Perdido un submarino de Argentina en el Atlántico

Habló el CEO de Ocean Infinity: “Esperamos que haber localizado el lugar donde descansa el ARA San Juan consuele a los familiares”
Ocean Infinity, la compañía de exploración submarina, confirmó que halló el ARA San Juan, el submarino argentino perdido desde el 15 de noviembre de 2017. Su CEO, Oliver Plunkett, envió sentidas palabras a los familiares y un especial agradecimiento a la Armada Argentina.

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Plunkett habló luego de confirmar que encontraron el ARA San Juan

Después de dos meses de paciente búsqueda, la compañía Ocean Infinity, a través de su barco Seabed Constructor, halló el ARA San Juan a 920 metros bajo el nivel del mar y a 600 kilómetros al este de Comodoro Rivadavia. Sucedió, explicó la compañía, en las primeras horas del 17 de noviembre.

Para la tarea utilizó cinco Vehículos Autónomos Submarinos (AUV, en su sigla en inglés, que pueden operar hasta seis mil metros de profundidad), conducidos por un equipo de 60 personas a bordo de la nave. Además de ellos, tres oficiales de la marina argentina y cuatro familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan estuvieron embarcados con ellos.

En un comunicado, Ocean Infinity recalcó que "fueron encomendados a conducir la operación de búsqueda durante sesenta días, y a hacerse cargo del riesgo económico de dicha búsqueda, sólo recibiendo el pago si el submarino era hallado". El contrato firmado con el gobierno argentino se habla de una retribución de 7.500.000 dólares.

Además, hicieron hincapié en la capacidad de rescatar objetos de hasta 45 toneladas a seis mil metros de profundidad con dos ROV, robots sumergibles operados en forma remota.


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El submarino ARA San Juan fue encontrado por Ocean Infinity.
Su CEO, Oliver Plunkett, señaló que "nuestros pensamientos están con las muchas familias afectadas por esta terrible tragedia. Sinceramente esperamos que haber localizado el sitio donde descansa el ARA San Juan los consuele en algo en el que debe haber sido un tiempo profundamente difícil. Además, esperamos que nuestro trabajo les acerque respuestas y que la lección sea aprendida para prevenir que cualquier hecho similar suceda nuevamente".

También se encargó de agradecer: "Recibimos una gran cantidad de ayuda de diferentes lugares, que quisiera agradecer. Estamos particularmente agradecidos a la Armada Argentina por su constante apoyo; el ánimo que nos dieron fue invalorable. Asimismo, la Armada Real del Reino Unidos, a través del embajador en Buenos Aires, realizó una contribución significativa. Muchos otros, incluyendo al Supervisor de Salvataje y Buceo de la Armada norteamericana, nos ayudó con su experiencia y análisis. Finalmente, quiero extender mi agradecimiento a todo el equipo de Ocean Infinity, especialmente a aquellos que están embarcados y a los líderes de este proyecto, Andy Sherrell y Nick Lambert, que trabajaron sin descanso para lograr este resultado".

Por redacción GENTE
https://www.infobae.com/gente/lo-ul...sa-el-ara-san-juan-consuele-a-los-familiares/
 
Los familiares insisten con el reclamo para que se reflote el submarino

Se manifestaron en la Base Naval y pidieron que se "sepa la verdad". Sostienen que es posible recuperar la nave y volvieron a criticar al gobierno.


18 de noviembre de 2018

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Las escenas en el acceso a la Base Naval pueden definirse como un dejavu. Hace un año los familiares de los tripulantes empezaban su lucha para que no se deje de buscar el submarino. Luego de la confirmación del hallazgo de la nave, comenzó otra pelea: la de pedir que se reflote el ARA San Juan. “Ahora viene la segunda lucha”, definió Andrea Mereles, la esposa de Alfaro Rodríguez.

Entre el pedido para recuperar el submarino y las críticas al gobierno, un grupo de familiares se manifestó por segundo día consecutivo en la Base Naval. Convocaron a la ciudadanía a que los acompañe en la continuidad de lucha y se reunieron en el acceso a la Base.

Unidos, desplegaron una bandera en homenaje a “los 44 corazones de acero”. En un silencio respetuoso, la tristeza y la angustia flotaba en el ambiente. Luego de entonar el himno nacional, los familiares salieron en grupo a la puerta de la Base.

En cada corte de semáforo, cruzaron la calle para desplegar las banderas en homenaje a sus seres queridos. “Presente” era un grito que se acentuaba al nombrar a cada uno de los tripulantes. Se abrazaban y recibían muestras de apoyo. La insistencia para que se “reflote el submarino” y se “conozca la verdad” resonaba en un pedido por megáfono. “Prohibido olvidar”, “No nos van a callar”, “Queremos que se sepa la verdad”, fueron algunas de las consignas.

“Estamos reclamando el reflotamiento del submarino. Necesitamos que lo refloten. Yo, en lo personal, necesito que me traigan una prueba de que mi esposo está ahí. Creo que va a ser la única manera en que pueda descansar y darle un final a todo esto”, apuntó Andrea Mereles entre lágrimas. Y completó: “Más que nada para poder decirle a mi hijo de 8 años que su papá está en el cielo porque él sigue esperándolo”.

