Lo que me gusta un frenopatico flamenco. Anecdotas de las vidas de cantantes folclóricas.

Que no se pierda esta imagen de la gran Lola.
Menudos fiestones tenía que montarVer el archivo adjunto 1799813


Dejar que Millán te restriegue la cebolleta...mae mía.
El Pescaílla también tuvo que aguantar con esta lo que no está escrito. ¿Os acordáis del pollo que se montó cuando se supo de su historia con el amente ese por décadas llamado el Junco?.
 
Detalles de la historia de Lola con el Junco, según este artículo que es muy interesante, el Pescaílla le ponía los tochos a la Faraona y ella celosa, empezó con el Junco, lo sabía todo el mundo, pero la respetaron lo suficiente para no contarlo:



 
Dejar que Millán te restriegue la cebolleta...mae mía.
El Pescaílla también tuvo que aguantar con esta lo que no está escrito. ¿Os acordáis del pollo que se montó cuando se supo de su historia con el amente ese por décadas llamado el Junco?.
Creo que tenían una relación abierta.

El “Junco” de Lola Flores desaparece en “Hormigas blancas”​

Curiosamente, la recordada cantante y actriz no ocultaba a los suyos sus afectos hacia Antonio, prácticamente tenía “normalizada” esa íntima relación. Lo que no sabemos es como se la tomaba su marido, Antonio González, “El pescailla”, porque parecía ser el único que no estaba al tanto del controvertido asunto. O se hacia el tonto o su mujer le negaba las evidencias. O, como se rumoreaba, las infidelidades venían por las dos partes.

Pero en un plató de Antena 3, exactamente en el de “¿Donde estás corazón?”, Junco contó que “yo trabajaba con Lola como bailarín. Ella se enteró de que una mujer visitaba mucho el camerino de su marido, le entraron los celos, y me dijo que se le había caído la venda de los ojos... La relación que ella y yo tuvimos comenzó años después de que me contratara”.

Una de las mejores amigas de la matriarca, Carmen Sevilla, reconoció que “yo conocía esa relación”. En un principio la había negado, pero al desvelarse en Telecinco toda la trama infiel, rectificó.

 
Creo que tenían una relación abierta.

El “Junco” de Lola Flores desaparece en “Hormigas blancas”​

Curiosamente, la recordada cantante y actriz no ocultaba a los suyos sus afectos hacia Antonio, prácticamente tenía “normalizada” esa íntima relación. Lo que no sabemos es como se la tomaba su marido, Antonio González, “El pescailla”, porque parecía ser el único que no estaba al tanto del controvertido asunto. O se hacia el tonto o su mujer le negaba las evidencias. O, como se rumoreaba, las infidelidades venían por las dos partes.

Pero en un plató de Antena 3, exactamente en el de “¿Donde estás corazón?”, Junco contó que “yo trabajaba con Lola como bailarín. Ella se enteró de que una mujer visitaba mucho el camerino de su marido, le entraron los celos, y me dijo que se le había caído la venda de los ojos... La relación que ella y yo tuvimos comenzó años después de que me contratara”.

Una de las mejores amigas de la matriarca, Carmen Sevilla, reconoció que “yo conocía esa relación”. En un principio la había negado, pero al desvelarse en Telecinco toda la trama infiel, rectificó.




Sí, era como un secreto a voces y lo sabía todo el mundo. Carmen Sevilla lo sabía también, negó que lo supiera pero lo hizo por respeto a la familia. Otra que estaba al tanto y hasta salió contando algo al respecto de cómo lo sabía todo quisque pero que la respetaban y no decían nada, fue Emma Penella. La recuerdo perfectamente hablando de esto en un programa.

Claro que lo sabía el Pescaílla, si se quiso ir de la casa pero los Flores hicieron un pacto, y era el de vivir juntos bajo el mismo techo, algo que fue lo que digamos, obligaron a hacer los hijos de Lola, que vivirían en la casa como matrimonio.
 
