MÚSICA PARA CAMALEONES - Truman Capote

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TC: ¿ Y no lo lamenta usted?

RB: No. Si mis hermanos y hermanas lo hicieron, entonces esta bien. Todo está bien en la vida. Todo fluye. Todo está bien. Todo es música.

TC: Cuando estaba arriba, en el Callejón de la Muerte, si lo hubieran obligado a bajar a la cámara de gas y oler los melocotones, ¿ habría dado usted su señal de aprobación ?

RB: Si así hubiera ocurrido, sí. Todo lo que sucede es bueno.

TC: Guerra. Niños famélicos que se mueren de hambre. Dolor. Crueldad. Ceguera. Prisiones. Desesperación. Indiferencia . ¿ Todo es bueno?

RB: ¿ Por qué me mira de ese modo?

TC: Por nada. Estaba observando cómo le cambia la cara. En un momento sólo con el más ligero desplazamiento de ángulo, tiene usted un aspecto bastante infantil, enteramente inocente, encantador. Y luego...,bueno, se le puede considerar como una especie de Lucifer de la calle Cuarenta y Dos. ¿ Ha visto alguna vez Night must falí ? ¿ Una vieja película de Robert Montgomery? ¿No? Pues es acerca de un delicioso joven impío, de aspecto inocente , que viaja por la campiña inglesa conquistando a viejas damas y decapitándolas para luego llevarse las cabezas metidas en sombrereras de cuero.

RB: ¿ Y qué tiene que ver eso conmigo?

TC: Estaba pensando... que si hicieran una versión nueva, si alguien la americanizara convirtiendo al personaje de Montgomery en un joven que viaja sin rumbo con ojos de color avellana y voz recelosa, usted estaría muy bien en el papel.

RB: ¿ Intenta decir que soy un psicópata? No estoy chalado. Si tengo que emplear la violencia, la empleo , pero no creo en el asesinato.

TC: Entonces, debo estar sordo. ¿Me equivoco, o no acaba de decirme que está bien cualquier atrocidad que una persona pueda cometer contra otra, que todo está bien?



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RB: ( Silencio.)

TC: Dígame, Bobby, ¿ cómo se considera a sí mismo?

RB: Como un presidiario.

TC: ¿Y aparte de eso?

RB: Como un hombre. Un hombre blanco. Y todo lo que un hombre blanco representa.

TC: Sí, uno de los carceleros me ha dicho que usted es el cabecilla de la Hermandad Aria.

RB:
(hostil): ¿ Qué sabe usted de la Hermandad ?

TC: Se compone de un puñado de tipos duros, blancos. Es una especie de asociación de carácter fascista. Empezó en California y se ha extendido por todo el sistema penitenciario norteamericano; norte, sur, este y oeste. Las autoridades carcelarias la consideran como una cofradía problemática y peligrosa.

RB: Un hombre tiene que defenderse. Nos superan en número. Usted no tiene idea de lo duro que es. Tenemos más miedo el uno del otro que los cerdos de aquí. Hay que ir de puntillas a cada instante, si no quieres acabar con un pincho en la espalda. Los negros y los chicanos tienen sus propias bandas. Los indios también ; o debería decir los "nativos americanos ", así es com esos pieles rojas se llaman a sí mismos: ! qué risa! Si señor, es duro.
Con todas esas tensiones raciales, la política, la droga, el juego y la sexualidad. A los negros les agradan mucho los muchachos blancos. Les gusta meter sus cipotes negros por esos apretados culos blancos.

TC:¿ Ha pensado en qué vida llevaría, si alguna vez le concediesen la libertad bajo palabra?

RB: Este túnel al que no le veo salida. Nunca dejarán libre a Charlie.



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TC: Espero que tenga razón, y creo que sí la tiene. Pero es muy probable que algún día le den a usted la libertad bajo palabra. Tal vez mas pronto de lo que se figura. Entonces, ¿qué?

RB ( rasguea la guitarra ): Me gustaría grabar alguna música mía. Que la tocaran por las ondas.

TC: Ese era el sueño de Perry Smith. Y también el de Charlie Manson. Quizá tengan más en común que los simples tatuajes.

