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20 de junio de 2019, Santa Elia o Eliada de Ohren, San Juan de Matera.
Un par de preguntas (¿tontas?) para empezar el jueves:
Se me ha ocurrido esta respuesta leyendo algunas declaraciones de Rocío Monasterio:
“Queremos ganar la batalla de las ideas a la izquierda (...) Queremos asegurarnos de que se ejecutan nuestras políticas (...) No podemos ir solo a acordar un programa, porque volveríamos a estar en el caso de Andalucía, y nos insultarían diciendo que eso es papel mojado (...) Tenemos que poner todos los medios para que se ejecuten esas políticas.” (Vox busca poder para enfrentarse ideológicamente con la izquierda)
Pues sí, me resulta convincente: quieren poder real para poder desarrollar realmente sus propuestas. Lo que significa que no quieren poder porque ya se hayan aficionado a la poltrona, como sugiere el muecín de las mañanas radiofónicas.
Y eso le lleva a la segunda pregunta: ¿por qué FJLosantos ha desatado una campaña feroz contra Vox?
Posibles respuestas, y tú eliges la tuya o propones una nueva:
Es que no logro dar con contenidos de similar carga ideológica y decisión política en otros dirigentes, ni de Vox, ni de ningún otro partido, ni entre los líderes políticos nacionales.
Y no solo me refiero a estas declaraciones de Rocío Monasterio y su decisión de plantar cara en primer lugar a la izquierda pero también a los muecines radiofónicos y a los peperos que sobreviven de los tiempos de Rajoy.
Tienes que ver unos minutos de este video. Es un fragmento de la intervención de Cristina Peláez, la líder de Vox en el Ayuntamiento de Sevilla, diciéndole a la izquierda que hasta aquí hemos llegado.
¡Date el gusto de este video!
https://youtu.be/zt1aB8i4oKY?t=112
Alfonso Basallo destaca muy oportunamente la importancia de esta intervención de Cristina Peláez:
“Por primera vez en décadas se ha oído en una tribuna de gobierno que la piedra angular de todo programa político radica en la dignidad de la persona.” (Si Macron es Napoleón, el Dos de Mayo ha empezado en Sevilla)
¡Gracias, Cristina!
Caudillitos
Frente a los caudillitos de tres al cuarto que llenan las pantallas de los telediarios estos días, me quedo con estas dos señoras. Y le doy la razón a Juan Manuel de Prada cuando pienso en buena parte de la cosecha 2019 de cargos electos (que no en todos, por supuesto):
“La partitocracia no es otra sino la destrucción de cualquier vestigio de representación política, suplantando el mandato imperativo de los votantes por el mandato imperativo de los caudillitos de cada partido, que hacen lo que se les antoja con la voluntad de sus votantes, sin preocuparse de cumplir sus promesas electorales (puesto que no responden ante ellos, que no pueden revocarles el mandato).” (Contra la partitocracia)
Un par de preguntas (¿tontas?) para empezar el jueves:
- ¿Por qué Vox se empeña en lo de las concejalías y las consejerías y los puestos de gobierno relevantes?
- ¿Y por qué algún trabucaire radiofónico persiste en su personal campaña, tan descarada como agresiva, contra Vox?
Se me ha ocurrido esta respuesta leyendo algunas declaraciones de Rocío Monasterio:
“Queremos ganar la batalla de las ideas a la izquierda (...) Queremos asegurarnos de que se ejecutan nuestras políticas (...) No podemos ir solo a acordar un programa, porque volveríamos a estar en el caso de Andalucía, y nos insultarían diciendo que eso es papel mojado (...) Tenemos que poner todos los medios para que se ejecuten esas políticas.” (Vox busca poder para enfrentarse ideológicamente con la izquierda)
Pues sí, me resulta convincente: quieren poder real para poder desarrollar realmente sus propuestas. Lo que significa que no quieren poder porque ya se hayan aficionado a la poltrona, como sugiere el muecín de las mañanas radiofónicas.
Y eso le lleva a la segunda pregunta: ¿por qué FJLosantos ha desatado una campaña feroz contra Vox?
Posibles respuestas, y tú eliges la tuya o propones una nueva:
- Porque es el periodista más pepero de España.
- Porque tiene montones de fobias y la ha tomado con los de Vox.
- Porque no soporta que haya alguien más listo que él.
- Porque tiene miedo de que Vox acabe con ciertos chiringuitos radiofónicos.
- Porque después de años haciéndole la ola a Ciudadanos, ahora no soporta la idea de que Vox ponga en evidencia la cobardía y la mezquindad del partido de Rivera.
- Porque como decían en un periódico generalmente bien informado, “los peperos de Madrid pueden proporcionarle los postes con los que sueña desde hace años para esa cadena Esradio, así que, adiós a ideas y convicciones.” (El cambiazo de Jiménez Losantos)
Es que no logro dar con contenidos de similar carga ideológica y decisión política en otros dirigentes, ni de Vox, ni de ningún otro partido, ni entre los líderes políticos nacionales.
Y no solo me refiero a estas declaraciones de Rocío Monasterio y su decisión de plantar cara en primer lugar a la izquierda pero también a los muecines radiofónicos y a los peperos que sobreviven de los tiempos de Rajoy.
Tienes que ver unos minutos de este video. Es un fragmento de la intervención de Cristina Peláez, la líder de Vox en el Ayuntamiento de Sevilla, diciéndole a la izquierda que hasta aquí hemos llegado.
¡Date el gusto de este video!
https://youtu.be/zt1aB8i4oKY?t=112
Alfonso Basallo destaca muy oportunamente la importancia de esta intervención de Cristina Peláez:
“Por primera vez en décadas se ha oído en una tribuna de gobierno que la piedra angular de todo programa político radica en la dignidad de la persona.” (Si Macron es Napoleón, el Dos de Mayo ha empezado en Sevilla)
¡Gracias, Cristina!
Caudillitos
Frente a los caudillitos de tres al cuarto que llenan las pantallas de los telediarios estos días, me quedo con estas dos señoras. Y le doy la razón a Juan Manuel de Prada cuando pienso en buena parte de la cosecha 2019 de cargos electos (que no en todos, por supuesto):
“La partitocracia no es otra sino la destrucción de cualquier vestigio de representación política, suplantando el mandato imperativo de los votantes por el mandato imperativo de los caudillitos de cada partido, que hacen lo que se les antoja con la voluntad de sus votantes, sin preocuparse de cumplir sus promesas electorales (puesto que no responden ante ellos, que no pueden revocarles el mandato).” (Contra la partitocracia)
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