Parto en casa vs en hospital

Yo he tenido tres partos, el primero en el Mont Sinaí de New York, de 33 semanas porque a un gineginecó iluminado se le dio por hacerme un procedimiento porque me hijo estaba de nalgas para ligarse a una enfermera, con tan mala suerte para mí que acabe con parto prematuro, el parto fue bien el niño estuvo en neonatos 2 meses por qué estaba muy inmaduro y a mi me metieron un medicamento al que era alérgica porque tuve fiebre casi me muero y esto pasó en uno de los mejores hospitales del mundo. Al segundo lo tuve en Holanda ahí o vas a un privado que es un pastizal y que no lo cubre la empresa o lo tienes en casa, yo como no había tenido complicaciones en embarazo y lo otro fue error médico pues me metieron en no riesgo te evalúan tu casa por cuestiones de la ambulancia y tienes a dos matronas en casa yo como desconfiaba tanto de los profesionales y estas mujeres fueron tan buenas cariñosas al final me animé en el último momento y todo fue genial dos horas de parto y en casita tan agusto, y ya en España tuve al tercero y me fui a un hospital con parto en el agua respetado y también muy bien lo que sí tenía claro es que en España en casa jamás lo tendría porque no es algo que este este generalizado y en lo que haya esperiencias y protocolos.
 
Yo no voy a contar mi experiencia, sólo decir que fue nefasta a todos los niveles y buena parte de responsabilidad la tuvieron los sanitarios que me atendieron. Sólo excluyo a una matrona, la única que supo tener un poco de tacto, pero a la que lamentablemente se le acabó el turno y fue sustituida por otra persona. Aún así jamás elegiría parir en casa, pero sinceramente sí puedo llegar a entender que haya personas que lo elijan. Fuera de España conozco muchos casos, aunque no creo que Holanda e Inglaterra, sean ejemplos a seguir porque creo que más que perseguir el bienestar de la parturienta se busca ahorrar costes. Y en España conozco dos mujeres, en una era su segundo parto y en otra el tercero, y ambas lo eligieron porque el trato en el hospital en sus anteriores partos había sido terrible. Y ese es el problema, que mujeres adultas, formadas y conscientes prefieran quedarse en casa a ir al hospital por la experiencia recibida.

Yo entiendo que las que tuvisteis un buen parto, todo lo bueno que puede ser ese trance, no entendáis qué se siente cuando te tratan como un objeto.

Aquí de lo que se trata es de preservar la vida de tu hijo.El tema de como pueda tratarte el personal sanitario, no es lo más importante para decidir parir en un lugar donde puedas tener las máximas garantias sanitarias en caso de complicaciones...
No creo que el motivo que lleve a estas iluminadas a decidir parir en casa sea por temor a ser tratadas con un látigo en el hospital,pero aunque así fuera, yo al menos,pensando sobre todo en la salud de mi hijo,jamás lo expondría a esa suerte de ruleta rusa, por temor que pudiera pasar lo que ha ocurrido en este caso...
Que cada mujer exponga su vida cuando le plazca,menos cuando su bebé pueda morir por su irresponsabilidad y estupidez...
 
Última edición:
Yo conocí una mujer que pensaba igual que tu.

Lamentablemente en su parto le preguntaron a quien tenían que salvar y empezó a gritar que salvarán a su bebe, a su niño, que la "culpa" de que las cosas no fueran bien era suya...

Al final sobrevivieron ambos y ella me explicaba la escenas sorprendidisima de su propia reacción.

Y es que hay cosas que no sabes que harás hasta que te encuentras en el fregado.
Bueno pero dudo mucho mucho muchisimo que yo reaccionara asi como ella. Hay convicciones que llevamos muy adentro y yo priorizo mi vida antes que la vida de mi bebe. Es lo que hay.
 
Aclaro esto. A mi ni me da por culo ni me deja de dar. A los que si da es a los sanitarios. Eso ponía. A mi me da lo mismo. Bueno, me da pena. porque la estadística es que se ya usa más forceps y ventosa sin que con.