RB:Sólo entre nosotros, Charlie no tiene mucho talento. (Rasgueando acordes.) " Esta es mi canción, mi oscura canción." Tuve mi primera guitarra a los once años; la encontré en el desván de mi abuela y aprendí a tocarla por mí mismo, y desde entonces he estado chalado por la música. Mi abuela era una mujer encantadora, y su desván era mi sitio favorito. Me gustaba tumbarme allí y escuchar la lluvia. O esconderme cuando mi papá venía a buscarme con el cinturón.
Mierda. ¿Escucha eso? Ayes, ayes. Es suficiente para volverle a uno loco.

TC: Escúcheme, Bobby. Y conteste con cuidado. Suponga que cuando salga de aquí se le presenta alguien, digamos Charlie, y le pide que cometa un acto de violencia, matar a un hombre, ¿ lo haría usted?

RB( tras encender otro cigarrillo y fumarse la mitad): Podría. Depende. Jamás tuve intención de...de...hacer daño a Gary Hinman. Pero sucedió una cosa. Y otra . Y luego ocurrió todo.

TC: Y todo estaba bien.

RB: Todo estaba bien.



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VI.------ Una hermosa criatura


( A Beautiful Child)



Fecha: 28 de abril de 1955.
Escenario: La capilla de la Universal Funeral Home en la Avenida Lexintong esquina a la Calle Cincuenta y Dos, en la ciudad de Nueva York. Una brillante asamblea se aglomera en los bancos: celebridades en su mayor parte, del campo del teatro internacional, del cine, de la literatura, presentes todos como tributo a Constance Collier, la actriz de origen inglés que había muerto el día anterior a los setenta y cinco años.

Nacida en 1880, miss Collier empezó su carrera como corista de variedades, pasando a convertirse en una de las principales actrices shakespearianas de Inglaterra y durante mucho tiempo, en la fiancée de Sir Max Beerbhom, con quien nunca se casó y quizá por ese motivo inspirara el personaje de la heroína maliciosamente inconquistable, de la novela Zuleika Dobson, de Sir Max). Finalmente, emigró a Estados Unidos, donde se asentó como una respetable figura de la escena de Nueva York, y del cine de Hollywood. Durante las últimas décadas de su vida, vivió en Nueva York dando clases de dramaturgia de una calidad única; como alumnos, sólo admitía a profesionales y, por lo general, consagrados que ya eran "estrellas": Katherine Hepburn era discípula permanente; otra Hepburn, Audrey, también era protegée de Collier, lo mismo que Vivien Leigh, y durante unos meses antes de su muerte, una neófita a la que miss Collier se refería como "mi problema especial", Marilyn Monroe.



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Marilyn Monroe, a quien conocí por medio de John Huston cuando éste la dirigía en su primer papel con dialogo, La jungla de asfalto , entró bajo la protección de miss Collier por sugerencia mía. Hacía unos seis años que yo conocía a miss Collier, y la admiraba como mujer de auténtica estatura, física, emocional y creativa, por todos sus modales dominantes, por su gran voz de catedral y por su extraordinariamente tierna, digna, pero Gemütlick. Me encantaba ir a los frecuentes y pequeños almuerzos que daba en su oscuro estudio Victoriano en pleno Manhattan; contaba historias increíbles acerca de sus aventuras como primera actriz junto a Sir Beerhom Tree y al gran actor francés Coquelin, de sus relaciones con Oscar Wilde, con el joven Chaplin y con Garbo en la época de formación de la silenciosa sueca. Efectivamente, era una delicia, igual que su fiel secretaria y compañera, Phyllis Willbourn, una tranquila y parpadeante soltera que tras el fallecimiento de su patrona se convirtió en la dama de compañía de Katherine Hepburn, cosa que sigue siendo.

Miss Collier me presentó a muchas personas con las que entablé amistad: Los Lunt, Los Oliver y, especialmente, Aldous Huxley. Pero fui yo quien le presenté a Marilyn Monroe, y al principio no estuvo inclinada a trabar relaciones con ella: era corta de vista, no había visto ninguna película de Marilyn y no sabía absolutamente nada de ella, salvo que era una especie de estallido sexual de color platino que había adquirido fama universal; en resumen, parecía una arcilla difícilmente apropiada para la estricta formación clásica de miss Collier.



