Mujeres con una vida poco común

Mujeres con ciencia ‏@mujerconciencia 12 hHace 12 horas


Hoy tenemos dos #efemérides: Jaqueline es #astrofísica y Elizabeth fue #astrónoma http://mujeresconciencia.com/ pic.twitter.com/det3OJUENm

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Rosalind Franklin, la auténtica descubridora del ADN

"La ciencia y la vida ni pueden ni deben estar separadas. Para mí la ciencia da una explicación parcial de la vida. Tal como es se basa en los hechos, la experiencia y los experimentos… Estoy de acuerdo en que la fe es fundamental para tener éxito en la vida, pero no acepto tu definición de fe, la creencia de que hay vida tras la muerte.

En mi opinión, lo único que necesita la fe es el convencimiento de que esforzándonos en hacer lo mejor que podemos nos acercaremos al éxito, y que el éxito de nuestros propósitos, la mejora de la humanidad de hoy y del futuro, merece la pena de conseguirse”
. Así se expresaba Rosalind Franklin hacia 1940, cuando tenía veinte años, en una carta dirigida a su padre con quien, discrepaba en varias cuestiones. Rosalind es la científica con cuyos datos Watson y Crick formularon en 1953 el modelo de doble hélice que describe la estructura del ADN, uno de los hitos de la Biología del siglo XX.

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¿Por qué son ellos los únicos descubridores?

Pese a ser la científica que obtuvo los datos que por fin definir que el ADN tiene estructura de doble cadena helicoidal, no fue premiada con el Nobel. Había fallecido en 1959. Lo más patético, si se puede llamar así es que el premio se lo dieron a las personas( Watson, Crick y su colaborador) que habían usado sus datos a escondidas sin su permiso y por lo que luego han manifestado, le mostraron su desprecio como científica y le amargaron todos su carrera de científica de dos años que paso en el centro de King’s College de Londres.

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¿Un mundo regentado por los hombres?

Parece ser que si. Rosalind Franklin nació en Londres el 25 de julio de 1920, hija de un banquero judío obtuvo un título en física, química y matemáticas, en Universidad de Cambridge.

En esos años, a las mujeres Cambridge no les otorgaba el grado de Licenciado, no las consideraba parte del claustro y limitaba el número de doctorandas a un 10% como mucho. Antes de trabajar con el ADN, Rosalind estudió la porosidad del carbón y tras obtener su doctorado se especializó en la técnica de difracción de rayos X, la que luego sirvió para obtener una fotografía ya célebre, la foto 51 que Maurice Wilkins mostró sin su consentimiento y sin ningún tipo de pudor a un joven americano Watson y a su compañero Crick que estaba terriblemente obsesionado con el descubrimiento de la estructura del ADN para ganar a su oponente.

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Secretos ocultos.

En el tremendo culebrón provocada por la Foto 51, que sirvió claramente para el descubrimiento de la doble cadena del ADN. La estructura que sale en la foto se había sacado con otro tipo de forma ( la forma A) la anterior experimentada era la forma B, pero no se distinguía bien la forma, la estructura del ADN, la había obtenido Rosalind Franklin utilizando la forma B del ADN.
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Hasta entonces solo se disponía de datos de otra forma, la A, mucho menos hidratada y con la que no se había podido sacar ninguna conclusión. Watson deja bien claro en su libro de “La doble hélice” que una tarde a m Enero de 1953 Wilkins no solo le comentó los resultados de Rosalind, sino que le mostró la foto sin que ella lo supiera. Watson y Crick también conocían el informe que Rosalind había enviado para una evaluación, algo que supuestamente es confidencial pero que a su evaluador no le importó mucho. En su informe se redactaba que en la estructura del ADN las bases se sitúan hacia el interior, un dato crucial para resolverla, y en su foto 51 quedaba claro que la estructura era una doble hélice.

Rosalind solo tuvo que hacer pequeñas correcciones al manuscrito que ya tenía preparado para enviarlo a la revista Nature cuando Watson y Crick enviaron su modelo. Abajo escribe de su puño y letra.: “Así, nuestra idea general es coherente con el modelo propuesto por Watson y Crick”.



¿Por qué la obviaron?

Nunca sabremos si Rosalind Franklin llegó a saber que se habían divulgado sus datos sin su permiso, los otros actores de la historia nunca lo afirmaron pero tampoco lo negaron. Ni Watson ni Crick la nombraron en sus discursos de aceptación del Nobel. Fue Wilkins, precisamente el elemento del trío con quien Rosalind tuvo más problemas, a quien Crick convenció para que la mencionase. Cuando se trasladó a la Universidad de Birkbeck fue prácticamente obligada a abandonar el trabajo sobre el ADN y comenzó a trabajar sobre la estructura de los virus. Watson hablo de este tema exactamente pero no la menciono ni una sola vez.

No parece que Rosalind tuviese rencores frente al hecho de que su trabajo sobre la estructura del ADN solo ocupó el tercer lugar en el número de la revista Nature en la que se publicaron a la vez la teoría de Watson y Crick, los resultados de Wilkins y los de ella misma. En 1959 murió de cáncer de ovario, pero no se saben si fueron razones laborales, debido a que su trabajo con los rayos X era muy duro.

El Debate.

En 1968 Watson publicó su libro en el que casi no habla bien de nadie salvo de sí mismo, pero la parcialidad de lo que cuenta de Rosalind Franklin removió la historia del descubrimiento clave de la Biología del pasado siglo. ”. Sus conclusiones se han criticado por dar demasiado peso al sexismo de los ambientes científicos de la Inglaterra de mediados de siglo.

