Muere la modelo española Celia Fuentes

Yo cada día me estoy dando más cuenta de cómo engañan las apariencias. Gente de mi entorno que presume de tener una vida idea especialmente en lo que refiere a la pareja y que después resulta que son más desgraciados que yo, que tengo una vida con altos y bajos y no me avergüenza decirlo.

Efectivamente. En las redes TODOS mostramos nuestra mejor cara, nadie pone una foto suya de recien levantao con las legañas, el pijama viejo y la mesita de noche atiborrada de mierdas. Incluso las cosas malas que sube la gente se suben con filtro, de determinada manera, con un propósito, no es "cinema verité". Y bueno, para la gente para la cual aparentar es su modus vivendi y que hasta llegan a crearse una vida paralela, las rrss son jauja. Anda que no he visto yo fotos de viajazos y copas en sitios exclusivos de peña que no me cuadra por donde trabajan y lo que cobran...
 
Efectivamente. En las redes TODOS mostramos nuestra mejor cara, nadie pone una foto suya de recien levantao con las legañas, el pijama viejo y la mesita de noche atiborrada de mierdas. Incluso las cosas malas que sube la gente se suben con filtro, de determinada manera, con un propósito, no es "cinema verité". Y bueno, para la gente para la cual aparentar es su modus vivendi y que hasta llegan a crearse una vida paralela, las rrss son jauja. Anda que no he visto yo fotos de viajazos y copas en sitios exclusivos de peña que no me cuadra por donde trabajan y lo que cobran...

Uy, gente que se cree sus propias mentiras hay mucha, yo he conocido a un par. En realidad pienso que lo hacen como mecanismo de evasión: posturean con la que vida que les gustaría tener. En mi grupo de amistades había una chica que contaba unas cosas que ni en las mejores películas románticas: que si el desayuno en la cama, que si cenas con velas, que si besos todo el día, que si post-its por toda la casa, que si pétalos de rosa en el suelo... bueno, algo tremendo. La realidad, cuando la descubrimos, era para echarse a correr y no parar.
 
Esa vida superficial de postureo y likes no creo que produzca mucha felicidad..más bien todo lo contrario.
En nuestras casas todos somos pequeños y frágiles, y por eso hay que cultivar más el interior, vivir de forma sencilla y no estar tan pendiente del postureo.
Pobre chica....DEP
 
No se si hay abierto un hilo con este tema, si es asi perdonad, he estado buscando pero no lo he encontrado.
Habeis visto lo de esta blogger??? Es una chica que se dio a conocer por aquel patetico programa de tv que presentaba Sara Carbonero que se titulaba " quiero ser" donde colaboraban Dulceida, madame de rosa y otro tipo que no se quien es, competian por ser la mejor blogger y la verdad es que era bochornoso y en concreto esta chica era para darle de comer a parte, recuerdo que la tia luego salio denunciando su paso por el programa diciendo que la obligaban a poner a parir a sus compañeras y que ella no era así... la lio parda porque su coach Madame de Rosa la llevo a una fruteria ecologica y queria que se pusiera en el pelo una mascarilla de aguacate y la tia monto en colera diciendo que ella se gastaba un dineral que te cagas en productos para su pelo y que se negaba a echarse potingues, no se si la echaron o se fue ella... pues el otro día me entere que la chica se ha suicidado, por lo que he estado leyendo ya no la llamaban para eventos y hacia poco que lo habia dejado con su pareja... me parece horripilante que una chica tan joven se haya podido sentar tan mal como para hacer una cosa así... no quiero pensar que la presión de las redes sociales hayan provocado esto, como madre que soy me da terror el pensar que un dia mis hijas puedan pasar por esto...
 
Ese programa q presentaba Carbonero era una mierda.
Vivir de lo q publicitas en las redes sociales solo se lo pueden permitir unas pocas.
El postureo y las imagenes de vida perfecta indican el nivel de infantilismo de nuestra sociedad.
Para mi no era una bloguera o it girl tan conocida.
Se tenia q haber reconvertido en lugar de deprimirse.
 
Yo cada día me estoy dando más cuenta de cómo engañan las apariencias. Gente de mi entorno que presume de tener una vida idea especialmente en lo que refiere a la pareja y que después resulta que son más desgraciados que yo, que tengo una vida con altos y bajos y no me avergüenza decirlo.


