R A
DE CARMEN RIGALT
17/11/2019
NI BODA NI EMBARAZO
MALÚ
QUIÉN ES: LA CANTANTE MALÚ, NOVIA DE ALBERT RIVERA, EX PRESIDENTE DE CS. DETALLE: ÉL LE AGRADECIÓ SU APOYO AL DESPEDIRSE DE LA POLÍTICA. FAMILIA: ES SOBRINA DEL GRAN PACO DE LUCÍA, QUE CASÓ CON LA HIJA DEL GENERAL VARELA
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En los primeros meses del noviazgo circuló la especie de que la fuerza mediática de Malú acabaría contaminando la carrera política de Rivera. O al revés: el liderazgo de Rivera, ensombrecería la buena estrella de la cantante. En el entorno del ex presidente de Ciudadanos se dudaba de que dos personas con vocación y devoción determinantes pudieran compartir la vida en paz y simetría. Para los observadores, política y arte no maridan bien, tienen una mezcla difícil como el aceite y el agua. Jamás podrían ser sustento de una relación estable, pues un lado de la balanza siempre se inclinaría más que el otro.
Según fuentes que no son precisamente de solvencia, en Cs empezaba a cundir cierto mosqueo cuando pasó lo que pasó. Lo malo de un partido presidencialista es la cantidad de flancos débiles que ofrece. El más llamativo, pero también el más vulnerable, es su presidente. En vísperas de elecciones, la expresión de Rivera ya era preocupante. Parecía el hombre ensimismado, aunque tal percepción podía ser fruto de algunos prejuicios, que haberlos, los había.
Un hombre enamorado es un hombre en desventaja respecto al resto; sobre todo si, además de dedicarse al amor, se dedica a la política. No quiero señalar, pero valdría la pena recordar a los presidentes que nos han gobernado en el pasado. Resumiendo: o han sido buenos políticos, o han sido buenos maridos. Las dos cosas, imposible.
Aconsejado por los suyos, o simplemente por su propio sentido común, Albert Rivera se blindó e impidió que trascendieran fotos de los novios en la playa o declaraciones en la prensa del cuore. Las pasadas vacaciones de Semana Santa, la pareja estuvo en Comporta y volvió indemne. A Malú no le costó asumir el blindaje. Nunca ha practicado el exhibicionismo en los medios. Siempre se decía que era muy celosa de su intimidad y se ponía y quitaba novios a espaldas del público. En este sentido, Malú nunca presumió de noviazgo con Rivera y, si la noticia trascendió, no fue por deseo de ambos, y mucho menos de ella.
Empezamos a conocerla (y a quererla) cuando formaba parte del jurado de La Voz y, entre actuación y actuación, coqueteaba con el cantante Pablo López, quien, según los medios, ahora coquetea con la actriz Blanca Suárez. Pero ese es otro negociado (véase apartado de ex novios de Blanca Suárez).
A través de La Voz supimos que Malú era una mujer de fuerte personalidad, dotada de talento y sentido del humor. También chispeante. No es frecuente que los artistas vayan sobrados de sentido del humor, y prueba de ello es que se toman demasiado en serio a sí mismos. Malú es de natural risueño pero comparte rarezas con su padrino Alejandro Sanz, que intenta conciliar el pensamiento posmoderno con las paradojas de su vida privada.
Malú no se queda atrás. Desde que saltó a la fama, ha practicado el juego del escondite con sus novios, como si estuviera burlando la suerte. Se le da bien ser famosa. Hija de cantantes (el padre, Pepe de Lucía, es un flamenco de pelo pintado al que se le corre el tinte por la cara cuando llueve, y la madre, Pepi Benítez, en los años 70 formó parte de una banda de chicas llamada Arena Caliente (Sweet California).
Rumbera y supersticiosa (detesta el color amarillo y el número 13) Malú estaba predestinada al éxito desde antes de venir al mundo. Pero el éxito también consiste en encontrar al hombre adecuado, y Malú confesaba, a este respecto: «Mi hombre preferido ha de ser respetuoso y capaz de contenerse; también ha de saber mirar, no soporto a los tíos que clavan los ojos en las t*tas de las mujeres».
Malú nació a la fama con Gonzalo Miró, que empezó muy joven a moverse en los brazos de las mujeres. Con Malú estuvo dos años. Ni él ni ella alimentaron rumores de boda (y menos aún, de embarazo) y jamás trapichearon con los buitres de la prensa rosa. Malú nació en Madrid, pero venía de una Andalucía silente y profusa, llena de enigmas. Como Antonio Machado, o como Paco de Lucía, que fueron españoles y universales. Cuando María Lucía hizo escala en Rivera, su fama se dilató, y hasta en Bilbao estuvieron a punto de hacerla hija adoptiva. Mis amigos del norte ya me habían hablado entonces de su árbol genealógico, resumido en una frase que ilustra un cruce de caminos: «De Algeciras a Durango».
