TODO sobe Pablo Iglesias y Podemos.

Hasél quiere una celda individual y se niega a colaborar en las tareas de limpieza de la cárcel

  • La abogada y novia del rapero recorre los medios públicos de la Generalidad y dice que su patrocinado no quiere compartir celda porque son minúsculas.


En la cárcel de Ponent ya se han enterado de qué pie calza Pau Rivadulla, alias Pablo Hasél. Su estancia en la prisión es un reto para los funcionarios, ya que el joven no acaba de encontrarse cómodo. Según ha relatado su novia y abogada, Alejandra Matamoros, en TV3 y Catalunya Ràdio, Hasél se niega a compartir celda. Le parecen muy pequeñas y él se considera un preso político, por lo que él y su letrada consideran que a diferencia de los presos comunes tiene derecho a una celda individual.

Tal pretensión no está avalada por ningún reglamento de carácter penitenciario, pero Hasél está acostumbrado a unas comodidades que no quiere perder en la cárcel y menos ahora que es toda una celebridad. También se niega a colaborar en las tareas de limpieza en las que participan el resto de los reclusos. Dice que forma parte del colectivo de presos "antifascistas" y que entre sus normas consta no colaborar con el Estado represor. Tampoco accede a colaborar en otras tareas propias de los presos como servir la comida a sus compañeros.

La novia explica también que los presos de Ponent pasan 23 horas al día en el interior de las celdas y sólo una en el patio debido a las normas para combatir la pandemia. Y eso es otra razón para que Hasél exija una celda propia.

En cuanto al humor del preso, Matamoros dice que está muy contento y animado viendo la respuesta que su encarcelamiento está teniendo en las calles. También apunta que está "fuerte" y "muy orgulloso". La letrada aprovechó el interés de TV3, que la entrevistó el sábado por la noche, para cargar contra el testigo al que amenazó su pareja y al que calificó de "confidente". Según la versión de Matamoros, ese testigo mintió para que no se condenara a un agente de la Guardia Urbana por pegar a un chico de 16 años amigo de Hasél. TV3 no recabó la versión de la Guardia Urbana.

Hasél está en la cárcel porque la suspensión de su condena por enaltecimiento del terrorismo, humillación de las víctimas e injurias a la Corona dependía de que no cometiera más delitos, por lo que las amenazas a dicho testigo y la agresión a un periodista tras el asalto al rectorado de la Universidad de Lérida en 2016 han propiciado su ingreso en prisión.

No Es un preso politico?‍♀️????? ....solo un vago y un??
 
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Qué conveniente la violencia​

  • Sin plena libertad de expresión se reducen y limitan la calidad y la transparencia en la toma de decisiones públicas, seguramente por eso se la persigue en estos tiempos donde tantas decisiones se han tomado sin más razón o debate que el dictado de los "mercados", o los "científicos", o los "técnicos", o el "poder judicial"

Antón Losada
@antonlosada

Detalle de los daños en un escaparate roto en la zona de la Puerta de Sol de Madrid tras los disturbios en una manifestación por la libertad de Pablo Hasél. EFE/ Fernando Villar
21 de febrero de 2021 21:15h
48

Hay mucho de burda obscenidad en la facilidad con que episodios aislados de violencia callejera asaltan la agenda pública en España. Da la impresión de que cualquier mercenario o descerebrado puede marcar el debate político y la conversación pública armado únicamente con una muleta, un adoquín o una lata de gasolina para mecheros. Le basta con preparar un escenario, encasquetarse un pasamontañas y esperar a que aparezca una cámara; un ecosistema entregado en cuerpo y alma a convertir su apetito por la destrucción en el juicio de Dios que separa a los demócratas y los no demócratas hará el resto.

Cuesta trabajo escoger qué da más vergüenza ajena, si la indignación por el "terrorismo callejero" entre los mismos medios que anteayer hacían chistes sobre "bombardear Barcelona", si la desvergüenza de Díaz Ayuso al sacar un adoquín para no explicar por qué su partido vendió viviendas sociales a fondos buitre o el alivio de Pablo Casado al convertir en estrellas a quienes los lanzan para no hablar de la agonía de su liderazgo, si la prepotencia socialista al darnos lecciones a todos sobre dónde reside la verdadera democracia o la arrogancia de Podemos al tragarse entero el cebo y poner cara de anhelar más… sobra donde escoger.