Al igual que en la jornada del sábado, los familiares salieron al cruce de las declaraciones del ministro Oscar Aguad, quien aseguró que era “muy díficil” reflotar la nave.

“Es mentira. La empresa Ocean Infinity tiene las herramientas necesarias para reflotar el submarino. Creo que el ministro Aguad se refería a que no hay herramientas en la Argentina, pero la empresa los tiene. Ellos lo confirmaron”, cerró.

Si bien la mayoría de los familiares piden que se haga todo lo posible para reflotar la nave, otros manifestaron su deseo de que permanezca en el mar. “Algunos quieren que se queden ahí porque dicen que es su tumba. No todos estamos de acuerdo. Yo no voy a ir cada aniversario a llevarle una flor a mi marido al mar”, consideró.

Una vez más, las críticas al gobierno estuvieron en el foco del reclamo. “Ellos hace un año sabían que estaba ahí, el presidente de la nación cuando vino acá, lo sabía. El usó el nombre de los 44 para hacer su política”, opinó la esposa de Alfaro Rodríguez y fue por más: “El presidente una vez más nos manoseó, nos mintió y nos dio la espalda. Estuvo un año ausente. Las veces que vino a Mar del Plata fue a jugar al golf y nosotros estábamos acá y no le importó nada. Estuvimos 52 días en Plaza de Mayo, y nunca se acercó”.

En el mismo tono, se expresó Julia Chazarreta, la mamá del tripulante Luis Leiva. “Queremos que se rescate la nave”, pidió y aseguró que desde Ocean Infinity, la empresa encargada de la búsqueda, les dijeron a los familiares que la reflotación era posible.

“El empresario nos dijo que hasta 120 metros se podía bajar. Queremos que hagan un contrato de nuevo. Es una cuestión de decisión”, le dijo a LA CAPITAL.

“El alma está en el cielo. Yo quiero aunque sea un pedazo de algo para sepultar en el cementerio a mi hijo. Como familia vamos a seguir luchando y sufriendo hasta la muerte”, cerró.

Los testimonios de los familiares iban todos en la misma dirección. “Queremos que se haga todo lo necesario para saber”, resumió Karina Picabea, tía de Alberto Sánchez. “Queremos llegar a las personas que fueron responsables de que el submarino zarpara”, agregó Marcela Moyano.

Para los familiares comenzó una segunda lucha. Y dejaron en claro que piensan seguir hasta el final. “Lo que queremos es pedirle a pueblo argentino que nos acompañe y que siga esta lucha con nosotros. Ahora viene la segunda lucha que es reflotar el submarino y meter presos a todos los responsables”, subrayó Andrea Mereles.



https://www.lacapitalmdp.com/los-fa...te-el-submarino-ahora-viene-la-segunda-lucha/
 
Última edición por un moderador:
AFIRMÓ UN ESPECIALISTA

"Recuperar el ARA San Juan es tan difícil como ir a la Luna"



18/11/2018 | 12:48

Un contraalmirante retirado afirmó que el submarino fue diseñado por un astillero alemán para la profundidad de colapso de 600 metros y que "nadie baja a esa profundidad, ya que normalmente se baja hasta 300, 400 metros".


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"Recuperar el ARA San Juan es tan difícil como ir a la Luna"
Fotos: NA y Reuters


Expertos en casos como el ocurrido con el ARA San Juan enumeraron hoy una diversidad de razones y particularidades que llevan a la conclusión de que es "prácticamente imposible" reflotar al submarino hallado a 907 metros de profundidad en el Mar Argentino, a unos 500 kilómetros de las costas.

Se calcula que en el lugar del hallazgo, la densidad del agua es de 90 kilos por centímetro cuadrado, factor que determina por sí solo la imposibilidad de que pueda operar un equipo humano en el lecho donde quedaron los restos del San Juan, dijeron especialistas consultados por Télam.

"Es tan difícil como ir a la Luna", apuntó el contraalmirante retirado Guillermo Delmer acerca de la complejidad de un rescate bajo esas condiciones.

Delmer recordó además que el San Juan "fue diseñado por un astillero alemán para la profundidad de colapso de 600 metros" y que "nadie baja a esa profundidad; normalmente se baja hasta 300, 400 metros llegado el caso".



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Delmer, actual director del Centro de Investigación y Entrenamiento Marítimo y Fluvial, habló de la vocación y patriotismo de los marinos, "que saben que el mar es su vida y también puede ser su tumba eterna".

Una alternativa posible puede ser el uso de un vehículo robot teledirigido, que a lo sumo podría rescatar alguna parte del submarino, apuntó al igual que otros expertos consultados.

El ministro de Defensa Oscar Aguad, admitió que el país carece tanto de equipamiento para extraer un buque de estas características como de ROV (vehículos de inspección remota) para bajar a la profundidad donde están los restos del submarino, que estaba desaparecido desde el 15 de noviembre de 2017-



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A más de 900 metros de profundidad "la presión es de 91 atmósferas", definió uno de los especialistas consultados.

