The Beatles. Un día en la vida.

El boom de las reediciones de discos míticos (y no tan míticos), ¿necesidad o negocio?

Creación cultural

Los álbumes más aclamados de bandas como Pink Floyd o The Beatles buscan una nueva vida medio siglo después, pero también los de grupos noventeros

Estos lanzamientos suelen ser objeto de debate: ¿Es necesario retocar discos emblemáticos? ¿Se respeta la obra original? ¿Es el penúltimo intento de salvar la industria discográfica?

Simon Reynolds, que acuñó el concepto 'retromanía', advierte de que muchas ediciones de aniversario llegan "más pronto de lo apropiado"

Mario Escribano
10/02/2019 - 21:05h
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Inauguran en Ciudad de México una exposición de objetos sobre los Beatles EFE

Detrás de las psicodélicas portadas de discos de los 60 no solo había LSD
Los 60 fueron una década prolífica para el pop y el rock anglosajones. Unos años de auge de sonidos que marcarían la música popular durante décadas, con bandas como The Doors, Pink Floyd, The Beatles o The Rolling Stones, que registraron algunos de sus mejores discos en este periodo. Medio siglo después, aquellas grabaciones buscan una nueva vida: las reediciones de álbumes clásicos se están convirtiendo en uno de los fenómenos discográficos contemporáneos.

Las más laureadas -y, por tanto, habituales- suelen ser las del cuarteto de Liverpool, que también fue el que gozó de mayor éxito comercial. El conocido como White Album(1968) –en realidad, es un álbum homónimo– ha sido el último disco en pasar por este proceso, con una edición 50 aniversario que incluye la remezcla de la grabación original, además de decenas de demos.

La tarea ha corrido a cargo de Giles Martin, hijo del mítico productor George Martin –apodado el 'quinto Beatle' por su influencia en el sonido del grupo–, y del ingeniero Sam Okell. "Cuando escuchas las nuevas mezclas, las canciones tienen una nueva vida gracias a la tecnología", contaba el propio Martin en una entrevista al programa La Hora Musa de La 2, donde también explicaba la dificultad de respetar el trabajo original, ya que "no se puede hacer que el White Album suene demasiado bien porque arruina su espíritu" [puedes escuchar las remezclas aquí].


¿Necesitan una revisión las grabaciones?
Más allá de las remezclas de Martin, estos lanzamientos suelen ser objeto de debate entre melómanos y expertos. ¿Es necesario retocar los discos emblemáticos? ¿Se respeta la integridad de la obra original? ¿Son un producto para nostálgicos? ¿El penúltimo intento de supervivencia de las discográficas?

A nivel técnico, "una remasterización supone coger un disco o canción ya editado, estudiarlo, y volver a prepararlo para los nuevos formatos: básicamente, al streaming", explica desde Barcelona Víctor García, responsable de Ultramarinos Mastering. Este técnico de sonido ha trabajado con artistas de diversa índole (Ilegales, La MODA, Toundra), pero también ha remasterizado grabaciones de artistas que van desde Lola Flores, Rumba 3 o Eskorbuto hasta bandas de hardcore de los 90 (Fireside, Hoover).

"Antes el mastering no era un proceso ni remarcable", recuerda, y relata cómo las tecnologías de grabación han cambiado hasta convertirse en "el último proceso creativo en una producción": "Nuestro trabajo ahora es más bien como hacer Photoshop: si hay algo que mejorar, se hace en esa etapa".

Sobre las remezclas, explicita que "es donde más se nota" el cambio. "Todo está separado y puedes hacer lo que te dé la gana", asegura. En cualquier caso, García tiene claro dónde está la línea roja a la hora de retocar una grabación antigua: "Un disco de los 60 está grabado de una forma y tiene una magia que hay que conservar. Lo que hay que intentar es cambiar el sonido, no el disco. Lo que había tiene que quedar para siempre".


"Cuando veo la etiqueta 'remasterizado', huyo corriendo", cuenta por su parte Carlos Abraxas, coleccionista profesional de vinilos -tiene cerca de 8000 ejemplares, entre los que escasean reediciones actuales- y colaborador de Islas de Robinson (Radio 3). "Siempre pongo el mismo ejemplo. Si Goya pintó un determinado punto de un color, la obra es así y no tiene ningún sentido cambiarla, que es distinto a restaurarla", comenta en conversación con eldiario.es.

