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El es un minimandibula con menos voluntad que una piedra.
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El es un minimandibula con menos voluntad que una piedra.
Este o esta persona Lilly o como se llame realmente esta obsesionado con la reina Letizia, sera que es una de las que quiso y no pudo con Felipe....... se que me odiaran muchos con este comentario pero de verdad que lo unico que me causa este tema de este sr o sra es risa.
De veras que cuando uno odia a alguien todo lo saca de contexto.
No estoy de acuerdo contigo, se nota que es alguien que entiende de protocolo, tanto civil como militar y no se inventa nada...Todo lo que recoge es lo mismo (las más de las veces lo que decimos aquí, a no ser claro, según tu opinión que casi todas las foreras de cotilleando tuviéramos pretensiones de casarnos con el mayor bobo de españa....). Y la única culpable de que se le critique la tiene Leticia por actuar mal...
No estoy de acuerdo contigo, se nota que es alguien que entiende de protocolo, tanto civil como militar y no se inventa nada...Todo lo que recoge es lo mismo (las más de las veces lo que decimos aquí, a no ser claro, según tu opinión que casi todas las foreras de cotilleando tuviéramos pretensiones de casarnos con el mayor bobo de españa....). Y la única culpable de que se le critique la tiene Leticia por actuar mal...
Publicado el 6 de mar. de 2015
Presentamos estas imágenes inéditas e insólitas, donde puede comprobarse la auténtica actitud de Felipe El Preparao en este tipo de actos oficiales, a los que tiene que acudir como consecuencia de sus obligaciones oficiales.
Le vemos sentado en su escaño, con ademán de zángano, sin ningún documento sobre la mesa, tratando de disipar su aburrimiento abriendo un botellote de agua.
Ha tenido que cumplir con las reglas de la organización y lleva prendido de la solapa de su chaqueta un pin dorado, que le identifica como representante de la jefatura del Estado. En unos momentos, cuando el camarógrafo iba a tomar unos primeros planos de Felipe El Preparao, este opta por levantarse y abandonar la sala, gesto muy insolente y desconsiderados con quienes le han invitado y nada protocolario.
Comportamiento muy insensato, con hechos y gestos inapropiados, que revelan el verdadero carácter de zángano del funcionario royal español.