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Pero pensé que harían una combinación estimulante.

La hicieron. " !Oh, sí ! ", me aseguró miss Collier, " hay algo ahí. Es una hermosa criatura. No lo digo en el sentido evidente, en el aspecto quizá demasiado evidente, no creo que sea actriz en absoluto, al menos en al acepción tradicional. Lo que ella posee, esa presencia, esa luminosidad, esa inteligencia brillante, nunca emergería en el escenario. Es tan frágil y delicada que sólo puede captarlo una cámara. Es como el vuelo de un colibrí: sólo una cámara puede fijar su poesía. Pero el que crea que esta chica es simplemente otra Harlow o una ramera, o cualquier otra cosa, está loco. Hablando de locos, en eso es en lo que estamos trabajando las dos: Ofelia. Creo que la gente se reirá ante esa idea, pero en serio, puede ser una Ofelia exquisita. La semana pasada estaba hablando con Greta y le comenté la Ofelia de Marilyn, y Greta dijo que sí, que podía creerlo porque había visto dos de sus películas, algo muy malo y vulgar, pero sin embargo, había vislumbrado las posibilidades de Marilyn.

En realidad, Greta tiene una idea divertida. ¿Sabe que quiere hacer una película de Dorian Gray? Con ella en el papel de Dorian, por supuesto. Pues dijo que le gustaría tener de antagonista a Marilyn en el papel de una de las chicas a las que Dorian seduce y destruye. ! Greta! !Tan poco utilizada! ! Semejante talento...! y algo parecido al de Marilyn, si uno lo piensa. Claro que Greta es una artista consumada, una artista con un dominio sumo.

Esa hermosa criatura no tiene concepto alguno de la disciplina o del sacrificio. En cierto modo, no creo que vaya a madurar. Es absurdo que lo diga, pero de alguna manera creo que seguirá siendo joven. Realmente, espero y ruego que viva lo suficiente como para liberar ese extraño y adorable talento que vaga a través de ella como espíritu enjaulado".



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Pero ahora, miss Collier había muerto. Y ahí estaba yo, remoloneando en el vestíbulo de la Universal Chapel esperando a Marilyn; habíamos hablado por teléfono la noche anterior, quedando de acuerdo para sentarnos juntos durante la ceremonia, cuyo inicio estaba previsto para mediodía. Llegó media hora tarde; siempre llegaba tarde, pero yo pensaba:! Por amor de Dios, maldita sea, sólo por una vez! Y, entonces, apareció de pronto y no la reconocí, hasta que dijo...

Marilyn: ! Oh, cuánto lo siento, chico! Pero, mira, me maquillé toda, y luego pensé que quizá fuese mejor no llevar pestañas postizas, ni maquillaje, ni nada, así que tuve que quitarme todo aquello de encima, y no se me ocurría nada que ponerme...

(Lo que se le ocurrió ponerse habría sido apropiado para la abadesa de un convento en audiencia particular con el Papa. Llevaba el pelo enteramente oculto por un pañuelo de gasa negra; un vestido negro, suelto y largo, que de algún modo parecía prestado; medias negras de seda apagaban el brillo dorado de sus esbeltas piernas. Con toda seguridad, una abadesa no se habría calzado unos zapatos negros de tacón alto tan vagamente eróticos como los que ella había escogido, ni las gafas oscuras en forma de búho que dramatizaban la palidez de vainilla de su piel de leche fresca.)

TC: Tienes un aspecto estupendo.

Marilyn ( mordisqueándose una uña roída ya hasta el final): ¿ Estás seguro? Es que estoy tan nerviosa. ¿Dónde está el lavabo? Si pudiera entrar ahí nada más un minuto...



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TC: ¿ Y meterte una pastilla? ! No! Chsss. Esa es la voz de Cyril Ritchard: ha empezado al panegírico.