Lynn Osman Elkin ha escrito: “Hubo suficiente gloria en el trabajo de los cuatro como para que pudiera ser compartida”. Pero yo diría que lo que hubo en el descubrimiento de la doble hélice fue suficiente para que la estructura del ADN no solo sea una lección de intuición y trabajo científico, sino una excelente fuente para evaluar el comportamiento de los científicos a la luz de la ética.

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En Abril de 1953 aparecieron publicadas en la revista Nature dos pequeños artículos firmados por dos jóvenes investigadores, el norteamericano J.D. Watson y el británico F.H. Crick.Los artículos proponían un modelo estructural para una molécula hasta entonces enigmática y polémica, presente en todos los seres vivos y que respondía al enrevesado nombre de Ácido Desoxirribonucleico. Afortunadamente, este nombrecito se abrevió en tres letras, ADN para los hispanohablantes, DNA para los anglosajones. Hay veces que un hecho marca el inicio de una nueva época, abre nuevas puertas y conduce a caminos hasta entonces desconocidos.La publicación de los artículos de Watson y Crick fue la señal de salida para una nueva ciencia, o subciencia, la genética molecular. Algo que ha traido cola, cincuenta y tantos años después, y que seguirá haciendolo durante en el futuro, sin duda.Las repercusiones de los avances científicos se hacen sentir al cabo del tiempo, no de forma inmediata. Y la dilucidación del modelo estructural del ADN, en esa elegante doble hélice, ha traído y traerá repercusiones de toda índole en la vida cotidiana.

La historia de cómo se concibió el fantástico modelo tiene varios protagonistas principales:

*los honorables Watson y Crick, jóvenes investigadores un tanto desaliñados, independientes y casi deshauciados profesionalmente que, en el último momento, publican un descubrimiento que sacude los cimientos de la Biología

*El señor Maurice Wilkins, director de un departamento científico que ofrece a los anteriores las pruebas que necesitan par construir su modelo de chapas y alambre...y que también se llevó el Premio Nobel.

Rosalind Franklin, la gran olvidada de esta historia*

La olvidada Rosalind Franklin. Fue, literalmente, quien le hizo la foto al ADN, quien descubrió una serie de medidas y periodicidades sin las cuales Watson y Crick jamás hubieran podido construir su modelo. Era considerada por Wilkins como una "simple ayudante". Nadie le sugirió que se uniera al equipo que estudiaba el ADN, a nadie se le ocurrió preguntarle si quería participar en el artículo de Nature, los del Nobel no se acordaron de ella tampoco en 1962. Murió de cáncer, a los 37 años. Trabajaba con los peligrosos Rayos X.
Nadie puede discutir el mérito de Watson y Crick. Lo extraordinario ha sido cómo la historia oficial menospreció y olvidó el trabajo fundamental de un investigador de la talla de R. Franklin, ¿quizás por el mero hecho de ser mujer?.....

Hoy en día se asiste a una rehabilitación de su nombre y su prestigio como científico. De hecho, uno de los edificios del King's College, su centro de investigación, lleva su nombre.



¿Por qué la doctora británica Rosalind Franklin, uno de los personajes clave en el hallazgo, ha quedado fuera de la historia de este avance genético?
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La historia registra, a nivel popular, sólo al británico Francis Crick y al estadounidense James Watson como descubridores de la estructura del ADN. Pero el Premio Nobel de Medicina o Fisiología de 1962 se entregó también a Maurice Frederick Wilkins.
En esa ceremonia, sin embargo, faltaba un personaje fundamental en los trabajos que llevaron al premio concedido a estos tres científicos, la doctora Rosalind Franklin, personaje omitido con demasiada frecuencia en la historia del inicio de la genética moderna, excluida de un premio que se otorgaba a Crick, Watson y Wilkins, según el Comité del Nobel, «por sus descubrimientos referentes a la estructura molecular de los ácidos nucleicos y su importancia en la transferencia de información en el material vivo».
Estas palabras explicaban, en el austero estilo de los premios Nobel, que Crick, Watson y Wilkins habían determinado por primera vez en la historia la estructura del ácido desoxirribonucleico, una sustancia aislada por primera vez apenas en 1869 por el médico suizo Friedrich Miescher. En 1944 se demostró que el ADN era un «principio transformador» que llevaba información genética, lo que se confirmó plenamente en 1952.


La doble hélice

Crick y Watson son los más conocidos en la saga del descubrimiento de la estructura del ADN porque fueron ellos los que en 1953 establecieron que el ADN estaba formado por una doble hélice. Su descubrimiento, publicado en abril en la reconocida revista 'Nature', estaba destinado a dar inicio a una de las mayores revoluciones en la historia de la biología.
Pero es necesario saber cómo llegaron a esta conclusión los dos científicos para poder determinar con certeza el papel que jugó en esta historia la científica británica Rosalind Elsie Franklin, biofísica, física, química, bióloga y cristalografista de rayos X, una lista de logros académicos impresionante, máxime si tenemos en cuenta que la consiguió en una vida trágicamente breve, pues nació en 1920 y murió de cáncer en 1958.

Sería muy sencillo determinar la forma de la molécula de ADN con un potentísimo microscopio de tunelado por escaneo. Este microscopio, inventado en 1981, puede 'ver' perfiles tridimensionales a nivel de átomos. Es un logro tal que sus creadores ganaron el Premio Nobel de Física en 1986.

Pero en la década de 1950, las herramientas al alcance de los investigadores eran mucho más limitadas.
Uno de los sistemas utilizados era la cristalografía de rayos X, un método indirecto para determinar la disposición de los átomos en un cristal. Al pasar un haz de rayos X por un cristal, los rayos X se difractan, sufren una distorsión que cambia según el medio por el que se mueve la onda electromagnética. (La difracción de la luz es la responsable de que un lápiz en un vaso de agua parezca quebrarse al nivel del agua.)

