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Cada año estos Premios Princesa de Asturias se degradan más. La Reina cada vez se va vulgarizando y para ella moda es cualquier cosa que se pone. Las revistas y la prensa cortesana dirá que el vestido es muy elegante pero de verdad la elegancia yo no la veo por ninguna parte. Un tejido de neupreno me parece bastante vulgar y con los apliques que le hicieron parece una gótica. Prefiero no hablar de los zapatos que no son nada adecuados porque una dama no se viste así de ninguna manera. Porque no se viste con un traje de chaqueta con un largo adecuado y deja de tratar de imitar modelos y a personas que lucen mejor que ella. Su único interés es que la fotografien y ser la más bella pero eso no se corresponde con la labor de una Reina. Durante la entrega de los Premios y las alucociones de los asistentes todo el tiempo estuvo buscando la cámara con el único fin de desmerecer a los Premiados. Su antipatía hacia la Reina Emérita ya no la oculta en público y le da igual mostrarla porque para ella su familia política le importa una higa. En cuanto al regio marido sigue en la misma onda: puños cerrados y amargado pero cada penitente tiene su cruz y creo que para él es demasiado pesada. Lo único salvable de estos Premios son dos elementos: los Premiados que con su esfuerzo llegaron a ser reconocidos en sus diferentes disciplinas y la Reina Emérita que siempre viene a dar lustre a lo poco que queda de Institución. El pueblo que los sustenta con sus impuestos ya sale a la calle y con pancartas les llama fartones( expresión utilizada en Asturias para dirigirse a aquellas personas que viven del cuento y no sudan la camisa) y dada la situación que ahora se vive en Asturias los ciudadanos están hartos de tanto boato mientras ellos se están quedando sin trabajo.