De todo lo que has dicho lo que más incomprensión me causa es que "le demos por culo a los sanitarios", muy fuerte esto, la verdad, que además venga de una mujer.
El tiempo de un parto es el que es y desde luego no seré yo quien piense en facilitarle el turno al sanitario de turno antes que en mi bebé o en mí. Y si no quiero epidural en un parto normal pues no la quiero. Sabiendo que, por supuesto, no hay riesgo ninguno para el bebé. Y si el sanitario prefiere irse de fin de semana o a tomarse un café en vez de ser un/a profesional en mi parto pues que estudie letras como yo, que veo una aguja de insulina y me tiemblan las piernas.
Y, aclaro, que yo he tenido mucha suerte con la mayoría de sanitarios que me he encontrado, pero es que también los he buscado durante el embarazo porque oía historias de terror. O sea, que hay de todo, como en todos los gremios. Y eso no puede ser una ruleta rusa, que dependiendo quien esté de guardia te va a ir de una manera o de otra.

La epidural ralentiza el parto, esto lleva a más riesgos de cesárea, que sí, salen los niños más bonitos (ironía on) pero tampoco es inocua. Y, desde luego, aumenta el riesgo de forceps y ventosa, es pura lógica. Y eso de que la pedimos a gritos suena también a cachondeo. Se obvia muchas veces el pequeño detalle de que si llegas al hospital y te enchufan oxitocina a chorros, para que sea una "horita corta", y no des por culo, pues sí, y tanto que la pido a gritos. Ese dolor es aún más insoportable.
Y esto son hechos, no mi opinión. Es la fisiología de un parto, necesita tiempo para dilatar y que el bebé rote. Es así.

ACLARO que todo esto hablando de un parto que vaya bien, donde no haya sufrimiento ni ningún tipo de problema.
 
Una abogada lleva ante la ONU cuatro quejas por violencia obstétrica en hospitales públicos españoles

A MD. le practicaron una cesárea "por estar saturado el paritorio" y le pincharon la epidural hasta diez veces. Sufre una "lesión neuropática, debilidad generalizada, anemia, insomio y ansiedad"

Los quejas llegan ante la Comisión después de que todas las mujeres hayan intentado, sin éxito, buscar respuestas en España: "Queremos el reconocimiento de que se están incumpliendo obligaciones legales", dice la abogada Francisca Fernández

En el caso de S. denuncian una episiotomía no indicada y "la obligación de permanecer boca arriba y sin moverse"

Un parto por cesárea GERMÁN TENORIO

Por Ana Requena Aguilar17 dic 201821:42

"Se ha portado muy mal", "no se merece a esa niña", "tendría que quitarte a la niña, porque te has portado muy mal". S. escuchó esas frases de la matrona que le atendió durante su parto en el hospital de Cruces (Vizcaya) en 2012 y que, poco antes, le practicó una episiotomía (corte de piel, músculos, nervios y fascias que rodean la vagina) no indicada pese a la oposición de la mujer. Ya desde su ingreso en el hospital, no le dejaron beber, la obligaron a permanecer boca arriba y sin moverse y no permitieron que el padre la acompañara en todo momento. La episiotomía le provocó incontinencia urinaria y repercusiones "severas" en su vida sexual y de pareja. Su caso es una de las cuatro denuncias por violencia obstétrica que una abogada española ha llevado ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

Los cuatro casos llegan ante la Comisión después de que todas las mujeres hayan intentando, sin éxito, buscar respuestas en España. En el caso de S., presentó una denuncia ante los juzgados de lo penal que fue archivada sin que se abriera una investigación. Aunque la Audiencia Provincial ordenó abrir una investigación, la denuncia volvió a ser archivada. "Durante el proceso judicial se aportaron informes periciales de ginecología y obstetricia que probaban que no había ninguna necesidad clínica para cortar la vagina de la Sra. S. También se aportó un informe pericial que probaba las secuelas psicológicas y el diagnóstico de estrés postraumático en relación con el maltrato sufrido durante el parto. Todo el material probatorio aportado por la víctima fue ignorado", relata la abogada, Francisca Fernández, en el relato presentado ante la ONU.