Coincidió en que las tareas de buceo pueden llegar a 200 metros de profundidad como máximo, pero en el caso de que se intente reflotar al submarino el ascenso tampoco puede ser controlado por las marcadas diferencias de presión.

Si se decidiera utilizar cables de acero con brazos de palanca, tampoco se podría garantizar una subida controlada, ya que habría que realizar maniobras muy riesgosas, apuntan los expertos en referencia al peligro de desvíos o cortes de las ligaduras.



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Además advirtieron sobre factores adversos como el peso del submarino, de unas 1.140 toneladas, y el ingreso de agua en su interior.

Tampoco se puede utilizar a 900 metros de profundidad un sistema neumático, porque resulta imposible descender con un volumen de aire comprimido ya que la operación puede descontrolarse.

"No hay nada que garantice el éxito de una operación de este tipo, que además sería muy costosa", dijo a Telam un experto que pidió reserva de su nombre.

"Hay que evaluar el costo-beneficio del rescate, pero además la tarea requiere de un análisis en detalle previo de la posición del sumergible, sus restos esparcidos y cálculos pormenorizados de volúmenes y tamaños a remover", comentó.



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Destacó además que no hay antecedentes en el mundo sobre el reflotamiento de un submarino a la profundidad en la que se encuentra el San Juan.

Un caso especial y muy recordado es el del submarino Kursk, que colapsó en el mar Barents el 12 de agosto de 2000, con 118 tripulantes a bordo; pero a diferencia del San Juan, quedó a menos de 200 metros de profundidad y su reflotamiento habría sido decidido porque se trataba de una nave nuclear.

El gobierno ruso pagó en aquel entonces US$ 65 millones a la empresa holandesa Smit International y Mammoet, para sacar los restos del Kursk. (Télam)

https://www.lanueva.com/nota/2018-1...ara-san-juan-es-tan-dificil-como-ir-a-la-luna

 
ARA San Juan: cuando la ideología nubla la razón

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Fueron 366 días de angustia, incertidumbre, duda y desconfianza infinitas. Todo era opinable, nada era ni absolutamente descartable ni definitivamente certero. Sin bien hasta este preciso momento no hay imputados por la tragedia de la malograda nave militar, el juicio mediático avanza a pasos agigantados y muchos condenados de facto tal vez tengan que ser absueltos. Aunque comienzo a percibir que los más conspicuos personeros de la "justicia nacional y popular" no parecen dispuestos a retroceder un ápice respecto a las lapidarias sentencias que ya han dictado.

"Nunca lo van a encontrar, la Armada y el Gobierno le dieron datos falsos a la empresa Ocean Infinity para que busquen mal, es que si se encuentra el submarino, se pudre todo". Ante esta contundente afirmación, que quedó sin sustento en el mismo momento en que se descubrió que el San Juan estaba en un área que se correspondía plenamente con últimos datos disponibles, que básicamente eran la última posición reportada en la mañana del 15 de noviembre y la posición de la implosión detectada por el organismo internacional que monitorea los ensayos nucleares marinos, la teoría conspirativa mutó rápidamente: "Es evidente que lo torpedearon, están ocultando la cara más dañada de la estructura de la nave".

De nada valdrá explicar desde la razón que un submarino afectado por un ataque exterior presentaría un aspecto muy diferente al que en principio se pudo apreciar. Tampoco servirá sostener que los expertos que analizaron el sonido detectado por el CTBTO (organismo con sede en Viena al que nos referimos anteriormente) sostienen que este se corresponde con una implosión producto del colapso estructural del San Juan por efectos de la presión hidrostática ejercida sobre su casco y no de una explosión.

"Las imágenes fueron manipuladas por expertos cineastas que están a bordo y que disimularán las verdaderas razones de la pérdida de la nave y sus tripulantes. Por eso hay ingleses a bordo del Seabed Constructor".También hay a bordo tres oficiales de la Armada Argentina y familiares de los tripulantes que presenciaron, tal como bien se ocupó de difundir la empresa Ocean Infinity, el momento preciso del avistaje por intermedio del vehículo que desde el buque se sumergió a una profundidad mayor a los 900 metros. ¿Qué pasó con esta gente, de qué manera los indujeron a que vean algo distinto a lo que el resto estaba viendo? Ya que, al parecer, estamos atravesando una racha de pensamientos mágicos, ¿podríamos afirmar que los hipnotizaron?


No conformes con cuestionar lo evidente, llegaron a sostener, en los momentos mismos en que la noticia nos impactaba de lleno, que tal vez se trataba de otro submarino o de un fotomontaje. Al mismo tiempo, la versión B de la paranoia sostuvo que el Gobierno había diferido la noticia para hacerla coincidir con el discurso presidencial. Una vez más la pregunta, ¿a bordo del buque de Ocean Infinity había seis argentinos o seis zombis?

