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francachela
Guest
Estoy leyendo en lavanguardia que no han comentado nada de la entrevista de Paca en otros programas de Telahinco por una cláusula que obligó a incluir en el contrato.
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06mayo
Mi experiencia como entrevistado
- by franciscoriveraordonez
- 6 mayo, 2016
- 2 Comentarios
En mi vida he sido entrevistado muchas muchas veces por muy distintos periodistas y no periodistas, con diferentes formas de entrevistar y enfocar la entrevista y todas y cada una de ellas, a su forma, intentan descubrir al personaje, en este caso al Francisco Rivera de verdad, al que llevas dentro para enseñarlo a todo el que se quiera sentar delante del televisor para conocer mejor al personaje, al profesional, al hombre…
Una buena entrevista sería entrevistar a los entrevistadores sobre sus entrevistados a ver qué han sacado ellos de esa conversación íntima para miles de personas.
Hay una frase buenísima del gran Fernando Fernán Gómez, cuando le llamaron para pedirle una entrevista su contestación fue genial.
- ¿Yo ser entrevistado? No, no, no, tener usted y yo, a quien no conozco de nada, una conversación íntima para un tercero que tampoco conozco de nada… ¡Qué locura! ¡Por supuesto que no!
¡Grande D. Fernando!
Bueno, quiero aclarar que yo entiendo como entrevista a una conversación consentida por ambas partes en un lugar acordado. No al acoso y derribo de los micrófonos que te persiguen por la calle, eso suena más a ataque en mercado persa.
En una entrevista, para que funcione, deben suceder (para mi entender) varias cosas ya que le estás pidiendo a una persona que abra su corazón y vierta opiniones sobre temas íntimos o incandescentes en la actualidad sea la que sea.
El entrevistado debe sentirse cómodo, a gusto y para eso es muy importante que se sienta escuchado por quien tiene delante, que no sea una sucesión de preguntas una detrás de otra sin atender a lo que allí esta pasando.
En mi caso capto perfectamente por donde quiere ir quien me entrevista, qué es lo que le interesa, dónde quiere llegar sin importarle lo que yo quiera contar o incluso cuente, porque él o ella tiene su objetivo y no escucha. Cuando esto pasa, en ese mismo momento se ha terminado la entrevista aunque dure tres horas porque nadie puede conseguir que digas lo que no quieres decir por muchas veces que pregunte.
Pero cuando el que entrevista escucha y además está dispuesto a hacer concesiones y contestar la verdad sobre las posibles preguntas que le hace el entrevistado, es cuando pueden suceder momentos grandes. Lo malo es cuando dice sin decir “el que pregunta soy yo”…como si fuera un policía. Así no se va a ninguna parte.
Por supuesto que el entrevistador debe ir perfectamente informado sobre el personaje que va a entrevistar y debe tener su guión que le ayude a guiar la conversación, pero debe estar abierto a cualquier giro imprevisto y no solo debe aceptar los cambios de dirección, sino que también debe adaptarse y continuar en la nueva línea que se plantee, aunque con habilidad reconduzca la entrevista y consiga esa declaración exclusiva o lo más importante, que a lo largo de esa conversación el telespectador consiga conocer un poco más a la persona.
Vamos a ver, cuando te entrevistan, todos tenemos algo que queremos contar y te deben dejar que lo cuentes. Si no la entrevista se convierte en interrogatorio y eso no le gusta a nadie.
También hay entrevistadores que les gusta escucharse, hasta el punto que hablan más ellos que al que entrevistan, por lo cual el entrevistado termina por callarse y escuchar. Esto pasa muchas más veces de lo que os imagináis.
O el que te pregunta contestando para demostrar que él sabe más que nadie, esto pasa mucho con los periodistas deportivos o taurinos, ellos no preguntan, afirman, por ejemplo – El toro era mejor por el lado derecho, ¿verdad? o – A la defensa le ha faltado velocidad , ¿no cree?… Esto queridos, es fatal.
Cierto que el entrevistador debe averiguar cómo hacer para que el otro hable, a veces solo escuchar como he dicho antes, otras dependiendo del personaje y del tema que se trate debe retar a que diga lo que realmente quiere decir, pero no se atreve. Pero nunca obligarlo ya que la respuesta sería que me encierro y se acabó.
¿Y qué pasa cuando uno de los dos miente y el otro se da cuenta?