Fernández, que ha preparado los casos junto a las también abogadas Lucía Martínez y Paloma Torres, explica que con estas denuncias ante la Comisión de Derechos Humanos buscan el reconocimiento de que se vulneraron los derechos de estas mujeres, que estas prácticas suponen tratos inhumanos y degradantes y que no se les dio una respuesta adecuada, tampoco judicialmente. En última instancia, y como desgrana en sus denuncias, que España incumplió su obligación de "adoptar las medidas necesarias para modificar o abolir las costumbres y prácticas vigentes que sean discriminatorias para la mujer".

Otro de los casos es el de MD., una mujer que dio a luz en 2009 a su hija en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Allí, según la denuncia, cuando estaban a punto de llevarla al paritorio la dirigen finalmente a un quirófano y le practican una cesárea "por estar saturado el paritorio" y a pesar de la oposición de la mujer. Ante su negativa, los médicos informan a su marido de que va a ser operada, aun sin contar con el consentimiento informado de la paciente. "Las gráficas de monitorización fetal mostraban que el bebé estaba bien en todo momento. Tras la cesárea, se la priva de analgesia para el dolor postoperatorio, a pesar de los ruegos de la paciente", cuenta la denuncia, algo que, señala, "no se justifica médicamente" porque la analgesia está protocolizada en esos casos.

Médicos estudiantes o residentes -"no expertos"- le pincharon la epidural hasta diez veces, nueve de ellas fallidas: "El catéter tuvo que ser reinsertado en la columna varias veces: un proceso que normalmente no lleva más de diez minutos se prolongó durante una hora. Como consecuencia de esas punciones le quedó una lesión llamada 'hiporreflexia osteotendinosa bilateral en miembros inferiores y claudicación en posición de bipedestación en talones y de puntillas de probable origen medular radicular'".

La mujer ha tenido que hacerse "multitud de pruebas diagnósticas" en los últimos años y seguir varios tratamientos en neurología o rehabilitación. Sufre una "lesión neuropática, debilidad generalizada, anemia, insomnio y ansiedad". "No puede cuidar de su hija y es totalmente dependiente de terceras personas para desenvolverse en su vida cotidiana", apuntan. Tras años de procedimientos administrativos y judiciales, no ha conseguido respuesta alguna. La abogada subraya que en este caso se ha pasado por alto las garantías sobre el consentimiento informado a los pacientes, "dando por buena la información prestada al marido".

La Comisión de Derechos Humanos de la ONU analizará ahora los casos y podría dictar una resolución con una declaración sobre los hechos. "Están llegando casos similares de otros países. Buscamos el reconocimiento de que se están incumpliendo obligaciones legales. El Estado dio el visto bueno a la estrategia al parto normal en el Sistema Nacional de Salud, pero luego no se aplica", dice Fernández. La abogada menciona también la Ley de Autonomía del Paciente, el Convenio para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) o las declaraciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la prevención y erradicación de las faltas de respeto y maltrato durante la atención al parto. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, dice, ha reconocido el derecho de las mujeres "a decidir con autonomía" durante el embarazo, el parto y el puerperio.

Estrés postraumático

Otra de las quejas es la de F, que en 2009 acudió al Complejo Hospitalario Xeral Calde de Lugo con contracciones y por precaución. La abogada asegura que se le ingresó "prematuramente" y se le realizaron hasta nueve tactos vaginales, "provocándole una infección con fiebre intraparto y la necesidad de administrar antibióticos e ingresar a su hija en neonatos al nacer". En su relato, hablan de la administración de medicación "sin necesidad clínica y sin solicitar su consentimiento" y de que el personal la obligó a parir tumbada, subida a un potro. A F también le practicaron una episitomía, y su parto derivó en "hipotonía del suelo pélvico con retracción de la cicatriz" y vaginismo que requirió tratamiento de fisioterapia.

También acude a la ONU una mujer a la que se identifica como Sra. NAE, que relata una "cesárea innecesaria" en el hospital público de Donostia. En su queja, la mujer subraya la falta de explicaciones y de atención a sus necesidades. "Me pusieron en la mesa de operaciones como si fuera una muñeca. Nadie se presenta. nadie me habla, nadie me mira a la cara. Nadie se preocupa en intentar calmarme. Lloro mucho. Me ponen los brazos en cruz. [...] Un médico que hace de tutor va guiando todos los pasos (información que me hubiera gustado no oír), de quienes me operan, les va diciendo cómo deben cortar y qué están cortando y moviendo... El anestesista es la única persona que en algún momento se dirige a mí e intenta tranquilizarme. Me zarandean", relata ella misma.

