TODO sobe Pablo Iglesias y Podemos.

El derecho al silencio​


Esther Palomera
@estherpalomera

El exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, durante la conferencia inaugural de un curso de verano de la UCM este lunes.
El exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, durante la conferencia inaugural de un curso de verano de la UCM este lunes.
5 de julio de 2021 23:01h
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El derecho al silencio es un principio legal que ampara a cualquier persona que se niega a responder ante la policía o los jueces. Está reconocido en muchos de los sistemas legales del mundo y es lo que ha pedido la vicepresidenta tercera del Gobierno, no en el sentido judicial sino en el político, para quien fuera su antecesor y secretario general de Unidas Podemos, a quien considera "el responsable público más maltratado en la historia de la democracia".

Se cumplen hoy dos meses desde que Pablo Iglesias anunció que abandonaba todos los cargos institucionales y orgánicos y hacía efectiva su salida de la política, después de haberse echado sobre los hombros toda la responsabilidad de la batalla electoral por Madrid y no lograr ser el revulsivo que buscaba cuando decidió dejar la vicepresidencia del Gobierno.

Tras una campaña de las más tensas que se recuerdan y un pírrico resultado en la región madrileña -10 escaños y 7,21% de los votos- el ex líder de los morados, que durante años copó las portadas de todos los diarios y llenó las parrillas televisivas, precipitó una salida que llevaba meses meditando. Desde entonces nada ha dicho. Ha desaparecido por completo del foco, se ha salido de todos los chats de Telegram del partido y se ha imbuido en la lectura con un doble objetivo a futuro: la Universidad y los medios de comunicación.

Sin convocatoria previa y sin ruido, justo el día que se cumplen 60 días de su retirada, ha impartido este lunes por videoconferencia la clase inaugural del curso Asesoría política a gobiernos y administraciones en la Escuela de Verano de la Universidad Complutense de Madrid sólo para un grupo de doctorandos españoles y latinoamericanos. Pero quienes mantienen contacto con él sostienen que, además de en la preparación de su regreso académico, anda muy interesado en el estudio de los espacios mediáticos desde el convencimiento de que la política se hace en los medios, convertidos en los últimos tiempos, igual que la justicia, en verdaderos actores políticos.

Hay un debate teórico, extendido desde la era Trump, sobre el agotamiento de las cadenas generalistas y su conversión hacia una comunicación dirigida a determinados nichos de audiencia. Iglesias, al parecer, trata de traducir el fenómeno y sus consecuencias después del giro experimentado en el 4M, cuando una mayoría de medios de comunicación se alinearon claramente con Ayuso y la derecha a la que representa.

El caso es que para Yolanda Díaz, el ex vicepresidente ha sabido irse de la política, algo que no todo el mundo sabe hacer, y ha proclamado que "tiene derecho al silencio, a caminar hacia su vida privada y a ser feliz". El de Iglesias es un caso, junto al de Mariano Rajoy, poco habitual. El de un ex que dice que se irá en silencio, que no molestará, que se dedicará a recuperar el tiempo perdido, la lectura, la familia o la meditación y que cumple con su palabra. Ni enredos, ni conspiraciones, ni tutelas.

De momento, no sigue el patrón de los ex a quienes la realidad acaba por desmentir sus palabras y se dedican, entre bambalinas o a pecho descubierto, a enredar, opinar e influir sobre las decisiones de quienes les sucedieron en el cargo. Ex presidentes de Gobierno, ex ministros y ex secretarios generales de partidos que se fueron acaban, con el tiempo, convertidos en una especie de maldición o castigo para los que se quedan. Aznar lo fue para Rajoy y ahora lo es para Casado. González lo fue para Zapatero y ahora lo es para Sánchez. Zapatero durante un tiempo lo fue para Sánchez, aunque ahora se prodigue en el elogio superlativo para con el presidente del Gobierno y se pasee por los medios en defensa de sus estrategias y sus decisiones. Rivera lo es para Arrimadas.

En mayor o menor medida, siempre tienen una excusa para ajustar cuentas con el pasado, reivindicar su legado o erigirse en guardianes de las esencias como si el tiempo no les permitiera entender que irse no es darse por vencido, y tampoco un acto de debilidad, sino simplemente ley de vida.

De algún modo, Iglesias ha demostrado con su derecho al silencio que un político, por muy relevante o decisivo que fuera, no tiene por qué quedarse para toda la vida en la escena pública ni buscar permanentemente los focos. Mucho más en estos tiempos efímeros y vertiginosos, donde nada es para siempre y nadie es eterno, aunque haya quien se empeñe en lo contrario y convierta sus apariciones y declaraciones en un ejercicio constante de nostalgia.

Ostia, no lo reconocía. Está guapirmo!!!!
 
Ya te digo yo que si. Años escribiendo aquí y no haber reparado en qué el título está mal escrito....
Ahora dime, hermosa, tú también ves a Pabliño más juapo tras su retirada politiquil? Confiesa.
Lo que me parece es que esta mas aseado no? el moño grasiento ese daba asco y pa mi que tenia hasta moscas revoloteando.
yyy ¿le han crecido las orejas? :eek: o es cosa mia
 
Lo que me parece es que esta mas aseado no? el moño grasiento ese daba asco y pa mi que tenia hasta moscas revoloteando.
yyy ¿le han crecido las orejas? :eek: o es cosa mia
Es que desde que está con la nueva moza ha tenido que darse un repasiño a la higiene.

Las orejas las tiene igual, lo que pasa que con el pelo corto se le notan más.

Es juapo, juapo a rabiar.
 
Parece que ya está confirmado

Pues que triste que los VOXEROS sigan acosando a tres ninyos y a su madre todos los di'as
de todas las formas la fuente es un medio de comunicación perteneciente a las cloacas e intoxicación informativa credibilidad
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