Si el que miente es el entrevistado, el entrevistador debe con inteligencia y tacto sacar a relucir la verdad, nunca de una forma agresiva. En este caso las formas son muy importantes.
Como decía mi bisabuelo Domingo Dominguín: “A mí no me importa que me llamen hijo de put*, lo que me molesta es el tonito…”. ¡Oleeeee!
Pero si el que miente es el entrevistador, se termina la conexión y aquello va a ir sin remedio cuesta abajo.
La verdad es que si cuando te entrevistan no estás dispuesto a abrirte con sinceridad, es mejor que no concedas la entrevista porque aquello no va a tener ningún contenido, no va a servir para nada. Eso sí, una entrevista tampoco es una confesión, tampoco hay que contarlo todo, si no va a saber todo el mundo lo mismo que tú y eso no puede ser.
Os voy a comentar algunas de las entrevistas que me han hecho que más me han gustado. De las que no me han gustado, que se que os interesaría incluso más que las otras, lo siento pero nooooo. Aquí se habla de cosas buenas.
El Loco de la Colina, mi buen amigo y maestro Jesús Quintero, ya que juntos presentamos un programa de gran éxito sobre el flamenco en Canal Sur: El Sol, La Sal, El Son. Aquí hice mis pinitos como presentador, ni que decir tiene lo que disfruté y lo mucho que aprendí de unos de los más grande entrevistadores, creó su personalísima forma de hacer una entrevistas, con unos silencios solemnes en su momento oportuno que le daban una personalidad muy especial, y con ese punto de humor que muchas veces hace falta. El Loco tiene todas las cualidades para sacar lo mejor de ti y que todo lo que se diga cale en el espectador. Hoy en día somos grandes amigos. Echo de menos a Los Ratones Coloraos.
Otra entrevista que recuerdo con especial cariño fue la que me hizo Pedro Ruiz en La noche abierta, un hombre con un don de preguntar y con mucho que callar. Recuerdo que conectamos desde el principio tanto que nos tenemos un gran cariño. Fue en un momento difícil de mi vida y sacó mucho y bueno de mí.
Joaquín Petit en su programa Las 1001 noches también lo tengo guardada en el cajón de los que me han hecho sentirme muy a gusto y eso que esta no empezó con buen pie porque empezamos con más de dos horas de retraso. Pero sus formas, su delicadeza, su manera de escuchar borro todo lo anterior y disfrutamos de una gran charla.
Un programa que a mi se me hizo muy especial fue 60 minutes de la CBS. Este programa que dura eso, 60 minutos, le da 15 minutos a cada historia y en una de ellas fui yo el protagonista. El despliegue fue brutal, vinieron ocho personas durante casi un mes y estuvieron conmigo durante la temporada, viajando, entrenando, fue una experiencia preciosa. La entrevista la hacía el gran periodista y corresponsal de guerra Bob Simon, un hombre que me mereció mucho la pena conocer.
Con Samanta Villar no solo estuve muy a gusto en su programa 360 grados, además me lo pasé muy bien con ella. Su profesionalidad indiscutible pero sobre todo ella es muy divertida, simpática a rabiar. La verdad que lo pasamos muy bien. Le tengo un cariño muy especial. Pasamos juntos casi una semana, se me pasó muy rápido. Además me demostró que se puede confiar en ella.
Una de las entrevistas en la que más responsabilidad he sentido fue en la que me hizo Risto Mejide en su Chester. Su reputación le precedía y sabía que iba a ir a saco desde el minuto uno, sabía que iba a tocar temas muy delicados y no tenía claro que lo hiciera con delicadeza. Pero lo que allí surgió fue respeto mutuo, nos aceptamos con nuestras virtudes y defectos hasta el punto que allí mismo creció un amistad que a día de hoy sigue por muy buen camino. Aunque no estemos de acuerdo en todo… A los amigos con sus virtudes y sus defectos.
Bueno, y la entrevista con Bertín Osborne fue mas bien el pasar un día con un amiguete,alguien que sin ser amigos le tienes un cariño especial, está claro que Bertín y yo compartimos mucho, podemos ser muy parecidos en muchas cosas. Fue un gran día.
No sé cómo calificar al tipo de entrevista que hacen en Sálvame, y mira que he sido el protagonista de horas y horas de este programa. Y no debo hacerlo porque nunca me he sentado en ese sillón, aunque no seré yo el que diga de este agua nunca beberé.
En las entrevistas debes abrirte, sincerarte y dejar algo de ti, si no, mejor no vayas.