Al nacer, y antes de llevarse al bebé, se lo enseñan "pero no puede acariciarlo porque le han atado los brazos en cruz para la operación y la han dejado así". La denuncia incluye que su marido no fue informado de que ella había salido de quirófano y no le permitieron estar acompañada por él en las siguientes horas. Semanas después, la mujer es diagnosticada de estrés postraumático en su centro salud y le prescriben tratamiento ansiolítico.

Presenta una reclamación de responsabilidad patrimonial frente al servicio de salud con un informe pericial de obstetricia que revela "mala praxis" y la existencia de "alternativas terapéuticas que no se pusieron a su disposición y que podrían haberle ahorrado la cesárea".

La abogada Francisca Fernández cree que estos casos muestran hasta qué punto se permiten "actitudes discriminatorias, malos tratos durante el parto y otras formas de violencia obstétrica basadas en estereotipos de género tales como anteponer la función reproductiva de la mujer, su infantilización o su percepción como incapaz de tomar decisiones sobre su salud y su cuerpo". "Parece que si no nos sometemos a todo lo que nos dice el médico vamos a exponer a nuestros hijos. Parece que nos pueden cortar los genitales y que eso lo salva todo y que somos seres caprichosos por querer evitar que eso suceda y exigir información y alternativas".

Fuente: https://www.google.com/url?sa=i&sou...aw3J53Sdhoq-n2CT75_8VXBd&ust=1545479820215351
 