No se pueden amortizar mejor un par de cientos de miles de euros de destrozos en mobiliario urbano. Sin quitar gravedad a unos altercados que deben condenarse y prevenirse, lo único irremediable sucedido ha sido el ojo lamentablemente perdido por una chica.

Lo demás lo cubren los seguros y la capacidad de resistencia de una "democracia plena". En las sociedades normales se aísla e ignora a los violentos para no darles ni la ventaja de la publicidad porque saben que, a más difusión, más destrucción. En España se les convierte en protagonistas y unidad de medida ética y moral para juzgar y condenar al adversario o a las ideas.

A lo mejor no se acuerdan, porque nada más conveniente que hablar de la violencia de unos pocos para evitar tratar de las cosas que realmente nos afectan a la mayoría, pero todo esto empezó porque en España tenemos un problema con la libertad de expresión. A quienes tiran piedras y queman contenedores les importa una mierda la libertad de expresión, igual que a quienes les usan como coartada o como excusa; a mí sí me importa.

Me importa lo justo Pablo Hasél, ni siquiera me cae bien. Siempre he tenido alguien como él cerca. Todos somos contingentes, solo ellos son necesarios. Siempre eran más radicales que tú, más rebeldes que tú, más antisistema que tú, más comprometidos que tú y si no les bailabas el agua, siempre tenían una mirada a lo Rambo para petrificarte; aunque sin la gracia de Sly Stallone.

Me importan y me conciernen sus derechos, porque son los míos y porque la libertad de expresión debe defenderse sobre todo cuando no te gusta lo que dicen. Ni su afirmación ni el uso de la libertad de expresión puede depender de quién la ejerza. Representa un derecho nuclear en una democracia plena y, en España, lleva una década retrocediendo en lo penal y en lo administrativo; también —de nuevo tan conveniente— en nombre del rechazo a la violencia.

Sin plena libertad de expresión se dificulta la búsqueda de la verdad en el debate público y político. Seguramente por eso se la hace retroceder como derecho en estos tiempos de política hecha tantas veces sobre mentiras, simplezas y medias verdades. La libertad de expresión siempre ha resultado el mejor antídoto contra la propaganda.

Sin plena libertad de expresión se reducen y limitan la calidad y la transparencia en la toma de decisiones públicas. Seguramente por eso se la persigue en estos tiempos donde tantas decisiones se han tomado sin más razón o debate que el dictado de los "mercados", o los "científicos", o los "técnicos", o el "poder judicial". De no haber existido el delito de injurias contra la corona, puede que la mayoría hubiera sabido mucho antes lo que hoy sabe sobre la monarquía.

Sin plena libertad de expresión se cercena la capacidad de desarrollo individual de los ciudadanos y se entorpece la posibilidad de ejercer el derecho a participar en la acción política. Seguramente por eso se la criminaliza en tiempos donde querer ser ciudadano y ejercer como tal significa buscarse problemas: ya pensamos nosotros, ya descubrimos nosotros, ya decidimos nosotros; no se metan en líos, váyanse a casa, miren una serie; ya le diremos nosotros cuál le conviene.




#2 saverius
21 de febrero de 2021. 10:36 h
Respecto a los tan comentados actos violentos, hay una cosa que me ha chocado mucho. He visto hasta la saciedad imágenes de vandalismo y pillaje, sobre todo en Barcelona, donde no aparecía ningún policía que lo evitara. Y a continuación, imágenes de policías apaleando manifestantes en escenarios sin escaparates rotos ni contenedores ardiendo. Da la impresión que donde hay vandalismo no hay policía pegando, y hay policía pegando donde no hay vandalismo. Yo tengo mi explicación, pero lo comento por si a alguien se le ocurre otra...