De Algeciras precisamente son su padre, Pepe de Lucía, y el hermano de su padre, Paco de Lucía, el mago de la guitarra que se casó con Casilda Varela y Ampuero, oriunda de Durango, la villa vizcaína en la que se halla Etxezuria, la casa familiar, donde tantos veranos pasó el guitarrista componiendo temas. Eso fue mientras estuvo casado con Casilda Varela, la madre de sus hijos, con la que huyó a Ámsterdam para casarse. Su segunda mujer fue Gabriela Carrasco. Estaba con ella cuando al guitarrista le sobrevino la muerte en México. Con ella tuvo dos hijos, y con Casilda, tres, Tres más dos, cinco.
En la copa del árbol genealógico que arraigó en Vizcaya está ubicado el hombre clave de la familia, el general José Enrique Varela, héroe de la Guerra Civil nacido en San Fernando (Cádiz) y muerto en Tánger. Tras este recorrido solo me queda concluir que Malú es prima hermana de los hijos de Paco de Lucía y Casilda Varela y Ampuero, hija a su vez, del general durangarra. Quienes deseen conocer los antecedentes familiares de Lucía Sánchez Benítez pueden asomarse a la web de Iñaki Anasagasti, el hombre que se peinaba con un robot-rumba. Cansado de que sus irónicas metáforas no surtieran el efecto deseado, un día se dejó llevar por un cólico nefrítico y escribió un titular antisistema para la historia: «El payo antifascista y la hija del general Varela». El payo era Paco de Lucía y el general Varela, un héroe de la guerra civil (bando nacional), ministro con Franco.
Antes de Rivera, Malú tuvo novios coyunturales que apenas dejaron mella en su currículo, El más vistoso fue Gonzalo Miró, huidizo como ella. Miró era un chico proclive al miedo al compromiso, una patología común entre los hombres. No sabría decir si el virus que produce esta especie de gripe afecta también a las mujeres, pero mientras Malú ha estado con Rivera no parece que se haya librado del contagio. Ahora, a seguir esperando. Si logran esquivar la contrariedad ambiental, y el buen humor les asiste, a lo mejor hay boda.
DE CARMEN RIGALT
17/11/2019
NI BODA NI EMBARAZO
MALÚ
QUIÉN ES: LA CANTANTE MALÚ, NOVIA DE ALBERT RIVERA, EX PRESIDENTE DE CS. DETALLE: ÉL LE AGRADECIÓ SU APOYO AL DESPEDIRSE DE LA POLÍTICA. FAMILIA: ES SOBRINA DEL GRAN PACO DE LUCÍA, QUE CASÓ CON LA HIJA DEL GENERAL VARELA
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En los primeros meses del noviazgo circuló la especie de que la fuerza mediática de Malú acabaría contaminando la carrera política de Rivera. O al revés: el liderazgo de Rivera, ensombrecería la buena estrella de la cantante. En el entorno del ex presidente de Ciudadanos se dudaba de que dos personas con vocación y devoción determinantes pudieran compartir la vida en paz y simetría. Para los observadores, política y arte no maridan bien, tienen una mezcla difícil como el aceite y el agua. Jamás podrían ser sustento de una relación estable, pues un lado de la balanza siempre se inclinaría más que el otro.
Según fuentes que no son precisamente de solvencia, en Cs empezaba a cundir cierto mosqueo cuando pasó lo que pasó. Lo malo de un partido presidencialista es la cantidad de flancos débiles que ofrece. El más llamativo, pero también el más vulnerable, es su presidente. En vísperas de elecciones, la expresión de Rivera ya era preocupante. Parecía el hombre ensimismado, aunque tal percepción podía ser fruto de algunos prejuicios, que haberlos, los había.
Un hombre enamorado es un hombre en desventaja respecto al resto; sobre todo si, además de dedicarse al amor, se dedica a la política. No quiero señalar, pero valdría la pena recordar a los presidentes que nos han gobernado en el pasado. Resumiendo: o han sido buenos políticos, o han sido buenos maridos. Las dos cosas, imposible.
Aconsejado por los suyos, o simplemente por su propio sentido común, Albert Rivera se blindó e impidió que trascendieran fotos de los novios en la playa o declaraciones en la prensa del cuore. Las pasadas vacaciones de Semana Santa, la pareja estuvo en Comporta y volvió indemne. A Malú no le costó asumir el blindaje. Nunca ha practicado el exhibicionismo en los medios. Siempre se decía que era muy celosa de su intimidad y se ponía y quitaba novios a espaldas del público. En este sentido, Malú nunca presumió de noviazgo con Rivera y, si la noticia trascendió, no fue por deseo de ambos, y mucho menos de ella.