No hace falta decir (pero lo diremos igual) que el hallazgo del San Juan no es un motivo de festejo. Es nada más ni nada menos que la lamentable pero necesaria confirmación de una de las mayores tragedias navales de la historia argentina. Sí afirmaremos, sin temor a equivocación alguna, que este hecho constituye un punto de inflexión en el devenir de la vida de 44 familias, que además brinda una herramienta de superlativa importancia para la prosecución de la causa, que permite asimismo despejar del camino varias hipótesis que distraían la atención de la magistrada interviniente y que ubicaban al submarino en otras zonas y en otras fechas. Hoy sabemos a ciencia cierta que no ocurrieron muchas de las cosas que incluso algunos hombres de la Armada creyeron de buena fe haber visto y oído.

No creo estar errado si sostengo que no habían pasado aún 24 horas del anuncio de la noticia esperada durante un año y dos días para que una nueva premisa se instalara en la sociedad con la consecuente y consabida brecha: "Hay que recuperar al San Juan".

Y aquí estamos. Como al principio, como al inicio de cada mínima o máxima historia o suceso que, lejos de unirnos, nos separa un poco más. Podremos intentar explicar hasta el cansancio que, al margen de una probable explosión interna en el San Juan, producto de la acumulación de gas hidrógeno, de una magnitud no determinada pero que anuló la conciencia de los 44 marinos, al precipitarse al fondo del mar, la nave sufrió una implosión que produjo un ingreso de agua a su interior a una velocidad de aproximadamente 1200 kilómetros por segundo. Poco importa si el valor exacto es de 900 o 1500, el impacto de semejante "pistón líquido" solo causa una cosa, destrucción total a su paso.

Como pocas veces a lo largo de todo este fatídico suceso, marinos e ingenieros navales venían coincidiendo en que intentar un rescate del submarino es una tarea altamente compleja, extremadamente onerosa, demandante de una gran cantidad de tiempo y, lo que es peor, de resultado totalmente incierto. La armonía se quebró cuando una vez más la ideología nos nubló el raciocinio y entonces, a como dé lugar, no hay argumento que valga en contrario. "Queremos al San Juan de vuelta entre nosotros, no traerlo implica no querer que sepamos la verdad". No hay el menor lugar en la cuña ideológica para aceptar un: "No se puede, no conviene o no está a nuestro alcance hacerlo".

En medio de estas verdaderas luchas intestinas, 44 familias nos observan. Algunas se aferran a lo que más "conviene" a sus destrozados corazones. Necesitan certezas y los bombardeamos con teorías francamente delirantes, necesitan paz y los hemos sumergido en una guerra que tiene entre otros "gladiadores" a activistas políticos que solo buscan demostrar que todo lo que se haga, si proviene de las huestes oficiales, estará definitivamente mal hecho.

Algo que los marinos sabemos es que de cada tragedia en el mar se saca una lección que permite mejorar las condiciones de navegación para que no repita el mismo error. El Titanic obligó a repensar la cantidad de botes salvavidas que debían llevar los buques. La Segunda Guerra Mundial demostró que había una forma segura de arrojarse al mar para no morir al impactar con el agua y hasta cómo fabricar un salvavidas con las ropas que vestían los propios náufragos.

La catástrofe del San Juan seguramente obligará a repensar muchos de los protocolos y los procedimientos de la Armada Argentina. Es natural que así sea, será obligación de la autoridad política involucrarse un poco más en la actividad militar y asegurar que se corrija todo lo que hubiere que corregir.

Pero habría que preguntarse cuál es la lección que nos deja el San Juan como sociedad. ¿Podremos seguir tomando todo lo que nos pasa como un eterno Boca-River? ¿Seguiremos considerándonos los dueños absolutos de la verdad, denostando y denigrando al que piensa distinto? ¿Estaremos alguna vez en condiciones de entender que tal vez en algún momento estamos equivocados?

Ciertamente el no ser capaces de leer el mensaje que el San Juan nos deja implicará un desastre varias veces peor al que se cobró la vida de nuestros compatriotas.

Finalmente y solo para ellos, para los 44: Misión cumplida compatriotas, descansen en paz.

El autor es capitán de fragata (RN), maquinista naval superior (veterano de guerra de Malvinas), licenciado en Administración Naviera, perito naval, diplomado como oficial del Estado Mayor Especial y vicepresidente de la Liga Naval Argentina.

https://www.infobae.com/opinion/201...ana-del-hallazgo-la-ideologia-nubla-la-razon/
 
ARA San Juan: cuando la ideología nubla la razón

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Fueron 366 días de angustia, incertidumbre, duda y desconfianza infinitas. Todo era opinable, nada era ni absolutamente descartable ni definitivamente certero. Sin bien hasta este preciso momento no hay imputados por la tragedia de la malograda nave militar, el juicio mediático avanza a pasos agigantados y muchos condenados de facto tal vez tengan que ser absueltos. Aunque comienzo a percibir que los más conspicuos personeros de la "justicia nacional y popular" no parecen dispuestos a retroceder un ápice respecto a las lapidarias sentencias que ya han dictado.