Abraxas también avisa de que "el avance tecnológico muchas veces no ha supuesto una mejora en la calidad del sonido". "Tengo discos de principios de los 60 en su edición original y son una bomba. Si escuchas cualquier reedición actual, ni se parecen", asegura.

"A veces compro vinilos actuales por una cuestión casi romántica", reconoce este coleccionista. "Los discos de ahora suenan mejor en su versión digital porque se han grabado digitalmente. Otro problema es que no hay muchas fábricas de vinilo, la mayoría en República Checa, y la calidad no es muy allá", añade. "Cuando salieron los primeros CDs de los Kinks, un amigo me dijo 'mira qué bien suenan', pero eso sonaba a lata. Supongo que la propaganda hacía que la gente se engañara a sí misma", cuenta a modo de anécdota.

Simon Reynolds, periodista y crítico musical británico, destaca que "el gran proyecto de remasterización y reedición de discos fue una iniciativa muy valiosa y los resultados sonaron fantásticos", aunque admite la escasa calidad de las primeras transferencias a CD, "hechas con prisas".

Para este periodista, que ha publicado recientemente Como un golpe de rayo: el glam y su legado, de los setenta al siglo XXI (Caja Negra, 2018), "la cuestión de si la gente está escuchando los discos como se supone que deberían ser escuchados es algo complejo", ya que "para recrear cómo sonaron en su tiempo, deberían escucharse a través de una radio de transistores, un pequeño tocadiscos Dansette o una jukebox".

"La forma en la que la mayor parte de la gente escucha música a día de hoy –con auriculares o pequeños altavoces de ordenador– propicia una calidad muy baja, que consigue algo del efecto original casi por accidente", bromea.

¿Retocar grabaciones de hace 20 años?
Los lanzamientos de discos de los 90 (y posteriores) son los que más han sembrado la polémica. A veces, surgida de los propios artistas. "¿Cómo puedes remasterizar algo que ya fue masterizado?", escribía Liam Gallagher en 2014, tras conocer que habría una reedición para el vigésimo aniversario de Definitely Maybe (1994), disco debut de Oasis. De hecho, pedía directamente a los fans que no lo compraran: "Pasad".

La queja del pequeño de los Gallagher no pareció tener mucho impacto. Dos años después también se editaba una remasterización de (What's The Story) Morning glory? (1996), segundo álbum de los británicos. Casualmente, este trabajo pasó a los anales de la producción musical por haber iniciado las llamadas 'guerras del volumen' modernas, una lucha por quién subía más los niveles de volumen en las grabaciones digitales, carentes del ruido propiciado por las analógicas.


Liam Gallagher

✔@liamgallagher


HOW CAN YOU REMASTER SOMETHING THATS ALREADY BEING MASTERED.DONT BUY INTO IT.LET IT BE LG X


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1:42 - 1 mar. 2014
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Otro lanzamiento que sorprendió por su prontitud fue el de Ok Computer (1997), tercer disco de los también británicos Radiohead, que tuvo su 20 cumpleaños en 2017. "Hay discos que, aunque tengan 20 años, su sonido es moderno, ya que las tecnologías no han cambiado tanto desde entonces. La estética de sonido es la misma", comenta García, el técnico de Ultramarinos Mastering. "Lo que muchas veces buscan las discográficas es conseguir más volumen para que sus discos suenen más fuerte que el del competidor. Ecualizar más agudos, dar más compresión o más volumen... No siempre es mejor", añade.

La otra cara de este fenómeno es la aceleración del "proceso por el que las cosas merecen una reedición de aniversario mucho más pronto de lo que parecería apropiado", comenta Simon Reynolds: "La primera vez que me di cuenta de esto fue cuando, en 2012, se publicó la edición 10 aniversario del disco debut de Interpol, Turn On The Bright Lights (2002)".

A su juicio, no solo fue "demasiado prematuro" y no era "tan significante como para merecer una conmemoración de este tipo". "Si el proceso sigue acelerándose, pronto veremos lanzamientos del quinto aniversario", comenta con sarcasmo.

Este crítico musical acuñó este fenómeno como 'retromanía', lo que le llevó a publicar el libro Retromanía: la adicción del pop a su propio pasado (Caja Negra, 2012). El inicio de esta tendencia puede situarse, incluso, en los años 70 pero Reynolds ubica su apogeo en la llegada del siglo XXI: "El pop y el rock tienen ahora una historia sustancial tras ellos, así que hay un montón de material que se puede referenciar y reciclar". Así, destaca que "Internet es lo que realmente ha creado la 'mania' en gran parte, ya que puedes acceder al pasado de forma fácil, rápida y sin apenas coste". "Esto hace que no vivamos en el presente cultural, que es a lo que solíamos estar condenados antes de que apareciese Internet", apunta.

