Mujeres con una vida poco común

Mi pequeño homenaje a las mujeres de las WAPS.


WASP: Women Airforce Service Pilots
El "Women Airforce Service Pilots" (WASP) o Servicio de Pilotos Mujeres de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y los grupos predecesores el "Women’s Flying Training Detachment" (WFTD) o Destacamento de Entrenamiento de Vuelo de Mujeres y desde el 10 de setiembre de 1942 el "Women's Auxiliary Ferrying Squadron" (WAFS) o Escuadrón de Transporte Auxiliar de Mujeres fueron las pioneras de las pilotos civiles femeninas encargadas de volar aviones militares dentro de la Fuerzas Aérea del Ejército de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Las mujeres pilotos sumaron miles que liberaron a otros tantos pilotos hombres que podían asumir roles de combate. La WFTD y la WAFS se fusionaron el 5 de agosto de 1943 para crear la unidad para-militar WASP.


Libera un hombre para el combate
En el verano de 1941, la famosa piloto Jacqueline "Jackie" Cochran y la piloto de pruebas Nancy Harkness Love, de manera independiente, presentaron propuestas a la Fuerza Aérea del Ejército de EE.UU (USAAF) para el empleo de mujeres en misiones no de combate. La motivación de esas mujeres fue que mediante la asignación de mujeres pilotos calificadas para misiones como el de traslado de aviones nuevos de las fábricas a las bases militares y transporte de carga y pasajeros en aviones de transporte, se liberaban a los pilotos hombres aptos para realizar misiones de combate. Antes del ataque a Pearl Harbor, el General Henry H. Arnold, Comandante en Jefe de la USAAF, rechazó las propuestas, tanto de Love en 1940, como la de Cochran, en este último caso a pesar de la sutil presión de Eleanor Roosevelt, pero le prometió a Cochran que en caso de que fuera necesario en el futuro constituir una unidad de ese tipo la tendría a ella muy en cuenta.


Jacqueline Cochran
Aunque los EE.UU. no estaban aún comprometidos en la guerra, Cochran y un grupo de mujeres pilotos viajó a Inglaterra para presentarse voluntaria como Auxiliar de Vuelo de Transporte (ATA). Antes de viajar, usó su amistad con el Presidente Roosevelt y su esposa, para lograr que el General Arnold rechazara cualquier participación de las mujeres, si ellas no eran organizadas en una unidad independiente bajo el mando de mujeres. Las pilotos estadounidenses que volaron en la ATA británica, pilotaron aviones de primera línea como el Spitfire, Typhoon, Hudson, Mitchell, Blenheims, Oxford, Walruses y Sea Otters en misiones no de combate pero bajo el estado de guerra existente en esos momentos. La mayoría de esas mujeres sirvieron durante toda la guerra en la ATA, de hecho, cuando se constituyeron la WASP, sólo tres de esas mujeres regresaron a EE.UU. para incorporarse al cuerpo recién formado.

A mediados de 1941, el "United States Army Air Corps" (USAAC) o Cuerpo Aéreo del Ejército de EE.UU. fue reestructurado para la creación de las "U.S. Army Air Forces" (USAAF) o Fuerzas Aéreas del Ejército, con el objetivo de establecer presencia en el conflicto europeo en previsión a la participación directa de EE.UU. en el conflicto bélico. Ese período llevó a un dramático aumento en la actividad de la aviación militar del Ejército, encontrándose que había un déficit de pilotos y que por tanto era factible cubrir las vacantes con pilotos mujeres en funciones de no combatientes, liberando así a los hombres que podrían recibir asignaciones en unidades de combate.



Para los altos jefes de la Fuerza Aérea del Ejército, en especial los jefes de la División de Transporte Aéreo (ATC), las cifras eran obvias y muy dramáticas. El Comandante de la División de Transporte, Brigadier General William H. Tunner a cargo del reclutamiento de pilotos civiles, al contemplar la imperiosa necesidad de ocupar vacantes y ante el déficit de pilotos fue fácilmente convencido por el Mayor Robert M. Love y su esposa Nancy para utilizar mujeres pilotos aptas para ocupar esos puestos. Ante la viabilidad del programa de la señora Love, que tenía una licencia de piloto comercial, el General Tunner le pidió a Love que elaborara una propuesta, sin saber que el General Arnold había archivado un proyecto similar presentado por el Mayor General Robert Olds, superior de Tunner, proponiendo incluir una unidad de pilotos femeninas dentro de la organización de las "Women's Army Auxiliary Corps" WAAC o Cuerpo Auxiliar Femenino del Ejército, que básicamente estaba conformado para reemplazar personal masculino de oficina.

A mediados del verano de 1942, ante la evidencia, el General Arnold cambió de parecer estando dispuesto a considerar las propuestas anteriores en serio. Los planes de Tunner y Love fueron revisados por el Estado Mayor del ATC, y remitido por el entonces Comandante General Harold L. George al General Arnold, quien estaba al tanto de la propuesta dándole su aprobación después que la Sra. Roosevelt sugirió una idea similar en una columna periodística. El Women's Auxiliary Ferry Squadron (WAFS), encabezado por la señora Love, entró en funcionamiento el 10 de septiembre de 1942 y poco después el Comando de Transporte Aéreo comenzó a utilizar mujeres pilotos para transportar aviones de las fábricas a las bases aéreas


PIlotos de B-17
Cochran, regresó a los Estados Unidos el 10 de septiembre, cuando la nueva organización se estaba haciendo de conocimiento público e inmediatamente confrontó a Arnold pidiéndole una explicación sobre los sucedido. Arnold alegó desconocer lo que había ocurrido y culpó al personal del transporte aéreo, en particular al jefe de personal Coronel C. R. Smith quien fue ex presidente de la American Airlines. Sin embargo, con toda la publicidad desplegada, el programa de las WAFS no podía ser revocado, por lo que el 15 de septiembre se aprobó la formación del proyecto de una unidad de entrenamiento de pilotos mujeres propuesto por Jacqueline Cochran. Los escuadrones de Cochran y Love se establecieron así por separado: el 319º Destacamento de Entrenamiento de Vuelo (WFTD) al mando de Cochran en el Aeropuerto Municipal de Houston Texas y el Escuadrón Auxiliar de Transporte, 2º Grupo de Transporte Aéreo, al mando de Love, en la Base del Ejército en New Castle, Delaware.

Aunque rivales, los dos programas y sus respectivas lideresas funcionaron de manera independiente y sin el reconocimiento de unas y otras, hasta el verano de 1943, cuando Cochran pidió agresivamente que se unificara el mando para controlar la actividad de todas las pilotos mujeres en una sola unidad. Aunque Tunner se opuso basado en las diferentes normas de calificación y la absoluta necesidad de que ATC fuera capaz de controlar a sus pilotos, la influencia de Cochran sobre Arnold prevaleció, y en julio de 1943, ordenó la fusión de ambos programas. Las WAFS y la WFTD se combinaron para formar el "Women Airforce Service Pilots" (WASP) o Servicio de Mujeres Pilotos de la Fuerza Aérea la dirección de la Tenienta Coronela Jacqueline Cochran.


Fifinella
Entrenamiento de las WASP


La capacitación de las WASP abarcó 19 grupos de mujeres, incluidas las originales WAFS de Nancy Love, y las "Conejillas de Indias" que fueron la primeras 18 clases de mujeres pilotos de Jacqueline Cochran.

Los requisitos para ingresar al programa de entrenamiento requería inicialmente de mujeres de entre 22 y 35 años de edad en 1942, pero fue reducido a 21 años y a mediados de 1943 a 18-1/2 años. La estatura mínima era de 1,55m y a mediados de 1943 se aumentó a 1,60m. Los niveles educativos eran de secundaria completa o equivalente.

Las WASP, cada una con un promedio de cerca de 1.400 horas de vuelo y una calificación de piloto comercial, recibieron 30 días de orientación para aprender el papeleo del ejército y el volar según los reglamentos militares, luego de lo cual fueron asignadas a los diversos comandos de transporte.



Los gastos que demandaba el entrenamiento eran sufragados por las propias candidatas. El transporte a la escuela corría por su propia cuenta, a diferencia de los hombres que recibían transporte gratis. Si eran descalificadas del programa, las mujeres debían regresar a sus casas por sus propios medios, mientras que los hombres eran reasignados a otros deberes militares. Las mujeres no tenían seguro de vida, a diferencia de los hombres que recibían una póliza de US$10.000 cada uno. Al momento de ingresar al servicio, si la mujer tenía un seguro de vida era cancelado automáticamente por la compañía aseguradora. Si los hombres sufrían alguna enfermedad o accidente recibían asistencia médica automática, mientras que las mujeres debían costear sus propios gastos de atención médica. Sin embargo, posteriormente, los hospitales del ejército atendieron a las mujeres en igualdad de condiciones que los hombres. En caso de fallecimiento los hombres recibían escolta a casa, funeral militar y a la familia se le autorizaba desplegar la bandera con la Estrella Dorada en su domicilio, en señal de duelo por la pérdida del hijo mientras estaba en servicio sin importar si la muerte ocurría por acción contra el enemigo o por accidente. A las mujeres fallecidas sólo se les suministraba un ataúd de pino sin adornos, los familiares recibían US$200,00 para gastos, no recibían escolta militar, no podían desplegar la bandera nacional en el féretro y la familia no podía desplegar la bandera con Estrella Dorada en sus domicilios en señal de duelo por la perdía de la hija en servicio.

La paga de las WASP era menor que la de los pilotos hombres de Ejército. Las mujeres recibían $6,00 diarios mientras que los hombres recibían $7,00. El sueldo base de una WASP era de $250,00, pero los hombres recibían entre $150,00 y $200,00 según el rango, más $21,00 de suplemento, $45,00 por alojamiento, entre $75,00 y $100,00 por vuelo y tenían una asignación de $200,00 por uniformes. Todo eso significaba una paga para los hombres de entre $291,00 y $396,00, mientras que las mujeres recibían sólo los $250,00.

El 16 de noviembre de 1942, las "Conejillos de Indias" comenzaron el entrenamiento en el Aeropuerto Municipal de Houston, como parte del 319º Army Air Force Women's Flying Training Detachment (AAFWFTD) o Destacamento de Entrenamiento de Vuelo de Mujeres de la Fuerza Aérea del Ejército. Las mujeres no tenían uniformes y tenían que encontrar su propio alojamiento. Las conocidas como "Woofteddies" (Ositos de Felpa) además de sólo recibir una atención médica mínima y no tener seguros de vida, no contaban con ambulancias, ni carro de bomberos, excepto por una ambulancia obtenida en préstamo, además el personal administrativo era insuficiente, y se instruyeron utilizando una mezcla de 23 tipos de aviones, muchos de ellos obsoletos. Todavía en enero de 1943, cuando la tercera clase estaba a punto de comenzar su entrenamiento, las tres clases existentes eran un grupo que carecían de todos los elementos básicos para su correcto funcionamiento como unidad militar.