Me estáis diciendo de verdad que parir en casa o exigir un parto respetado se hace por egoísmo de la paciente sin pensar en el bebé? Como muchos habláis de sobrinos, hermanos, primos y demás y no lo habéis vivido en vuestras propias carnes y especuláis más que otra cosa, os expondré mi caso personal. Me quedé embarazada de mi hija en 2016, he de admitir que por esa época no tenía ni idea de nada porque el embarazo nos vino a mi pareja y a mí de sorpresa, sin planificar. A pesar de todo estaba muy contenta porque yo siempre había querido ser madre. A partir de ahí comencé a ir a la matrona y a hacer mis seguimientos y poco después comenzaron las clases preparto, donde me encontré con otras embarazadas. Me gustaron esas clases porque nos informaron mucho, dedicamos mucho tiempo a hablar de la epidural, tipos de parto y demás, por lo que nos hablaron de los riesgos que conllevaba esa anestesia, entre otros estaba el sufrimiento fetal a causa de que el trabajo de parto se ralentizara tras “sufrir” los efectos de la anestesia. Yo en cuanto oí eso automáticamente me decanté por no ponerme epidural, ya que para mí lo más importante era minimizar los riesgos para mi hija, además, nos dieron datos muy sólidos que probaban que un parto no medicalizado tenía muchas más probabilidades de éxito que un parto medicalizado. Para mí fue simple lógica. A pesar de esto, al verbalizarlo en mi clase de preparto (había 15 embarazadas más) no recibí más que críticas “por qué vas a sufrir si puedes no tener dolor”, “vas a pedir la epidural a gritos”, “eres tonta, habiendo anestesia”... curiosamente, lo que se está diciendo en este hilo es que tomé una decisión egoísta, cuando parece que la única que se preocupó primordialmente por la seguridad de su bebé fui yo. Yo cuánto más me informaba más ganas tenia de que mi parto fuese totalmente natural, y qué queréis que os diga, que la gente me dijera que no lo iba a conseguir sólo me motivaba más. Afortunadamente en mi entorno más íntimo me decían que podría conseguirlo, pero parecía que no podía salir de mi círculo porque todo eran ganas de tocar las narices, y parecía que había un deseo generalizado de que no lo consiguiera (curioso cómo la sororidad se va por el desagüe en algunos ámbitos).
Llegó por fin ese día maravilloso. Estaba de compras con mi pareja cuando de repente y sin haber tenido contracciones previas, rompí aguas. Ahí, sin aviso ni nada. Tranquilamente fuimos al hospital y me dijeron que por protocolo hospitalario, si no me había puesto de parto en un plazo de doce horas, habría que provocarlo para evitar infecciones ya que no tenía tapón mucoso. Me pareció perfecto, pero sentí una punzada de decepción ya que se me había dicho que si no podría con un parto normal, mucho menos con un parto provocado mediante ovulos de prostaglandina (creo que se llaman así). Doce horas después, como no me había puesto de parto, me pusieron la primera dosis (me tenían que poner una cada cuatro horas en el cuello del utero, y al parecer eran seis dosis. Veinticuatro horas de parto en total). Cabe decir que la matrona que me estaba atendiendo era un poco desagradable, aunque no llego a tratarme mal en ningún momento, no parecía respetarme mucho tampoco. Total, un par de horas después de la primera dosis empezaron las contracciones y empezaron a dolerme. Cuando vinieron a ponerme la segunda dosis no había dilatado nada y aún tenía el cuello del utero intacto, aunque blando. A partir de ahí mis contracciones empezaron a ser totalmente horribles, básicamente sentía como si me estuviese muriendo. A pesar de eso, yo estaba convencida a no ponerme epidural, aunque sabía que si el parto era muy largo me lo plantearía. Tres horas de contracciones después mi “agradable” matrona hizo el cambio de turno con un chico joven y muy, muy amable. Me hizo un tacto pidiéndome permiso, me sonreía y me decía que estuviese tranquila, que lo estaba haciendo muy bien. Él tenía mi plan de parto y me preguntó si era correcto que no quería epidural. Entre lágrimas le dije que sí, que así lo había decidido. Volvió a sonreírme y me dijo “no sabes lo mucho que te vas a alegrar de esto”. No se me va a olvidar nunca, en el transcurso de las dos horas siguientes me animó junto con mi pareja para que continuase así, que me iba a alegrar. Poco después, cuando sentí ganas de empujar, mi hija bajó los “cuatro pisos” sin ayuda, y poco después la tenía en brazos, totalmente despierta y buscando mi pecho como una loca. Una hora después pude levantarme yo misma de la cama a hacer pis, y tuve la energía para dar el pecho a mi hija durante todo el día. Doce horas después de parir ya me había subido la leche, ya que ella no paraba de succionar.