Los ángulos e intensidades de los rayos X difractados captados en una película fotográfica permiten a los cristalógrafos generar una imagen tridimensional de la densidad de los electrones del cristal y, a partir de ello, calcular las posiciones de los átomos, sus enlaces químicos y su grado de desorden, entre otros muchos datos.

En enero de 1951, la joven doctora Rosalind Franklin entró a trabajar como investigadora asociada al King's College de Londres, bajo la dirección de John Randall. Éste la orientó de inmediato a la investigación del ADN, continuando con el trabajo, precisamente, de Maurice Wilkins.

Lo que siguió no suele salir en las películas y narraciones porque fue el duro y poco espectacular trabajo de Franklin para afinar sus herramientas (un tubo de rayos X de foco fino y una microcámara), y determinar las mejores condiciones de sus especímenes para obtener imágenes útiles. En este caso, el nivel de hidratación de la muestra era esencial.
Habiendo determinado la existencia de dos tipos de ADN, se dividió el trabajo. Wilkins se ocupó de estudiar el tipo 'B', determinando poco después que su estructura era probablemente helicoidal. Rosalind Franklin, por su parte, trabajó con el tipo 'A', generando imágenes que descritas como poseedoras de una gran belleza, y abandonando la teoría de la estructura helicoidal sólo para retomarla después, afinada y perfeccionada.
 
La alquimista, María la Judía (Siglo II ?)

En el siglo IV, un alquimista de Alejandría, Zósimo de Panópolis, recuperó parte de la obra de una mujer que había vivido uno o dos siglos antes que él y la incluyó en una recopilación de saberes antiguos junto con otros sabios de la alquimia.
En el siglo VIII aparece citada por un cronista de Bizancio y el árabe al-Nadim también inmortalizó su nombre en el siglo IX.
Todos ellos nos hablan de una mujer de la que se sabe muy poco de su existencia.

María la Judía, María la Hebrea o Miriam la Profetisa fue el primer nombre femenino relacionado con los saberes de la alquimia.

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María la Judía habría vivido en una fecha desconocida entre el siglo I y el siglo III de nuestra era. Autora de varios escritos científicos, los cuales no se han conservado en su formato original, María está considerada como uno de los primeros alquimistas de la historia.

Entre sus inventos, destacan varios artilugios destinados a mejorar la destilación de sustancias químicas, como el tribikos o el kerotakis.

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También fue la creadora del procedimiento de calentamiento de sustancias de manera uniforme conocido popularmente como “baño María” y que aún a día de hoy se utiliza en laboratorios químicos. Y en muchas cocinas.

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Uno de sus inventos más conocidos es el balneum María o Baño María, muy utilizado en la cocina.
Se trata de una especie de doble caldera, que, por un procedimiento de calentamiento prolongado, sirve para aplicar calor a los cuerpos de manera suave y uniforme sin que llegue a la ebullición.

También inventó otros aparatos destinados al arte culinario como el tribikos, una especie de alambique hecho de cobre utilizado para destilar líquidos; y el kerotakis, u horno de María, que es un aparato para sublimar y así obtener aceites vegetales y colorear metales a partir de mercurio y azufre.

Sus descubrimientos también han encontrado utilidad en el arte, ya que ella realizó un preparado de sulfuro de plomo y cobre muy utilizado en la actualidad como pigmento negro y que es conocido en pintura como “negro María”.

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Un hilo muy interesante y me ha encantado . algunas de las mujeres que habeís enumerado ,me son muy conocidas , otras no tanto .
Hildegard van Bingen , tiene una historia que no me extrañaria que un día fuese llevara al cine .

Katheleen Ferrier
( 1912 - 1953 )
Contralto inglesa

Nacida en Blackburn, Lancashire, Inglaterra. Dejó el colegio a los catorce años, y trabajó como operadora de teléfono en Blackburn. Se casó con un director de banca, Bert Wilson, en 1935, y se trasladó a Silloth y posteriormente a Carliste, en el Norte de Inglaterra.

Allí su marido le apostó a que no podría cantar en una competición de canto. Se presentó y ganó en dos categorías (canto y piano), aunque había pensado presentarse solamente como pianista (era profesora de piano). Fue así como acercó su talento musical a la opinión pública, y decidió emprender su carrera como cantante.

Durante los primero días de la guerra dio conciertos para el Council for the Encouragement of Music and the Arts (consejo para el estímulo de la música y las artes)(CEMA) y según el dictamen de Malcolm Sargent, se trasladó a Londres en 1942, donde comenzó de verdad su carrera.

Su timbre único estaba justificado debido a una anomalía médica: su garganta era excepcionalmente ancha.

A pesar de su incipiente carrera musical, su matrimonio no funcionó y fue finalmente anulado doce años después.

Estudió con el conocido barítono Roy Henderson.

Benjamin Britten escribió específicamente para ella, incluyendo Lucretia en La violación de Lucrecia, Abraham and Isaac (también escrito para Peter Pears), y una parte de Spring Symphony (1949). Trabajó con muchos directores famosos, como Bruno Walter, John Barbirolli, Malcolm Sargent, Clemens Krauss, Herbert von Karajan, Eduard van Beinum y el propio Benjamin Britten. También cantó con muchos cantantes reputados de aquellos tiempos, como Isobel Baillie, Elisabeth Schwarzkopf, Julius Patzak y Peter Pears.

Entre otros compositores que escribieron específicamente para ella fueron Lennox Berkeley, Arthur Bliss y Edmund Rubbra.