Banderola con la Estrella Dorada
(la estrella dorada significa un hijo caído en servicio
y las dos estrellas azules otros dos hijos vivos en servicio)

A eso había que añadir la falta de recursos, el clima nublado y húmedo de Houston, que retrasó la graduación de la primera clase, de febrero a abril, porque la humedad del suelo de arcilla pegajosa se encontraba por todas partes dificultando las operaciones, y la escasez de salas de descanso para las mujeres era un potencial amenaza para la moral del grupo. Para minimizar esas deficiencias y elevar la moral, se inició la publicación de la Gaceta Fifinella, cuyo primer número se publicó 10 de febrero 1943. La gremlin Fifinella, concebida por Roald Dahl y dibujada por Walt Disney para fines comerciales, fue utilizada, previa autorización, como la mascota oficial de las WASP y la llevaban en un parche sobre el brazo

La primera clase de Houston comenzó con 38 mujeres con un mínimo de 200 horas de vuelo. Veintitrés de ellas se graduaron el 24 de abril de 1943, en la única ceremonia de graduación de las WASP en el Campo Aéreo de Ellington en Houston. La clase de Houston en segundo lugar, lo hizo a partir de diciembre de 1942 con un mínimo de 100 horas de vuelo, terminando su formación sólo en el momento de pasar a Sweetwater y convertirse en la primera promoción de Avenger Field, el 28 de mayo de 1943. La tercera clase completó su formación avanzada en el terreno y se graduó en Avenger el 3 de julio 1943. La mitad de la cuarta clase, 76 mujeres, iniciaron su formación básica en Houston el 15 de febrero de 1943, y luego fueron transferidas a Sweetwater.

El 7 de marzo de 1943, las clases de Houston fueron golpeadas con una primera víctima mortal. Margaret Oldenburg y su instructor, Norris G. Morgan, se estrellaron siete millas al sur de Houston, y murieron en el accidente. Sin embargo, de manera proporcional, las pilotos mujeres tuvieron menos accidetes que los pilotos hombres.

Las estadísticas mostraron que de 25.000 mujeres postulantes, sólo 1830 fueron aceptadas y de ellas se graduaron 1074. Fueron eliminadas del programas 552 alumnas por incapacidad para volar adecuadamente, 152 renunciaron, 28 fueron dadas de baja por problemas médicos y 14 por faltas disciplinarias serias. Las mujeres de las WASP cada una recibió una licencia de piloto, fueron entrenadas para volar "a la manera del Ejército" en Avenger Field, Sweetwater, Texas, después de completar los cuatro meses de entrenamiento de vuelo militar. Excepto por el hecho de que las mujeres no estaban entrenadas para el combate, su curso de instrucción era esencialmente el mismo que para los cadetes hombres.

http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/fuerzas-armadas-US/wasp.html


upload_2013-11-19_17-49-8.jpegJacqueline Cochran


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Nancy Love
 
Melina Mercouri

(Atenas, 1922-Nueva York, 1994) Actriz y política griega. Considerada como una de las grandes figuras de la escena y de la cinematografía griegas y aun mundiales, cuenta con una extensa filmografía (El que debe morir, J. Dassin, 1957; Nunca en domingo, J. Dassin, 1960, premio de interpretación en Cannes; Fedra, J. Dassin, 1962; Los vencedores, C. Foreman, 1963; Topkapi, J. Dassin, 1964; Los pianos mecánicos, J.A. Bardem, 1965; Promesa al amanecer, J. Dassin, 1970; Gritos de pasión, J. Dassin, 1978). Comprometida activamente en la lucha contra la dictadura de los coroneles instaurada en 1967, le fue retirada la nacionalidad griega y hubo de exiliarse hasta 1974. De nuevo en Grecia, se presentó a las elecciones de 1977, en las que obtuvo un escaño. Nombrada ministra de Cultura en el primer gobierno de Andreas Papandreu (1981), desempeñó la misma cartera en 1985-1989 y repitió cargo desde 1993 hasta su fallecimiento.

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Como curiosidad diré que Camilo Sesto le dedicó una canción con título "Melina".

La canción era un homenaje a la actriz griega Melina Mercouri en un momento en que ésta regresaba a su país tras el exilio forzado por la dictadura. La actriz, conocida por su ideología política y que acabaría siendo ministra de cultura, aparece retratada en la canción de una manera tierna pero subrayando a la vez su firmeza. La canción define a una mujer luchadora, a una musa de los defensores de la libertad, y el cantante resaltaba así su simpatía por esta actitud.

Los tiempos por los que está pasando Grecia necesitarían muchas "MELINAS"

 
CARMEN DE BURGOS
{Rodalquilar, 1867 - Madrid, 1932}
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Carmen de Burgos Segui nació en Rodalquilar (Almería) en una fecha que no puede precisarse con exactitud, ya que no tuvo nunca especial interés en difundirla, un 10 de diciembre de 1867 según unos biógrafos o 1879 según otros.

Casada joven, pasó a residir en Almería, donde su suegro era el propietario de la tipografia en que se realizaba el diario de esa capital, lo que la permitió familiarizarse con ese mundo. Al fallecer el segundo de sus hijos decide abandonar a su marido y se marcha a Madrid con su hija. Empieza a estudiar al tiempo que trabaja y pronto obtiene el título de Maestra y una plaza en la Escuela Normal de Guadalajara, de la que se trasladará luego a la de Madrid y a la de Sordomudos y Ciegos.

Mujer adelantada a su tiempo, escribió en abundancia sobre los temas más opuestos, desde la estética femenina hasta los de carácter republicano. A pesar de su fecundidad literaria tuvo tiempo para mantener abierta su casa a todos los autores del momento, muchos de los cuales no dejaban de sorprenderse ante la figura de una escritora-ama de casa.

Cansinos Assens, en su Diario de un literato, nos ha dejado un retrato bastante frivolo y superficial de esta autora. Como contrapunto, Ramón Gómez de la Serna, que convivió varios años con ella, nos permite conocer su intimidad: "Carmen vino a Madrid a rehacer su vida, sin recursos, con su hija en brazos, como esas pobres de mantón con su hijo palpitante bajo el mantón en una pieza de ellas y del niño, del niño que es un leve y elevado bulto que remata enaltecedoramente la estatura de la madre, y que parece como ese niño empotrado en la piedra, consubstancial y ahondado en ella de Nuestra Señora de la Almudena. Carmen, con su sombrerito triste y con su hija siempre en brazos, hizo sus estudios de maestra superior, ganó sus oposiciones a Normales entreverando todo eso con artículos en todos lados y hasta escribiendo fajas en casa de una modista que tenía un periódico de modas. Carmen entonces era Carmen de Burgos y para dar variedad a su nombre empleaba los seudónimos ingenuos y románticos de «Raquel», «Honorine», «Marianela». Apenada, nerviosa, fatigada, escribía para vivir, hasta que por fin fue la primera «redactora» de periódico. Por entonces Augusto Figueroa, el gran periodista, le dijo un día, a la salida de El Diario Universal: «Usted debe firmar Colombine», y ella se llamó desde entonces «Colombine»"

Fundó la Alianza Hispano Israelita, de la que la Revista Crítica fue el órgano difusor en 1908. El 9 de octubre de 1932, tras haber intervenido en una reunión del Círculo Radical Socialista, fallecía de un ataque. El diario El Sol destacaba en su nota necrológica que en sus últimos momentos expresó su contento por morir republicana. Colaboró en La Correspondencia de España, El País, ABC, etc. y como redactora en El Heraldo y Nuevo Mundo de Madrid.

