Antonio el Bailarín es el padre de Fernando Martínez de Irujo, o eso dijo él en sus memorias. Yo sí que me lo creo, teniendo en cuenta que a la Duquesa siempre le han gustado los hombres "sensibles". De Jesús Aguirre se ha dicho que le gustaba la carne y el pescado, y en un programa de TV apareció un señor con unas cartas muy cariñosas que le había escrito Alfonso Díez.
¡Quién te ha visto y quién te ve! - La jet-set (ayer y hoy)
- AutorVioleta67
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Sí, eso se dice por los mentideros de Madrid. Y que el editor podría ser de Paco Umbral. Y la niña, presunta nena de un ganadero sevillano.
Ella siempre ha hecho lo que le ha dado la gana, y como dijo hace poco, ningún hombre que le gustó de verdad se le resistió.
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Si lo es, pues fue más o menos incesto, porque Cayetana es prima suya y siempre se han tratado de manera fraterna.
Yo no lo creo tanto, porque salvo Fernando, los otros hijos varones son bastante parecidos al padre. Jacobo y Cayetano le heredaron la estatura. Y a los otros dos, les dejó algunos rasgos que suavizaron los de Cayetana.
Última edición:
«¡Que me caso con el barón Thyssen!»
Javier Osborne, ex director de «Diez Minutos» y «¡Hola!», publica su último libro con infinidad de anécdotas con grandes personajes del corazón
Elena Barrios - Madrid.
El nuevo libro del periodista Javier Alonso Osborne no es un ensayo ni unas memorias. Es una obra cargada de anécdotas y experiencias del autor junto a grandes personajes del «cuore». Personajes que Osborne tuvo ocasión de conocer desde la privilegiada atalaya que otorga el trabajar para revistas como «Diez Minutos», medio del que fue director durante la transición y la apertura democrática; así como «¡Hola!», de la que fue subdirector y director.
«Javier escribe con una gracia, una sencillez, una facilidad y una elegancia que dan gusto. Sus «Anécdotas del corazón» son tan divertidas y entrañables que me parece estar sentada en la butaca giratoria de su despacho escuchándole hablar», asegura Mamen Sánchez, actual directora adjunta de «¡Hola!».
En el volumen aparecen figuras clásicas de la iconografía de nuestro país como Isabel Pantoja, Rocío Jurado, Sara Montiel, Nadiuska, Ana Obregón y Davor Súker, Isabel Sartorius, Diana de Gales, los barones Thyssen, la duquesa de Alba... El autor relata sus vivencias con todos ellos desde la más estricta elegancia literaria tanto profesional como personal.
Osborne describe momentos intensos, como su amistad con Rocío Jurado. Recuerda el día en que, en su casa de La Moraleja, le comenzó a leer la entrevista que le había hecho la noche anterior con la que quiso dar la noticia de su separación de Pedro Carrasco. «A la cantante le había costado mucho tomar la decisión de hacer aquella entrevista, por eso me escogió a mí, como amigo, para corregir el texto cuantas veces hiciera falta», recuerda el autor.
- Noticia de media noche
Osborne recuerda también cuando, a media noche, una llamada «inverosímil» le despertó: «¡Que me caso con el barón Thyssen!», le decía Tita Cervera. «Que sí, que te oigo, pero no me lo creo... Que es verdad, ¡que me caso con el barón Thyssen», le confesó Carmen Cervera entre gritos.
En su obra, Osborne confiesa que Isabel Preysler es su personaje más admirado. Habla de ella como «una persona correcta, pausada, sin pronunciar nunca una palabra más alta que otra». Asegura que de lo detallista, educada y perfeccionista que es «era capaz de llamar varias veces para corregir un texto o una simple coma».
Otro recuerdo inolvidable son las cartas que la Duquesa de Alba le remitía. «Cada vez que la revista publicaba alguna foto de ella que le gustaba, me escribía una carta en la que solicitaba los negativos para incluirlos en su álbum personal». «Debía de ser voluminoso a juzgar por la cantidad de cartas que guardo de ella», asegura.
También explica cómo logró dar la exclusiva del embarazo de Terelu. A cambio de poder disfrutar tranquila de sus vacaciones en Marbella, la hija de María Teresa Campos acordó con Osborne dar la noticia en exclusiva una vez hubiera acabado su descanso.
