El apaño de la boda se comprende.
Su vida en Barcelona y sin trabajo hacia que la gente le sacara las cuentas.
De hecho, incluso cuando estaba enchufada en el Ayuntamiento le sacamos las cuentas, y el sueldo NO le daba ni para el cincuenta por ciento del mantenimiento de su vida en Barcelona. Luego en la tele un grupo de periodistas le sacaron las cuentas también. Y criticaron su enchufe. A continuación el Ayuntamiento la despidió.
Menos cuadre para sus cuentas. A ver quien puede vivir esa vida sin tener ingresos.
Luego ella vio en el señor albornoz a un príncipe. Vamos mejor solución no se le ocurría.
Y se apresuró a enseñarnos el anillo.
Claro un apaño es un apaño y tiene sus compensaciones. El problema, es, ser capaz de soportar el apaño.
No todo el mundo sirve, para mantener en el tiempo, un matrimonio por interés.
Esto petó de golpe al segundo mes de la boda.
Algo privado sucedió. Y fue durante las primeras semanas tras la boda.
Fue decisivo.
Y les han hecho esperar un tiempo para divorciarse.
Les pareció demasiado escandaloso divorciarse a las pocas semanas de haberse casado.