#14 Petin1
21 de febrero de 2021. 11:41 h
DECIR es libertad de expresión, HACER es cometer. Esta parte violenta de las manifestaciones no son por la libertad del rapero, son para crear incertidumbre y hartazgo en un momento en donde, el cansancio de un año de pandemia, tiene a muchos ciudadanos hasta las crines. El rapero no debió entrar en la cárcel por HABER DICHO, eso es libertad de expresión, a la cárcel deben entrar los que HACEN. Ayer hice un comentario sobre lo dicho por esos militares retirados que dijeron la salvajada de pedir permiso al rey para asesinar a 26 millones de españoles y no están en la cárcel, el rapero no ha sido tan salvaje y le han privado de la libertad. Es muy lógica la parte pacífica de las manifestaciones. La Fiscalía y la Judicatura han patinado. Debemos poder DECIR lo que queremos y cómo lo queremos y no esperar a que nos digan lo que tenemos que querer, pensar y decir



#6 Moon2
21 de febrero de 2021. 10:56 h
Hay que preguntarse a quién beneficia esa violencia desaforada. Pues como insinúa otro comentarista, no es casual que donde hay vandalismo no hay policía pegando, y donde no lo hay la policía da palos. También es muy curioso que si lxs que protestan convocan el lugar por redes sociales minutos antes de que la protesta se haga efectiva, sólo acuden ellxs y la protesta se produce y termina sin disturbios ni palos. Será que lxs "camorritas" no han tenido tiempo de organizarse para acudir. Será que sus colores son el verde fosforito, el azul o el naranja de la china mandarina. Será que quieren crear caos a sabiendas de en quién recaerá la acusación. Qué será, será...


Lo que yo me pregunto es el motivo de que la policía haga el papel de dama de compañía en las manifestaciones de la ultraderecha sin molestarles en absoluto a pesar de que esas manifestaciones-concentraciones no estaban comunicadas a la autoridad competente, y sin embargo con las concentraciones-manifestaciones de la izquierda su comportamiento es bien diferente, los meten en una ratonera por delante y por detras para molerles a palos en la calle de en medio, o bien van directos sin mediar provocación hacia la parte delantera de la manifestación PACIFICA para darles porrazos como se ha visto en varios vídeos.

Así están entretenidos dando porrazos a los manifestantes pacíficos mientras que otros, por la parte de atras se entretienen en causar vandalismo a sus anchas sin que nadie les moleste, me refiero a la policía. Y con ésto no quiero pensar en algo premeditado y consensuado. Sería demasiado grave aunque sólo sea por pensarlo, pero ya sabemos que el pensamiento es libre, y nadie lo puede retener..., al mío tampoco. Y no soy la única que piensa de esa manera....
 

Qué conveniente la violencia​

  • Sin plena libertad de expresión se reducen y limitan la calidad y la transparencia en la toma de decisiones públicas, seguramente por eso se la persigue en estos tiempos donde tantas decisiones se han tomado sin más razón o debate que el dictado de los "mercados", o los "científicos", o los "técnicos", o el "poder judicial"

Antón Losada
@antonlosada

Detalle de los daños en un escaparate roto en la zona de la Puerta de Sol de Madrid tras los disturbios en una manifestación por la libertad de Pablo Hasél. EFE/ Fernando Villar
21 de febrero de 2021 21:15h
48

Hay mucho de burda obscenidad en la facilidad con que episodios aislados de violencia callejera asaltan la agenda pública en España. Da la impresión de que cualquier mercenario o descerebrado puede marcar el debate político y la conversación pública armado únicamente con una muleta, un adoquín o una lata de gasolina para mecheros. Le basta con preparar un escenario, encasquetarse un pasamontañas y esperar a que aparezca una cámara; un ecosistema entregado en cuerpo y alma a convertir su apetito por la destrucción en el juicio de Dios que separa a los demócratas y los no demócratas hará el resto.

