, casi al palacio de la confitería.

Sigamos con la herencia. Los hijos de Doña Concha: Pepa, Marcos, Diógenes, Luis (Poto, para los amigos...) y Carmen siguieron rumbos personales y profesionales distintos, aunque quien mantuvo la tenaz gestión del negocio fue Carmen Orueta y sus tres hijos. Desde los años 90, Arrese ha diversificado su presencia en la ciudad con cuatro tiendas en Bilbao, y una en Las Arenas. La última de las pastelerías abiertas representa un gesto simbólico de retorno al Casco Viejo(allá en el Arenal esquina con la calle Correo).

Carmen Orueta y sus hijos mantienen la marca registrada Hijos de Arrese e introducen una imagen renovada de la pastelería tradicional que les ha dado prestigio por su calidad desde los años 60, con sus famosas trufas, palmeras de chocolate, pastas, losetas bilbainas de chocolate, y pastelería variada. No cabe duda que en la carta de productos figuran especialidades como las trufas y las palmeras.
Menudo publireportaje.
 
Las chicas que trabajan internas en casa de mis
Padres y abuelos siempre usaron uniforme, sin cofia o delantalito cursi, pero uniforme, y en aquel entonces eran vestidos, rosa, azul claro, verde claro, rayitas, o negro.
En mi casa siempre se ha usado la ropa de trabajo más tipo enfermera , pantalón y blusa .. todo el mundo prefiere usar eso que sudar y manchar su propia ropa.
Sea fija o asistenta , nadie usa otra cosa .
A la tata de mi hijo yo siempre la turee y ella a mi , y a todas las personas que han trabajado en mi casa lo mismo, la verdad .
 

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