OBRAS
  1. El mejor film. Madrid: Prensa Popular
  2. Mis mejores cuentos. Novelas breves. Madrid: Prensa Popular
  3. Nueva cocina práctica. Recetario. Valencia: Sempere y C.ª
  4. Nuevos modelos de cartas. Barcelona: Ramón Sopena
  5. Por Europa. Impresiones de viaje por Francia e ita. Barcelona: Maucci
  6. El silencio del hijo. Barcelona: Publicaciones Mundial
  7. La que quiso ser maja. Madrid: Sáez Hermanos. Novela.
  8. El retorno
  9. El último contrabandista. Barcelona: Ramón Sopena
  10. La divorciada. Barcelona: Ramón Sopena
  11. En el hogar de la guerra. Barcelona: Maucci
  12. Frasca la tonta
  13. El hombre negro
  14. Loreto Prado y Enrique Chicote. Madrid: Alfa
  15. ¡Todos menos ése!
  16. Vademecum femenino. Valencia: Sempere y C.ª
  17. Arte de ser elegante. Valencia: Sempere y C.ª
  18. La prueba. Barcelona: Publicaciones Mundial
    Ganadora del I Premio Abogados de Novela 2010
  19. Ensayos literarios, 1900
  20. Notas del alma. Madrid: Fernando Fé, 1901
  21. La protección y la higiene de los niños. Valencia: Administración de «El campeón del Magisterio», 1904
  22. Moderno tratado de labores. Barcelona: Elzeviriana, 1904
  23. El divorcio en España. Madrid: Viuda de Rodríguez Serra, 1904
  24. Alucinación. Madrid: Viuda de Rodríguez Serra, 1905
  25. La mujer en España, 1906
  26. El tesoro del Castillo. Madrid: José Blass y C.ª, 1907
  27. Senderos de vida. Madrid: José Blass y C.ª, 1908
  28. Cuentos de Colombine. Valencia: Sempere y C.ª, 1908
  29. En la guerra (Episodio de Melilla). Madrid: José Blass y C.ª, 1909
  30. Los inadaptados. Valencia: Sempere y C.ª, 1909
  31. El veneno del arte. Madrid: Alrededor del Mundo, 1910
  32. Las artes de la mujer. Valencia: Sempere y C.ª, 1911
  33. El honor de la familia. Madrid: Artística Española, 1911
  34. La voz de los muertos. Valencia: Sempere y C.ª, 1911
  35. Giacomo Leopardi. Su vida y sus obras. Valencia: Sempere y C.ª, 1911
  36. Cartas sin destinatario. Valencia: Sempere y C.ª, 1912
  37. Siempre en la tierra. Madrid: Alrededor del Mundo, 1912
  38. Al balcón. Valencia: Sempere y C.ª, 1913
  39. El abogado. Madrid: Alrededor del Mundo, 1915
  40. Conferencia pronunciada en la Sociedad «El Sitio». Bilbao: José Rojas Núñez, 1915
  41. El arte de seducir (Tesoro de la belleza). Madrid: Sociedad General Española de Librería (SGEL), 1916
  42. Don Manolito. Madrid: Alrededor del Mundo, 1916
  43. Modelos de cartas. Valencia: Sempere y C.ª, 1916
  44. Peregrinaciones. Madrid: Sociedad General Española de Librería (SGEL), 1916
  45. Villa María. Madrid: La Novela Corta, 1916
  46. Confidencias de artistas. Madrid: Juan Pueyo, 1917
  47. El desconocido. Madrid: Alrededor del Mundo, 1917
  48. Ellas y ellos o ellos y ellas. Madrid: Alrededor del Mundo, 1917
  49. Los inseparables. Barcelona: E. Heras, 1917
  50. La rampa. Madrid: Renacimiento, 1917
  51. Mis viajes por Europa. Madrid: Sanz Calleja, 1917
  52. Pasiones, 1917
  53. ¿Quiere usted comer bien? Manual práctico de cocin. Barcelona: Ramón Sopena, 1917
  54. ¿Quiere usted conocer los secretos del tocador?. Barcelona: Ramón Sopena, 1917
  55. ¿Quiere usted ser amada?. Barcelona: Ramón Sopena, 1917
  56. ¿Quiere usted ser bella tener salud?. Barcelona: Ramón Sopena, 1917
  57. Los anticuarios. Madrid: Biblioteca Nueva, S.L Editorial, 1918
  58. La cocina moderna. Valencia: Prometeo, 1918
  59. La mujer en el hogar. Guía de la buena dueña de ca. Valencia: Sempere y C.ª, 1918
  60. La mujer jardinero. Valencia: Sempere y C.ª, 1918
  61. Salud y belleza. Secretos de higiene y tocador, re. Valencia: Sempere y C.ª, 1918
  62. El tocador práctico. Valencia: Sempere y C.ª, 1918
  63. Venganza. Madrid: La Novela Corta, 1918
  64. Arte de la elegancia. Valencia: Sempere y C.ª, 1918
  65. El arte de ser amada. Valencia: Sempere y C.ª, 1918
  66. Arte de saber vivir. Valencia: Sempere y C.ª, 1918
  67. Los negociantes de la Puerta del Sol. Madrid: La Novela Corta, 1919
  68. Dos amores. Madrid: Prensa Popular, 1919
  69. La ciudad encantada. Madrid: Prensa Popular, 1919
  70. Fígaro. Madrid: Alrededor del Mundo, 1920
  71. El fin de la guerra. Madrid: Alrededor del Mundo, 1920
  72. Los amores de Faustino. Madrid: La Novela Corta, 1920
  73. El artículo 438, 1921
  74. Luna de miel. Madrid: Prensa española, 1921
  75. El arte de ser mujer (belleza y perfección). Madrid: Sociedad General Española de Librería (SGEL),1922
  76. Los huesos del abuelo. Madrid: Alrededor del Mundo, 1922
  77. La pensión ideal. Madrid: Prensa Popular, 1922
  78. Los espirituados. Madrid: Rivadeneyra, 1923
  79. El extranjero. Madrid: Prensa Gráfica, 1923
  80. La malcasada. Valencia: Sempere y C.ª, 1923
  81. Ultimos modelos de cartas. Valencia: Sempere y C.ª, 1923
  82. Amadís. Libro de caballería. Valencia: Sempere y C.ª, 1924
  83. La entrometida. Madrid: Prensa Popular, 1924
  84. Tesoro de la belleza (arte de seducir). Valencia: Sempere y C.ª, 1924
  85. La nostálgica. Madrid: Prensa Gráfica, 1925
  86. La cocina práctica. Valencia: Sempere y C.ª, 1925
  87. La emperatriz Eugenia. Madrid: Prensa Popular, 1925
  88. La hora del amor. Madrid: V.H. de Sanz Calleja, 1925
  89. La mujer fantástica. Valencia: Sempere y C.ª, 1925
  90. El tío de todos. Barcelona: Ribas y Ferrer, 1925
  91. La misionera de Teotlihuacan. Barcelona: Ribas y Ferrer, 1926
  92. La mujer moderna y sus derechos. Valencia: Sempere y C.ª, 1927
  93. Hablando con los descendientes. Madrid: Cía. Americana de Publicaciones, 1929
  94. Gloriosa vida y desdichada muerte de D. Rafael de. Madrid: Biblioteca Nueva, S.L Editorial, 1931
  95. Quiero vivir mi vida. Madrid: Biblioteca Nueva, S.L Editorial, 1931
  96. Los endemoniados de Jaca. Madrid: Novelas y Cuentos, 1932

http://escritoras.com/escritoras/Carmen-de-Burgos
 
Pamela Lyndon Travers
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P. L. Travers
Pamela Lyndon Travers OBE (Maryborough, Queensland, 9 de agosto de 1899 - Londres, 23 de abril de 1996) fue una escritora y periodista australiana, creadora de la famosa niñera de ficción Mary Poppins, en el libro del mismo nombre.
Biografía
Pamela Lyndon Travers (nacida Helen Lyndon Goff) nació en Maryborough, Queensland, hija del gerente Travers Robert Goff y de Agnes Margaret (de soltera Morehead). Su padre murió cuando ella tenía siete años y, aunque se dio como causa de su muerte un ataque epiléptico, ella siempre creyó que la causa fue haber bebido agua no potable[1]
Travers comenzó a publicar sus poemas cuando era todavía una adolescente y escribió para «The Bulletin» y «Triad» mientras se ganaba una reputación como actriz. Hizo giras por Australia y Nueva Zelanda, con una compañía itinerante shakespeareana, antes de ir de gira por Inglaterra en 1924. Allí se dedicó a escribir bajo el pseudónimo P.L. Travers (las dos primeras iniciales se utilizaron para disfrazar su nombre de mujer, una práctica también adoptada por otras escritoras, como J.K. Rowling).
En el año 1925, mientras estaba en Irlanda, Travers conoció al poeta William George Russell (AE), que, como editor de The Irish Statesman, aceptó publicar algunos de sus poemas. A través de Russell, Travers conoció a William Butler Yeats y otros poetas irlandeses, lo que despertó su interés por el mundo de la mitología. Más tarde, el místico Gurdjieff causó un gran efecto sobre ella, así como también en varias otras figuras literarias.
La publicación en 1934 de Mary Poppins fue su primer éxito literario.[2] Le siguieron una serie de cinco secuelas (la última en 1988), así como otras novelas, colecciones de poesía y obras de no ficción.
Disney realizó una adaptación musical de la obra en 1964. Aunque asesora de la producción, el personaje de Mary Poppins en la película difiere de la concepción original de Travers y esta fue la causa de que no autorizara la adaptación de las cuatro novelas siguientes, pese a los intentos de Disney en disuadirla.
Travers fue condecorada como Oficial de la Orden del Imperio Británico en 1977. Murió en Londres en 1996, a los 96 años de edad. Aunque nunca se casó, adoptó un niño al final de su treintena.[3]
 
Pardo Bazán, Emilia
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BIOGRAFÍA
Emilia Pardo Bazán nació el 16 de septiembre de 1851 en La Coruña. Hija de Doña Amalia de la Rúa, de quien heredó el carácter abierto e independiente y de Don José Pardo Bazán, político liberal que le legó su gran afición por la lectura y los estudios. Poco después del nacimiento de Emilia la familia se mudó a una casa en un barrio aristocrático y tranquilo en la Calle de las Tabernas.
A los nueve años Emilia Pardo Bazán comenzó a demostrar interés en la escritura, durante los inviernos asistía a un colegio francés protegido por la Real Casa, donde fue introducida a la obra literaria de La Fontaine y Racine y ya de adolescente publicó algunos versos en el Almanaque de Soto Freire.
Se casó a los diecisiete años con Don José Quiroga. Cuando el padre de Emilia fue nombrado Diputado de Cortes toda la familia se trasladó a Madrid, incluso el joven matrimonio. En Madrid tuvieron contacto con la vida cultural de la capital. Tras la entrada de Amadeo de Saboya y la guerra carlista, toda la familia se marchó a Francia. Viajaron por Europa donde Emilia aprendió inglés y alemán y le permitió descubrir la literatura francesa que dejaría un gran impacto en ella.
Con sólo veinticinco años derrotó, en un certamen de ensayo, a Concepción Arenal, con una obra sobre el Teatro del Padre Feijoo. Este mismo año dio a luz a su primer hijo, a quien le dedicó su único libro de poemas. Escribió su primera novela, Pascual López, el año en que nació su segundo hijo. Una dolencia hepática en 1880 obligó a la escritora a pasar algún tiempo en Vichy. Durante este período descubrió el naturalismo de Zola, conoció personalmente a Hugo , y empezó a interesarse por esta nueva tendencia literaria. En el periódico madrileño La época publicó Un viaje de novios que era un relato novelesco de sus propias memorias del viaje a Vichy. Su última hija, Carmen, nació en 1881.
Los artículos publicados con anterioridad que fueron compilados en el libro La cuestión palpitante, que tenían como fin tratar el movimiento del naturalismo de forma directa pero profunda, tuvo un gran impacto social, y el escándalo originado llevó a su marido a pedirle que cesara de escribir, lo que provoco la ruptura deñ matrimonio en 1884. En 1886 conoció a Zola y en ese viaje a Francia descubrió la moderna novela rusa. Esas lecturas la impulsaron a presentar en el Ateneo de Madrid un trabajo sobre La revolución y la novela en Rusia, en 1887.
Continuó escribiendo y revitalizando la vida cultural del país de manera terca e incansable, a pesar de las dificultades. En 1890 murió su padre y aprovechó la herencia para crear una revista escrita por ella sola, El Nuevo Teatro Crítico. Asistió al Congreso Pedagógico en donde denunció la desigualdad educativa entre el hombre y la mujer. Propuso a Concepción Arenal a la Academia Real de la Lengua, pero fue rechazada. La Academia tampoco aceptaría a Gertrudis Gómez Avellaneda, ni a ella a pesar de que actualmente se considera a Pardo Bazán el máximo exponente del realismo junto con Clarín y Galdós. Con este último mantuvo la escritora una relación conocida.
En 1906 llegó a ser la primera mujer en presidir la Sección de literatura del Ateneo de Madrid y la primera en ocupar una cátedra de literatura en la Universidad Central de Madrid, aunque solo asistió un estudiante a clase. Cuando murió, el 12 de mayo de 1921, había conseguido el título de Catedrática de Literaturas Neolatinas.
Emilia Pardo Bazán fue una gran escritora pero además fue una intelectual y luchadora infatigable no solo por el acceso a la cultura de las mujeres sino por su reconocimiento social, y lo hizo con la enorme fuerza personal que tenía, luchando sin tregua y de frente y sin victimismo, con el orgullo de quien simplemente reclama lo que es suyo por propio derecho, para ello se convirtió en la primera periodista española, labor que ejerció ininterrumpidamente desde 1876 hasta su muerte y que dio como fruto la mencionada obra fundamental La cuestión palpitante y el que probablemente sea el libro más importante y menos conocido del feminismo español: La España Moderna en La Mujer Española.
 