Ferrier sobresalió con la música de Mahler, de Bach y de Handel. Sus canciones a menudo incluían canciones de Schubert, de Schumann y de Brahms.

Hacia el final de su breve carrera cantó Poème de l'amour et de la mer, su único trabajo importante del repertorio francés.

Ferrier es especialmente recordada por las interpretaciones de canciones populares británicas, incluyendo el encantador Blow the wind southerly interpretado a capella (sin acompañamiento) donde puede apreciarse el color único e inconfundible de su voz.

A pesar de la gran demanda que tenía en el Reino Unido, también cantó regularmente en los Países Bajos, donde era extremadamente popular.

También hizo actuaciones en Francia, Alemania, Italia y en Escandinavia. Además hizo tres visitas a Norteamérica (en 1948, 1949 y 1950) y cantó en los primeros seis festivales internacionales de Edimburgo (de lo cual estaba especialmente orgullosa).

Muerte trágica .

En 1951 se le diagnosticó un cáncer de mama, Ferrier siguió cantando.

Su punto álgido fue como Orfeo en Orfeo y Eurídice de Christoph Willibald Gluck en el Royal Opera House en febrero de 1953, cuando se rompió un hueso de la pierna durante la actuación pero continuó cantando. Ferrier ya había cantado previamente este papel en Festival de Glyndebourne en 1947 y en los Países Bajos en 1949 y 1951.

Ferrier murió en octubre de 1953 en Londres. Cuando murió a la edad de 41 años había alcanzado en sólo doce años una fama inigualable en su país convirtiéndose en el paradigma de la contralto británica. Fue sucedida por Dame Janet Baker, una mezzosoprano extraordinaria con un color vocal diferente.

Los holandeses crearon en su memoria la "Rosa Kathleen Ferrier".


la década de los 50 del siglo pasado . Kathleen_Ferrier.jpg murieron grandes interpretes de la música clásica , algunos por la edad que tenian , como Arturo toscanini , pero otros murieron de una manera muy prematura , por accidentes aereos u otras causas . Guido Cantelli , Ataulfo Argenta , etc .

 
Matilde Landa Vaz (1904-1942)

Buena amiga y una gran compañera. Serena, tranquila, firme, independiente. En mis recuerdos es difícil que yo encuentre un ser humano tan definido y franco en sus opiniones y sentimientos. Y un día, escribiendo de la guerra española […] me parece que la mejor página será dedicada a dos grandes personas: Matilde y Antonio Machado.
Vittorio Vidali, comandante del Quinto Regimiento (en Ginard i Féron 2005).

Matilde María Carolina Landa Vaz nació en Badajoz en 1904.

No fue bautizada, cosa que en la época era inusual, pero sí apadrinada por personalidades de relieve político como Narciso Vázquez Lemus, considerado el apóstol del socialismo extremeño, que en 1931 llegaría a presidir las Cortes Constituyentes de la Segunda República.

Las circunstancias de su nacimiento ilustran el ambiente en que se formó Matilde, su infancia y adolescencia transcurrieron en una familia acomodada y culta en la que era corriente hablar varios idiomas, que los varones tuvieran estudios universitarios y las mujeres estudios de magisterio o comercio.


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Su padre, Rubén Landa Coronado, fue un conocido abogado republicano y masón con inquietudes políticas. Educó a sus hijos fuera de todo credo religioso, tuvo como referente fundamental en la formación de estos los principios de la Institución Libre de Enseñanza de la que fue accionista fundador. La estrecha vinculación con la ILE procedía de la amistad que le unía, desde su época de estudiante en Madrid, con Francisco Giner de los Ríos, Nicolás Salmerón y Manuel Bartolomé Cossío.

Desde pequeña Matilde estuvo en contacto con intelectuales y escritores como Juan Ramón Jiménez y Cossío.
De hecho su mejor amiga de infancia y adolescencia fue Julia Cossío Lopéz, la hija menor del ilustre pedagogo.

Su mala salud, su condición de hija pequeña y que ni siquiera en las familias burguesas liberales se asumía con facilidad la educación superior de las mujeres, explican que su padre pusiera reparos a que estudiara el Bachillerato en Madrid.

Pero no hagáis alguna tontería y vayáis a estropearme el proyecto. Figúrate que ayer me dijo (refiriéndose a su padre): Vas a ir a casa de las Rubio a aprender a contar, y déjate de bachillerato ni de tonterías. […] me horroriza pensar que tengo que pasarme la vida en este pueblucho indecente, y sobre todo sin hacer nada.
Carta de Matilde a su hermana Jacinta, 1919.

Antes de comenzar el Bachillerato, a principios de los años veinte, Matilde pasó alguna temporada en La Coruña estudiando en la Escuela Profesional de Comercio donde tenia fama la enseñanza de las Matemáticas, disciplina sobre la que tenia especial predilección. Después, de vuelta a Badajoz, se matriculó como alumna libre en el Instituto de esta capital.

A finales de 1923, fallecido su padre y con el título de bachiller en sus manos, Matilde se trasladó a Madrid con el fin de emprender estudios universitarios y se alojó en la Residencia de Señoritas donde las jóvenes extremeñas constituían un núcleo relativamente numeroso. Se sintió a gusto en la Residencia aunque algo decepcionada.

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Lo más desagradable que tiene la Resi es ese falso clericalismo que han metido aquí; quitando 5 chicas, todas las demás van a misa, comulgan, etc., con la directora a la cabeza.
Carta de Matilde a su hermana Jacinta, 1923

Al poco tiempo de comenzar el curso se le detectó una lesión pulmonar y tuvo que abandonar los estudios y trasladarse, primero a Salamanca y después a Segovia al cuidado de su hermano Rubén.