Osborne y el cantante Julio Iglesias
http://www.larazon.es/lifestyle/gente/que-me-caso-con-el-baron-thyssen-FD11125660
Javier Osborne, ex director de «Diez Minutos» y «¡Hola!», publica su último libro con infinidad de anécdotas con grandes personajes del corazón
Elena Barrios - Madrid.
El nuevo libro del periodista Javier Alonso Osborne no es un ensayo ni unas memorias. Es una obra cargada de anécdotas y experiencias del autor junto a grandes personajes del «cuore». Personajes que Osborne tuvo ocasión de conocer desde la privilegiada atalaya que otorga el trabajar para revistas como «Diez Minutos», medio del que fue director durante la transición y la apertura democrática; así como «¡Hola!», de la que fue subdirector y director.
«Javier escribe con una gracia, una sencillez, una facilidad y una elegancia que dan gusto. Sus «Anécdotas del corazón» son tan divertidas y entrañables que me parece estar sentada en la butaca giratoria de su despacho escuchándole hablar», asegura Mamen Sánchez, actual directora adjunta de «¡Hola!».
En el volumen aparecen figuras clásicas de la iconografía de nuestro país como Isabel Pantoja, Rocío Jurado, Sara Montiel, Nadiuska, Ana Obregón y Davor Súker, Isabel Sartorius, Diana de Gales, los barones Thyssen, la duquesa de Alba... El autor relata sus vivencias con todos ellos desde la más estricta elegancia literaria tanto profesional como personal.
Osborne describe momentos intensos, como su amistad con Rocío Jurado. Recuerda el día en que, en su casa de La Moraleja, le comenzó a leer la entrevista que le había hecho la noche anterior con la que quiso dar la noticia de su separación de Pedro Carrasco. «A la cantante le había costado mucho tomar la decisión de hacer aquella entrevista, por eso me escogió a mí, como amigo, para corregir el texto cuantas veces hiciera falta», recuerda el autor.
- Noticia de media noche
Osborne recuerda también cuando, a media noche, una llamada «inverosímil» le despertó: «¡Que me caso con el barón Thyssen!», le decía Tita Cervera. «Que sí, que te oigo, pero no me lo creo... Que es verdad, ¡que me caso con el barón Thyssen», le confesó Carmen Cervera entre gritos.
En su obra, Osborne confiesa que Isabel Preysler es su personaje más admirado. Habla de ella como «una persona correcta, pausada, sin pronunciar nunca una palabra más alta que otra». Asegura que de lo detallista, educada y perfeccionista que es «era capaz de llamar varias veces para corregir un texto o una simple coma».
Otro recuerdo inolvidable son las cartas que la Duquesa de Alba le remitía. «Cada vez que la revista publicaba alguna foto de ella que le gustaba, me escribía una carta en la que solicitaba los negativos para incluirlos en su álbum personal». «Debía de ser voluminoso a juzgar por la cantidad de cartas que guardo de ella», asegura.
También explica cómo logró dar la exclusiva del embarazo de Terelu. A cambio de poder disfrutar tranquila de sus vacaciones en Marbella, la hija de María Teresa Campos acordó con Osborne dar la noticia en exclusiva una vez hubiera acabado su descanso.
Osborne y el cantante Julio Iglesias
http://www.larazon.es/lifestyle/gente/que-me-caso-con-el-baron-thyssen-FD11125660
Notable. Lo que hay ahora es CORAZONEO DE CUARTA.
Crecí leyendo la Vanidades y el Hola que compraba una tía, además de una revista nacional, Cosas, que traía muchos reportajes del jet set internacional... ¡esos sí que eran personajes!
Comprar el Hola ahora da depresión.
Los que aún están vivos y cuyas vidas me parecen interesantes, como Gunilla ya ni salen... y los que aún quedan de esa camada y salen , como Carmencita MB ya se han horterizado hasta decir basta...
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Es que Telecinco ha hecho mucho daño!!!!
Los de antes tenían un cierto prestigio,o eran de buenas familias o profesionales acreditados.Ahora esa cadena inventa personajillos de sus cutre programaS,sólo por ser hijo de ya les pagan por explicar sus miserias,o se inventan escandalitos.En dos semanas sacan un nuevo personaje.Antes se labraban un nombre digno de aparecer en las revistas en años.