Margaret Mead Una visión lúcida de los problemas humanos y una enorme comprensión hacia sus semejantes son los rasgos más sobresalientes de la fuerte personalidad de Margaret Mead, una mujer que además de ser una de las figuras más eminentes de la antropología contemporánea ha sabido asumir con especial coraje los compromisos que le plantea la sociedad de su tiempo.

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La socióloga Emily Fogg y el profesor de Economía Edward Sherwood Mead recibieron a su primogénita Margaret, el 16 de diciembre de 1901, en Filadelfia, Estados Unidos. Desde el primer momento le brindaron gran cariño y un respeto que le permitió, crecer afirmando una personalidad donde la comprensión hacia sus semejantes figuraba entre los principales valores.
De su padre asimiló la convicción de que lo más importante que una persona podía hacer era agregar algo al cúmulo de conocimientos del mundo. También importante fue la influencia de su abuela materna, Martha Ramsay -pionera de la psicología infantil-, que le inculcó hábitos de observación y reflexión sobre la conducta de los pequeños y, además, le enseñó a no sentirse disminuida ante los varones por su condición de mujer. El resultado de esta educación fue una adolescente segura de sí misma, dueña de una comprensión del prójimo poco común para su edad.
Su gran curiosidad intelectual la inclinaba hacia las letras y la pintura y, por ello, se inscribió a los 18 años en la Universidad de Indiana. Sin embargo, al año siguiente ingresó en el Bernard College de la Universidad de Columbia, donde asistió a un curso de Antropología dictado por Franz Boas y Ruth Benedict, dos grandes maestros de la disciplina que ella tanto amaba, que la decidió definitivamente por las ciencias de la cultura.
SOCIEDADES EXTRAÑAS Adolescente todavía, conoció a Luder Cressman, un joven seminarista protestante tan apasionado por la poesía como ella, con quien inició un largo noviazgo que culminó en su primer matrimonio celebrado a los 22 años de edad. Pero esta unión duraría poco tiempo: el dogma religioso era incompatible con la desprejuiciada formación de Margaret y poco después de obtener su licenciatura (1925) se separaron; él marchó a Inglaterra, en tanto que ella realizaba su primera expedición a las pequeñas islas Tau, del grupo de Samoa, en Oceanía.
A la distancia geográfica que la separaba de su medio habitual había que añadir la espiritual. Durante un año compartió su vida con una comunidad samoana cuyo acervo cultural representaba milenios de evolución divergente de la historia de Occidente. Allí aprendió a andar descalza, vestirse con faldas de Paj* e inclinarse casi hasta el suelo en presencia de un individuo de mayor rango social, pero también conoció una actitud distinta hacia la niñez y la juventud, una sociedad donde la represión sexual era infinitamente menor y diferente de la occidental, donde el conocimiento del cuerpo era mayor y donde la crisis de la pubertad era desconocida.
Margaret, que distaba mucho de ser simplemente una viajera curiosa, volcó luego esas experiencias en un libro que se convirtió en un clásico de la literatura etnográfica: Adolescencia y cultura en Samoa. A su regreso, inició su labor docente en el Museo de Historia Natural de Nueva York, donde desempeñó larga y proficua labor científica. Realiza numerosos viajes a Europa, donde asiste a cursos y conferencias de su especialidad y, en 1928, se casa con el doctor Reo Fortune; tiempo más tarde publican juntos Educación y cultura en Nueva Guinea, fruto del esfuerzo en común.

Solo en 1930 se le presenta la oportunidad de realizar un trabajo de campo en Estados Unidos. Lo lleva a cabo entre los indios omaha, en la reserva de Nebraska, y publica los resultados bajo el título de La cambiante cultura de una tribu india. A fines de 1931, el matrimonio desembarca en Nueva Guinea y se instala en las aldeas de los arapesh, pueblo montañés, pacífico y mal nutrido que los acoge hospitalariamente. Allí desarrollan una importante investigación sobre la influencia de los roles sexuales en la cultura, y sobre las formas en que están relacionadas las diferencias innatas de temperamento y cultura.
Además, estudian el condicionamiento de las personalidades sociales en los dos sexos y compilan los resultados en s*x* y temperamento en las sociedades primitivas. La estada en Nueva Guinea se prolonga y también los caníbales mundu gumores del río Yuat y los cazadores de cabezas tchambulis se prestan para que Margaret prosiguiera investigando sobre educación y conducta, infantil. En dos años, ella y sus colaboradores rescatan para la historia de la humanidad la memoria y las costumbres de 30 culturas primitivas de la región. La cuestión fundamental estaba centrada en la relación existente entre las formas de organización social y los tipos de las estructuras de carácter. A partir de estos estudios llegan a demostrar la interdependencia entre el estilo de vida y ciertos rasgos asociados de carácter que antes se consideraban innatos.
Pero no todo marchaba bien en la vida de Margaret. Los desacuerdos con su esposo van separando a la pareja y en 1935 se divorcia de Reo Fortune, quien se traslada a China a dictar cátedra. Ella, por su parte, viaja a Inglaterra y ese mismo año contrae enlace con George Bateson, antropólogo británico que había colaborado en las investigaciones realizadas en Nueva Guinea. Juntos preparan una expedición a la isla de Bali, donde trabajan durante más de tres años.
Cuando regresa de Bali, en 1939, está embarazada, hecho que la toma de sorpresa, puesto que pensaba que ya no habría de tener hijos. Grandes cuidados y sacrificios tuvo que realizar para concretar ese sueño que ya creía inalcanzable.
El 8 de diciembre de 1939 nace Mary Catherine, muy parecida a su madre, quien poco después reanuda su tarea docente y recibe el título honorífico dé Doctora en Ciencias. Su maternidad y la segunda guerra le imponen una vida más sedentaria, pero no menos activa. Además de atender su cátedra se desempeña como secretaria ejecutiva del Comité de Hábitos Alimentarios del Consejo Nacional de Investigaciones de su país. Luego de la guerra colabora con distintos organismos de asistencia de la O.N.U.
Publica constantemente folletos e investigaciones, preside asociaciones y entidades científicas de gran jerarquía como la Asociación Antropológica Norteamericana, en 1960, y sin embargo encuentra tiempo suficiente para volver repetidas veces a las Islas del Pacífico y de Oceanía.
A los 70 años, abuela ella misma, conoce a los nietos y biznietos de aquellos manus, iatmules, mundugumores y sa-moanos que le abrieron sus hogares cuando ella era joven recién graduada. A los samoanos los visitó por última vez en 1973, cuando ejercía la presidencia de la Unión Internacional de Ciencias Antropológicas y Etnológicas.
EL VERDADERO SENTIDO DE UNA VIDA Su incesante actividad, traducida en viajes, cátedras, publicaciones y trabajos en diferentes comités científicos, le valía ya el reconocimiento internacional. Pero fue después del conflicto mundial, al acercarse al medio siglo de vida laboriosa, cuando comienza a publicar sus reflexiones sobre la sociedad industrial y, en particular, los Estados Unidos. Como si tratara de hallarse a sí misma, se había adentrado en las costumbres de otros pueblos para observar con una nueva luz la cultura de su propia comunidad.
En 1948 aparece su libro Hombre y mujer, donde comienza a advertir al orgulloso pueblo norteamericano que se inicia un período de profundas renovaciones, donde corre peligro no solo el modo de vida americano, sino también la existencia misma de la humanidad, amenazada tanto por el cataclismo nuclear como por la incomprensión, el prejuicio y la opresión, ejercidos en el nivel de las grandes potencias y las clases sociales e incluso en las relaciones personales.
Cuestiona también, con gran lucidez, el porvenir de instituciones tales como el matrimonio y el sistema, educativo. Combate en todo terreno las remoras racistas y ello le vale ser denostada por los círculos más regresivos y conservadores. Pero, por otro lado, estas actividades le granjean la confianza de los intelectuales jóvenes del mundo entero, a pesar de la distancia generacional que la separa de ellos y que Margaret Mead nunca pretendió ignorar.
 
ISLA MUJERES

Yo, reportera de guerra

La tolosarra Cecilia G. de Guilarte fue la primera corresponsal en los frentes del Norte en la Guerra Civil. Siempre escribía sus crónicas en primera persona.
18.02.14 -00:01-

ITSASO ÁLVAREZ |

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Cecilia G. de Guilarte durante la Guerra Civil.
Nacida en Tolosa en el seno de una familia obrera de origen burgalés procedente de La Bureba, Cecilia G. de Guilarte (1915-1989) era la mayor de cuatro hermanos. Su padre, un militante anarquista que trabajaba en la Papelera Española, fue la persona que más influyó en su decisión de hacer de la pluma su oficio. Cecilia trabajó durante un tiempo en la Papelera, lo que le llevó a militar en las Juventudes Libertarias y a derivar su gran vocación, la de escritora, hacia las publicaciones sindicalistas. De hecho, desde temprano quiso contar cosas. Con 11 años publicó su primer relato sobre el vuelo transoceánico del Plus Ultra, a los 16 ganó un concurso de cuentos, a los 17 escribió una serie de artículos sobre la lucha de clases en Italia para el periódico anarquista canario 'En Marcha' y a los 20 años publicó unos relatos breves, a la par que se labraba un prometedor futuro como periodista en el semanario 'Estampa' de Madrid. El golpe de Estado de 1936 contra el gobierno de la República Española, que dio comienzo a la Guerra Civil, le acabaría llevando por los derroteros del periodismo de guerra.