El rescate de la industria
La 'retromanía' parece describir la tendencia del mercado discográfico actual: el vinilo ha vuelto y es el único soporte físico que crece año tras año: solo en 2017 se vendieron un 46% más de vinilos que el año anterior, aunque está lejos de alcanzar las cuotas de antaño y su subida no parece que vaya a compensar la bajada del CD. En cambio, no existen registros que permitan identificar el número de reediciones publicadas cada año, según confirman a eldiario.es desde SGAE y Promusicae, aunque sí es habitual que algunos de estos lanzamientos alcancen puestos relevantes en las listas de ventas.

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Imagen promocional con los distintos formatos de la edición 50 aniversario del White Album de los Beatles

"La industria musical ha quebrado, ya no es lo que era. Lo único que se vuelve a consumir a nivel de comprar discos es el vinilo y no sé hasta cuándo durará", comenta García, preguntado por la caída de ventas del formato físico. "Quieren sobrevivir y llegar a sus cuotas de éxito y de lujo que tenían antes, cosa que no creo que vaya a pasar. Eso significa que ahora hay que coger los clásicos y venderlos como un nuevo producto: remasterizarlos, editarlos en vinilo, hacer una portada distinta, una edición doble, 180 gramos...".

Aunque Reynolds considera que entre el material que está siendo "relanzado y dilatado" puede ser "deseado por fans" o tener "interés histórico", avisa de que "se ha puesto en marcha una explotación de los fans. "Por ejemplo, los discos de los 70 de Pink Floyd han sido reempaquetados una y otra vez en cajas carísimas", afirma.
https://www.cotilleando.com/threads/the-beatles-un-dia-en-la-vida.118228/
 
'Yesterday', la película sobre cómo sería un mundo sin The Beatles

El nuevo filme dirigido por Danny Boyle y con guion de Richard Curtis se estrenará en junio de 2019 y contará la historia del único hombre que recuerda a la banda de Liverpool

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Yesterday Universal Pictures
LUPE CARRASCO
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PUBLICADO 13.02.2019 - 08:38
ACTUALIZADO 13.2.2019 - 8:39

¿Qué ocurriría si nadie en el mundo supiese que The Beatles han existido? De un día para otro, la civilización habría olvidado a una de las bandas más importantes de la historia de la música. Todo el mundo excepto un hombre, que tendría entre sus manos la oportunidad de convertirse en un compositor insólito. Esta es la nueva historia que contará en la gran pantalla el director Danny Boyle de la mano de Richard Curtis en 'Yesterday'.

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Con el título del tema escrito por Paul McCartney para los de Liverpool que se lanzó en el 65, Bale prevé estrenar el filme el próximo mes de junio. Contará con Himesh Patel, Lily James, Kate McKinnon, Ed Sheeran, Ana de Armas, Lamorne Morris y James Corden en su reparto y el guion será de Curtis.

Curtis ya es un mítico de la escena cómica norteamericana. Ha escrito los textos de las películas 'Cuatro bodas y un funeral' (1994), el filme de Mr. Bean (1997), 'Nothing Hill' (1997), 'El diario de Bridget Jones' (2001), 'Love Actually' (2003) o 'Cuestión de tiempo' (2013), entre tantas, y ahora vuelve con la comedia musical 'Yesterday'.

En esta ocasión, el filme promete desvelar cómo sería la vida sin Los Beatles y cómo sería descubrir, de repente, la magia de sus letras y acordes, de la nada. Cómo sería que un hombre pasase de una vida normal llenar los estadios como ya hicieron los de Liverpool.

Ni rastro de Los Beatles ni de Paul MacCartney ni de John Lennon ni de Ringo Starr ni de George Harrison ni, por supuesto, de sus letras. Boyle descubrirá cómo sería conocer la música de los ingleses y el mayor fenómeno musical de la historia en la sociedad actual, pero habrá que esperar cuatro meses para saber qué contará la nueva producción del creador de 'Slumgdog Millionaire' o 'La Playa'.
https://www.vozpopuli.com/altavoz/cultura/Yesterday-pelicula-2019-beatles-musica_0_1218178261.html
 
LA FOTO DE LOS BEATLES PERDIDA Y HALLADA


Posted by Jesús Sanz Morales | 15 Feb 2019 | Noticias Musica | 0

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A veces ocurren pequeños milagros como este. Una foto perdida de los Beatles que es descubierta 55 años después de que se tomara. El pequeño negativo de la fotografía quedó olvidado en un cajón durante más de cinco décadas.