( De puntillas, entramos en la atestada capilla y nos abrimos paso hasta un pequeño espacio en la última fila. Acabó Cyril Ritchard, lo siguió Cathleen Besbitt, una compañera de mis Collier de toda la vida, y, finalmente, Brian Aherne se dirigió a los asistentes al funeral. A lo largo de todo ello, mi acompañante se quitaba periódicamente las gafas para enjugar lágrimas que se desbordaban de sus ojos azulgrises. En ocasiones la había visto sin maquillaje, pero hoy ofrecía una nueva experiencia visual, un rostro que yo no había observado antes, y al principio no me di cuenta de qué podría ser.
! Ah! Se debía al sombrío pañuelo de la cabeza. Con los bucles invisibles y el cutis limpio de cosméticos, parecía tener doce años: una virgen pubescente que acaba de entra en un orfanato y está llorando su desgracia. La ceremonia terminó al fin, y la reunión comenzó a dispersarse.)

Marilyn: Quedémonos aquí sentados, por favor. Esperemos a que salga todo el mundo.

TC: ¿Por qué?

Marilyn: No quiero tener que hablar con nadie. Nunca sé que decir.

TC: Entonces, quédate ahí sentada, y yo esperaré fuera. Tengo que fumar un pitillo.

Marilyn: !No puedes dejarme sola! ! Dios mío! Fuma aquí.

TC: ¿ Aquí? ¿ En la capilla?

Marilyn: ¿Por qué no? ¿ Que te quieres fumar ? ¿ Un petardo?

TC: Muy gracioso . Venga, vámonos.

Marilyn: Por favor. Hay un montón de fotógrafos ahí abajo. Y, desde luego, no quiero que me tomen fotografías con esta facha.


TC: No te lo reprocho.

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Marilyn : Has dicho que tenía un aspecto estupendo.

TC: Y lo tienes. Sencillamente perfecto..., si estuvieras interpretando La novia de Drácula.

Marilyn: Ya te estás riendo de mí.

TC: ¿ Tengo yo pinta de reírme?

Marilyn: Te estás riendo por dentro . Y ésa es la peor clase de risa. ( Frunciendo el ceño; mordisqueándose la uña del pulgar). En realidad, podría haber llevado maquillaje. Veo que toda esa otra gente lleva maquillaje.

TC: Yo si. Gotitas.

Marilyn: Lo digo en serio. Es el pelo. Necesito un tinte. Y no he tenido tiempo de dármelo. Todo ha sido tan inesperado, la muerte de miss Collier y demás. ¿ Ves?
( Levantó un poco el pañuelo, mostrando una franja oscura en la raya del pelo.)

TC: Pobre inocente de mí. Y todo este tiempo pensando que eras rubia natural.

Marilyn: Lo soy. Pero nadie es así de natural. Y, de paso, que te follen.

TC: Muy bien, ya ha salido todo el mundo. Así que vamos, arriba.

Marilyn: Esos fotógrafos siguen ahí abajo. Lo sé.

TC: Si no te han reconocido al entrar, tampoco te conocerán al salir.

Marilyn: Uno de ellos me reconoció. Pero me escabullí por la puerta antes de que empezara a chillar.


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TC: Estoy seguro de que hay una entrada trasera. Podemos ir por ahí.

Marilyn: No quiero ver cadáveres.

TC: ¿Por qué habríamos de verlos?

Marilyn: Esta es una funeraria. Deben tenerlos en alguna parte. Lo único que me faltaba hoy, aparecer en una habitación llena de cadáveres. Ten paciencia. Iremos a algún sitio y te invitaré a una botella de champagne.

( Así que nos sentamos y hablamos y Marilyn dijo: "Odio los funerales. Me alegro de no tener que ir al mío. Pero no quiero ceremonias, tan sólo mis cenizas arrojadas al agua por uno de mis hijos, si alguna vez tengo alguno.
No habría venido hoy a no ser porque miss Collier se preocupaba de mí, de mi bienestar, y era como una abuela, como una abuela vieja y dura, pero me enseñó mucho. Me enseñó a respirar. Hice buen uso de ello, además, y no me refiero a actuar. Hay otras veces en que respirar es un problema. Pero cuando me dijeron que miss Collier se había muerto, lo primero que se me ocurrió fue: ! Oh, Dios mío, qué va a ser de Phyllis! Mis Collier era toda su vida. Pero he oido que se va a vivir con miss Hepburn.
Qué suerte la de Phyllis; ahora sí que se va a divertir. Me cambiaría por ella sin pensarlo. Miss Hepburn es realmente una gran señora. Ojalá fuera amiga mía. De ese modo iría a visitarla alguna vez y... pues no sé, nada más que visitarla."

