Soy incapaz de abrir bien una botella de champán, pero tan incapaz que ya es que ni lo intento porque o le doy un corchazo a alguien o a algo, o lo derramo casi en su totalidad o atasco el corcho y después a quien le toca terminar la faena hay que hacerle un seguro porque alguna vez ha ido alguien a abrirla y casi se lesiona.
También he roto copas, de las carísimas, en el intento.
Con las botellas de vino también tuve mis más y mis menos, pero ahora ya las abro con elegancia.
También he roto copas, de las carísimas, en el intento.
Con las botellas de vino también tuve mis más y mis menos, pero ahora ya las abro con elegancia.