La imagen muestra a The Beatles tocando un concierto en Great Yarmouth en el apogeo de su fama en 1963, al inicio de la beatlemania.


Los Fab 4 ya habían tocado en la localidad costera a finales de junio de ese año, y regresaron al ABC Cinema de Regent Road el 28 de julio para hacer dos sets a las 6 de la tarde y a las 8:15. Tuvieron de teloneros a The Kestrels y The Trebletones.

Un equipo de la RAI filmó esa segunda sesión de los Beatles desde el balcón del cine.Posteriormente regresaron a Londres para grabar al día siguiente “She Loves You” y “I´ll Get You” en los estudios Abbey Road.


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El semanario Great Yarmouth Mercury ha informado que el negativo de la imagen, se encontraba sin revelar en la casa de Peter Harrison, de 75 años, quien salvó el negativo cuando trabajaba como aprendiz en el estudio de un fotógrafo. Tenía 17 años en ese momento.

Harrison le dijo a Great Yarmouth Mercury que su jefe, el Sr. Fisher, había tomado varias fotos publicitarias de la banda cuando vinieron a tocar en la localidad. Aunque la mayoría de los negativos acabaron en la basura, Harrison logró salvar uno de ellos y tuvo la intención de revelarlo en casa.

“Intenté hacer mis propias impresiones en blanco y negro en casa, pero nunca lo logré”, le ha contado al periódico.

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El negativo continuaba sin revelar en el cajón de Harrison hasta que su hijo acabó un curso de fotografía y reveló a The Beatles tocando en el ahora demolido ABC Cinema en Great Yarmouth:

“¡Esto ha causado un gran revuelo! Lo he tenido durante 55 años en mi casa, en un cajón … Mi hijo estaba tomando un curso de fotografía en blanco y negro y le dije: ‘Tengo un negativo aquí que puede que te interese’.”

“Originalmente iba a ser desechado. El fotógrafo profesional tomó más de una toma de The Beatles para una foto publicitaria y él solo tenía una de repuesto. Solo pensé, ‘¡Oh, tendré esa por favor!'”.



ABOUT THE AUTHOR
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Jesús Sanz Morales
Uno de los grandes expertos de este país en música rock y pop . Empezó su carrera en PLASTICOS Y DECIBELIOS hace ahora más de diez años y desde entonces ha colaborado en varias publicaciones musicales de gran prestigio.
 
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Felipe Retamal N.
15 FEB 2019

Discos quemados, un petardo y el Ku Klux Klan: cuando The Beatles fueron más populares que Jesús
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Una entrevista que John Lennon concedió en marzo de 1966 generó una inusitada reacción en Estados Unidos cuando fue republicada cinco meses después, ad portas de la tercera gira de la banda por el país del norte. La suma de amenazas y problemas empujaron a los de Liverpool a dejar de tocar en vivo de forma definitiva.

John Lennon estaba nervioso. Sabía lo que le esperaba cuando arribara a Estados Unidos para la tercera gira estadounidense de los Beatles, el 11 de agosto de 1966. La prensa y la fanaticada local esperaban sus explicaciones por unas declaraciones que en el país del norte habían causado especial molestia y habían provocado que algunas emisoras radiales se negaran a pasar su música e incluso, se organizaran piras para quemar sus discos.

“El cristianismo se irá. Desaparecerá y se encogerá. No necesito discutir sobre eso, tengo razón y voy a tener razón. Nosotros ahora somos más populares que Jesús, no sé qué se irá primero, si el rock and roll o el cristianismo. Jesús estaba bien pero sus discípulos eran ordinarios, son ellos los que para mí lo arruinan”, esas fueron las afirmaciones que habían causado el escándalo que el músico debía enfrentar.



En rigor, todo el embrollo se originó cinco meses antes, en marzo de ese año. El diario inglés London Evening lanzó una serie de artículos semanales titulados “¿Cómo vive un Beatle?”, los que estuvieron a cargo de la reportera Maureen Cleave. Ella ya conocía al grupo, les había seguido desde el estallido de la Beatlemania e incluso había viajado con ellos a su primera gira por Estados Unidos en 1964. Por tanto, les generaba confianza y no les extrañó que ella eligiera entrevistar a cada uno de ellos por separado.