Me encanta y me encanta,digo lo mismo,tengo días geniales y otros q son una mierda,y tampoco me importa decirlo,aún así soy feliz la mayor parte del tiempo.
Tengo una conocida en Facebook que relata todos los dias cosas q le pasan y fotos,que sopor y q peñazo.Me pregunto si su vida acaso le aburre y necesita reafirmarse.
Que pena esta chica,la depresión está haciendo mucha mella en la gente joven.
 
El Mundo Orbyt.

POR JAVIER NEGRE Y LUIS F. DURÁN

24/09/2017

EL CÓCTEL MORTAL QUE AHORCÓ A LA ‘INFLUENCER’ CELIA FUENTES
Cobraba a las marcas 500 euros por cada foto que colgaba, se hizo televisiva con Sara Carbonero y célebre en Argentina por contar su ‘affaire’ con un político. Pero su vida de color de rosa era pura fachada. Su padre, general retirado, la halló muerta

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Marzo de 2017. Once de la noche en el reservado del restaurante Tampú de Madrid. Sobre la mesa redonda hay dispuestos platos de delicioso ceviche, anticuchos peruanos y copas cargadas de pisco sour. Están presentes la modelo e instagrammer española Celia Fuentes, el político del Frente Renovador argentino Facundo Moyano, su asistente y su pareja. La joven no se despega de su iPhone y no prueba bocado. Está a régimen a pesar de su delgadez. Busca las curvas perfectas que, según ella, le reclaman la marcas. De repente, se excusa y se levanta del comedor para acudir al cuarto de baño. Tarda media hora en volver. Se había estado remaquillando. Tiene que retratarse para sus 275.000 seguidores ante un manjar que ni siquiera ha degustado. Está pendiente de la hora ideal para conseguir más likes. Está obsesionada con ello. Escenifica una vida de color de rosa y de amistades perfectas cuando en el fondo está vacía. Sola. Se dedica a retransmitir su vida a través de Instagram para lograr más followers, más me gustas y así conseguir subir su caché: 500 euros por cada foto que le encarga una firma.

La última fue en París y le llevó, junto a su fotógrafo,14 horas de preparación. «Es que tiene que pasar el visto bueno de los responsables de la marca que son muy muy exigentes», comenta en la mesa.

Celia recuerda a la protagonista del capítulo de Black Mirror que recrea un mundo donde todo depende de tu número de likes. Ella ni siquiera había visto ese episodio con final trágico. Tan trágico como el suyo.

El pasado martes la joven influencer aparecía ahorcada, según fuentes de la Guardia Civil, en su casa de Majadahonda (Madrid), víctima de los mismos problemas del personaje de la ficción, de la presión a la que ella se sometía para brillar en el mercado de instagrammers y de intensos desengaños amorosos.

Al parecer fue su padre, general del Ejército ya retirado, quien se la encontró colgada de la escalera con una sábana, a las nueve y media de la noche. Era la tercera vez que lo intentaba. Según comentó el progenitor a los agentes de la Benemérita, todo se debía a un problema sentimental. No dejó nota alguna y horas antes había subido una foto en Instagram en ropa interior de la firma Calvin Klein. «A quién le gusta dormir la siesta más que a mí», le decía a sus seguidoras (la mayoría menores de edad), que jamás se habrían imaginado semejante final para Celia. Porque ellas pensaban que su referente llevaba una vida idílica. De cuento de hadas. Con alfombras rojas, eventos del papel cuché y bellos modelos Pero, como le dijo Celia en uno de sus últimos whatsappsa una de sus pocas amigas, era «todo fachada» y se sentía «sola».

Celia llevaba su infierno por dentro y sólo exteriorizó su debilidad en un vídeo que había colgado hace dos semanas en Instagram. En él aparecía en un parking tras salir del festival de música Dcode con el maquillaje comido por sus lágrimas y contando que su vida no era tan bonita como hacía creer y que estaba obligada por su trabajo a idealizar su existencia. En el evento había estado acompañada de su fotógrafo buscando la pose perfecta. La forma de beber la cerveza más sugerente. Afirmaba que estaba disfrutando en compañía de sus amigas, pero la realidad es que estaba en las más estricta soledad y ajena a la muchedumbre que seguía con pasión la actuación de los distintos grupos. Ella tenía que aparentar que se lo estaba pasando genial, hacer un papel. Simular una vida plena y, por ello, decidió que su vídeo llorando sólo permaneciese en la red social unas horas. Celia sabía que las marcas sólo quieren a instagrammers que vendan felicidad y que lleven a miles de jóvenes a comprar sus productos. Huyen de los perfiles tristes. En su última etapa antes de morir, Celia había redoblado sus esfuerzos por llamar la atención de las firmas de moda. Hasta el punto de que hace unos días llegó a simular un photocall con flashes para evidenciar en la red social que era una persona demandada.

