¿Y la tal Cristina Pardo se disculpa en un tuit y yastá?
No, hija, no, esto debería tener consecuencias proporcionales al daño que se le ha causado a esa pobre gente. Marinaleda es el fascismo mafioso disfrazado de izquierdismo más acendrado, con el loco del alcalde a la cabeza. Allí disentir es -literalmente- jugarte la vida.
Ha sido muy fuerte, como los chivatos en las guerras.