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El artículo original publicado por London Evening
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“Maureen era una persona muy interesante, con la que se podía hablar.Todos nos dejamos entrevistar por ella. Siempre nos sentíamos atraído por cualquier periodista que fuera un poquito más inteligente de lo habitual, porque podíamos hablar con ellos”, cuenta Paul McCartney en el libro The Beatles Anthology,

La entrevista (puedes leerla completa acá) detalla ciertos aspectos de la vida cotidiana del creador de “Help!” en su mansión de Weybridge. Se describe el lugar, su gusto por mirar la televisión y se detallan algunas observaciones sobre sus posesiones, como sus autos, su máquinas grabadoras, su gato y un traje de gorila. Es decir, nada fuera de lo común a un artista millonario y un tanto excéntrico.

Las palabras sobre la religión se enmarcaban en un contexto de creciente secularización de la sociedad, lo que había obligado a la Iglesia Católica a realizar el Concilio Vaticano II, el que se había clausurado en diciembre del año anterior. Posiblemente la cercanía de esa noticia hizo que el tema estuviera en el aire, pese a que Inglaterra es un país anglicano. De hecho McCartney y Harrison -cuyas familias eran de origen irlandés- habían sido bautizados como católicos, pero no eran practicantes.

Cuando el texto fue publicado, no ocurrió mayor polémica. En abril los fab four comenzaron las sesiones de grabación del álbum Revolver y para mayo se esperaba el inicio de una nueva gira mundial que pasaría por algunas ciudades inglesas, Alemania, Japón y cerraría en Estados Unido.

“Pensé que me matarían”
En julio la revista estadounidense Datebook publicó las entrevistas de Cleave. Pero la diferencia con la de London Evening es que en el caso de Lennon, el editor Art Unger decidió titularla con la frase del Beatle sobre la religión. Allí empezó todo el conflicto, especialmente en el área del “cinturón de la biblia”, el área del sur tradicional del período colonial. La polémica estalló a días de la llegada de la banda al país, lo que motivó al mánager Brian Epstein a reaccionar.

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“Los americanos estaban furiosos por el comentario, así que Brian sugirió a John que grabara un comunicado explicando lo que había querido decir y lamentando todo el entuerto. Concertaron una cita en el estudio de George Martin, pero luego hubo un cambio de planes”, relata Neil Aspinall, el asistente del conjunto en The Beatles Anthology.

Pero el músico se negaba a emitir declaraciones, básicamente por temor. “Yo no quería hablar porque pensé que me matarían, porque allí se toman las cosas terriblemente en serio. Quiero decir que te pegan un tiro y luego se dan cuenta de que la cosa no era tan importante”, comenta en el libro antológico. Unas palabras que resultarían proféticas.

El compositor no exageraba. Entonces solo habían pasado tres años desde el asesinato del Presidente John F. Kennedy y todavía estaban latentes los violentos disturbios originados en la lucha por lo derechos civiles de los afroamericanos en el sur, como el ocasionado por la negativa de la Universidad de Mississippi a aceptar el ingreso del joven negro James Meredith.

Como el plan de sacar una disculpa grabada no prosperó, Epstein se vio obligado a viajar de urgencia al país de Elvis Presley para emitir un comunicado oficial, en que sostuvo la idea de que el artículo del Datebook había tergiversado las palabras del guitarrista.

“Las declaraciones que John Lennon hizo a una columnista de Londres hace unos tres meses han sido sacadas de su contexto. Lennon está profundamente interesado en la religión, y estaba manteniendo conversaciones muy serias con Maureen Cleave”, detalló el representante en su pauta, esperando que con ello la tormenta amainara. Pero se equivocó.

En Chicago, el autor de “Day tripper” tuvo que enfrentar a los medios y trató de explicar sus palabras, aunque siempre con su particular estilo. “Si hubiera dicho que la televisión es más popular que Jesucristo, quizá no hubiera pasado nada. Siento haber abierto la boca. Ocurrió que estaba hablando con una amiga y ocupé la palabra ‘beatles’ como una cosa remota, tal como nos ven los demás”, señaló.


Un sonido que estremeció Memphis
“Cuando llegamos al cinturón de la biblia, allá abajo en el sur, la gente golpeaba las ventanillas con los puños. Me acuerdo de un chico de 11 o 12 años que empezó a aporrear los cristales del auto. Si hubiera podido llegar hasta nosotros creo que nos hubiera matado. Eso hizo que empezáramos a tener serias dudas sobre las giras. Todas habían ido de maravilla pero ya estábamos un poco hartos”, recuerda Paul McCartney en The Beatles Anthology.