"Nunca lo van a encontrar, la Armada y el Gobierno le dieron datos falsos a la empresa Ocean Infinity para que busquen mal, es que si se encuentra el submarino, se pudre todo". Ante esta contundente afirmación, que quedó sin sustento en el mismo momento en que se descubrió que el San Juan estaba en un área que se correspondía plenamente con últimos datos disponibles, que básicamente eran la última posición reportada en la mañana del 15 de noviembre y la posición de la implosión detectada por el organismo internacional que monitorea los ensayos nucleares marinos, la teoría conspirativa mutó rápidamente: "Es evidente que lo torpedearon, están ocultando la cara más dañada de la estructura de la nave".

De nada valdrá explicar desde la razón que un submarino afectado por un ataque exterior presentaría un aspecto muy diferente al que en principio se pudo apreciar. Tampoco servirá sostener que los expertos que analizaron el sonido detectado por el CTBTO (organismo con sede en Viena al que nos referimos anteriormente) sostienen que este se corresponde con una implosión producto del colapso estructural del San Juan por efectos de la presión hidrostática ejercida sobre su casco y no de una explosión.

"Las imágenes fueron manipuladas por expertos cineastas que están a bordo y que disimularán las verdaderas razones de la pérdida de la nave y sus tripulantes. Por eso hay ingleses a bordo del Seabed Constructor".También hay a bordo tres oficiales de la Armada Argentina y familiares de los tripulantes que presenciaron, tal como bien se ocupó de difundir la empresa Ocean Infinity, el momento preciso del avistaje por intermedio del vehículo que desde el buque se sumergió a una profundidad mayor a los 900 metros. ¿Qué pasó con esta gente, de qué manera los indujeron a que vean algo distinto a lo que el resto estaba viendo? Ya que, al parecer, estamos atravesando una racha de pensamientos mágicos, ¿podríamos afirmar que los hipnotizaron?


No conformes con cuestionar lo evidente, llegaron a sostener, en los momentos mismos en que la noticia nos impactaba de lleno, que tal vez se trataba de otro submarino o de un fotomontaje. Al mismo tiempo, la versión B de la paranoia sostuvo que el Gobierno había diferido la noticia para hacerla coincidir con el discurso presidencial. Una vez más la pregunta, ¿a bordo del buque de Ocean Infinity había seis argentinos o seis zombis?

No hace falta decir (pero lo diremos igual) que el hallazgo del San Juan no es un motivo de festejo. Es nada más ni nada menos que la lamentable pero necesaria confirmación de una de las mayores tragedias navales de la historia argentina. Sí afirmaremos, sin temor a equivocación alguna, que este hecho constituye un punto de inflexión en el devenir de la vida de 44 familias, que además brinda una herramienta de superlativa importancia para la prosecución de la causa, que permite asimismo despejar del camino varias hipótesis que distraían la atención de la magistrada interviniente y que ubicaban al submarino en otras zonas y en otras fechas. Hoy sabemos a ciencia cierta que no ocurrieron muchas de las cosas que incluso algunos hombres de la Armada creyeron de buena fe haber visto y oído.

No creo estar errado si sostengo que no habían pasado aún 24 horas del anuncio de la noticia esperada durante un año y dos días para que una nueva premisa se instalara en la sociedad con la consecuente y consabida brecha: "Hay que recuperar al San Juan".

Y aquí estamos. Como al principio, como al inicio de cada mínima o máxima historia o suceso que, lejos de unirnos, nos separa un poco más. Podremos intentar explicar hasta el cansancio que, al margen de una probable explosión interna en el San Juan, producto de la acumulación de gas hidrógeno, de una magnitud no determinada pero que anuló la conciencia de los 44 marinos, al precipitarse al fondo del mar, la nave sufrió una implosión que produjo un ingreso de agua a su interior a una velocidad de aproximadamente 1200 kilómetros por segundo. Poco importa si el valor exacto es de 900 o 1500, el impacto de semejante "pistón líquido" solo causa una cosa, destrucción total a su paso.

Como pocas veces a lo largo de todo este fatídico suceso, marinos e ingenieros navales venían coincidiendo en que intentar un rescate del submarino es una tarea altamente compleja, extremadamente onerosa, demandante de una gran cantidad de tiempo y, lo que es peor, de resultado totalmente incierto. La armonía se quebró cuando una vez más la ideología nos nubló el raciocinio y entonces, a como dé lugar, no hay argumento que valga en contrario. "Queremos al San Juan de vuelta entre nosotros, no traerlo implica no querer que sepamos la verdad". No hay el menor lugar en la cuña ideológica para aceptar un: "No se puede, no conviene o no está a nuestro alcance hacerlo".

En medio de estas verdaderas luchas intestinas, 44 familias nos observan. Algunas se aferran a lo que más "conviene" a sus destrozados corazones. Necesitan certezas y los bombardeamos con teorías francamente delirantes, necesitan paz y los hemos sumergido en una guerra que tiene entre otros "gladiadores" a activistas políticos que solo buscan demostrar que todo lo que se haga, si proviene de las huestes oficiales, estará definitivamente mal hecho.

Algo que los marinos sabemos es que de cada tragedia en el mar se saca una lección que permite mejorar las condiciones de navegación para que no repita el mismo error. El Titanic obligó a repensar la cantidad de botes salvavidas que debían llevar los buques. La Segunda Guerra Mundial demostró que había una forma segura de arrojarse al mar para no morir al impactar con el agua y hasta cómo fabricar un salvavidas con las ropas que vestían los propios náufragos.