Los de antes tenían un cierto prestigio,o eran de buenas familias o profesionales acreditados.Ahora esa cadena inventa personajillos de sus cutre programaS,sólo por ser hijo de ya les pagan por explicar sus miserias,o se inventan escandalitos.En dos semanas sacan un nuevo personaje.Antes se labraban un nombre digno de aparecer en las revistas en años.
Si lo es, pues fue más o menos incesto, porque Cayetana es prima suya y siempre se han tratado de manera fraterna.
Yo no lo creo tanto, porque salvo Fernando, los otros hijos varones son bastante parecidos al padre. Jacobo y Cayetano le heredaron la estatura. Y a los otros dos, les dejó algunos rasgos que suavizaron los de Cayetana.
Yo pienso igual, Carlos y Alfonso son parecidísimos a su padre y entre ellos son casi clónicos. El único que no se parece es Fernando.
Eugenia es una mini-Cayetana así que es difícil ver si Mtnez de Irujo era su padre biológico o no.
Mira y todavía no ha vuelto!!!
Luis Ortiz: «Si no fuera por Gunilla, estaría muerto»
El empresario recuerda la Marbella de los 70, de la que solo quedan «recuerdos»
A. L. JIMÉNEZ Marbella28/08/2016 12:27h - Actualizado: 28/08/2016 16:30h.Guardado en: Gente - Temas: Marbella
Es el ejemplo de niño «mal» de casa bien. La pandilla de Los Choris protagonizó un viento fresco en una Marbella plagada de familias aristocráticas. Don Juan, Alfonso de Hohenloe o Jaime de Mora se rendían ante estos cuatro jóvenes llenos de vida que animaban las fiestas. Luis Ortizse casó con Gunilla von Bismarck y fueron los artífices de una Marbella dorada que se convirtió en referente mundial de la jet set internacional. Con una profunda educación y la alegría de siempre, nos habla de los veranos vividos y por vivir, en el centro neurálgico de la Costa del Sol.
–Marbella, Marbella... El eterno paraíso.
–¡Por los motivos que sabe todo el mundo! Es una ciudad increíble, con una gente estupenda y un microclima que no te voy a descubrir. Es el paraíso. Por no hablarte de los campos de golf...
–¿Sigue jugando al golf?
–Sí. También hago «ping pong» y natación. Con las lesiones, no puedo con otros deportes.
–¿Ni al «paddle», que es «made in Marbella»?
–Oye, que es la pura verdad. Jorge Morán (el otro «Chori») y yo, fuimos los primeros campeones del mundo en 1972. Lo trajo el príncipe Alfonso y al principio no tenían pared. La primera se construyó en el Marbella Club.
–¿Qué queda de aquella Marbella que yo leía en las revistas que compraba mi madre?
–Quedan muchos recuerdos, porque la actual es diferente, a pesar de su eterno glamour. Era un balneario y ahora es una ciudad... Había 10.000 personas y ahora votan 150.000.
–¿Ha perdido «gracia»?
–Tiene sus zonas fantásticas pero se ha convertido en un centro turístico para venir a descansar. Cuando llegué en el 56, lo «gané» todo: a mi mujer, mi hijo, mis amigos...
–¿Quiénes eran los «choris»? ¿Qué aportaron a Marbella?
–Desde luego no éramos músicos, como algunos creen. Nos juntamos cuando Yeyo y yo volvimos de América. Animamos a Arribas y a Morán e hicimos clubes en Madrid y aquí. Pero, sobre todo, éramos el alma de las fiestas. Estaban los Dominguín, los Hohenlohe, el tito Jaime... nuestros hermanos mayores. Eran los 70, teníamos 30 años y nuestro lema era «¡todo p’adelante!». Era fácil introducirse en los círculos.
–Además, allí todo el mundo se entiende.
–Pues sí, independientemente de raza, religión o estatus. Si eres divertido y aportas un plus, te invitan y te acogen. Ese fue el verdadero espíritu de Marbella.
–De todas las fiestas, ¿cuál recuerda con más cariño?
–La American Graffiti en casa de Manolo González. Invitamos a todo el mundo, incluso estaba el embajador de Estados Unidos. Cuando, a las cuatro de la mañana llegó la policía, recuerdo haberles dicho: «díganselo al alcalde, que está allí» (risas). Churros, lentejas, otra vez churros... Aquello no acababa. Éramos jóvenes. Pero luego teníamos nuestros negocios y teníamos que cumplir cada mañana.