Cuesta trabajo escoger qué da más vergüenza ajena, si la indignación por el "terrorismo callejero" entre los mismos medios que anteayer hacían chistes sobre "bombardear Barcelona", si la desvergüenza de Díaz Ayuso al sacar un adoquín para no explicar por qué su partido vendió viviendas sociales a fondos buitre o el alivio de Pablo Casado al convertir en estrellas a quienes los lanzan para no hablar de la agonía de su liderazgo, si la prepotencia socialista al darnos lecciones a todos sobre dónde reside la verdadera democracia o la arrogancia de Podemos al tragarse entero el cebo y poner cara de anhelar más… sobra donde escoger.

No se pueden amortizar mejor un par de cientos de miles de euros de destrozos en mobiliario urbano. Sin quitar gravedad a unos altercados que deben condenarse y prevenirse, lo único irremediable sucedido ha sido el ojo lamentablemente perdido por una chica.

Lo demás lo cubren los seguros y la capacidad de resistencia de una "democracia plena". En las sociedades normales se aísla e ignora a los violentos para no darles ni la ventaja de la publicidad porque saben que, a más difusión, más destrucción. En España se les convierte en protagonistas y unidad de medida ética y moral para juzgar y condenar al adversario o a las ideas.

A lo mejor no se acuerdan, porque nada más conveniente que hablar de la violencia de unos pocos para evitar tratar de las cosas que realmente nos afectan a la mayoría, pero todo esto empezó porque en España tenemos un problema con la libertad de expresión. A quienes tiran piedras y queman contenedores les importa una mierda la libertad de expresión, igual que a quienes les usan como coartada o como excusa; a mí sí me importa.

Me importa lo justo Pablo Hasél, ni siquiera me cae bien. Siempre he tenido alguien como él cerca. Todos somos contingentes, solo ellos son necesarios. Siempre eran más radicales que tú, más rebeldes que tú, más antisistema que tú, más comprometidos que tú y si no les bailabas el agua, siempre tenían una mirada a lo Rambo para petrificarte; aunque sin la gracia de Sly Stallone.

Me importan y me conciernen sus derechos, porque son los míos y porque la libertad de expresión debe defenderse sobre todo cuando no te gusta lo que dicen. Ni su afirmación ni el uso de la libertad de expresión puede depender de quién la ejerza. Representa un derecho nuclear en una democracia plena y, en España, lleva una década retrocediendo en lo penal y en lo administrativo; también —de nuevo tan conveniente— en nombre del rechazo a la violencia.

Sin plena libertad de expresión se dificulta la búsqueda de la verdad en el debate público y político. Seguramente por eso se la hace retroceder como derecho en estos tiempos de política hecha tantas veces sobre mentiras, simplezas y medias verdades. La libertad de expresión siempre ha resultado el mejor antídoto contra la propaganda.

Sin plena libertad de expresión se reducen y limitan la calidad y la transparencia en la toma de decisiones públicas. Seguramente por eso se la persigue en estos tiempos donde tantas decisiones se han tomado sin más razón o debate que el dictado de los "mercados", o los "científicos", o los "técnicos", o el "poder judicial". De no haber existido el delito de injurias contra la corona, puede que la mayoría hubiera sabido mucho antes lo que hoy sabe sobre la monarquía.

Sin plena libertad de expresión se cercena la capacidad de desarrollo individual de los ciudadanos y se entorpece la posibilidad de ejercer el derecho a participar en la acción política. Seguramente por eso se la criminaliza en tiempos donde querer ser ciudadano y ejercer como tal significa buscarse problemas: ya pensamos nosotros, ya descubrimos nosotros, ya decidimos nosotros; no se metan en líos, váyanse a casa, miren una serie; ya le diremos nosotros cuál le conviene.




#2 saverius
21 de febrero de 2021. 10:36 h
Respecto a los tan comentados actos violentos, hay una cosa que me ha chocado mucho. He visto hasta la saciedad imágenes de vandalismo y pillaje, sobre todo en Barcelona, donde no aparecía ningún policía que lo evitara. Y a continuación, imágenes de policías apaleando manifestantes en escenarios sin escaparates rotos ni contenedores ardiendo. Da la impresión que donde hay vandalismo no hay policía pegando, y hay policía pegando donde no hay vandalismo. Yo tengo mi explicación, pero lo comento por si a alguien se le ocurre otra...