La sublevación militar le sorprendió en Gipuzkoa y se incorporó al grupo anarquista Los Temerarios, compartiendo los avatares de los milicianos mientras ponía su apasionada pluma al servicio de la causa antifascista del donostiarra Frente Popular y colaboraba con 'CNT Norte', según relatan Guillermo Tabernilla y Julen Lezamiz, de la Asociación Sancho de Beurko, en 'Cecilia G. de Guilarte, reportera de la CNT' (Ediciones Beta). Esta mujer obtuvo varias exclusivas, como la entrevista que le hizo al aviador alemán Karl Gustav Schmidt, derribado sobre Bilbao tras el bombardeo del 4 de enero de 1937, día en que la muchedumbre penetró en las cárceles de la ciudad y causó una matanza entre los presos franquistas; y como la cita con un prisionero italiano del Corpo di Truppe Volontarie, capturado por las tropas vascas en el frente de Bermeo, en la batalla de Sollube en mayo de 1937. En este reportaje, el combatiente se justificaba asegurando que era un campesino, y que en Italia se moría de hambre. La periodista condensaba la sinrazón de toda guerra en dos frases. "Es la Italia que ha venido a España. La Italia que muere en España, por no morir de hambre en su tierra".



Cecilia escribía sus crónicas de guerra en primera persona, como se ve en este vehemente artículo sobre Karl Gustav Schmidt publicado en 'CNT Norte' el 12 de enero de 1937:

"Ante los aparatos fascistas destrozados, ante los cadáveres carbonizados de los aviadores alemanes me he sentido más periodista que nunca. Y también más joven. Me parecía que el cotidiano 'tranquilidad en toda la provincia' del gobernador y el 'niño mordido por un perro' de toda la vida se rebelaban, cansados, sin duda, de ser las noticias salientes del día. Uno de los aviadores fascistas ha resultado ileso, se decía. Y la noticia se agrandaba. Corría kilómetros y se repetía de una a otra punta de la provincia.

-Hay que buscarlo -me he dicho-. ¿Cómo?

No quiera el lector saberlo. Imagínese todos los trucos periodísticos, todas las ventana, escaladas que quiera, y aún resultará pálido ante la realidad.

Bilbao era una ola de pasión. Se pedía la muerte del que con tan traidoras intenciones llegó a Vizcaya. La pedían las madres que saben de dolor y de ternuras. La pedía el pueblo sintiendo la bofetada alemana en pleno rostro. (...)

Angustia en los ministerios. Pasión en la calle. Titubeos. Un hombre de pronto. Sólo él sería capaz de llevarse al preso pasándolo por entre la multitud impaciente ya para evitar que la justicia del pueblo se cumpliese con demasiada premura.

Y Schmidt Karl Gustav, el aviador alemán cuya vida un pueblo entero reclama, atravesó Bilbao, lleno el rostro de asombro y temor, ante las gentes agitadas en oleadas de sentimientos vengadores.

Es preciso verle, hablarle. He querido borrar de mi memoria las peripecias que esto me costó. (....)

-¿Qué opinas de la aviación leal?

-Son valientes -responde lacónico.

-¿Y ahora? -le pregunto.

Hace un gesto de indiferencia. Se ve que lucha por aparecer tranquilo sin conseguirlo. Hay en sus ojos azules una sombra de tristeza, parecida a la que se observa en las gallinas próximas al sacrificio. Con la vista fija en el suelo, contesta:

-Ya sé que no saldré de aquí. Al principio creí que esto terminaría enseguida... todos lo creímos así".

A Schmidt no le interesaban demasiado las preguntas de Guilarte. Se limitaba a contestar formulando otro interrogante. Siempre el mismo. "¿Me van a matar?".

Guilarte cubrió para el periódico de la CNT los frentes de Gipuzkoa, Bizkaia, Santander y Asturias entre 1936 y 1937. Ofreció una visión de la guerra muy alejada de los tópicos que asignaban a la mujer periodista un rol de mera propagandista. En medio de todo ello, vivió una historia de amor con el eibarrés Amós Ruiz Girón, gudari que llegó a ser jefe del Batallón Disciplinario de Euskadi, y recibió una estocada, la muerte de uno de sus hermanos en el frente.

G. de Guilarte permaneció en Cataluña hasta febrero de 1939. Poco antes de finalizar la guerra emprendió el exilio a Francia y colaboró en el periódico 'Le Soud-Ouest'. En 1940 embarcó rumbo a México, donde trabajó en la revista 'Rumbo' y fue directora de las publicaciones 'El Hogar' y 'Mujer', al tiempo que colaboró en diversas publicaciones vascas del exilio, entre ellas, ‘Euzko-Deya’, ‘Gernika’, 'Boletín del Instituto Americano de Estudios Vascos', 'Tierra Vasca', etcétera. En la capital mexicana militó en Izquierda Republicana de Euskadi. Fue socia fundadora del Ateneo Español de México y jefa del departamento de Extensión Universitaria y directora de la revista 'Universidad de Sonora', donde impartió Historia del Arte e Historia del Teatro. En 1964, regresa a Tolosa, mientras que su marido permanece en México hasta la muerte de Franco. Guilarte tuvo que vivir hasta su muerte el segundo exilio o el exilio de la "tierra del exilio" y de parte de su familia. Ya en España, colaboró en 'La voz de España' y en el periódico mexicano 'Novedades'. Es autora también de novelas, relatos, ensayos, obras de teatro y biografía, incluso llegó a ser finalista del Premio Planeta.

Merece la pena recordar un fragmento de 'Un barco cargado de…', libro que recoge su la crónica de su exilio a México desde Francia. Encaja cómodamente con la literatura de viajes, sirviéndose de las técnicas novelísticas para presentar sus recuerdos de una manera más amena y dar cabida, dentro de este espacio polifónico que es el barco, a las voces de los protagonistas de su historia:

"Mientras iba, pensé que España se hace y rehace a sí misma, una y múltiple, sobre el espacio de un ladrillo. Junto al grupo de los vascos, un hombre cantaba con íntimo estremecimiento uno de esos cantares de las minas andaluzas, sin estorbar a otro que, a pecho abierto, levantaba hasta el cielo su 'Asturias patria querida'. Y así, hasta la extrema punta de la popa, unos cientos de hombres que se habían jugado el destino a cara o cruz, y lo habían perdido. Resultaba terriblemente hermoso. Y yo sabía entonces que, pasara lo que pasara, ni lo olvidaría ni sería capaz de describirlo".

http://www.elcorreo.com/alava/20140218/mas-actualidad/sociedad/reportera-guerra-201402171207.html
 
Florence Niggtingale “la dama de la linterna”
Por Edmundo Fayanás Escuer | Su legado promueve la toma de conciencia mundial en temas como la priorización a nivel social de los temas sanitarios y de medicina preventiva.

nuevatribuna.es | Mujeres de Película | Edmundo Fayanas Escuer | 28 Febrero 2014 - 10:56 h.
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Florence Nightingale de joven.
Nace el doce de mayo de 1820 en Villa Colombaia, en Florencia, que en aquel momento histórico era la capital del Gran Ducado de Toscana. Su familia pertenecía a la clase alta británica. Su padre era William Edward Nightingale y su madre Frances Smith, ambos adeptos a la doctrina unitaria (disidentes de la iglesia anglicana). Su padre era un terrateniente muy rico, que se relacionaba con las clases altas de la sociedad británica.

Florence creció en una época en el que se dan intensos cambios sociales, en un entorno donde se están desarrollando las ideas y principios liberales. Su abuelo materno, William Smith fue diputado en la Cámara de los Comunes durante cuarenta y seis años, siendo un gran defensor de los derechos de los disidentes en materia religiosa y activista por la abolición de la esclavitud.

Su padre supervisó la educación tanto de Florence como de su hermana mayor Parthenope. Su programa de estudios abarcaba el latín, griego, historia, filosofía, lenguas extranjeras y la música. También tuvo un apartado muy especial para el estudio de la literatura y las matemáticas, algo inusual en la educación de una mujer. Su padre fue un hombre de pensamiento progresista, buscando la mejora de la sociedad y en la educación de las mujeres, por ello se dedicó a la educación de sus hijas de una forma exhaustiva, al igual que se hacía con los hijos varones.

En aquellos tiempos, las mujeres de la clase social de Florence no asistían a las universidades ni desarrollaban carreras profesionales, su finalidad en la vida era casarse y tener hijos.

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Teniendo diecisiete años tuvo una experiencia mística, que le marcó de forma definitiva. Como consecuencia de ella, su futuro no estaba en llevar una vida ordinaria por su condición social. Fue a partir de 1844, cuando tenía veinticuatro años cuando decide dedicarse a la enfermería. Esta decisión supone un desafío para las convenciones sociales británicas, donde la única función era la de ser madre y esposa. Florence contó con la oposición de su familia, muy especialmente de su madre y hermana mayor.

Viajaba mucho, y en el año 1847 encontrándose en la ciudad egipcia de Tebas escribió, que había sido llamada por Dios y anotó en su diario “Dios me llamó en la mañana y me preguntó si haría bien en su nombre, sin buscar reputación”.

Ella lo interpretó como una llamada de Dios. Es n el año 1844 cuando decide dedicarse a la enfermería, sabiendo que esta decisión suponía un desafío a las estrictas convenciones sociales británicas.

En 1845, Florence estaba decidida a estudiar enfermería de forma práctica. Cuando pide autorización a sus padres para cuidar enfermos en la Clínica Salisbury, estos no se lo permitieron, porque pensaban que no era un trabajo adecuado para una dama de suposición social. Florence comentó “para ellos era como si hubiese decidido ser ayudante de cocina”.

Este fue un periodo de una vida marcada por la tristeza. Le ayudó mucho el doctor Samuel Gridley Howe, que era pionero en la enseñanza de ciegos, quien le estímulo para que perseverara en su vocación por la enfermería, a pesar de la oposición de su familia.

Florence tuvo varios pretendientes, entre ellos estaba Richard Monckton Milnes, que le apoyó tanto en el campo político como intelectual, pero rechazó tal propuesta, como también hizo con benjamín Jowett, con el que tuvo una profunda relación.

Se piensa que permaneció casta toda su vida, ya sea porque sentía un deber casi religioso hacia su carrera, o porque vivió en tiempos en que imperaba la moralidad social victoriana

En el año 1847, estando en Roma conoció al joven político Sidney Herbert con el que tuvo una gran amistad, que posteriormente le ayudaría en su carrera de enfermería, desde su puesto de Secretario de la Guerra en el gobierno británico.