–De todos los personajes que ha conocido, ¿cuál le ha marcado más?
–Fuera de Marbella, Fidel Castro, ¡sabía de los Bismarck más que yo! Aquí, el príncipe Alfonso, que se inventó esta ciudad. Cuando llegaron los socialistas y había huelgas por todas partes, él se metía en la cocina y hacía la comida, se ponía a pintar, a hacer deporte, todo lo hacía bien, ¡era un fenómeno! También recuerdo a Dominguín -¡menudo gran sinvergüenza!-, a Kashogui, Stewart Granger, Sean Connery... Marbella terminaba en el faro de hoy y teníamos que tener bicicleta o burro.
–¿Ya nada es así... o es de otra forma?
–Han pasado 50 años, ¡qué quieres! No le falta, le sobra populacho, gente... El pelotazo de Gil fue muy malo: Arribas decía algo muy ilustrativo: «Ese es mi padre: Sr. FOR SALE» (risas). Ahora hay familias, que me llaman tito a mí: Pablo, Hubertus... Nos hemos convertido en los mayores, como antes lo fueron el tito Jaime o el príncipe. Ahora voy a fiestas en casas; a una discoteca no voy, la música me horroriza.
–Habla igual que Gunilla
–¡Pero si llevamos 40 años juntos!
–¿Se arrepiente de algo?
–De no saber idiomas... no hablo bien ninguno.
–¿En que se entienden Gunilla y usted?
–Al principio en medio francés y medio inglés, pero ella hizo un intensivo de español. Por tanto, nunca he hablado en alemán con ella. Hablamos en español, pero el español de Gunilla es especial, sólo lo habla ella. ¡Tiene su propio idioma!
–¿Qué le ha aportado ella?
–Si no fuera por ella, estaría muerto. Me ha encauzado, me ha dado disciplina. Antes de ella, no tenía ni horario ni calendario.
–¿Qué le da miedo a quien ha vivido sin temor a nada?
–Yo temo muchas cosas, ahora que soy abuelo. Me he educado en una España segura y disciplinada y ahora... No olvides que estudié en el Claret y en el Ramiro de Maeztu de Madrid.
–¡Como Pedro Sánchez!
–Sí, fuimos al mismo instituto, como la Reina Letizia, mi sobrina. (Risas).
–Gunilla querría conocer a su «ficticia» sobrina con la que comparte apellido.
–Claro, ¡y yo! A los reyes eméritos les conocemos y éramos amigos de Don Juan. El conde de Barcelona también fue de los fundadores marbellíes. Siempre decía: «Que vengan los Choris a contarnos chistes». Se hacía el sordo, pero se mataba de risa cuando contábamos barbaridades.
–A España ¿cómo la ve?
–Horrorosa, como si estuviéramos manejados por una pandilla de ignorantes.
–¿Y a Europa, a Inglaterra con su Brexit?
–Los ingleses no saben lo que han votado. Algo tan serio no puede decidirlo un labriego o un pescador, sino los políticos. Nada de referéndum, que el pueblo no sabe de economía.
–Me han dicho que es un gran abuelazo...
–Es que mi nieto es igual que yo. Me llama lalo Lui, y nos morimos de risa. Soy un abuelo de narices, porque es niño... Bueno si fuera niña, también.
–¿Qué recuerdo no va a olvidar jamás?
–El día que conocí a Gunilla y el que nació mi hijo. Lo mío con mi mujer fue un flechazo directo al corazón, en toda regla. Al año estábamos viviendo juntos.
–¿El secreto para que funcionara?
–Respeto, admiración, cariño y muchas risas... ¡Hemos ido a once carnavales juntos!
–Luis, ¿la mayor locura que ha hecho?
–Meterme un viaje de ácido y dar la vuelta al mundo... Mi mujer me lo cortó todo. La alemana puso mi vida en orden.
El empresario recuerda la Marbella de los 70, de la que solo quedan «recuerdos»
A. L. JIMÉNEZ Marbella28/08/2016 12:27h - Actualizado: 28/08/2016 16:30h.Guardado en: Gente - Temas: Marbella
Es el ejemplo de niño «mal» de casa bien. La pandilla de Los Choris protagonizó un viento fresco en una Marbella plagada de familias aristocráticas. Don Juan, Alfonso de Hohenloe o Jaime de Mora se rendían ante estos cuatro jóvenes llenos de vida que animaban las fiestas. Luis Ortizse casó con Gunilla von Bismarck y fueron los artífices de una Marbella dorada que se convirtió en referente mundial de la jet set internacional. Con una profunda educación y la alegría de siempre, nos habla de los veranos vividos y por vivir, en el centro neurálgico de la Costa del Sol.