Comentamos cuánto nos gustaba vivir en Nueva York y cómo detestábamos Los Angeles ( " A pesar de que nací allí, sigue sin ocurrírseme nada bueno de ella. Si cierro los ojos y me imagino Los Angeles, lo único que veo es una enorme vena varicosa".)


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Hablamos de actores y de actuación ( "Todo el mundo dice que no sé actuar. Lo mismo dijeron de Elizabeth Taylor, y se equivocaron.
Estuvo extraordinaria en Un lugar en el sol. Nunca conseguiré el papel adecuado, nada que realmente quiera. Mi físico está contra mí")
Hablamos algo más de Elizabeth Taylor, quería saber si yo la conocía, y dije que si, y ella me preguntó cómo era, cómo era en realidad, y yo contesté, pues se parece un poco a tí, es enteramente sincera y tiene una conversación ingeniosa, y Marilyn dijo que te follen, y añadió, bueno, si alguien te preguntara cómo es Marilyn, cómo es en realidad, ¿ qué le dirías?, y yo contesté que tendría que pensarlo.)

TC: ¿Crees que ya podemos largarnos de aquí? Me prometiste champagne, ¿recuerdas?

Marilyn: Lo recuerdo. Pero no tengo nada de dinero.

TC: Siempre llegas tarde y nunca llevas dinero. ¿ Es que por casualidad te figuras que eres la reina Elizabeth?

Marilyn: ¿ Quién ?

TC: La reina Elizabeth. La reina de Inglaterra.

Marilyn: (frunciendo el ceño): ¿Qué tiene esa gilipollas que ver con esto?

TC: La reina Elizabeth tampoco lleva dinero nunca. No se lo permiten. El vil metal no debe manchar la real palma de su mano. Es una ley o algo parecido.

Marilyn: Ojalá aprobaran una ley como esa para mí.

TC: Sigue así y quizá lo hagan.

Marilyn: ! Por Dios! ¿ Cómo paga las cosas? Cuando va de compras, por ejemplo.

TC: Su dama de compañía la sigue con un bolso lleno de monedas de un cuarto de penique.



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Marilyn: ¿ Sabes una cosa? Apuesto a que todo se lo dan gratis. A cambio de avales.

TC: Es muy posible. No me sorprendería nada. Por Decreto de Su Majestad. Perros galeses. Todas esas golosinas de Fortnum &Mason. Hierba. Condones.

Marilyn: ¿ Para qué querría ella condones?

TC: Ella no, boba. Para ese tipo que la sigue a dos pasos. El Principe Philippe.

Marilyn: Ah, sí. Es un encanto. Tiene aspecto de tener un buen nabo. ¿Te conté alguna vez lo de aquella ocasión en que vi a Errol Flynn sacarse la picha de repente y empezar a tocar el piano con ella? ! Oh, vaya! Ya hace cien años de eso, yo acababa de empezar como modelo, fui a esa estúpida fiesta y ahí estaba Errol Flynn, tan orgullosos de sí mismo, se sacó la picha y tocó el piano con ella. Aporreó las teclas. Tocó You Are My Sunshine. ! Cristo! Todo el mundo dice que Milton Berle tiene el chisme más grande de Hollywood. Pero ¿a quién le importa? Oye ¿no tienes nada de dinero?

TC: Unos cincuenta pavos, quizá.

Marilyn: Bueno, eso nos llega para pedir algo de champagne.

( Fuera, la avenida Lexington estaba vacía de todo, excepto de inofensivos peatones. Eran cerca de las dos, una tarde de abril tan espléndida como uno podría desear: un tiempo ideal para dar un paseo. De modo que deambulamos hacia la Tercera Avenida. Algunos transeúntes volvían la cabeza, no porque reconociesen a Marilyn, sino por sus galas de luto; se rió entre dientes con su risita particular, un sonido tan tentador como el cascabeleo de las campanillas en el Tren de la Risa, y dijo: " Quizá debiera vestirme siempre de esta manera. Es enteramente anónima."



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