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Hacia 1929 Matilde volvió a Madrid, donde residió con su madre, reinició sus estudios universitarios y consiguió concluir Ciencias Naturales.

El paso por la universidad consolidó su compromiso con las ideas progresistas y republicanas.

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Trabajó en un laboratorio, y según su propia declaración ante la policía, con el doctor Gonzalo Rodríguez Lafora, un prestigioso neurólogo, discípulo de Ramón y Cajal en los años 1935 y 1936.

En 1930 se casó con Francisco López Ganivet, sobrino del escritor Ángel Ganivet. Tuvieron dos hijas, Jacinta, fallecida a corta edad y Carmen.

Con la llegada de la República, Matilde optó por involucrarse en el proceso de cambios que vivía el país y tras el fracasado movimiento revolucionario de octubre de 1934 se afilió al Socorro Rojo Internacional, una organización cuyo cometido era canalizar la ayuda proveniente de partidos y sindicatos de la izquierda internacional. Posteriormente se afilió al Partido Comunista de España.

upload_2016-12-14_23-51-26.pngMatilde Landa, de espaldas, en el ángulo derecho

Tras el golpe militar de 1936, se enroló en el batallón femenino del Quinto Regimiento junto a la fotógrafa Tina Modotti.

Desde el Socorro Rojo colaboró en la formación de una potente estructura sanitaria del Ejército del Centro.

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A lo largo de los tres años de conflicto, también trabajó en el sector sanitario de la República y en la sección de Información Popular del Subsecretariado de Propaganda del Gobierno republicano.
Se le encomendó la inspección de colonias infantiles y la evacuación de niños, una medida que también ella padeció cuando, en 1938, su propia hija tuvo que ser evacuada a la Unión Soviética.

A principios de 1939, Matilde Landa fue designada para reorganizar el Comité Provincial del Partido Comunista en Madrid.

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Al poco tiempo fue detenida y conducida a la prisión de Ventas. Aquí emprendió una frenética actividad en defensa de las, como ella, condenadas a muerte. Desde una pequeña celda más conocida entre las penadas como «la oficina», redactó instancias, peticiones de indulto, etcétera, con un solo objetivo, salvar de una muerte segura a sus compañeras de cárcel.

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Matilde conseguiría que las reclusas pudieran obtener el más básico de sus derechos, el de la comunicación. Un año más tarde, y gracias a la persistencia de su hermana Aída, se le conmutó la pena de muerte por la de treinta años de reclusión. Se le trasladó a la cárcel de Palma de Mallorca.

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En Palma, Matilde Landa intentó seguir con la obra que la había ocupado en la prisión de Ventas.

La terrible presión a la que fue sometida por las autoridades religiosas del penal con el fin de lograr su conversión al catolicismo pudo con ella.

El 26 de septiembre de 1942 Matilde murió al caer desde una galería de la prisión.
 
Se han referido de pasada en éste hilo a Amelia Eartart....

Una nueva investigación resuelve el misterio de cómo realmente murió Amelia Earhart
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Muchos logros de Amelia Earhart son casi tan famosos como su prematura muerte. Mientras que la historia dice en los libros que murió en un accidente aéreo, una nueva investigación demuestra lo contrario.

Como cualquiera que tenga unas nociones básicas de historia, Amelia Earhart fue la primera mujer en volar a través del Atlántico. Sin embargo, murió en circunstancias un tanto misteriosas cuando trató de regresar en 1937.


Su avión se estrelló en el Océano Pacífico y de acuerdo con la CNN, los historiadores siempre han pensado que murió en el accidente.

Sin embargo, el Grupo Internacional para la Recuperación de Aviones históricos (TIGHAR) cree que Amelia Earhart en realidad sobrevivió al accidente y murió de una manera mucho más desafortunada.

La reciente investigación sostiene que Amelia en realidad aterrizó el avión y finalmente pereció como náufraga en una isla a pesar de las llamadas de ayuda.
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TIGHAR encontró que el esqueleto de un náufrago en la isla de Nikumaroro, Kiribati, en el año 1940 podría ser el de Amelia.
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Los restos fueron encontrados inicialmente en 1998, pero el archivo se reabrió cuando los investigadores encontraron que las mediciones del brazo del esqueleto coinciden casi exactamente con las de Amelia.
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La organización tiene la teoría de que Earhart murió en la isla, donde no había agua potable.
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Pasó días – tal vez meses – heroicamente luchando para sobrevivir como un náufrago“, dijo Ric Gillespie, director ejecutivo de TIGHAR. “Pero ella vivió durante un tiempo y murió en esa isla.
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La investigación muestra registro de hogueras que fueron encendidas en la zona donde se encontraron los huesos, así como huesos de pescado y aves, con los que ella probablemente sobrevivió un tiempo.


Los registros también muestran que hizo más de 100 transmisiones de radio para pedir ayuda en los días posteriores a la desaparición del avión.

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Creemos que sobrevivió heroicamente, y sola, durante un período de tiempo, en circunstancias terribles. La historia tiene que contar la verdadera historia “, añadió Gillespie.

http://www.viraldiario.com/misterio-muerte-amelia-earhart/
 
El alma del Monopoly, Elizabeth Magie (1866-1948)

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El 5 de enero de 1904 se registraba en Estados Unidos la patente número 748.626.
Dicha patente era un juego de mesa inventado por una mujer llamada Elizabeth Magie. El juego en cuestión se llamaba The Landlord’s game, algo así como “El juego de los terratenientes”.

