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Os traigo esta vez un cotilleo que encuentro que es bastante jugoso: por esas cosas de la vida ha llegado a mis oídos el chisme de que en el corazón de Triana Martínez, la moza astorgana que hace 3 años, el 12 de mayo de 2014, apioló en compañía de su señora madre a la ambiciosa política pepera Isabel Carrasco, la política de los trece cargos, anida de un tiempo a esta parte una ilusión amorosa, una ilusión amorosa de esas que a una mujer le hacen tocar el cielo con sus propias manos, de esas que ocupan día y noche su pensamiento. ¿Y quién es él?, como diría José Luis Perales. Pues él es otro presidiario como Triana y su resuelta madre, lo cual a nadie puede sorprender demasiado, dada la situación vital en que se encuentra Triana, la del "puente de Triana " leonés, a orillas del modesto río Bernesga. Resulta que en la prisión vallisoletana de Villanubla, en la que purgan su acción la madre y la hija, hay un módulo de presas y otro de presos, y a ciertas horas coinciden ellos y ellas. Así fue como se conocieron nuestros dos tortolitos, y entre ellos surgió en un momento dado la chispa del amor. El romeo de nuestra doncella se llama Romeo, es rumano de origen, y hay quien duda de la veracidad de sus confesados sentimientos amorosos, se piensan los más escépticos que todo pueda ser una cortina de humo para ganarse las simpatías y el afecto de la pobre Triana, y de esa manera, teniéndola distraída y engañada, que llegue el día en que ella acceda a casarse con su caballero andante de los Cárpatos, de tal modo que el afortunado novio adquiera la tan ansiada nacionalidad española. No sabemos en verdad si es así, tal vez los sentimientos del novio por Triana sean puros y nobles, el tiempo dejará al descubierto la verdad
Ahí queda eso
Ahí queda eso