–Marbella, Marbella... El eterno paraíso.
–¡Por los motivos que sabe todo el mundo! Es una ciudad increíble, con una gente estupenda y un microclima que no te voy a descubrir. Es el paraíso. Por no hablarte de los campos de golf...
–¿Sigue jugando al golf?
–Sí. También hago «ping pong» y natación. Con las lesiones, no puedo con otros deportes.
–¿Ni al «paddle», que es «made in Marbella»?
–Oye, que es la pura verdad. Jorge Morán (el otro «Chori») y yo, fuimos los primeros campeones del mundo en 1972. Lo trajo el príncipe Alfonso y al principio no tenían pared. La primera se construyó en el Marbella Club.
–¿Qué queda de aquella Marbella que yo leía en las revistas que compraba mi madre?
–Quedan muchos recuerdos, porque la actual es diferente, a pesar de su eterno glamour. Era un balneario y ahora es una ciudad... Había 10.000 personas y ahora votan 150.000.
–¿Ha perdido «gracia»?
–Tiene sus zonas fantásticas pero se ha convertido en un centro turístico para venir a descansar. Cuando llegué en el 56, lo «gané» todo: a mi mujer, mi hijo, mis amigos...
–¿Quiénes eran los «choris»? ¿Qué aportaron a Marbella?
–Desde luego no éramos músicos, como algunos creen. Nos juntamos cuando Yeyo y yo volvimos de América. Animamos a Arribas y a Morán e hicimos clubes en Madrid y aquí. Pero, sobre todo, éramos el alma de las fiestas. Estaban los Dominguín, los Hohenlohe, el tito Jaime... nuestros hermanos mayores. Eran los 70, teníamos 30 años y nuestro lema era «¡todo p’adelante!». Era fácil introducirse en los círculos.
–Además, allí todo el mundo se entiende.
–Pues sí, independientemente de raza, religión o estatus. Si eres divertido y aportas un plus, te invitan y te acogen. Ese fue el verdadero espíritu de Marbella.
–De todas las fiestas, ¿cuál recuerda con más cariño?
–La American Graffiti en casa de Manolo González. Invitamos a todo el mundo, incluso estaba el embajador de Estados Unidos. Cuando, a las cuatro de la mañana llegó la policía, recuerdo haberles dicho: «díganselo al alcalde, que está allí» (risas). Churros, lentejas, otra vez churros... Aquello no acababa. Éramos jóvenes. Pero luego teníamos nuestros negocios y teníamos que cumplir cada mañana.
–De todos los personajes que ha conocido, ¿cuál le ha marcado más?
–Fuera de Marbella, Fidel Castro, ¡sabía de los Bismarck más que yo! Aquí, el príncipe Alfonso, que se inventó esta ciudad. Cuando llegaron los socialistas y había huelgas por todas partes, él se metía en la cocina y hacía la comida, se ponía a pintar, a hacer deporte, todo lo hacía bien, ¡era un fenómeno! También recuerdo a Dominguín -¡menudo gran sinvergüenza!-, a Kashogui, Stewart Granger, Sean Connery... Marbella terminaba en el faro de hoy y teníamos que tener bicicleta o burro.
–¿Ya nada es así... o es de otra forma?
–Han pasado 50 años, ¡qué quieres! No le falta, le sobra populacho, gente... El pelotazo de Gil fue muy malo: Arribas decía algo muy ilustrativo: «Ese es mi padre: Sr. FOR SALE» (risas). Ahora hay familias, que me llaman tito a mí: Pablo, Hubertus... Nos hemos convertido en los mayores, como antes lo fueron el tito Jaime o el príncipe. Ahora voy a fiestas en casas; a una discoteca no voy, la música me horroriza.
–Habla igual que Gunilla
–¡Pero si llevamos 40 años juntos!
–¿Se arrepiente de algo?
–De no saber idiomas... no hablo bien ninguno.
–¿En que se entienden Gunilla y usted?