Visitó la comunidad luterana de Kaiserswert en Alemania en el año 1850. Dicha comunidad estaba dirigida por el pastor Theodoro Fliendner. Durante su estancia vio como trabajaban con los enfermos marginados. Fue una gran experiencia personal y de aprendizaje. Un año después publicó sus experiencias en esta institución en el libro “La institución de Kaiserswert del Rin para el entrenamiento práctico de Diaconisas”.

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Instituto de Diaconisas de Theodor Fliedner en Kaiserswerth

Florence regresó en el año 1851 a Kaiserswerth, donde escribió un borrador de lo que denominaría “su religión para artesanos”. Eran un conjunto de consideraciones filosóficas que publicó en tres volúmenes.

Fue en el año 1853 cuando se le nombró superintendente en el instituto para el Cuidado de Señoras Enfermas en Londres. Permaneció en el centro hasta el estallido de la guerra de Crimea. Demostró ser una excelente gerente y, aunque en el trabajo diario tanto ella como sus enfermeras, se atenían sin discusión a las indicaciones de los médicos, en todo lo referente al tratamiento de los enfermos. En sus relaciones con el comité de dirección. impugnaba las decisiones y a veces hacía caso omiso de ellas. en interés de los pacientes.

Entre 1851-1854 completó su instrucción pública que había adquirido en Alemania, visitando hospitales de Gran Bretaña y de Europa. Sistematizó todas estas experiencias, analizando informes de hospitales y publicaciones oficiales sobre la sanidad pública.

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Una sala del Hospital de Scutari

Visitó el hospital de Lariboisiere en París en el año 1853, del cual quedó impresionada por sus salas, construidas a modo de pabellones. Estaban diseñados para recibir la luz y el aire fresco. Su estudio sobre la disminución de la mortalidad en Lariboisiere contribuyó a confirmar que la enfermedad surgía espontáneamente en los espacios sucios y cerrados.

El interés de Florence por la higiene y la importancia que da al papel de la enfermera en la organización del entorno, se deben en gran medida su forma de entender las causas de la enfermedad. Consideraba que nunca se le había enseñado nada sobre la naturaleza de la enfermedad, ni siquiera en Kaiserswerth, sino que había aprendido a través de la experiencia, la observación y la reflexión, de modo que, cuando fue llamada a organizar la formación de las enfermeras, intentó reproducir las condiciones en las que ella había aprendido la realidad evidente de la enfermedad.

Cuando estalla la guerra de Crimea y Gran Bretaña participa en la misma, estaba como Secretario de Guerra, Sidney Herbert. El gobierno británico estaba presidido por Lord Aberdeen. La amistad de Florence con Sidney Herbert permite que se trasladase a los hospitales de campaña en dicha guerra, acompañada de 38 enfermeras voluntarias. Fueron instaladas en Scutari en las afueras de Estambul.

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Monumento conmemorativo de la guerra de Crimea en el centro, a la izquierda Florence Nightingale y a la derecha Sidney y Herbert

La situación era calamitosa en el hospital, los suministros médicos escaseaban, la higiene era pésima, las infecciones incluso las más comunes en muchos casos, provocaban la muerte. Los tratamientos médicos eran inadecuados al estar sobrepasados los médicos.

Las primeras medidas que tomó fueron someter a sus enfermeras a la autoridad de los médicos. Como las condiciones de los barracones del hospital eran nocivas, debido al hacinamiento de los pacientes, a los deficientes desagües sanitarios y a la falta de una ventilación adecuada. Mandó instalar una lavandería en el hospital. Además consiguió ropa de cama y prendas nuevas para los soldados y mejoró la alimentación. Logró con todas estas medidas, que la situación mejorara rápidamente.

Supervisaba la asistencia a los enfermos, les escribía las cartas para sus familias. Organizó un sistema de envio de dinero a los familiares de los heridos y les proporcionaba juegos y lecturas a los pacientes. Se enfrentó tanto a las autoridades militares, como con el servicio de intendencia. Muchas de las recomendaciones de Florence al Secretario de la Guerra, se convirtieron en nuevos reglamentos militares.

Florence decía “nunca he podido compartir el prejuicio sobre la indolencia, la sensualidad y la ineptitud del soldado. Al contrario, creo que nunca he conocido a una gente tan receptiva y atenta como la del ejército. Si se les ofrece la posibilidad de enviar dinero a casa de manera rápida y segura lo harán. Si se les ofrece una escuela, asistirán a clase. Si se les ofrece un libro, un juego y una linterna mágica, dejarán de beber”.

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Estatua de Florence Nightingale, London Road

La fama de Florence fue creciendo y el diario The Times publicó, el 8 de febrero de 1855, un artículo referido a ella, que decía “Sin exageración alguna es un ángel guardián en estos hospitales, y mientras su grácil figura se desliza silenciosamente por los corredores, la cara del desdichado se suaviza en gratitud a la vista de ella.

Cuando todos los oficiales médicos se han retirado y el silencio y la oscuridad descienden sobre todos los postrados dolientes, puede observársela sola, con una pequeña lámpara en su mano, efectuando sus solitarias rondas”.

Florence se indignó, ya que las autoridades se negaban a investigar una vez acabada la guerra de Crimea, pues mientras que en el frente de guerra habían muerto 4.000 soldados, fueron 16.000 los soldados muertos por enfermedades en los hospitales de campaña.

La experiencia de Florence sirvió como modelo a seguir para las enfermeras que actuaron en la Guerra de Secesión norteamericana. El gobierno de la Unión solicitó el consejo para la organización de la sanidad militar. A pesar de que sus ideas se toparon con el rechazo de la oficialidad, sirvió también para la creación del voluntariado de la Comisión sanitaria de Estados Unidos

Desde entonces es conocida como “la dama de la lámpara”, debido al poeta Henry Waosworth Longrellow, al escribir el poema de Santa Filomena

“¡Mirad! En aquella casa de aflicción
Veo una dama con una lámpara.
Pasa a través de las vacilantes tinieblas
Y se desliza de sala en sala"

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Tumba de Florence Nightingale en el cementerio de la Iglesia de St. Margaret

Su interés por la educación en el ejército iba desde la formación de los médicos hasta la educación de la tropa. Florence tenía ideas muy avanzadas para su época, ya que pensaba que podía educarse al soldado raso.

A su regreso a Gran Bretaña se creó el Fondo Nightingale para la preparación de enfermeras, con el Duque de Cambridge como presidente y con Sidney Herbert como secretario honorario de la Fundación. De esta forma salió en mayo de 1865 la primera promoción en la Enfermería Liverpool Workhous.

Florence insistió en instaurar una formación laica para las enfermeras. Durante la guerra de Crimea, alguna prensa informó de que algunas enfermeras que acompañaron a Florence, habían intentado convertir a soldados en el lecho de muerte. El temor a este tipo de cuestiones, hizo que ella siempre se inclinara por la formación laica de las enfermeras.

La escuela Nightingale alcanzó un gran crédito académico, entre otras cosas por el duro trabajo que realizaba y porque Florence seguía siendo una leyenda. Consideraba que, una vez que la enfermera había aprendido a aprender, el proceso de formación debía continuar más allá de la escuela. Sus ideas eran muy modernas, decís “hoy en día, cada cinco o diez años… Se necesita una segunda formación”.

En su opinión, la inscripción en un registro profesional pondría un punto y final en la formación, llevaría a la presunción y en definitiva no sería más que una reproducción de la trayectoria profesional que habían seguido los médicos. Destacaba lo que de específico tenía la actividad de la enfermería y la responsabilidad personal de ésta en el bienestar del paciente.

Uno de los principales logros de Florence, fue la introducción de enfermeras en el cuidado de enfermos a domicilio en Inglaterra e Irlanda a partir del año 1860. Esto suponía que los enfermos pobres, podrían acceder a ser cuidados por personal preparado. Pensaba que no había que castigar a los pobres, sino enseñarles a que se valieran por sí mismo. Siendo muy importante enseñarles un adiestramiento práctico, que les permitiera adquirir destrezas manuales. Creía que había que sacar a los niños de los ambientes de los asilos, para que pudieran educarse en las escuelas. Esta innovación se ve como el precedente para el posterior establecimiento del servicio Nacional de Salud Británico.

Florence tuvo una influencia decisiva en la creación en el año 1870 de la Cruz Roja Británica, siendo miembro del comité de damas. Además siempre estuvo atenta a las actividades que desarrollaba, Henry Dunnant fundador de la Cruz Roja, dijo “A pesar de que soy conocido como el fundador de la Cruz Roja y el promotor de la Convención de Ginebra, es a una dama que todo el honor de esa convención es debida. Lo que me inspiró a viajar a Italia durante la guerra de 1859, fue el trabajo de Mis Florence Nightingale en Crimea”.

Florence permaneció siempre dentro de la Iglesia de Inglaterra, aunque mantenía puntos de vista heterodoxos. Cuestionaba la divinidad de un Dios que condena al infierno a las almas, y mostró simpatía hacia la idea de una reconciliación universal

A partir de 1857, comenzó a padecer fuertes depresiones que le hacieron permanecer de forma intermitente en cama. Parece ser que fue debido a la brucelosis y a la espondilitis, las causas de sus problemas físicos.

A pesar de sus males, permaneció simpe muy activa en el campo de las reformas sociales. A pesar de estar en cama, también realizó trabajos en el campo de la planificación hospitalaria.

Muere el 13 de agosto de 1910. Se le ofreció ser enterrada en la Abadía de Westminter pero no quiso, siendo sepultada en el cementerio de la iglesia de St Margaret en East Wellow, Hampsher.

Su legado promueve la toma de conciencia mundial en temas como la priorización a nivel social de los temas sanitarios y de medicina preventiva, formación y apoyo a enfermeras y demás trabajadores de la salud.

Hay un monumento conmemorativo de la guerra de Crimea en el centro de Waterloo Place, con Florence a la izquierda y Sidney Herbert a la derecha.