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Elizabeth Magie, apasionada por nuevas teorías económicas, ideó este juego para demostrar de una manera lúdica que el monopolio de la tierra a manos de unos pocos era perjudicial para el resto de la población y para el desarrollo de la economía.

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Lo que empezó siendo un simple entretenimiento pedagógico, terminaría convirtiéndose en el mundialmente conocido como juego del Monopoly, un juego de mesa “inspirado” en el de Magie, pero que escondía una oscura historia de plagio.

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Elizabeth Magie nació en 1866 en el estado estadounidense de Illinois. Su padre, James Magie, era un editor de periódicos implicado con los movimientos abolicionistas. Elizabeth se dedicó a varias disciplinas artísticas en su juventud. Fue escenógrafa, poeta, escritora de relatos breves y actriz de teatro. Mientras, estudiaba ingeniería y se acercaba a las teorías económicas de Henry George, conocidas como “Georgismo”.


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Elizabeth ideó su primera versión del The Landlord’s game de la que solicitó su papente el 23 de marzo de 1903 para exponer sus conclusiones sobre las ideas económicas de Henry George, quien defendía que debía existir una propiedad común de la tierra.

Para Elizabeth, el monopolio de tierras era una lacra para la economía y la única manera de paliar la situación monopolística era crear un impuesto especial sobre la propiedad privada.

El juego recibió la patente unos meses después y pronto se extendió por muchas escuelas de económicas y tuvo tanto éxito que muchos alumnos creaban incluso sus propias versiones.

Casada en 1910 con Albert Phillips, Elizabeth patentó una versión revisada del juego en 1924.

Durante la Gran Depresión, un vendedor en paro llamado Charles Darrow decidió patentar en 1935 una versión del juego de Elizabeth al que bautizó con el nombre de Monopoly.

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Cuando el nuevo juego empezó a tener importantes ventas, la empresa juguetera norteamericana Parker Brothers ofreció a Darrow la producción y distribución del juego.



Mientras el Monopoly se iba extendiendo por el mundo, el juego original de Elizabeth Magie se perdía en el olvido, igual que su nombre como inventora.

También el espíritu pedagógico del juego fue desapareciendo con el tiempo.

Pues mientras su creadora pretendía dar una enseñanza sobre la economía más salvaje, el Monopoly terminó convirtiéndose en un juego en el que el ganador era quien más posesiones y dinero tenía.

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Elisabeth Eidenbenz, la enfermera que burló a la Gestapo
Salvó la vida a cientos de niños cuyas madres huían de Franco y Hitler

"Siempre digo sí". Así respondía Elisabeth Eidenbenz (1913, Wila, Suiza) cuando, a lo largo de su vida, se pedía su ayuda para socorrer a los más débiles. El gran público la conoce por ser el alma máter de la maternidad de Elna, su gran proyecto: un centro en el sur de Francia en el que nacieron los hijos de centenares de mujeres refugiadas de la Guerra Civil española y la persecución nazi.

Tras estudiar en Suiza la carrera de Magisterio, Elisabeth Eidenbenz dio clases en escuelas de adultos en Dinamarca. Allí, en una sociedad que aún se lamía las heridas de la I Guerra Mundial, conoció las nuevas corrientes del pensamiento pacifista. Pero pronto encontró un espacio más amplio para luchar por sus ideales: la Guerra Civil española. Con solo 20 años, la joven maestra aparca lápices y libretas, aprende los primeros auxilios sanitarios y se integra en el primer grupo de voluntarios del SCI (Servicio Civil Internacional) que, dentro de la zona republicana, socorren a los niños y a las mujeres embarazadas.

En la maternidad que creó nacieron cerca de 600 hijos de refugiadas

Solo al final de su vida obtuvo el reconocimiento oficial

En enero de 1939, inmersa en la marea humana que se refugia en Francia de las tropas franquistas, Eidenbenz es espectadora en primera línea de la desastrosa actuación del Gobierno francés, que, desbordado por la situación -hasta febrero, al Departamento de los Pirineos Orientales de Francia, que entonces tenía unos 230.000 habitantes, huyen más de 350.000 personas-, concentra a los refugiados en las playas de Argelers, San Cebriàn y Barcarés en penosas circunstancias: en los lugares de confinamiento, la mortalidad infantil roza el 95%.

La joven Eidenbenz se indigna ante ese escenario y busca una casa donde las prisioneras de los campos de concentración puedan dar a luz en buenas condiciones. En Elna, localidad cercana al centro de internamiento de Argelers, encuentra un castillo abandonado que ella misma repara con la ayuda de otros voluntarios. En diciembre de ese mismo año nace el primer niño de la maternidad, José Molina. Después llegarían casi 600 más, entre los nacidos de exiliadas españolas y refugiadas judías que huían de la persecución nazi. Solo Hitler pudo frenar la fuerza de Elisabeth Eidenbenz. En abril de 1944, la Gestapo cierra la maternidad de Elna. Pero el trabajo ya estaba hecho.

Su gesta, viva entre tantos republicanos e hijos de republicanos a los que libró de una muerte casi cierta, quedó en relativa oscuridad durante muchos años. Solo recientemente ha obtenido el debido reconocimiento público: en 2002, Israel la incluyó en los Justos entre las Naciones, distinción que honra a personas no judías que ayudaron al pueblo hebreo durante la persecución nazi; en 2006, el Gobierno español y la Generalitat de Cataluña le entregaron, respectivamente, la Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social y la Cruz de San Jordi, y en 2007 el Estado francés le otorgó su máxima distinción, la Legión de Honor.

El 23 de mayo, tras una vida dedicada a la solidaridad, Elisabeth Eidenbenz moría en Zúrich a los 97 años.

Elisabeth Eidenbenz.