Después de mi parto, ya en planta, me pusieron en la habitación junto a otra madre. Llevaba dos días ahí, llevaba una episiotomia de treinta puntos por culpa de los fórceps ya que su bebé no bajó nada después de estar horas tras haber dilatado completamente. Me dijo que su trabajo de parto se había parado después de haberse puesto la epidural. Su bebé de dos días tenía una herida enorme en la cara del instrumental médico. Al día siguiente le dieron el alta y pusieron a otra chica a mi lado. Esta se había pasado dieciocho horas en la sala de parto después de haber parido porque por un efecto de la epidural no se había podido mover hasta entonces. En pleno julio venia tapada hasta el cuello sin poder moverse de cintura para abajo. Cuando yo dejé la habitación al día siguiente la pobre sólo podía ir al baño acompañada de una enfermera. Creo que no es necesario decir que lo mejor para tu bebé es que estés bien, ya que necesitan de tu calor y de tu fuerza, por así decirlo.
A día de hoy todavía me encuentro a gente que me dice que eso lo hice por moda o porque no tuve un parto doloroso (lo fue, y mucho) o me encuentro hilos aquí en los que se dice que soy una egoísta porque por una moda pienso antes en mí que en mi hija. A día de hoy todavía tengo que aguantar que me digan que me creo mejor por dar el pecho o por haber pasado dolor en el parto o que tendría que habérselo puesto “más fácil” a los profesionales sanitarios.
A día de hoy es mucho más respetable decir que no das el pecho porque quieres seguir teniendo tu vida que decir que lo das porque tu hijo es lo primero. Sigue siendo más respetable decir que no te pones epidural “porque claro, para que voy a pasar dolor” que decir que no te pones porque quieres minimizar los riesgos para tu bebé, y así, una infinidad de cosas más.
Así que por favor, no se os ocurra decir que las personas que optamos por la vía más natural lo hacemos por moda o por interés propio y que no pensamos en nuestros hijos porque a día de hoy, todavía tenemos que callarnos para que no nos salgan los enterados de turno a decirnos que somos idiotas.
Perdonad el rollo, simplemente quería exponeros mi caso personal para que pudieseis empatizar en lugar de especular sin tener ni idea de lo que pasa por nuestra mente.
Leo tu post unos cuantos meses más tardes, pero no puedo evitar escribirte para decirte que me quito el sombrero. Yo tb viví una inducción y sé lo que duele. En mi caso, di a luz en un hospital público considerado “respetuoso” y sí me sentí muy respetada, en el sentido de que dentro de lo posible cumplieron con lo que yo pedía en mi plan de parto. Hubiera deseado un parto sin epidural, pero el dolor fue superior a mis fuerzas y la pedí a gritos a las 24 horas de comenzar la inducción, con una dilatación de solo 2 cm.
No me arrepiento para nada, porque al contrario de lo que suele ocurrir, con la anestesia me relajé, dormí cuatro horas y cuando desperté estaba lista para empezar a empujar. Me pusieron una dosis tan perfecta que sentí todo (excepto el dolor) e incluso pude cambiar de posición y empujar de rodillas. Sin embargo, el niño se quedó encajado y al final hubo que recurrir a la ventosa. No sé qué hubiera pasado si no hubiera tenido epidural, porque tuve un desgarro tremendisimo y un niño enorme. Igual que en tu caso, tuve piel con piel y mi hijo reptó hacia mi pecho rápidamente y al día siguiente ya tenía leche (las enfermeras no se lo creían). No me hicieron episotomia porque así lo pedí en mi plan de parto y, a pesar de la cantidad de puntos, me recuperé súper bien.
Con este rollo quiero decir que estoy totalmente a favor de la medicalización, pero con respeto. Creo que puede haber un equilibrio entre las circunstancias médicas y las necesidades de la parturienta.
Ahora estoy otra vez embarazada y ya rezo para que, si vuelvo a pedir epidural, me toque ese anestesista maravilloso con su pañoleta de colores tipo Anatomía de Grey.
Por otra parte, y respecto al tema del hilo (no he acabado de leer, pero supongo que con todo el tema del bebé de Vigo habrá bastante debate) yo no pariria en casa ni jarta, pero respeto a quien lo hace siempre y cuando se haga con las condiciones mínimas: asistencia sanitaria, niño bien colocado, etc. Lo contrario me parece una imprudencia.
 