El 19 de agosto, los fab four debían presentarse en el Mid South Collisseum de Memphis. A su llegada a la ciudad fueron llevados de inmediato al recinto con fuerte escolta policial ya que el Ku Klux Klan había amenazado con atentar contra ellos. Incluso el predicador local Jimmy Stroad se manifestó afuera del estadio con algunos de sus seguidores. Ese día debían hacer dos presentaciones, algo habitual para la banda, pero la primera se retraso una hora debido a una amenaza de bomba.


Durante el segundo show, mientras tocaban el tema “If I Needed Someone” un estallido se sintió en el recinto. Los integrantes de la banda inmediatamente miraron a John, quien afortunadamente aún estaba en pie e ileso. Al final resultó ser un petardo que había sido lanzado por dos chicos de quince y dieciséis años quienes fueron arrestados por la policía. Al terminar de tocar literalmente los ingleses huyeron del estadio aún vestidos con sus trajes de actuación, mientras eran perseguidos por manifestantes. Lo peor para ellos es que los problemas no terminarían.

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En Cincinatti, el concierto debió retrasarse un día pues una fuerte tormenta había mojado el escenario y los músicos corrían el riesgo de electrocutarse. “Cuando Mal [Evans, roadie del grupo] llegó a montar el equipo preguntó donde estaba la toma de electricidad ‘¿Qué toma de electricidad?’ le respondieron. Ni siquiera sabían que tocábamos guitarras eléctricas. Estaba todo tan mojado que no pudimos actuar”, cuenta George Harrison en The Beatles Anthology.

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No más giras
Ya en sus escalas en Japón y en las Filipinas los hombres de “A hard day’s night” debieron enfrentar diversas reacciones adversas por parte de grupos conservadores frente a diversos acontecimientos que consideraron provocadores, los que incluso habían terminado con Brian Epstein pagando fuertes sumas de dinero para continuar los viajes (al respecto lee más en este artículo).

Agobiados por los problemas, los de Liverpool comenzaron a evaluar la posibilidad de dejar las giras. Además la técnica de los conciertos en vivo no estaba desarrollada y, en algo insólito para nuestros días, el cuarteto no tenía monitores de piso, sonidistas o un equipo de asistentes preparados. Simplemente llevaban sus enormes amplificadores Vox de 100 watts, un órgano que a veces Lennon usaba para tocar “I’m down” y nada más, tal como si tocaran en un club en Inglaterra. Por ello prácticamente no se oían tocar.

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“En 1966 las giras comenzaban a volverse aburridas y yo estaba bastante harto de ellas. En las actuaciones nadie nos escuchaba. Al principio nos daba igual, pero llegó un momento en que tocábamos fatal y yo me había unido a The Beatles porque eran el mejor grupo de Liverpool”, detalla Ringo Starr en la antología.

“George y John eran los que estaban más hastiados con las giras, y estaban particularmente hartos de ellas. Así que acordamos no decir nada, pero no saldríamos más, agrega McCartney en el mismo volumen.

Además, la música que grabaron para el álbum Revolver, y el single “Paperback Writer”/”Rain”, era notablemente más compleja que la compuesta hasta entonces. Esta incluía capas de arreglos, ensambles orquestales y varios overdubs que no podían reproducir en escena. Por ello se habían limitado a tocar solo lo que podían.

En esa temporada arrancaban los shows con la versión de “Rock and roll music” que habían registrado para Beatles for sale(1964), además de algunos sencillos como “I feel fine”, caras B como “She’s a woman”, canciones del disco Help! y dos de Rubber Soul -“If I Needed Someone” y “Nowhere man”-.

Así llegó el 29 de agosto. En el Candlestick Park de San Francisco, ofrecieron su último show. “Ahí dejamos nuestras cámaras fotográficas encima de los amplificadores y pusimos el disparador automático. Luego parábamos entre canción y canción. Ringo dejaba la batería y nos poníamos delante de los amplificadores vueltos de espalda al público y nos hacíamos fotos. Sabíamos que no volveríamos a pasar por aquello. Necesitábamos descansar”, cuenta Harrison en el libro de antología.

En ese texto, el autor de “Taxman”, agrega. “Mientras los demás enloquecían nosotros éramos las personas más cuerdas que había en todo el asunto”.

http://culto.latercera.com/2019/02/15/beatles-mas-populares-que-jesus/
 
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