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"Igual que se baila por amor a la danza, se investiga por amor a la ciencia."

May-Britt Moser

Desde hace once años, la Organización de Mujeres de la Confederación de STEs-i edita el calendario Tiempo de mujeres, mujeres en el tiempo, iniciativa que ofrece material de apoyo a los centros educativos para desarrollar actividades para educar en igualdad.

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El calendario Tiempo de mujeres, mujeres en el tiempo 2016 está dedicado a las Creadoras de Ciencia.

Cada mes se centra en un área de la ciencia y se presentan tres mujeres ‘creadoras de ciencia’ a través de su imagen, su nombre o una cita. Ellas son:

ENERO (pioneras): Hipatia de Alejandría, Hildegarda de Bingen y Trótula de Salerno

  • FEBRERO (biotecnólogas): Ada Lovelace, Ángela Molina y Carmen Vela

  • MARZO (oncólogas): María Blasco, Marina Alvar y Ana Lluch Hernández





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JULIO (físicas): Lise Meitner, María Teresa Barriuso Pérez y Montserrat Casas Ametller

  • AGOSTO (químicas): Marie Curie, Juana Bellanato Fontecha y Adela Muñoz

  • SEPTIEMBRE (médicas): Rita Levi, Elena de Céspedes y Oliva Sabuco

  • OCTUBRE (farmacéuticas): Gertrudis de la Fuente, María Elisa Álvarez Obaya e Isabel Torres Salas



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Cada día recuerda además una efeméride relacionada con alguna mujer (en su mayoría científicas), y en sus páginas finales el calendario propone diferentes actividades para el aula sobre las figuras femeninas citadas cada mes.

Se puede visualizar el calendario (issu) o descargarlo (pdf).
 


7 Mujeres Que Cambiaron Al Mundo -

1 - Harriet Beecher Stowe, autora y activista antiesclavitud
La autora estadounidense de la novela de 1852 La cabaña del tío Tom ayudó a popularizar el movimiento antiesclavitud.
La leyenda cuenta que Abraham Lincoln recibió a Beecher Stowe en la Casa Blanca diciendo: “Así que tú eres la pequeña mujer que escribió el libro que empezó esta gran guerra”, en referencia a la Guerra Civil.
Su novela sigue la vida del esclavo negro conocido como el tío Tom, y fue el segundo libro mejor vendido del siglo XIX después de la Biblia.


2- Ana Frank, escritora de un diario del Holocausto
“Lo que se ha hecho no puede deshacerse, pero uno puede prevenir que suceda otra vez”, escribió Ana Frank en su diario.
La sabiduría e ingenio de la estudiante judía de 13 años Ana Frank en su diario, escrito mientras se escondía en Ámsterdam durante la Segunda Guerra Mundial, es uno de los libros más leídos en el mundo, con más de 30 millones de copias vendidas.
Su historia durante la ocupación alemana es un poderoso registro que ha sido traducido a 67 idiomas y adaptado tanta a cine como a teatro, con su propia casa convertida en museo.
Frank murió en el campo de concentración Bergen-Belsen, unas semanas antes de que este fuera liberado.


3- Simone de Beauvoir, filósofa y escritora de El segundo s*x*
El libro de 1949 El segundo s*x*, de la filósofa existencialista francesa Simone de Beauvoir se ha convertido en una obra destacada de la labor feminista.
Analiza el tratamiento y percepción de las mujeres a través de la historia, y fue considerado tan controversial que el Vaticano lo puso en su lista de libros prohibidos.
“Toda opresión genera un estado de guerra, esta no es excepción”, dijo De Beauvoir, quien junto con su pareja Jean Paul Sartre fue una de las pensadoras más influyentes del siglo XX.

4 - Rosalind Franklin, científica que ayudó a entender el ADN
La investigación de Rosalind Franklin, química y cristalógrafa de rayos X, fue clave para revelar la estructura del ADN.
Sus fotografías de rayos X de la doble hélice fueron usadas por los científicos Francis Crick, James Watson y Maurice Wilkins, quienes recibieron el premio Nobel en Medicina en 1962 por su trabajo en el modelo del ADN.
Sin embargo, Franklin nunca ganó un premio Nobel, muriendo de cáncer de ovarios en 1958 a los 37 años.

5 - Billie Jean King, leyenda del tenis que ganó 39 títulos de Grand Slam
La estadounidense Billie Jean King fue una de las grandes competidoras que Wimbledon ha visto, llevándose a casa unos asombrosos 20 títulos.
Pero quizás es mejor conocida por un partido conocido como La batalla de los sexos en el que jugó contra Bobby Riggs en 1973.
Con 29 años y un par de anchos lentes, King derrotó a Riggs, de 55 años, frente a una audiencia mundial de 50 millones de televidentes. Más tarde, formó la Asociación Femenil de Tenis y ha realizado campañas para premios monetarios iguales para las jugadoras.

6- Wangari Maathai, fundó el movimiento Green Belt
'Cuando plantamos árboles, plantamos las semillas de la paz y la esperanza”, dijo la ambientalista ganadora del premio Nobel de la Paz 2004, Wangari Maathai.
La activista política keniana fundó el movimiento Green Belt en 1977 como parte de un esfuerzo por apoderar a las mujeres rurales que habían empezado a reportar que sus arroyos se estaban secando, su suministro de alimentos era menos seguro, y tenían que caminar más lejos que nunca antes para conseguir leña.
Desde entonces el movimiento se ha dispersado por el mundo, con campañas sobre el cambio climático y haciendo equipo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

7 - Emmeline Pankhurst, lideró el movimiento por el derecho de las mujeres a votar
La sufragista británica Emmeline Pankhurst fundó la Unión Social y Política de Mujeres (WSPU, por sus siglas en inglés), un grupo conocido por sus formas extremas de protesta como encadenarse a sí mismas a vías del tren y realizar huelgas de hambre.
“Estamos aquí, no porque seamos infractoras de la ley, estamos aquí en nuestros esfuerzos para convertirnos en creadoras de leyes”, declaró durante un juicio en 1908.
Tristemente, Pankhurst no vivió para ver su sueño convertido en realidad. Murió tres semanas antes de que fuera aprobada una ley que otorgaba derechos de voto a la mujer iguales a los de los hombres.
 