La catástrofe del San Juan seguramente obligará a repensar muchos de los protocolos y los procedimientos de la Armada Argentina. Es natural que así sea, será obligación de la autoridad política involucrarse un poco más en la actividad militar y asegurar que se corrija todo lo que hubiere que corregir.

Pero habría que preguntarse cuál es la lección que nos deja el San Juan como sociedad. ¿Podremos seguir tomando todo lo que nos pasa como un eterno Boca-River? ¿Seguiremos considerándonos los dueños absolutos de la verdad, denostando y denigrando al que piensa distinto? ¿Estaremos alguna vez en condiciones de entender que tal vez en algún momento estamos equivocados?

Ciertamente el no ser capaces de leer el mensaje que el San Juan nos deja implicará un desastre varias veces peor al que se cobró la vida de nuestros compatriotas.

Finalmente y solo para ellos, para los 44: Misión cumplida compatriotas, descansen en paz.

El autor es capitán de fragata (RN), maquinista naval superior (veterano de guerra de Malvinas), licenciado en Administración Naviera, perito naval, diplomado como oficial del Estado Mayor Especial y vicepresidente de la Liga Naval Argentina.

https://www.infobae.com/opinion/201...ana-del-hallazgo-la-ideologia-nubla-la-razon/
Excelente artículo, y muchas gracias por traerlo a este escaparate al Mundo, Compañera @Coti7495, yo personalmente sigo pensando lo mismo que al principio, a pocos días de suceder este drama,......y veo que se desprende de esta publicación que mas gente piensa lo mismo,....""Se han ocultado datos""", ...""No hay imputados""", etc etc.-
Que Dios acoja en su seno a esa Tripulación.- Saludos cordiales.-
 
Transportadas las 67 mil imágenes del ARA San Juan a Argentina

4 diciembre 2018 | + |
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67.000 imágenes subacuáticas del submarino tomadas desde el buque Seabed Constructor. Foto: Ocean Infinity

Las 67 mil fotos y videos en alta definición tomados desde el buque noruego Seabed Constructor al submarino ARA San Juan, llegarán a Buenos Aires, Argentina, esta noche para un procesamiento que podría durar más de un mes.

Según reportan varios medios locales, la jueza Marta Yáñez podrá ver las fotografías que permitirán analizar en detalle el estado de la mole de hierro, que yace a 907 metros de profundidad en las frías aguas del Atlántico, donde fue hallado hace pocas semanas tras una intensa búsqueda desde su desaparición, en noviembre de 2017.

Las imágenes viajaron a bordo del buque hasta Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Allí fueron copiadas en discos duros externos y luego se resguardaron en una valija diplomática que porta consigo el Capitán de Navío Gonzalo Prieto, agregado de Defensa de la embajada argentina en esa nación.

Hay mucha expectativa sobre todo de los familiares de los 44 oficiales que viajaban en el submarino con estas instantáneas que permitirán descifrar qué pudo haber sucedido con la mole de hierro, que prestaba servicio a la Armada desde 1985.



Tras su hallazgo el pasado 17 de noviembre, el vicealmirante José Villán, confirmó que se encuentra exactamente a 907 metros de profundidad y sus partes desprendidas del casco están en un área de 80 por 100 metros.

La ubicación exacta es muy próxima del informe que se diera a conocer el año pasado sobre un evento anómalo singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión, tres horas después de que el submarino perdiera el contacto.

“Podría haber implosionado cerca del fondo”, confirmó en una rueda de prensa después del hallazgo Enrique Balbi, exvocero de la Armada, quien presentó imágenes a la prensa del sumergible, cuyo casco resistente está en una sola pieza, pero deformado y abollado hacia el interior producto a la presión externa.

(Con información de Prensa Latina)

http://www.cubadebate.cu/noticias/2...es-del-ara-san-juan-a-argentina/#.XAa6XehKiM8
 
Sociedad
El homenaje de Pallarols al ARA San Juan: una rosa de 44 pétalos con los nombres de los tripulantes
La obra se inauguró en el Teatro Tronador de Mar del Plata, donde el artista estuvo junto a los familiares

Por Alejo Santander
23 de enero de 2019
asantander@infobae.com

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Pallarols junto los familiares y a figuras del espectáculo que estuvieron en el Teatro Tronador para la inauguración (Christian Heit)
El orfebre argentino Juan Carlos Pallarols, reconocido por ser quien realizó el Bastón de Mando de los presidentes argentinos por más de 30 años, fue el promotor de una iniciativa que emocionó en Mar del Plata. El artista -a partir de la fundición de metales de la guerra de Malvinas- creó una rosa de 44 pétalos, que llevan los nombres de los tripulantes del ARA San Juan. La obra fue emplazada en la entrada del Teatro Tronador.