Quiero destacar una frase de Florence que pronunció en una conferencia en la universidad de Glasgow “… educar no es enseñar al hombre a saber, sino a hacer”. Sirva este artículo como un pequeño homenaje las palabras de Benjamin Jowett le dedicó a ella:

Usted despertó sentimientos románticos en muchas personas hace 23 años, de regreso de Crimea… pero ahora trabaja en silencio y nadie sabe cuántas vidas salvan sus enfermeras en los hospitales, ni cuántos miles de soldados… están vivos gracias a su previsión y a su diligencia, ni cuántos indios de esta generación y de las generaciones venideras habrán sido preservados del hambre y de la opresión gracias a la energía de una dama enferma que apenas puede levantarse de la cama. El mundo lo ignora o no piensa en ella. Pero yo lo sé y a menudo pienso en ella”. Palabras pronunciadas el 31 de diciembre de 1879.

http://www.nuevatribuna.es/articulo...ngale-dama-linterna/20140224125707101119.html
 
La Comunera María Pacheco
María Pacheco ha sido denostada en un amplio periodo de la historia de España, hasta que los liberales, en el reinado de Isabel II a mediados del siglo XIX, la alaban como ejemplo a seguir....


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Retrato de María Pacheco
No se sabe con seguridad la fecha de su nacimiento, probablemente fue en el año 1495, en la ciudad de Granada. Su padre era Iñigo López de Mendoza, I Marques de Mondéjar y II Conde de Tendilla, siendo conocido como el gran Tendilla. Su madre es Francisca Pacheco, que era hija de Juan de Pacheco, I Marqués de Villena y Maestro de la Orden de Santiago.

Su padre destacaba por su gran fortuna y por su destreza en el campo de batalla, siendo recompensado por sus servicios por los Reyes Católicos con el Título de alcalde perpetuo de la Alhambra granadina. Se casó por primera vez pero no tuvo hijos y enviudó.

En su segundo matrimonio con Francisca Pacheco, tuvo ocho hijos (tres mujeres y cinco hombres) siendo María el cuarto hijo. Su padre tenía fama de mujeriego, tuvo varios hijos fuera del matrimonio. Cuando su padre enviudó con más de sesenta años, fue dos veces padre posteriormente.



Su padre se distinguió por su admiración por la cultura del Renacimiento, siendo considerado un hombre culto y generoso. Ejerció de mecenas, trayendo a Castilla a Pedro Mártir de Anglería, que era un destacado humanista italiano al que el conde de Tendilla ayudó a integrarse en la corte de los Reyes Católicos.

Cuidó mucho de la educación de todos sus hijos, independientemente del s*x* de los mismos, nada normal en la época. Recibieron la mejor educación, encargando a Pedro Mártir la responsabilidad de la misma. María destacó entre todos sus hermanos, convirtiéndose en una mujer muy culta, que hablaba y escribía en latín y griego, teniendo amplios conocimientos de matemáticas, historia y de las Sagradas escrituras. También escribía poesía.

Con cinco años, presenció la primera sublevación morisca desde su casa en el Albaicín granadino, donde vivía con su madre y hermanos pequeños, como prueba dada por su padre en cumplimiento de los pactos acordados en la rendición granadina.

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María Pacheco fue una mujer muy adelantada para su tiempo, mostrándose orgullosa de sus orígenes, al mismo tiempo que tenía el carácter fuerte de los Mendoza y el de su abuelo materno. Nunca se sometió a los convencionalismos de la época. Siendo muy joven, decidió cambiar el orden de sus apellidos, para no ser confundida con su hermana María López de Mendoza Pacheco, ni son su hermana bastarda también llamada María.

María Pacheco congenió muy bien con su hermano pequeño Diego Hurtado de Mendoza, que fue embajador, poeta e historiador. Su madre Francisca murió a finales de 1506 y su padre en el verano de 1515.

Teniendo María catorce años, se acuerdan los esponsales con Juan de Padilla, que entonces tenía veinte años, siendo un caballero toledano. Este era de menor rango nobiliario que los Modéjar, pero la familia tenía en una especial estima. María se niega a tales responsorios, desafiando la autoridad de su padre. Tres parecen ser las causas a tal rechazo: la primera era por su propio orgullo personal, debido a que su familia no le había consultado. En segundo lugar, porque el físico de Juan de Padilla no era de su agrado y en tercer lugar por ser de un linaje inferior al suyo.

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María Pacheco de Padilla después de Villalar (1881). Lienzo de Vicente Borrás y Mompó.

Se acuerdan los esponsales para el día 18 de agosto de 1511 en la ciudad de Granada. En los documentos de esta época se nota la diferencia de linaje, pues mientras ella aparece siempre como Doña María Pacheco, él simplemente aparece como Juan de Padilla.

Juan de Padilla era hijo del toledano Pedro López de Padilla y sobrino de Gutiérrez de Padilla, Comendador mayor de Calatrava, con quien el conde de Tendillas deseaba una estrecha alianza.

En los acuerdos matrimoniales, se les hace firmar la renuncia en sus derechos sobre la herencia paterna a cambio de una generosa dote de cuatro millones y medio de maravedís, que era una auténtica fortuna para la época. El inicial rechazo de María se transformó con el tiempo en un sincero amor entre esposos. En el año 1516 dio a luz a su único hijo Pedro, que murió siendo niño.

Esos años son de gran efervescencia política, pues en 1516, muere Fernando el Católico, asumiendo la regencia el cardenal Cisneros hasta que el joven príncipe Carlos llegara a España procedente de Flandes, para ocupar el trono.

Durante dos años, el octogenario cardenal Cisneros, tuvo que hacer frente a un clima de inestabilidad política, ya que por parte de los nobles castellanos, estos intentaban recuperar el poder perdido, al mismo tiempo que mostraban su predilección para sustituir en el trono a Carlos por su hermano Fernando, que había recibido educación en Castilla y que podía ser más favorable a los intereses de la nobleza.

El cardenal Cisneros consiguió que Carlos fuera proclamado rey de Castilla y Aragón en Bruselas, que los nobles consideraron como un auténtico golpe de Estado. Hay que tener en cuenta que Juana la Loca era reina legítima y nadie había proclamado su destitución. Ante el mal cariz que tomaban los acontecimientos, Cisneros reclamó la inmediata presencia de Carlos en Castilla, para evitar así el riesgo de una sublevación

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Retrato de Juan de Padilla, siglo XIX

El matrimonio pasa a vivir a Toledo, en el año 1518, cuando Juan de Padilla sustituye a su padre en el cargo de Capitán de gente de armas.

Con la llegada del rey Carlos, viene acompañado de gran cantidad de flamencos, que provocan grandes recelos en la nobleza castellana, que se ven incrementados por el injusto reparto de cargos y prebendas. Juan de Padilla no obtuvo la tenencia de Peña de Martos en Jaén, que le hubiera debido corresponder a la muerte de su tío el Comendador. Además aumentaron las quejas, por la gran cantidad de fondos solicitados, en su deseo de ser también proclamado rey de Alemania.

María Pacheco apoyó a Juan de Padilla, en abril de 1520, para que participase en el levantamiento de las Comunidades en Toledo, junto a Avalos y Lasso de la Vega. Así tanto Avalos como Juan de Padilla no acuden a Santiago de Compostela cuando son llamados por el rey Carlos. Esta fecha, el 16 de abril de 1520, se considera el inicio del movimiento comunero en Castilla.

¿Qué es el movimiento comunero?

Para el historiador Elliot, buscaba el mantenimiento de la antigua Castilla, pues consideraban que el rey Carlos atacaba la independencia de las Cortes castellanas, esto les dio en parte, el carácter de un movimiento constitucional. Además había que unir las quejas de los municipios, que se debían sumar a las del pueblo llano.

El detonante final fue el incendio en agosto de 1520 de Medina del Campo, que era centro económico de Castilla, por las tropas reales de Carlos I. Esto provocó la indignación general y alimentó la sublevación, que se transforma en las ciudades en una guerra civil entre enemigos tradicionales. Poco a poco, fue adquiriendo una forma de revolución social, de forma que, el movimiento comunero, dejó de tener un carácter señorial, para transformarse en un movimiento antiaristrocrático. Ante esta nueva realidad del movimiento y por su actitud reivindicativa, la nobleza se asustó y se pasó en bloque a apoyar a Carlos I, que les garantiza sus privilegios de clase.

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Pendón comunero moderno. El color morado se empezó a usar por error en el siglo XIX; el color histórico de los pendones de Castilla es el rojo.

No hay que olvidar también que en aquellos tiempos, eran de una gran incertidumbre religiosa, pues estaba Lutero en Alemania que quemó las bulas papales y su influencia llegaba también a Castilla. En Toledo se estaba desarrollando el iluminismo religioso “los alumbrados”.

Juan de Padilla dijo “jamás consentiré yo que la nobleza de Castilla y León sea hecha tributaria y yo estoy pronto a morir en defensa de nuestros derechos”. Su padre Pedro López de Padilla le contestó “tú has hablado como un noble digno de una estirpe como la tuya, pero mucho me temo, que el Rey nuestro señor te lo haga pagar malísimamente el servicio”.

Juan de Padilla acude con las milicias toledanas, junto a las madrileñas mandadas por Juan de Zapata en auxilio de Segovia para, junto a las milicias de Juan bravo, regidor de Segovia, combatir a las fuerzas realistas de Rodrigo Ronquillo. El 29 de julio de 1520, se constituye un Ávila la Santa Junta, nombrándose a Juan de Padilla, capitán general de las tropas comuneras. Estos, intentan el apoyo de la reina Juana la Loca, pero sin éxito.

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Surgen rivalidades entre los dirigentes comuneros, que provocan la destitución de Juan de Padilla, siendo sustituido por Pedro Girón y Velasco. Esto provoca que regrese nuevamente a Toledo. Sin embargo, Pedro Girón, en diciembre de 1520 se pasó a la causa del rey Carlos I, lo que hace que Juan de Padilla vuelva inmediatamente a tomar el mando comunero.

Toma Ampudio y Torrelobatón, pero nuevamente surgen divisiones en el bando comunero, propiciando que el 23 de abril de 1521 sean totalmente derrotados en Villalar, siendo hechos prisioneros y decapitados el día siguiente Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado.

En ausencia de Padilla, María Pacheco gobierna sola Toledo, hasta que tiene que compartir el poder a partir de finales de 1521, con el obispo Antonio de Acuña.

María enferma al saber la muerte de Juan de Padilla y se viste de luto riguroso, cubriendo su cabeza con un capuz. Convierte Toledo en la última resistencia de los comuneros. Para ello, ocupa el Alcázar con sus fieles, el 28 de abril, donde plantea su resistencia al rey Carlos I. Manda traer la artillería desde Yepes. Madrid capitula el 7 de mayo, y ya solo resiste Toledo, bajo el mando de María Pacheco, resistiendo nueve meses.