#14 Petin1
21 de febrero de 2021. 11:41 h
DECIR es libertad de expresión, HACER es cometer. Esta parte violenta de las manifestaciones no son por la libertad del rapero, son para crear incertidumbre y hartazgo en un momento en donde, el cansancio de un año de pandemia, tiene a muchos ciudadanos hasta las crines. El rapero no debió entrar en la cárcel por HABER DICHO, eso es libertad de expresión, a la cárcel deben entrar los que HACEN. Ayer hice un comentario sobre lo dicho por esos militares retirados que dijeron la salvajada de pedir permiso al rey para asesinar a 26 millones de españoles y no están en la cárcel, el rapero no ha sido tan salvaje y le han privado de la libertad. Es muy lógica la parte pacífica de las manifestaciones. La Fiscalía y la Judicatura han patinado. Debemos poder DECIR lo que queremos y cómo lo queremos y no esperar a que nos digan lo que tenemos que querer, pensar y decir



#6 Moon2
21 de febrero de 2021. 10:56 h
Hay que preguntarse a quién beneficia esa violencia desaforada. Pues como insinúa otro comentarista, no es casual que donde hay vandalismo no hay policía pegando, y donde no lo hay la policía da palos. También es muy curioso que si lxs que protestan convocan el lugar por redes sociales minutos antes de que la protesta se haga efectiva, sólo acuden ellxs y la protesta se produce y termina sin disturbios ni palos. Será que lxs "camorritas" no han tenido tiempo de organizarse para acudir. Será que sus colores son el verde fosforito, el azul o el naranja de la china mandarina. Será que quieren crear caos a sabiendas de en quién recaerá la acusación. Qué será, será...


Lo que yo me pregunto es el motivo de que la policía haga el papel de dama de compañía en las manifestaciones de la ultraderecha sin molestarles en absoluto a pesar de que esas manifestaciones-concentraciones no estaban comunicadas a la autoridad competente, y sin embargo con las concentraciones-manifestaciones de la izquierda su comportamiento es bien diferente, los meten en una ratonera por delante y por detras para molerles a palos en la calle de en medio, o bien van directos sin mediar provocación hacia la parte delantera de la manifestación PACIFICA para darles porrazos como se ha visto en varios vídeos.

Así están entretenidos dando porrazos a los manifestantes pacíficos mientras que otros, por la parte de atras se entretienen en causar vandalismo a sus anchas sin que nadie les moleste, me refiero a la policía. Y con ésto no quiero pensar en algo premeditado y consensuado. Sería demasiado grave aunque sólo sea por pensarlo, pero ya sabemos que el pensamiento es libre, y nadie lo puede retener..., al mío tampoco. Y no soy la única que piensa de esa manera....
Claro ,claro...es que los cayetanos con sus cucharas son la ultraderecha ...se comportan con violencia desmedida cuando pasean calle arriba calle abajo con las banderas del estado en el que viven...lanpolicia se comporta sospechosamente permitiendo do que una manifestación pacífica se lleve a cabo....tu distorsionada visión de la realidad es APABULLANTE????????
 

Qué conveniente la violencia​

  • Sin plena libertad de expresión se reducen y limitan la calidad y la transparencia en la toma de decisiones públicas, seguramente por eso se la persigue en estos tiempos donde tantas decisiones se han tomado sin más razón o debate que el dictado de los "mercados", o los "científicos", o los "técnicos", o el "poder judicial"

Antón Losada
@antonlosada

Detalle de los daños en un escaparate roto en la zona de la Puerta de Sol de Madrid tras los disturbios en una manifestación por la libertad de Pablo Hasél. EFE/ Fernando Villar
21 de febrero de 2021 21:15h
48

Hay mucho de burda obscenidad en la facilidad con que episodios aislados de violencia callejera asaltan la agenda pública en España. Da la impresión de que cualquier mercenario o descerebrado puede marcar el debate político y la conversación pública armado únicamente con una muleta, un adoquín o una lata de gasolina para mecheros. Le basta con preparar un escenario, encasquetarse un pasamontañas y esperar a que aparezca una cámara; un ecosistema entregado en cuerpo y alma a convertir su apetito por la destrucción en el juicio de Dios que separa a los demócratas y los no demócratas hará el resto.