Perdonaaaa??? El bebe antes que la madre?? Pues no, yo pienso que si hay que elegir en caso de parto peligroso salvar a la madre o al bebe, la prioridad es la madre. Ella es una persona consciente, el bebe aun no.
Antes de parir a mi primer hijo le dije a mi marido: si pasa algo y hay que escoger entre el bebé o yo, que sepas que no me quiero morir. Ahora estoy de nuevo embarazada y me reafirmo: prefiero vivir con el sufrimiento de haber perdido a un hijo, que morirme sabiendo que voy a dejar a mis hijos huérfanos. Parecerá súper egoísta pero así lo siento.
 
Antes de parir a mi primer hijo le dije a mi marido: si pasa algo y hay que escoger entre el bebé o yo, que sepas que no me quiero morir. Ahora estoy de nuevo embarazada y me reafirmo: prefiero vivir con el sufrimiento de haber perdido a un hijo, que morirme sabiendo que voy a dejar a mis hijos huérfanos. Parecerá súper egoísta pero así lo siento.
Me gusta tu sinceridad.
 
Buenas tardes a todas!
Lo primero que quiero decir es que tengo un respeto infinito por todos los trabajos y eso se extiende también a todos los profesionales sanitarios de los que, además, dependo porque soy paciente de una enfermedad autoinmune. Jamás he cuestionado la opinión de un profesional sanitario ni he dudado de su criterio a la hora de tomar medicaciones o realizarme procedimientos médicos, ja-más. Dicho esto: he tenido muchísimas experiencias negativas con médicos, otras tantas que bah, ni bien ni mal y pocas, muy muy pocas que pueda decir que fueron realmente positivas. Curiosamente, la mayoría de las mejores experiencias han sido en urgencias con médicos ultra cansados tras 24 horas de turno corriendo de arriba abajo, que en consultas externas. En cualquier caso, valoro muchísimo a todos los médicos/as, enfermeros/as y demás personal que nos atienden día a día y por supuesto os considero a todas sobradamente formadas y sé que, en muchos casos, si la atención que recibimos no es la mejor es porque estáis agotados, por la falta de personal, etc.
En segundo lugar, me disculpo por el comentario que dije en el hilo de verdeliss porque no fui rigurosa con los datos... no lo fui porque no los hay (al menos que yo conozca). La violencia obstétrica es algo que se está empezando a investigar desde hace unos años, es algo relativamente reciente y, por tanto, no tengo datos estadísticos de cuántas mujeres la sufren pero sí que se conocen miles (por no decir millones) de testimonios y sí que se han hecho trabajos en los que se han contado con dichos testimonios. En mi opinión, da igual que sea 1 de cada 100 mujeres o 1 de cada 1000 o 68 de cada 100. Con que haya una sola mujer que sufra violencia obstétrica me parecerá excesivo, primero porque es una violencia que se da por el simple hecho de ser mujer, segundo, porque se da en momentos en que la mujer es muy vulnerable (un parto, un aborto, etc) y tercero, porque no hay ninguna otra especialidad médica en la que, de manera natural, se realicen procedimientos sin tener un consentimiento informado del paciente.
Estoy segura de que todas conocemos una mujer que haya pasado por un parto en el que: le hayan realizado la maniobra de Hamilton, le hayan puesto oxitocina, le hayan realizado una episeotomía, le hayan obligado a ponerse un enema antes de parir etc no solo sin pedir consentimiento sino sin informarlas debidamente de todo lo que ello supone, los pros y contras y las posibles alternativas.
Parir en casa en un retroceso. Esa es mi opinión. Ninguna mujer debería parir en casa habiendo hospitales llenos de personal sanitario y recursos dispuestos a atenderlas a ella y a su/s bebé/s, pero no pensemos que es algo que se da porque sí. Muchas mujeres, me atrevería a decir que la mayoría, que deciden parir en casa, lo hacen porque han tenido experiencias negativas pariendo en hospitales y para tratar de evitar repetir dicha experiencia deciden parir en casa.
Ni las mujeres somos unas locas, ni unas místicas, ni nos drogamos, ni somos unas hippies, es completamente normal evitar repetir un evento traumático sea como sea. En lugar de criticar tanto a las mujeres que deciden tomar esa decisión empecemos a plantearnos por qué llegan a tomarla y trabajemos para que ninguna mujer tenga una experiencia traumática debido al trato de los y las profesionales sanitarios en el día de su parto.
Respondiendo también a una prima que escribe un poco más arriba... Los profesionales sanitarios de la sala de partos no se tienen que preocupar principalmente del bebé, tienen que hacerlo del bebé y de la madre POR IGUAL. Tenemos la muy mala costumbre de pensar que los bebés están por encima de todo y no, la vida de la madre importa y mucho, la madre no es solo una vasija en la que lleva durante 9 meses al bebé y de la que, una vez ha parido, nos podemos despreocupar (así es que se dan las depresiones post-parto, por cierto), las mujeres que dan a luz no buscan protagonismo, buscan que sus cuerpos sean respetados y no tratados como simples máquinas de fabricar bebés.
Y respondiendo a otra prima más... sí, bastante sospechoso es que siempre todos los protocolos sean siempre los más cómodos para los sanitarios...
Espero no haber ofendido a nadie, pero me parece que es un tema que tiene mucha "chicha" y que es fácil malinterpretar por eso prefiero explayarme, un saludo a todas!
Estoy en pleno postparto,llevo desgarro y episotomia y lo único que lamento es que no se decidieran a cortar antes,me está matando el dolor del desgarro,en cambio de los puntos ni me estoy enterando.
 

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