–¿Pero cuál es el calvario que vivía Celia Fuentes en silencio para optar por poner fin a su vida a los 27 años de edad?—le preguntamos a su entorno.

–Celia era una chica que sufría depresiones y que no se trataba. Era muy buena persona, pero cuando se le cruzaba el cable era incontrolable. Era muy inestable. Tomaba pastillas para dormir y se le juntó un desengaño amoroso, el estrés de su trabajo, con su decisión de airear en Argentina un romance con un político argentino muy conocido— dice una amiga con la que compartió sus últimos whatsapps. En esos mensajes, ésta le criticaba por haber vendido a la prensa argentina su affaire con Facundo Moyano, prometedor político e hijo de un líder sindical argentino. La joven le había conocido en la discoteca Kapital días antes de aquella cena en el restaurante peruano Tampú. Salieron un par de noches juntos en Madrid, pero él no quiso comenzar una relación sentimental con ella porque tenía una pareja en Argentina.

Celia, al enterarse, decidió interrumpir el flirteo y guardar silencio. Hasta ver cómo Moyano se convertía este verano en una celebridad por su noviazgo con la top model y presentadora argentina, Nicole Neumann. Al ver que varias jóvenes estaban saliendo en los programas del corazón de Argentina tildando a Moyano de mujeriego, Celia vio la oportunidad de vender por dinero sus fotografías con él y hasta sus whatsapps a un conocido medio del país latinoamericano. Vio al político como la mejor oportunidad de entrar en el prime time argentino, crecer en número de seguidores y colarse en algún reality show al otro lado del charco. Las puertas de las televisiones españolas las tenía cerradas desde su intervención el año pasado en el programa sobre influencers de Mediaset Quiero Ser, presentado por Sara Carbonero. Celia había cargado contra la productora por guionizar el programa y la empresa amenazó con demandarla. Así que Argentina era su oportunidad de oro, porque en España ninguna productora se iba a arriesgar a contar con ella.

Celia comenzó a intervenir por Skype en algunos programas de Argentina pidiéndoles 800 euros por cada aparición. Incluso tenía cerrada una entrevista en directo para la semana que viene... Cada vez que disparaba contra Moyano, al que no veía ni hablaba desde hacía varios meses, las audiencias de los espacios se disparaban. Era carne de cañón, un producto televisivo muy rentable para un país que se inyecta en vena los asuntos del corazón. Incluso en un nivel superior al español. Sus amigas le recriminaban que con Facundo había traspasado todos los límites, pero ella seguía en su órdago. Buscaba dinero y la fama que tanto ansiaba. Y la consiguió. Pero seguía sin ser feliz. Se sentía sola y Alejandro Lillo, el modelo barcelonés del que se enamoró, llevaba semanas sin hacerle caso. El mánager de este chico desmiente a Crónicacualquier relación sentimental con ella, pero las amigas de Celia le sitúan como el chico que le rompió su inestable corazón. De hecho, Celia llegó a llevar en su perfil de Whatsapp la foto en la que posaba con él con la Torre Eiffel de fondo en su perfil. Quería evidenciar a sus contactos que estaba saliendo con ese apuesto modelo. Que era feliz junto a él. Pero eran solo amigos. Era todo una fantasía. Como su vida de instagrammer.

m
 
Que vida más triste,como no se va a deprimir con ese panorama,lo peor es que es una tendencia al alza,aparentar y aparentar.Vivir experiencias no por el placer de vivirlas sino para que otros vean que las estoy viviendo y subir muchas fotos,porque si no se suben o nadie las ve no ha valido la pena vivir la experiencia,es como no haberla vivido,tristísimo todo.
 
Qué lamentable.
Cuantas terminamos una relación, o aquél que queríamos ni bola y no fuimos a terminar con nuestra vida.
Los parametros de tolerancia o nunca los tuvo o los tenía en cero o se medían conforme a los likes.
A las jóvenes, salgan de esa vida!
A las madres y padres quieran y protejan a sus hijas y defiéndalas de este enemigo que son las redes!
 
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