Tamara Falcó. Boda con Iñigo Onieva. Julio 8, 2023.

Sab 28 Jul, 2018 3:19 am

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TAMARA FALCÓ
VACACIONES EN LA BUCHINGUER PARA PERDER PESO

Desaparecida desde hace más de dos meses, la hija de Isabel Preysler irá a la clínica marbellí en agosto para bajar los cerca de ocho kilos ganados. Ya estuvo el verano pasado con su madre y Mario Vargas Llosa para soliviantar sus problemas de tiroides.

CARLOS S. GÓMEZ


EL PASADO VIERNES 13 DE JULIO SE DEJÓver públicamente por Palma por primera vez desde la última edición del Open de Tenis Madrid, celebrado a mediados de mayo. Tamara Falcó (36) pasó toda la jornada en la tienda Paula’s Room, ubicada en el casco antiguo de la capital balear, para encontrarse con los clientes y presentarles de primera mano la primera colección de su marca de ropa, TPF.

El retiro voluntario de más de dos meses de la hija de Isabel Preysler y el marqués de Griñón se debe a una subida de cerca de ocho kilos en relación a su peso normal. Es por ello por lo que la socialitereconvertida en diseñadora recurrió a una especie de capa ligera en su reaparición con el objetivo de tratar de disimular su figura. “No se siente bien con su cuerpo actual porque ella siempre ha estado más delgada. Los amigos le dicen que está bien, pero tener una madre como la suya o una hermana como Ana, con unas medidas tan controladas, no ayuda demasiado”, cuentan desde el entorno de Tamara.

“Tiene miedo a que saquen noticias como las de hace dos años. Por eso, no ha ido estas últimas semanas a las fiestas a las que le han invitado”, apostilla a LOC la misma fuente, que hace referencia a los comentarios sobre su aumento de volumen en 2016, que se produjo por unos problemas de tiroides que afectaron a su metabolismo. En concreto, la hija de Isabel Preysler ganó más de 20 kilos en aquella ocasión y la presión mediática fue tan asfixiante para ella que terminó recurriendo a ayuda terapéutica, según cuentan ahora desde su círculo.

“Me afectó bastante al principio, pero he aprendido a apreciar las curvas femeninas. Antes era todo sobre la delgadez y, de repente, empecé a ver que tengo otras cosas”, reconoció la ahora diseñadora en noviembre de 2016, cuando alcanzó su peso máximo. “También hay que ver otros casos de niñas que están amargadas por su físico, con enfermedades, etc. Todos colaboramos un poco con ello. Creo que es un error y hay que reivindicar la belleza”, afirmó entonces.

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UNA TRADICIÓN FAMILIAR

El verano pasado, Tamara acudió a esta clínica-resort con su madre y Mario, quien no falta ningún verano desde 1986. Después de poner fin a 50 años de matrimonio, Mario y su ex continuaron con su cita anual en la Buchinger por separado. De hecho, ese año, casi coinciden con Patricia, que había abandonado la clínica un día antes de que llegaran Isabel Preysler, junto a su hija y Mario Vargas Llosa.

Al mostrarse poco constante a la hora de realizar una rutina semanal de ejercicios, Tamara tiene la intención de visitar Marbella en agosto para pasar unos días en la clínica Buchinger-Wilhelmi y someterse a un tratamiento con el que recuperar la línea. Previsiblemente, lo hará en compañía de su madre y la pareja de ésta, Mario Vargas Llosa.


UN LUJOSO TRATAMIENTO

Por tres semanas de ayuno terapéutico bajo supervisión médica, los clientes de este exclusivo centro desembolsan entre 5.660 y 33.900 euros, aunque también existe los programas de 10 días, cuyos precios oscilan entre los 3.010 y los 17.490 euros, y la opción de una semana de duración, de entre 2.582 y 12.718 euros. La variación económica depende del tipo de habitación que se solicite, que existe la posibilidad de alojarse en cuartos de 16 metros cuadrados y hasta de suitescon 84 metros cuadrados más otros 24 metros de terraza.

Ya el verano pasado Tamara acudió a esta clínica-resort marbellí con su madre y el premio Nobel, quien no falta ningún verano desde 1986. De hecho, después de poner fin a sus 50 años de matrimonio, Mario y Patricia Llosa continuaron con su cita anual en la Buchinger por separado: ella con alguno de sus tres hijos y el autor de La fiesta del Chivo lo hacía por su cuenta hasta que consiguió reclutar a su novia y a Tamara Falcó en agosto de 2017. Todos ellos se someten a “un programa integrativo y multidisciplinar” que “no está orientado únicamente a conseguir el bienestar físico, sino que está destinado al ser humano en su totalidad, es decir, en todo lo que afecta a su estado físico, psíquico y espiritual”, según se explica desde la web oficial de esta clínica, que recurre también a la medicina naturista, la fisioterapia, la medicina psicosomática y la meditación. “Podrá fortalecer su sistema inmunitario, activar sus fuerzas autocurativas, tratar numerosas enfermedades crónicas y, en general, incrementar su vitalidad y bienestar”, se afirma desde la página oficial de Buchinger, donde se detallan las distintas actividades disponibles: clases de pilates, de zumba, de baile, ejercicios de meditación, gimnasia acuática y sesiones de silencio… La clientela vip que solicita tales servicios es de lo más variopinta: desde el actor Sean Connery hasta Isabel Sartorius, pasando por Bryan Ferry, ex cantante de Roxy Music; Chenoa o Isak Andic, dueño de Mango. Otra de sus clientas habituales también ha sido Carmen Sevilla, así como el ya fallecido Jesús Gil.