Cuesta trabajo escoger qué da más vergüenza ajena, si la indignación por el "terrorismo callejero" entre los mismos medios que anteayer hacían chistes sobre "bombardear Barcelona", si la desvergüenza de Díaz Ayuso al sacar un adoquín para no explicar por qué su partido vendió viviendas sociales a fondos buitre o el alivio de Pablo Casado al convertir en estrellas a quienes los lanzan para no hablar de la agonía de su liderazgo, si la prepotencia socialista al darnos lecciones a todos sobre dónde reside la verdadera democracia o la arrogancia de Podemos al tragarse entero el cebo y poner cara de anhelar más… sobra donde escoger.

No se pueden amortizar mejor un par de cientos de miles de euros de destrozos en mobiliario urbano. Sin quitar gravedad a unos altercados que deben condenarse y prevenirse, lo único irremediable sucedido ha sido el ojo lamentablemente perdido por una chica.

Lo demás lo cubren los seguros y la capacidad de resistencia de una "democracia plena". En las sociedades normales se aísla e ignora a los violentos para no darles ni la ventaja de la publicidad porque saben que, a más difusión, más destrucción. En España se les convierte en protagonistas y unidad de medida ética y moral para juzgar y condenar al adversario o a las ideas.

A lo mejor no se acuerdan, porque nada más conveniente que hablar de la violencia de unos pocos para evitar tratar de las cosas que realmente nos afectan a la mayoría, pero todo esto empezó porque en España tenemos un problema con la libertad de expresión. A quienes tiran piedras y queman contenedores les importa una mierda la libertad de expresión, igual que a quienes les usan como coartada o como excusa; a mí sí me importa.

Me importa lo justo Pablo Hasél, ni siquiera me cae bien. Siempre he tenido alguien como él cerca. Todos somos contingentes, solo ellos son necesarios. Siempre eran más radicales que tú, más rebeldes que tú, más antisistema que tú, más comprometidos que tú y si no les bailabas el agua, siempre tenían una mirada a lo Rambo para petrificarte; aunque sin la gracia de Sly Stallone.

Me importan y me conciernen sus derechos, porque son los míos y porque la libertad de expresión debe defenderse sobre todo cuando no te gusta lo que dicen. Ni su afirmación ni el uso de la libertad de expresión puede depender de quién la ejerza. Representa un derecho nuclear en una democracia plena y, en España, lleva una década retrocediendo en lo penal y en lo administrativo; también —de nuevo tan conveniente— en nombre del rechazo a la violencia.

Sin plena libertad de expresión se dificulta la búsqueda de la verdad en el debate público y político. Seguramente por eso se la hace retroceder como derecho en estos tiempos de política hecha tantas veces sobre mentiras, simplezas y medias verdades. La libertad de expresión siempre ha resultado el mejor antídoto contra la propaganda.

Sin plena libertad de expresión se reducen y limitan la calidad y la transparencia en la toma de decisiones públicas. Seguramente por eso se la persigue en estos tiempos donde tantas decisiones se han tomado sin más razón o debate que el dictado de los "mercados", o los "científicos", o los "técnicos", o el "poder judicial". De no haber existido el delito de injurias contra la corona, puede que la mayoría hubiera sabido mucho antes lo que hoy sabe sobre la monarquía.

Sin plena libertad de expresión se cercena la capacidad de desarrollo individual de los ciudadanos y se entorpece la posibilidad de ejercer el derecho a participar en la acción política. Seguramente por eso se la criminaliza en tiempos donde querer ser ciudadano y ejercer como tal significa buscarse problemas: ya pensamos nosotros, ya descubrimos nosotros, ya decidimos nosotros; no se metan en líos, váyanse a casa, miren una serie; ya le diremos nosotros cuál le conviene.