Cada pétalo tiene un nombre y cada nombre fue forjado por un familiar de los tripulantes. Se completa con una estructura imponente, la de un lobo marino de metal que sostiene la rosa en alto, una realización del escultor Hugo Ciciro, que trabajó en conjunto con Pallarols para darle a la pieza un soporte a la altura de las circunstancias y que también transmitiera un mensaje.

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El lobo marino, un símbolo de Mar del Plata, sostiene la rosa en alto (Christian Heit)
"Teníamos material desde hace mucho tiempo, cosas que juntamos después de la guerra de Malvinas con los veteranos y decidimos que con el dolor de esa gente que reclamaba saber dónde estaba su familia algo teníamos que hacer", le contó Pallarols a Infobae, sobre el origen de un proyecto que nació de la lucha de los familiares del submarino.


"El lobo está hecho con material todo unido, con remaches, con soldaduras, todo forjado, pedacito a pedacito, como un símbolo de la unión que tenemos que tener los argentinos, fuerte y sincera", explicó el orfebre, que aseguró que desde un primer momento supo que el lugar de la obra tenía que ser la ciudad de Mar del Plata. Y fue con la ayuda del empresario y productor artístico Marcelo González, que encontraron el lugar ideal: el nuevo Teatro Tronador, del que González es dueño.

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Hugo Ciciro y el “maestro” Pallarols, escultor y orfebre junto a la obra (Christian Heit)
"Cuando Juan Carlos me trajo la propuesta me entusiasmé enseguida y no reparamos en cómo hacerla, empezamos, le metimos y lo hicimos", resumió por su parte el escultor Ciciro, visiblemente emocionado, mientras observaba la obra conjunta con Pallarols, que al ser descubierta generó escenas de llanto y abrazos entre una veintena de familiares del ARA San Juan que se acercaron hasta el teatro para ser parte.

"Hace dos semanas o tres sobre la Plaza del Agua grabamos los primeros nombres con los familiares, lo hicimos sobre los mismos bancos de la plaza, cada uno grabó el nombre de su familiar letra por letra, la última fue Itatí Leguizamón en Buenos Aires", detalló el platero sobre la logística de un trabajo al que sus manos no solo le dieron forma, sino que también hicieron de guía.

"Fue muy emotivo, llegué al taller, él me hizo pasar a la parte donde tiene las letras para esculpir, me dijo que el metal que se iba a utilizar para los pétalos era de las balas de la guerra de Malvinas, que iban a ser 44 pétalos que simbolizaban a los tripulantes, que lo que él quería hacer a través de su trabajo era que siguiera presente la memoria de los que formaban parte del ARA San Juan", narró sobre la experiencia Itatí, la última en escribir.

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Itatí escribiendo en el taller junto a Pallarols el nombre de su esposo, el sonarista del ARA San Juan, Germán Suárez
"Cada homenaje es revivir el comienzo de esta triste tragedia. Uno no toma dimensión de lo que significan estas obras de arte, es algo que va a perdurar en el tiempo y la memoria de los 44 tripulantes seguirá viva", expresó por su parte Paola, esposa del sonarista del submarino Celso Oscar Vallejos, quien ayer estuvo junto a los familiares que presenciaron la inauguración de la obra en el Teatro Tronador.

El ARA San Juan emitió su última comunicación por radio el 15 de noviembre de 2017 y exactamente un año más tarde, sus restos fueron encontrados en gran medida gracias a la insistencia y las movilizaciones de los familiares que nunca bajaron los brazos e insistieron para que no se abandonara esa búsqueda.

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La emoción de los familiares durante el descubrimiento de la obra (Christian Heit)
La obra de Pallarols resume esa lucha y va más allá atravesando sentidos que se proyectan al futuro, una historia que volverá a ser recordada con cada pregunta acerca de la rosa que lleva 44 nombres y sostiene un lobo marino de hierro en Mar del Plata.

En palabras del artista: "No es trabajar con un material que sea más duro, más blando, es trabajar con una emoción, con una idea, concretarla, conseguir lo que conseguimos, que la gente llore y se abrace, tenemos que estar unidos los argentinos".

Fotos: Christian Heit

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Sociedad
El homenaje de Pallarols al ARA San Juan: una rosa de 44 pétalos con los nombres de los tripulantes
La obra se inauguró en el Teatro Tronador de Mar del Plata, donde el artista estuvo junto a los familiares

Por Alejo Santander
23 de enero de 2019
asantander@infobae.com

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Pallarols junto los familiares y a figuras del espectáculo que estuvieron en el Teatro Tronador para la inauguración (Christian Heit)
El orfebre argentino Juan Carlos Pallarols, reconocido por ser quien realizó el Bastón de Mando de los presidentes argentinos por más de 30 años, fue el promotor de una iniciativa que emocionó en Mar del Plata. El artista -a partir de la fundición de metales de la guerra de Malvinas- creó una rosa de 44 pétalos, que llevan los nombres de los tripulantes del ARA San Juan. La obra fue emplazada en la entrada del Teatro Tronador.

Cada pétalo tiene un nombre y cada nombre fue forjado por un familiar de los tripulantes. Se completa con una estructura imponente, la de un lobo marino de metal que sostiene la rosa en alto, una realización del escultor Hugo Ciciro, que trabajó en conjunto con Pallarols para darle a la pieza un soporte a la altura de las circunstancias y que también transmitiera un mensaje.