Los programas de la Buchinger también ayudan a prevenir el estrés, algo que viene sufriendo Tamara Falcó desde hace meses. La hija de Isabel Preysler lleva cerca de dos años volcada en el lanzamiento de su propia firma de moda, concluido hace poco más de un mes. Afortunadamente, el tiempo invertido está resultando más que productivo porque que, según comentan los amigos de la socialite, ella se encuentra “súper contenta” con la recepción de sus diseños, cuyos precios oscilan entre los 180 y los 795 euros. Es más, tres de las 10 prendas que se pusieron a la venta en su tienda online ya están agotadas.


LA OTRA CRÓNICA EL MUNDO SÁBADO 28 DE JULIO DE 2018
Con lo barato que resulta pasar hambre en casa.
 
Tamara Falcó fracasa en su intento de perder peso en la Buchinguer y prefiere no ser vista en fiestas ni presentaciones
Informalia
29/08/2018 - 11:09
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Isabel Preysler (67) se siente cohibida y reducen al máximo sus apariciones públicas desde que la talla que su cuerpo le exige pasa de la 40, una talla muy normal pero que a ella no le hace sentirse bien.

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No la vemos en saraos VIP, y nos insisten en que por mucho que se le insista en que es una mujer normal, que no edebe estar acomplajada, ella no sale por no encontrarse demasiado bien consigo misma tras haber recuperado algo más de ocho kilos. "Tamara no se siente bien con su cuerpo actual porque ella siempre ha estado más delgada. Los amigos le dicen que está bien, pero tener una madre como la suya o una hermana como Ana, con unas medidas tan controladas, no ayuda demasiado", aclaran desde el entorno de la hija de Carlos Falcó.

Su ausencia en eventos a llegada del verano; como las galas Starlite, donde era una habitual, dispararon las alarmas. Su penúltima aparición tuvo lugar el pasado 13 de julio en Palma de Mallorca, en la tienda Paula's Room, donde se encontró personalmente con clientes de la boutique para presentarles personalmente la primera colección de su firma: TPF, tal y como recogimos en Informalia. L

La presencia de Tamara Falcó en los Prix Marie Claire de la moda, a finales de 2016, donde recibió el Premio a Icono del Año, sorprendió por su espectacular cambio físico. Su cuerpo esbelto, incluso en ocasiones demasiado delgado, pasó a ser algo más voluminoso; y ante eso, explicó: "Tengo un problema de tiroides que, aunque ya estoy poniendo todo para solucionarlo, es largo y pesado. En un primer momento me agobió bastante pero luego he aprendido a amar las curvas femeninas", dijo.

Pero fue en el verano del pasado año cuando tomó la determinación de ingresar junto al novio de su madre, Mario Vargas Llosa (82), en la clínica Buchinger-Wilhelmi de Marbella, en la que se sometió a un tratamiento con el que recuperó su estado físico anterior casi al completo. Tamara Falcó lo ha intentado de nuevo pero estamos a finales de agosto y la primera imagen suya que se ha filtrado atestigua que ha fracasado, que esta vez no ha funcionado.

Sus colecciones son reducidas, de aproximadamente 15 modelos distintos, de los que llevó tres unidades de cada uno. Los precios de sus diseños oscilan entre los 200 y 300 euros y las telas son de seda y algodones de calidad muy bien confeccionados.

La venta fue todo un éxito y agotó existencias, por lo que piensa volver en octubre para vender personalmente la colección de otoño también. Tras la jornada, Tamara dio las gracias a las clientas que acudieron a la boutique a través de sus redes sociales.
 
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¡Maresanta! Es que además la nena se declara activista feminista. Precisamente ella, con toda la musaraña conservadora y las tonterías de clase que se manda, feminista. En una de éstas nos sorprende declarándose abortista, antisistema y hasta lesbiana. Para allá va, sin saber ni importarle lo que eso signifique, pero sí sabiendo que se supone está IN. Y eso es lo que importa. Ya lo demostró con el sancocho mental que se hizo entrevistando al padrastro, cuando asoció el liberalismo con hacer lo que se te pegue la gana, y que eso es mega cool y tal. Respecto al feminismo también debe estar clarísima. Clarísima.
Feminista de postureo, de esas hay unas cuantas, no solo Tamara. Pero, para ser sincera, la impresión que me da siempre esta chica es que el encefalograma es plano. Eso sí, no le veo maldad alguna y nos hace pasar ratos divertidos.
 
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Bueno, cuando las cosas son ciertas. En el hilo de la paca, justo comentábamos la moda sifrina de presumir mediáticamente la sensibilidad social y la "caridad" cristiana hacia los pobres del mundo, a costa de los niños africanos. Y mira esto.
Asco absoluto. Odio este tipo de imágenes de la mano de unos "negritos". Menores de edad,para más señas, y que según la ley de nuestro país deberían estar protegidos por la ley de protección de datos.
 
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