#2 saverius
21 de febrero de 2021. 10:36 h
Respecto a los tan comentados actos violentos, hay una cosa que me ha chocado mucho. He visto hasta la saciedad imágenes de vandalismo y pillaje, sobre todo en Barcelona, donde no aparecía ningún policía que lo evitara. Y a continuación, imágenes de policías apaleando manifestantes en escenarios sin escaparates rotos ni contenedores ardiendo. Da la impresión que donde hay vandalismo no hay policía pegando, y hay policía pegando donde no hay vandalismo. Yo tengo mi explicación, pero lo comento por si a alguien se le ocurre otra...



#14 Petin1
21 de febrero de 2021. 11:41 h
DECIR es libertad de expresión, HACER es cometer. Esta parte violenta de las manifestaciones no son por la libertad del rapero, son para crear incertidumbre y hartazgo en un momento en donde, el cansancio de un año de pandemia, tiene a muchos ciudadanos hasta las crines. El rapero no debió entrar en la cárcel por HABER DICHO, eso es libertad de expresión, a la cárcel deben entrar los que HACEN. Ayer hice un comentario sobre lo dicho por esos militares retirados que dijeron la salvajada de pedir permiso al rey para asesinar a 26 millones de españoles y no están en la cárcel, el rapero no ha sido tan salvaje y le han privado de la libertad. Es muy lógica la parte pacífica de las manifestaciones. La Fiscalía y la Judicatura han patinado. Debemos poder DECIR lo que queremos y cómo lo queremos y no esperar a que nos digan lo que tenemos que querer, pensar y decir



#6 Moon2
21 de febrero de 2021. 10:56 h
Hay que preguntarse a quién beneficia esa violencia desaforada. Pues como insinúa otro comentarista, no es casual que donde hay vandalismo no hay policía pegando, y donde no lo hay la policía da palos. También es muy curioso que si lxs que protestan convocan el lugar por redes sociales minutos antes de que la protesta se haga efectiva, sólo acuden ellxs y la protesta se produce y termina sin disturbios ni palos. Será que lxs "camorritas" no han tenido tiempo de organizarse para acudir. Será que sus colores son el verde fosforito, el azul o el naranja de la china mandarina. Será que quieren crear caos a sabiendas de en quién recaerá la acusación. Qué será, será...


Lo que yo me pregunto es el motivo de que la policía haga el papel de dama de compañía en las manifestaciones de la ultraderecha sin molestarles en absoluto a pesar de que esas manifestaciones-concentraciones no estaban comunicadas a la autoridad competente, y sin embargo con las concentraciones-manifestaciones de la izquierda su comportamiento es bien diferente, los meten en una ratonera por delante y por detras para molerles a palos en la calle de en medio, o bien van directos sin mediar provocación hacia la parte delantera de la manifestación PACIFICA para darles porrazos como se ha visto en varios vídeos.

Así están entretenidos dando porrazos a los manifestantes pacíficos mientras que otros, por la parte de atras se entretienen en causar vandalismo a sus anchas sin que nadie les moleste, me refiero a la policía. Y con ésto no quiero pensar en algo premeditado y consensuado. Sería demasiado grave aunque sólo sea por pensarlo, pero ya sabemos que el pensamiento es libre, y nadie lo puede retener..., al mío tampoco. Y no soy la única que piensa de esa manera....
Antón Losada y la hueca demagogia. Una cosa es poner límites a la libertad de expresión como a cualquier otro derecho fundamental y otra cosa es el debate sobre las consecuencias penales. La apología del terrorismo, de la violación o de la ped*filia, por poner ejemplos de libertad de expresión, por supuesto que deben ser sancionados. Que se condenen con penas de cárcel es, en mi opinión, contraproducente. Yo lo dejaría en multas económicas. Mucho más efectivas y mucho menos victimizantes. Eso sí, la defensa de la libertad de expresión no puede estar sujeta a ideologías. No vale partirse la cara por un rapero y luego darse golpes de pecho por un chat de jubilados o por una mierda de pintada en la carretera ¿lo pillas Idolo?
 
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