La relación de Lola y Antonio fue "rara" desde el principio.
Antonio ya tenía una familia,que dejó para casarse con Lola,que ya estaba embarazada de Lolita


Muy accidentado todo. Ella se había cepillado a un montón de tíos, pero quería ser madre, y apareció el Pescaílla que estaba casado por el rito gitano ya y con una hija. El padre de él a ella no la podía ni ver por la fama que tenía, poco antes de empezar con Antonio había estado con un futbolista que no se si fue el Coque del Atleti o el del Barça, que estuvo con los dos, la fama de Lola era ya legendaria.

Luego esa boda con movida en El Escorial y con una panda de gitanos amenazándola, ella embarazada...dicen que fue Carmen Polo la que le dijo que a ver qué pasaba que se tendría que casar algún día porque dando a entender "ya iba siendo hora" o más bien, que se sabía que estaba embarazada y eso "no puede seguir así" así que se casaron a toda hostia y de madrugada.
 
Sí, era como un secreto a voces y lo sabía todo el mundo. Carmen Sevilla lo sabía también, negó que lo supiera pero lo hizo por respeto a la familia. Otra que estaba al tanto y hasta salió contando algo al respecto de cómo lo sabía todo quisque pero que la respetaban y no decían nada, fue Emma Penella. La recuerdo perfectamente hablando de esto en un programa.

Claro que lo sabía el Pescaílla, si se quiso ir de la casa pero los Flores hicieron un pacto, y era el de vivir juntos bajo el mismo techo, algo que fue lo que digamos, obligaron a hacer los hijos de Lola, que vivirían en la casa como matrimonio.
Siempre me llamó más la atención esta boda.

LA ARRIESGADA BODA SECRETA DE LOLA FLORES Y EL PESCAÍLLA

Cuando se piensa en una boda de la familia Flores, e incluso cuando se piensa en la boda por excelencia de un famoso en España, es la boda de Lolita la que viene a la mente de casi todo el mundo. La iglesia marbellí copada por una multitud, los novios al borde del síncope, el Cordobés con su sonrisa invencible, Lola Flores increpando a la gente con el “Si me queréis, irse, si me queréis, marcharse”… El enlace de Lolita y Guillermo Furiase lo tiene todo para estar grabado a fuego en el imaginario sentimental común de ya varias generaciones. Pero antes de esa tórrida tarde de agosto, hubo otra ceremonia también accidentada que funcionó como hito fundacional del clan, la de Lola Flores y Antonio González 'El Pescadilla' el 27 de octubre del 57. Para llegar a ella, hubo que superar romances paralelos, embarazos inconvenientes y hasta amenazas de muerte.


Tan cerca estaba aquel enlace de acabar en la portada de El Caso que los novios tuvieron que casarse a las seis de la mañana en El Escorial, medio de tapadillo para que no se enterasen más que los implicados directos: el padrino, el productor de cine Cesáreo González, la madrina, Paquita Rico, y los apenas 22 invitados: las familias directas de los contrayentes, sus representantes, abogados y algún nombre conocido en la farándula como el de Perito Chicote, Carmen Sevilla o Vicente Parra. El motivo de tanto secretismo era que la feliz pareja, que esperaba un hijo, estaba amenazada de muerte por todo un clan gitano: los Amaya. Sobre el papel, Antonio El Pescaílla era soltero, pero tenía ya una niña de tres años, Antoñita, con Dolores Amaya, sobrina de la bailaora Carmen Amaya, lo que según la ley gitana le obligaba a hacerse cargo de ambas. Dolores y la niña vivían con la familia de Antonio en Barcelona, y él se ocupaba de la manutención a la vez que hacía su vida de artista en casi total libertad. Con tanta libertad que hasta había tenido otro hijo, Antonio, con una bailaora llamada Carmen Santos, que además actuaba en la compañía de Lola Flores. Y esta Carmen, para cerrar el círculo, había sido además el único amor de Manolo, el hermano de Lola Flores que murió con solo 16 años. Como resumía la propia Lola, “su vida estaba muy complicada”.

 
Hay que reconocerle que no hablaba mal de nadie, ni siquiera lo hizo saliendo de su boca pudiendo hacerlo de la Pantoja que se sabía la lidiaba y dejaba caer su descarado.

