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Tengo un familiar en la hostelería, la de veces que nos ha contado que han desinfectado la barra con la Gordons. Y ahora la gente me va de experta en gin tonics.
Estuve con un gilipollas que era de estos de las modas, la tabarra del gin fue esperpéntica, el payaso de bebía eso y decoraba la copa que parecía un árbol de Navidad. Se iba de fin de semana con sus especias en la maleta para el gin, no le echo de menos desde luego. Pues un día que ya le mirábamos mal, empieza a defender su nueva moda con que "es digestivo", mira, tú lo que tienes es un botellazo en toda la cara.
Mi veredicto: modernos del gin decorado en ensalada, hombre blandengue confirmado.
La ginebra ha sido de siempre la bebida de hombres hombres muy hombres de esos que eran jóvenes cuando Franco salía a saludar al balcón del palacio de Oriente. Si algo se asocia a la ginebra es a una testosterona íbera tardofranquista by Paco. Hombres que han hecho la mili en sitios como el Cerro Muriano, hombres curtidos de la vida, puteros reconocidos y reincidentes, aficionados a las "whiskerías", camioneros con tatuajes de los de antes, tu vecino Paco que trabajaba en la obra y cavaba una zanja él solo antes de almorzar, Pepe el guardia civil que estuvo en el País Vasco en los tiempos del plomo y bebé para olvidar, o de policías nacionales que entraron en el cuerpo cuando llevaban el uniforme de los maderos y bebían estando de servicio antes de ir a hacer la redada al club de alterne.
Y me salen ahora los milenials estos o modernos o tontos a las tres convirtiendo la bebida de los machotes en una soberana mariconada.
Curioso, va por nacionalidades, porque para mi “yo” de muchos años en tierras Brit y la imaginería patria el gin & tonic es bebida de chicas. Y la ginebra “a secas” es de ama de casa o currita de clase baja, ambas amargadas y con su botella de ginebra barata escondida en un armario de la cocina o en un cajón de la mesa del trabajo.
Además, y esto me da hasta un poco de repelús, con perdón, hay tías que se piden el gin&tonic con la comida. Vamos, pizzería, tú te pides tu cañita y ellas g&t. Restaurante mejor, tú un vino para acompañar el plato principal, ellas un g&t. Tengo varias amigas indígenas que lo hacen. Es algo que todavía no he podido superar.
La madre de Isabel II, que murió centenaria y todas las tardes se tomaba su gintonic. Seguramente la hija hace lo mismo...