No me da pena Merino ni ella.Pues al pobre Merino le deben ir muy bien los negocios para mantener tres casas de lujo.
Y encima,con trasiego constante,hasta que los hijos se independicen.
Eso es lujo hoy y hambre para mañana para Mar.Sin vivienda propia ,como no vaya ahorrando algo lo tiene crudo.Sacal tiene hijos, herederos.Y Mar va cumpliendo años. Siempre le quedarán los cinco hijos para ayudarla, espero.