Hasta el día de la boda de Lolita no se la oye decir insulto ninguno.

Yo es que no de qué me gusta más del follón más inmenso pero a la vez entrañable. Si Lola con el "si me queréis, irse" o el look de Carmen Sevilla que es maravilloso sin perder la compostura e inalterable, o el Cordobés descojonándose de la risa en un momento así, con la policía o militares ahí intentando contener eso, yo es que no puedo eso es España en estado puro:


Joer es que aquello fue la leche. La novia congestionada la pobre con eso al cuello que se podía haber matado ella misma, el cordobés... no recordaba el descojone que lleva y la Lola tiene un rebote importante.
Y los nacionales madre, menos mal que les cambiaron el uniforme.
 
Joer es que aquello fue la leche. La novia congestionada la pobre con eso al cuello que se podía haber matado ella misma, el cordobés... no recordaba el descojone que lleva y la Lola tiene un rebote importante.
Y los nacionales madre, menos mal que les cambiaron el uniforme.


Cuando los nacionales eran maderos...esa boda es de lo mejor que se ha visto en España. Ningún detalle de pierde, no tiene desperdicio, mi favorito el Cordobés descojonándose de todo, es que es brutal con Lola ahí explotando y él jajajajaja.
 
Última edición:
Bitches, ella ya estuvo antes que cualquiera.

¿Qué no ha hecho esta mujer? Cinco años antes de morir.


 
Siempre me llamó más la atención esta boda.

LA ARRIESGADA BODA SECRETA DE LOLA FLORES Y EL PESCAÍLLA

Cuando se piensa en una boda de la familia Flores, e incluso cuando se piensa en la boda por excelencia de un famoso en España, es la boda de Lolita la que viene a la mente de casi todo el mundo. La iglesia marbellí copada por una multitud, los novios al borde del síncope, el Cordobés con su sonrisa invencible, Lola Flores increpando a la gente con el “Si me queréis, irse, si me queréis, marcharse”… El enlace de Lolita y Guillermo Furiase lo tiene todo para estar grabado a fuego en el imaginario sentimental común de ya varias generaciones. Pero antes de esa tórrida tarde de agosto, hubo otra ceremonia también accidentada que funcionó como hito fundacional del clan, la de Lola Flores y Antonio González 'El Pescadilla' el 27 de octubre del 57. Para llegar a ella, hubo que superar romances paralelos, embarazos inconvenientes y hasta amenazas de muerte.


Tan cerca estaba aquel enlace de acabar en la portada de El Caso que los novios tuvieron que casarse a las seis de la mañana en El Escorial, medio de tapadillo para que no se enterasen más que los implicados directos: el padrino, el productor de cine Cesáreo González, la madrina, Paquita Rico, y los apenas 22 invitados: las familias directas de los contrayentes, sus representantes, abogados y algún nombre conocido en la farándula como el de Perito Chicote, Carmen Sevilla o Vicente Parra. El motivo de tanto secretismo era que la feliz pareja, que esperaba un hijo, estaba amenazada de muerte por todo un clan gitano: los Amaya. Sobre el papel, Antonio El Pescaílla era soltero, pero tenía ya una niña de tres años, Antoñita, con Dolores Amaya, sobrina de la bailaora Carmen Amaya, lo que según la ley gitana le obligaba a hacerse cargo de ambas. Dolores y la niña vivían con la familia de Antonio en Barcelona, y él se ocupaba de la manutención a la vez que hacía su vida de artista en casi total libertad. Con tanta libertad que hasta había tenido otro hijo, Antonio, con una bailaora llamada Carmen Santos, que además actuaba en la compañía de Lola Flores. Y esta Carmen, para cerrar el círculo, había sido además el único amor de Manolo, el hermano de Lola Flores que murió con solo 16 años. Como resumía la propia Lola, “su vida estaba muy complicada”.



No sabía que Antonio tuvo también otro hijo con otra mujer, también llamado Antonio...entonces tenemos que la hija que tuvo con Dolores Amaya era Antonio, el otro hijo Antonio y el que tuvo con Lola era también Antonio.
 

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