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Los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado en el patíbulo. (Antonio Gisbert)

Entre abril y agosto las tropas de Carlos I cercan Toledo. El uno de septiembre, Toledo comienza a ser bombardeada. El 25 de octubre se firma una tregua, conocida como el armisticio de la Sisla, donde los comuneros evacúan el Alcázar, pero siguen manteniendo las armas.

Sin embargo, el 3 de febrero de 1522, los comuneros de Toledo al mando de María Pacheco se sublevan, tomando el Alcázar y liberando a los prisioneros. La sublevación es aplastada por las tropas reales dirigidas por el prior de San Juan. María Pacheco logra huir de Toledo disfrazada de campesina. Pidió ayuda en el palacio de su tío, el II marqués de Villena, en Escalona, logrando llegar hasta Portugal.

María Pacheco es exceptuada del perdón general firmado por el rey, el uno de octubre de 1522 y condenada a muerte en rebeldía en 1524. Al principio en Portugal tuvo dificultades para vivir. Pero es ayudada en primer lugar, por el arzobispo de Braga, Diego de Sosa, posteriormente va a casa del obispo de Oporto, Pedro de Acosta. El rey de Portugal, Juan III niega reiteradamente las peticiones de expulsión que le demanda el rey Carlos I.

Vivió en casa del obispo de Oporto con una delicada salud. Su familia pidió continuamente el perdón del rey Carlos I para María Pacheco, pero éste nunca se lo concedió.

Murió en marzo de 1533 de un dolor de costado, siendo enterrada en el altar de San Jerónimo de la catedral de Oporto. No se le concedió permiso para llevar su cuerpo junto al de su marido en Villalar. Su hermano menor y preferido de María, el poeta Diego Hurtado de Mendoza escribió este epitafio:

Si preguntas mi nombre, fue María,
Si mi tierra, Granada; mi apellido
De Pacheco y Mendoza, conocido
El uno y el otro más que el claro día
Si mi vida, seguir a mi marido:
Mi muerte es la opinión que el sostenía
España te dirá mi cualidad
Que nunca niega España la verdad.

María Pacheco ha sido denostada en un amplio periodo de la historia de España, hasta que los liberales, en el reinado de Isabel II a mediados del siglo XIX, la alaban como ejemplo a seguir.

Como vemos una vez más, mujeres fuertes y poderosas han sido silenciadas y ocultadas por la historia oficial. Sólo el tiempo ha hecho posible que sean reconocidas.

http://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/comunera-maria-pacheco/20140408112806102497.html
 
Nellie Bly, diez días de locura
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La reportera estadounidense, Nellie Bly.
  • ISLA MUJERES
  • Año 1887. La reportera estadounidense ingresa en una institución de enfermos mentales haciéndose pasar por demente. Engaña a los médicos y experimenta las duras condiciones del psiquiátrico. Cuando sale escribe una serie de reportajes en primera persona para el 'The New York World' propiedad de Joseph Pulitzer donde denuncia el maltrato al que someten a los pacientes. Revolucionó el periodismo de investigación
"El 22 de septiembre el 'World' me pidió si podía internarme en uno de los sanatorios para enfermos mentales de Nueva York con vistas a escribir una narrativa sencilla y sin barnices sobre el tratamiento de las pacientes, los métodos de la dirección, etcétera". Así comienza la crónica de Bly, recogida en el libro 'Diez días en el manicomio por Nellie Bly' (ediciones Buck, 2009). "¿Creía tener el valor necesario para pasar por el trago que requería tal misión? (…) Debía escribir una crónica fiel a las experiencias que viviera, y una vez que estuviese dentro de las paredes del manicomio tenía que investigar y describir su funcionamiento interno. Un funcionamiento que siempre se oculta eficazmente de la opinión pública gracias a las enfermeras de cofias blancas y a los cerrojos y barrotes". El editor le dio una pauta: "No te pedimos que vayas allí con el propósito de hacer revelaciones sensacionalistas. Describe las cosas tal como las veas, sean buenas o malas; alaba o culpa como creas que es justo, y cuenta la verdad todo el tiempo".

Nellie Bly estaba deseosa por "conocer la vida en los sanatorios mentales de manera más profunda". Según ella misma describió, tenía ganas de "comprobar que las criaturas más indefensas de Dios, los dementes, eran cuidados de una forma profesional y cariñosa". Consideraba que las historias que había leído sobre abusos en tales instituciones eran "exageraciones o incluso fantasías". De modo que consiguió que la internaran en el centro para enfermos mentales de la isla de Blackwell y se convirtió unos días "en alumna de todos los locos de la ciudad". En su reportaje habla de la inmersión en este mundo desde su nervisiosismo inicial al conocer el encargo, sus primeras ideas a la hora de actuar, su actitud… Desvela un periodismo sano y recién nacido, comprometido con la sociedad y los desfavorecidos aunque no exento de morbo. Cuando había visto y oído lo suficiente la liberaron; su editor tuvo que interceder, pues ya era una paciente más. Nellie Bly aseguró sentirse "culpable porque no pude llevarme conmigo a alguna de aquellas desafortunadas mujeres que vivieron y sufrieron junto a mí y que –estoy convencida- estaban tan cuerdas como yo". Un detalle terrible, aunque en sus crónicas aporta otros más: "Desde que entré no intenté seguir con el falso personaje de loca, sino que hablé y actué como lo hago en la vida real. Y, aunque suene extraño, cuanto más sensatamente hablaba y actuaba, más loca me consideraban todos".

Su reportaje revolucionó el periodismo de investigación y a Nellie Bly comenzaron a tomarla en serio. Como resultado de su 'visita' al sanatorio Nueva York decidió destinar un millón de dólares adicional cada año para el cuidado de enfermos mentales (puede que esto haya cambiado ya). Bly se dedicó a escribir hasta que se casó en 1895 con el empresario Robert Seaman, 40 años mayor. Él murió en 1904 y ella se hizo cargo de sus empresas con la misma energía con que producía textos e introdujo en sus fábricas las medidas sociales que había visto necesarias en sus investigaciones: mejoras sanitarias, cursos, librerías, fitness... No obstante, su gestión económica no resultó tan eficaz y, arruinada, tuvo que regresar al periodismo en el 'New York Evening Journal'. Llegó a cubrir la convención de 1913 a favor del sufragio femenino y fue la primera corresponsal en la Primera Guerra Mundial informando desde el frente del Este. Dicen que hasta es pionera de la navegación sin compañía de un hombre. Su vida fue breve; murió de neumonía a los 57 años.


http://www.elcorreo.com/alava/sociedad/201405/27/nellie-diez-dias-locura-20140526160142.html
 
He visto que el doodle de Google está dedicado a la bióloga Rachel Louise Carson, autora del libro "Primavera silenciosa". Ésta es su biografía.

Rachel Carson, un compromiso científico y literario

http://www.ecopolitica.org/index.ph...tco-y-literario&catid=16:pensadores&Itemid=55

Con su libro Silent Spring, publicado en 1962 para denunciar el uso de productos químicos en la agricultura, Rachel Carson tendió un puente entre ciencia y militancia y jugaría, al preconizar la interdisciplinariedad, un rol decisivo en la puesta en marcha de una toma de conciencia social sobre los problemas del medio ambiente.

Bióloga y escritora naturalista nacida en 1907 en los Estados Unidos (y fallecida en 1964), Rachel Louise Carson elaboró una reflexión a la vez científica y poética sobre la situación del medio ambiente. Comenzó con una serie de artículos de vulgarización científica sobre la ecología marina, que precedieron a la publicación de su libro Under the Sea-Wind (1941). Sus primeros libros cosecharon un éxito inesperado en este género literario, lo que le permitirá consagrarse enteramente a la literatura. Profundizará entonces sus reflexiones sobre las relaciones que mantenemos con nuestro entorno natural. Desde su comienzo en los años 50, se interroga sobre las consecuencias de la utilización y de la diseminación de las moléculas químicas en la naturaleza y de sus efectos sobre el ser humano (a través de la agricultura, la pesca, la alimentación, etc.). En 1962, su libro Silent Spring la dotará de notoriedad internacional. Con él puso en evidencia los peligros de los pesticidas y de los insecticidas cuya larga vida amenaza al planeta con un envenenamiento progresivo. El ensayo asociaba una demostración científica a un discurso narrativo potente. De esta manera, popularizaró algunas nociones clave del discurso de crisis: el estado ecológico y la subestimación de su importancia, las consecuencias sobre la humanidad y, sobretodo, la urgencia de actuar. Su demostración se basaba en los registros de la razón y de la emoción, creando así un fuerte enlace entre el análisis teórico y la fuerza de sus reacciones emocionales.

Desde un punto de vista filosófico, Rachel Carson consideraba que el ser humano está en interacción permanente con su entorno: no puede apartarse, ni siquiera asegurar una superioridad sobre la naturaleza sin sufrir consecuencias dañinas de manera inmediata y a largo plazo. Su discurso ecologista se estructuró poniendo en relieve los males presentes para alertar sobre aquellos que están por llegar. Su discurso científico recalcaba la crítica ecologista. Para construir su demostración, se apoyó en correlaciones estadísticas como el enfoque probabilista y la epidemología. La clave yacía en establecer una correlación entre la constatación (científicamente válida por sí misma) y las consecuencias probadas (incluso si la reflexión sobre la prospectiva no cesa de desarrollarse).

De la polémica a las leyes anticontaminación
El libro provocó una inmensa polémica: no solamente porque tocaba importantes cuestiones económicas (lógica productivista de los sectores agrícolas y del consumo en masa), sino también porque insistía en la importancia de las carencias científicas (incertidumbres sobre la naturaleza de productos usados -impactos, etc- así como sus efectos acumulados), y el abandono de los responsables políticos (ausencia de reflexión a priori en incapacidad de actuar a posteriori). Por ello, Rachel Carson deberá plantar cara a críticas excesivas, principalmente relacionadas con su condición de mujer. Aun así, el debate contribuirá a la creación de una Agencia para la protección del medio ambiente por parte del gobierno americano y a la adopción de las primeras grandes leyes antipolución. Carson fue representante de una corriente literaria que da a conocer un diagnóstico científico a partir de un importante y riguroso trabajo de vulgarización de las preocupaciones sobre la cuestión ecológica y desde un punto de vista cognitivo. Esta literatura participa en la difusión de la importancia de la desregulación de la racionalidad de la ciencia y de la amenaza que se posa sobre el futuro de la especie humana.

Web dedicada a Rachel Carson:

http://www.rachelcarson.org/
 
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