–Al principio en medio francés y medio inglés, pero ella hizo un intensivo de español. Por tanto, nunca he hablado en alemán con ella. Hablamos en español, pero el español de Gunilla es especial, sólo lo habla ella. ¡Tiene su propio idioma!
–¿Qué le ha aportado ella?
–Si no fuera por ella, estaría muerto. Me ha encauzado, me ha dado disciplina. Antes de ella, no tenía ni horario ni calendario.
–¿Qué le da miedo a quien ha vivido sin temor a nada?
–Yo temo muchas cosas, ahora que soy abuelo. Me he educado en una España segura y disciplinada y ahora... No olvides que estudié en el Claret y en el Ramiro de Maeztu de Madrid.
–¡Como Pedro Sánchez!
–Sí, fuimos al mismo instituto, como la Reina Letizia, mi sobrina. (Risas).
–Gunilla querría conocer a su «ficticia» sobrina con la que comparte apellido.
–Claro, ¡y yo! A los reyes eméritos les conocemos y éramos amigos de Don Juan. El conde de Barcelona también fue de los fundadores marbellíes. Siempre decía: «Que vengan los Choris a contarnos chistes». Se hacía el sordo, pero se mataba de risa cuando contábamos barbaridades.
–A España ¿cómo la ve?
–Horrorosa, como si estuviéramos manejados por una pandilla de ignorantes.
–¿Y a Europa, a Inglaterra con su Brexit?
–Los ingleses no saben lo que han votado. Algo tan serio no puede decidirlo un labriego o un pescador, sino los políticos. Nada de referéndum, que el pueblo no sabe de economía.
–Me han dicho que es un gran abuelazo...
–Es que mi nieto es igual que yo. Me llama lalo Lui, y nos morimos de risa. Soy un abuelo de narices, porque es niño... Bueno si fuera niña, también.
–¿Qué recuerdo no va a olvidar jamás?
–El día que conocí a Gunilla y el que nació mi hijo. Lo mío con mi mujer fue un flechazo directo al corazón, en toda regla. Al año estábamos viviendo juntos.
–¿El secreto para que funcionara?
–Respeto, admiración, cariño y muchas risas... ¡Hemos ido a once carnavales juntos!
–Luis, ¿la mayor locura que ha hecho?
–Meterme un viaje de ácido y dar la vuelta al mundo... Mi mujer me lo cortó todo. La alemana puso mi vida en orden.
Si lo es, pues fue más o menos incesto, porque Cayetana es prima suya y siempre se han tratado de manera fraterna.
Yo no lo creo tanto, porque salvo Fernando, los otros hijos varones son bastante parecidos al padre. Jacobo y Cayetano le heredaron la estatura. Y a los otros dos, les dejó algunos rasgos que suavizaron los de Cayetana.
Muy de acuerdo contigo, los genes de Luis Martínez de Irujo fueron muy fuertes y sus hijos varones se parecen muchísimo a él, en especial Jacobo.
El único al que no le veo tanto parecido es a Fernando y Eugenia es mini Cayetana, no se podría saber de quien es hija porque es un clon de la madre.
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Si lo es, pues fue más o menos incesto, porque Cayetana es prima suya y siempre se han tratado de manera fraterna.
Yo no lo creo tanto, porque salvo Fernando, los otros hijos varones son bastante parecidos al padre. Jacobo y Cayetano le heredaron la estatura. Y a los otros dos, les dejó algunos rasgos que suavizaron los de Cayetana.
En esta foto el Siruela y el Agro-Cayetano de ahora se parecen mucho a su padre. Será la edad.
Marta Chavarri era lo más en su juventud. ..creo que realmente era elegante. Tenia un estilo muy definido, muy ella.
Hizo una boda muy extraña con un señor con el que no pegaba nada y tuvo un niño que ha estado siempre al margen de todo lo publico.
Luego empezó a decaer físicamente. No digo que lo sea pero me resulta familiar su aspecto como de dependencia del alcohol ...al tabaco seguro. Y esos golpes son muy típicos estas personas
Hizo una boda muy extraña con un señor con el que no pegaba nada y tuvo un niño que ha estado siempre al margen de todo lo publico.
Luego empezó a decaer físicamente. No digo que lo sea pero me resulta familiar su aspecto como de dependencia del alcohol ...al tabaco seguro. Y esos golpes son muy típicos estas personas
