Es el comentario más maduro y certero que he leído hasta ahora. Tu frase "La gente se sincera para limpiarse su conciencia, no para que el otro se sienta mejor" es muy buena, y guarda relación, a mí parecer, con algunos comentarios que he leído por aquí: cuéntaselo y a apechugar, cómo si tuviera que expiar sus pecados y encima hacerle daño a la otra persona, por 4 besos y un tonteo sumamente infantil. Normalmente juzgamos a los demás muy duramente en estos casos, más si cabe si es una mujer la que lo hace. No creo que sea para tanto, no ya ocurrido prácticamente nada entre ellos dos, y si ha sentido atracción no significa que no esté enamorada de su novio o pareja, ese argumento es muy infantil, los sentimientos humanos son más complejos. Lo verdaderamente importante es que deje de juzgarse por como la ve su jefa después de todo esto, y por supuesto deberíamos de dejar de juzgarla a ella por algo tan nimio. Y por supuesto, si los demás se enteran de algo que has hecho y por lo que pueden mirar mal da miedo y angustia, a todos nos pasa, porque quedamos expuestos, y eso es chungo.
Mi consejo es, no te fustigues, piensa con claridad, no te sinceres para aliviar tu conciencia, no hagas daño sin necesidad, no lo repitas y sé feliz.
Quiero suponer que, las que opináis así, aceptaríais que vuestra pareja os pusiera los cuernos y se lo callara. Que os parecería estupendo tener más cuernos que un toro y vivir engañad@s. Sin derecho a decidir si el que tienes al lado, y sus actos, los quieres en tu vida o no.
Si no es así, no entiendo vuestro punto de vista.
Yo suelo regirme por la sencilla (y difícil) regla de "NO HAGAS LO QUE NO TE GUSTARÍA QUE TE HICIERAN A TI".
Y como a mi me gustaría tener la libertad de decidir si quiero seguir con mi pareja tras unos cuernos. Como me gustaría tener la opción de saber que el "acuerdo/contrato" de monogamia que tengo con mi pareja se ha incumplido por su parte, y en mi mano está decidir si quiero seguir compartiendo mi valioso tiempo con él. Pues lo tengo bastante claro.
Yo estoy en un "contrato" en el que obtengo muchos beneficios y tengo algunas condiciones. Una de ellas es ser fiel. Si yo no cumplo las condiciones pero quiero seguir recibiendo los beneficios a costa de engañar a mi pareja, pues en mi pueblo eso tiene un nombre. Tener mucho morro y muy poca empatía.