Empezamos a conocerla (y a quererla) cuando formaba parte del jurado de La Voz y, entre actuación y actuación, coqueteaba con el cantante Pablo López, quien, según los medios, ahora coquetea con la actriz Blanca Suárez. Pero ese es otro negociado (véase apartado de ex novios de Blanca Suárez).
A través de La Voz supimos que Malú era una mujer de fuerte personalidad, dotada de talento y sentido del humor. También chispeante. No es frecuente que los artistas vayan sobrados de sentido del humor, y prueba de ello es que se toman demasiado en serio a sí mismos. Malú es de natural risueño pero comparte rarezas con su padrino Alejandro Sanz, que intenta conciliar el pensamiento posmoderno con las paradojas de su vida privada.
Malú no se queda atrás. Desde que saltó a la fama, ha practicado el juego del escondite con sus novios, como si estuviera burlando la suerte. Se le da bien ser famosa. Hija de cantantes (el padre, Pepe de Lucía, es un flamenco de pelo pintado al que se le corre el tinte por la cara cuando llueve, y la madre, Pepi Benítez, en los años 70 formó parte de una banda de chicas llamada Arena Caliente (Sweet California).
Rumbera y supersticiosa (detesta el color amarillo y el número 13) Malú estaba predestinada al éxito desde antes de venir al mundo. Pero el éxito también consiste en encontrar al hombre adecuado, y Malú confesaba, a este respecto: «Mi hombre preferido ha de ser respetuoso y capaz de contenerse; también ha de saber mirar, no soporto a los tíos que clavan los ojos en las t*tas de las mujeres».
Malú nació a la fama con Gonzalo Miró, que empezó muy joven a moverse en los brazos de las mujeres. Con Malú estuvo dos años. Ni él ni ella alimentaron rumores de boda (y menos aún, de embarazo) y jamás trapichearon con los buitres de la prensa rosa. Malú nació en Madrid, pero venía de una Andalucía silente y profusa, llena de enigmas. Como Antonio Machado, o como Paco de Lucía, que fueron españoles y universales. Cuando María Lucía hizo escala en Rivera, su fama se dilató, y hasta en Bilbao estuvieron a punto de hacerla hija adoptiva. Mis amigos del norte ya me habían hablado entonces de su árbol genealógico, resumido en una frase que ilustra un cruce de caminos: «De Algeciras a Durango».
De Algeciras precisamente son su padre, Pepe de Lucía, y el hermano de su padre, Paco de Lucía, el mago de la guitarra que se casó con Casilda Varela y Ampuero, oriunda de Durango, la villa vizcaína en la que se halla Etxezuria, la casa familiar, donde tantos veranos pasó el guitarrista componiendo temas. Eso fue mientras estuvo casado con Casilda Varela, la madre de sus hijos, con la que huyó a Ámsterdam para casarse. Su segunda mujer fue Gabriela Carrasco. Estaba con ella cuando al guitarrista le sobrevino la muerte en México. Con ella tuvo dos hijos, y con Casilda, tres, Tres más dos, cinco.
En la copa del árbol genealógico que arraigó en Vizcaya está ubicado el hombre clave de la familia, el general José Enrique Varela, héroe de la Guerra Civil nacido en San Fernando (Cádiz) y muerto en Tánger. Tras este recorrido solo me queda concluir que Malú es prima hermana de los hijos de Paco de Lucía y Casilda Varela y Ampuero, hija a su vez, del general durangarra. Quienes deseen conocer los antecedentes familiares de Lucía Sánchez Benítez pueden asomarse a la web de Iñaki Anasagasti, el hombre que se peinaba con un robot-rumba. Cansado de que sus irónicas metáforas no surtieran el efecto deseado, un día se dejó llevar por un cólico nefrítico y escribió un titular antisistema para la historia: «El payo antifascista y la hija del general Varela». El payo era Paco de Lucía y el general Varela, un héroe de la guerra civil (bando nacional), ministro con Franco.
Antes de Rivera, Malú tuvo novios coyunturales que apenas dejaron mella en su currículo, El más vistoso fue Gonzalo Miró, huidizo como ella. Miró era un chico proclive al miedo al compromiso, una patología común entre los hombres. No sabría decir si el virus que produce esta especie de gripe afecta también a las mujeres, pero mientras Malú ha estado con Rivera no parece que se haya librado del contagio. Ahora, a seguir esperando. Si logran esquivar la contrariedad ambiental, y el buen humor les asiste, a lo mejor hay boda.