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El lobo marino, un símbolo de Mar del Plata, sostiene la rosa en alto (Christian Heit)
"Teníamos material desde hace mucho tiempo, cosas que juntamos después de la guerra de Malvinas con los veteranos y decidimos que con el dolor de esa gente que reclamaba saber dónde estaba su familia algo teníamos que hacer", le contó Pallarols a Infobae, sobre el origen de un proyecto que nació de la lucha de los familiares del submarino.


"El lobo está hecho con material todo unido, con remaches, con soldaduras, todo forjado, pedacito a pedacito, como un símbolo de la unión que tenemos que tener los argentinos, fuerte y sincera", explicó el orfebre, que aseguró que desde un primer momento supo que el lugar de la obra tenía que ser la ciudad de Mar del Plata. Y fue con la ayuda del empresario y productor artístico Marcelo González, que encontraron el lugar ideal: el nuevo Teatro Tronador, del que González es dueño.

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Hugo Ciciro y el “maestro” Pallarols, escultor y orfebre junto a la obra (Christian Heit)
"Cuando Juan Carlos me trajo la propuesta me entusiasmé enseguida y no reparamos en cómo hacerla, empezamos, le metimos y lo hicimos", resumió por su parte el escultor Ciciro, visiblemente emocionado, mientras observaba la obra conjunta con Pallarols, que al ser descubierta generó escenas de llanto y abrazos entre una veintena de familiares del ARA San Juan que se acercaron hasta el teatro para ser parte.

"Hace dos semanas o tres sobre la Plaza del Agua grabamos los primeros nombres con los familiares, lo hicimos sobre los mismos bancos de la plaza, cada uno grabó el nombre de su familiar letra por letra, la última fue Itatí Leguizamón en Buenos Aires", detalló el platero sobre la logística de un trabajo al que sus manos no solo le dieron forma, sino que también hicieron de guía.

"Fue muy emotivo, llegué al taller, él me hizo pasar a la parte donde tiene las letras para esculpir, me dijo que el metal que se iba a utilizar para los pétalos era de las balas de la guerra de Malvinas, que iban a ser 44 pétalos que simbolizaban a los tripulantes, que lo que él quería hacer a través de su trabajo era que siguiera presente la memoria de los que formaban parte del ARA San Juan", narró sobre la experiencia Itatí, la última en escribir.

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Itatí escribiendo en el taller junto a Pallarols el nombre de su esposo, el sonarista del ARA San Juan, Germán Suárez
"Cada homenaje es revivir el comienzo de esta triste tragedia. Uno no toma dimensión de lo que significan estas obras de arte, es algo que va a perdurar en el tiempo y la memoria de los 44 tripulantes seguirá viva", expresó por su parte Paola, esposa del sonarista del submarino Celso Oscar Vallejos, quien ayer estuvo junto a los familiares que presenciaron la inauguración de la obra en el Teatro Tronador.

El ARA San Juan emitió su última comunicación por radio el 15 de noviembre de 2017 y exactamente un año más tarde, sus restos fueron encontrados en gran medida gracias a la insistencia y las movilizaciones de los familiares que nunca bajaron los brazos e insistieron para que no se abandonara esa búsqueda.

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La emoción de los familiares durante el descubrimiento de la obra (Christian Heit)
La obra de Pallarols resume esa lucha y va más allá atravesando sentidos que se proyectan al futuro, una historia que volverá a ser recordada con cada pregunta acerca de la rosa que lleva 44 nombres y sostiene un lobo marino de hierro en Mar del Plata.

En palabras del artista: "No es trabajar con un material que sea más duro, más blando, es trabajar con una emoción, con una idea, concretarla, conseguir lo que conseguimos, que la gente llore y se abrace, tenemos que estar unidos los argentinos".

Fotos: Christian Heit

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MUCHAS GRACIAS @Coti7495 , EMOCIONANTES ESTAS ULTIMAS NOTICIAS QUE NOS APORTAS SOBRE ESTE DESGRACIADO SUCESO.- PERSONALMENTE CREO QUE .....SI, HA SIDO UN ACTO MUY EMOTIVO Y DIGNO DE TODO AGRADECIMIENTO; PERO SI YO FUESE FAMILIAR DE ALGUN DESAPARECIDO EN EL SUBMARINO ME CONSOLARIA MUY POCO.-
SABES POR MIS EXPOSICIONES ,YA LEJANAS EN EL TIEMPO, LO DOLOROSO Y ENTRAÑABLE DE ESTE HILO PARA MI.-
DESDE AQUI, NUEVAMENTE MI TESTIMONIO DE LA MAYOR CONSIDERACION Y CORDIAL AFECTO A TODAS ESAS FAMILIAS Y AL PUEBLO ARGENTINO EN GENERAL, AL QUE TANTOS LAZOS DE FAMILIA ME UNEN Y AL QUE QUIERO, ADMIRO Y RESPETO.-
UN ABRAZO.-
 
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