La historia es de ellas
Victoria, la reina que ordenó que las mujeres parieran sin dolor

Los médicos y los religiosos defendieron el dolor en el parto -por la maldición bíblica-, pero sólo hasta que la soberana se quedó embarazada por octava vez, a los 33 años.


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A finales de la década de 1840, una noticia increíble cruzó el Atlántico a velocidad de vértigo: en Estados Unidos se habían realizado operaciones sin dolor, algo totalmente inimaginable en un momento en el que cualquier mínima intervención suponía unos sufrimientos horrorosos en el paciente. El causante de este prodigio no era otro que el éter, conocido también como "gas de la risa", que hasta entonces apenas había tenido otra aplicación que su uso en las barracas de feria.

Sin embargo, en Europa hubo quien tuvo dudas de si efectivamente el éter era lo más seguro.
Uno de ellos fue el médico de Edimburgo James Young Simpson, quien se encontraba especialmente obsesionado por aliviar el tremendo dolor que acompañaba a las mujeres al dar a luz, y que hacía de muchos partos espectáculos terribles.
Simpson no acababa de estar convencido con el éter, y probó en él y en su familia distintas sustancias hasta que llegó a la conclusión de que el cloroformo, en dosis adecuadas, era lo mejor.

" El estamento médico se revolvió contra Simpson, y todas las instituciones oficiales declararon que aquella idea era una aberración, y que el dolor era algo innato en el parto que no debía ser eliminado "

Pero el estamento médico se revolvió contra Simpson, y todas las instituciones oficiales declararon que aquella idea era una aberración, y que el dolor era algo innato en el parto que no debía ser eliminado, porque tal cosa sería antinatural.

Un rechazo al que se sumaron las autoridades religiosas, que no dejaban de citar el Génesis y el castigo divino hacia la mujer de "parirás a tus hijos con dolor".

Al parecer, Simpson replicaba a ello, con poco éxito, que también según el Génesis Dios habría dormido a Adán antes de extraerle una costilla.

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La oposición sin fundamento al cloroformo llevó a que durante años las mujeres continuaran dando a luz entre gritos.

Eso no impidió que algunos médicos, incluido el respetado John Snow, que había logrado atajar el cólera en Londres, supieran de los descubrimientos de Simpson y se alinearan con él. Hasta que llegó la reina y todo cambió.

La anestesia de la reina

Victoria se enfrentaba a su octavo embarazo, y todo hacía presagiar que el parto sería tan difícil como los anteriores: la reina sufría enormemente al dar a luz, y el hecho de que tuviera ya 33 años, una edad avanzada por entonces para volver a ser madre, no ayudaba a mejorar los augurios.

Tanto ella como su marido, el príncipe Alberto, tuvieron noticias de los prodigios que se comentaban por lo bajo del cloroformo, y Alberto llamó a Snow para hacerle un exhaustivo examen sobre todos los detalles de la nueva técnica.

El hecho provocó la inmediata reacción en contra de todo el cuerpo médico de palacio, pero la decisión del matrimonio real fue inmutable y, cuando llegó el momento, Snow fue llamado a anestesiar a la reina el 7 de abril de 1853.

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Según los testimonios de la época, Snow sufrió un profundo shock cuando vio a su soberana en "un estado idéntico al de la más sencilla de las mujeres".

El parto fue asistido por tres médicos, todos hombres, entre ellos el galeno de cámara, James Clark, que contemplaba aquello como si fuera un ritual demoníaco.

La técnica de Snow consistía en aplicar con un pañuelo un número limitado de gotas a la parturienta cada vez que se produjeran las contracciones, lo justo para evitar la narcotización total.

Snow, famoso por su misantropía y su carácter huraño, parecía especialmente lívido y tenso pero, después de 53 agónicos minutos, la reina dio a luz sin complicaciones a su octavo hijo, el príncipe Leopoldo.

Una maldición divina menos

La noticia corrió como la pólvora.

Repentinamente, desaparecieron los prejuicios contra el cloroformo, y la anestesia en los partos se puso de moda.
El propio Snow fue ennoblecido con el título de "sir" (lo que no había logrado el que hubiese salvado a miles de vidas al controlar el recurrente cólera londinense), y ya a ninguna autoridad religiosa se le ocurrió volver a esgrimir el Génesis, ni a ningún médico hablar de que parir con dolor fuese lo natural.

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La reina Victoria aún daría a luz en 1857 a su novena y última hija, la princesa Beatriz, también con la asistencia como anestesista de Snow, quien fallecería un año después.
La casualidad hizo que justo estos dos hijos, cuyo alumbramiento había sido asistido por la anestesia, nacieran hemofílicos, una dolencia que se transmite de forma genética y en la que no tiene nada que ver el cloroformo.

El total secretismo que en aquel momento acompañaba cualquier detalle íntimo sobre la familia real salvó a la naciente anestesia en el parto de lo que hubiera supuesto que erróneamente se hubieran vinculado ambos hechos.

Gracias al ejemplo de la reina Victoria, a partir de ese momento el mundo contó con una maldición divina menos.


 
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