Fran Rivera y Lourdes Montes. Boda religiosa, hijos y otros temas.

La paca es trending topic por la fotito

YmnACu.jpg
 
25enero
¡Qué rabia!
En el día a día nos pasan pequeñas cosas que dan una rabia que no veas… Son pequeños detalles que, por un momento, te dan esa pequeña rabia irritante y, por unos minutos, te sacan de tus casillas. Son tonterías si lo piensas detenidamente, la verdad, pero durante esos minutos… uffff ¡Qué rabia más grande!



Pues bien, hoy os voy a hablar de algunas de ellas:

Por ejemplo, una de las cosas que más rabia dan es cuando te estás comiendo un pastel buenísimo de chocolate, después de llevar toda la semana a régimen pensando en esa bomba de chocolate, cada día luchando por no caer en la tentación, cada vez que te acuerdas de ese pastel se te hace la boca agua, contando los días que quedan para darte un pequeño capricho después de haber conseguido bajar esos tres kilos…

Y llega el día, te vas a la pastelería, lo miras, él te mira a ti, la atracción es total y te lo compras. El primer bocado sabe a gloria, estás saboreando cada mordisco y entonces queda el último trocito que va entero a la boca, el último gustazo y de pronto, se te cae al suelo… ¡¡¡Nooooooo!!! Te entra lo más grande, lo recoges del suelo rápidamente por si puedes salvar algo, pero nada, otras veces simplemente te quedas mirándolo con ganas de llorar, pero llorar de rabia.



Otro motivo de rabia es, por ejemplo, cuando has quedado con los amigos para ir a comer a un restaurante que tiene una especialidad que a ti te encanta y te apetece ir a ese restaurante sólo para comer ese plato. Llegas con toda la ilusión, no pides la carta porque ya sabes lo que quieres comer, lo pides, y entonces te cae la respuesta como un yunque que te saca la peor rabia del mundo –Lo siento, no nos queda. O peor todavía –Ya no lo tenemos en la carta… ¡Pero por Dios! ¿Cómo pueden hacer una cosa así? ¡Qué horror! Y qué rabia más mala.



También da una rabia tremenda cuando vas de viaje con un montón de maletas, o simplemente vas cansado, vas por el aeropuerto o por la estación de tren, ves la cinta transportadora de lejos, te anima verla y pensar que te va a dar ese pequeño empujón que te va a venir al pelo, y de pronto, ¡zasss! la cinta transportadora del demonio no funciona... Ese suspiro que te sale lleno de rabia con el siguiente comentario – Estos chismes están más tiempo rotos que funcionando. Y sigues caminando, pero ahora con el peso de esa rabia añadido al que ya traías con las maletas, los metros hasta tu destino se te hacen eternos.



Y que rabia más grande cuando quieres ir al cine, miras la cartelera y encuentras la película que te hace muchísima ilusión ir a ver, pero por diversos motivos tienes que aplazar dos días el ir al cine. Así que dos días después, con todas tus ganas acumuladas, te vas al cine a ver esa película, y qué rabia que dos días, sólo dos días después ya no está en cartelera… ¿No os ha pasado? Pues que no os pase porque da una rabia tremenda.

Anda que cuando vas a una tienda, ves una prenda que te gusta, por ejemplo un jersey de un color que te encanta pero, como la cosa no está para gastar, te vas a tu casa con ese jersey en la cabeza. Al pasar unos días te buscas cualquier excusa para darte un premio y decides ir a buscar el jersey, llegas a la tienda, incluso ya sabes cuándo lo vas a estrenar, preguntas por tu talla y te dan en toda la cara con el… -Hay de todas las tallas menos de la suya… ¡Qué rabia!



O por ejemplo tienes una cena o una fiesta, durante el día has estado pensando qué ponerte y ya lo tienes decidido. Aquí pueden pasar dos cosas que dan mucha rabia: una, que la camisa que querías ponerte esté sucia. Y la otra, que es muchísimo peor, que antes de salir de casa, por un mal giro del destino, te ensucias la camisa y te tienes que cambiar el conjunto entero…jajaja. Esto, además de rabia, da una pereza del demonio.

Y si eso le pasa a una mujer, entonces es un desastre de proporciones bíblicas, y se formula la pregunta más difícil de contestar para un hombre – ¿Este traje qué te parece? A lo que el hombre contestará por enésima vez - ¡Me gusta! Con la consiguiente respuesta en un tono nada amigable – No pones ningún interés, dices que te gusta para que nos vayamos ya… Vamos, que aparte da la rabia que da, no te escapas de la bronca porque, os pongáis lo que os pongáis no vais a ir contentas, ¡además de llegar una hora tarde claro!



Bueno, estas son pequeñas cosas que dan esa rabia tan mala pero que, gracias a Dios, son momentáneas y, ¡que sea lo peor que nos pase! Ahora me encantaría que me hicierais comentarios sobre qué cosas os dan este tipo de pequeña rabia, que cuando lo piensas bien te hacen reír… ¡Pero qué rabia dan!
 
supongo que la autoridad competente para tomar alguna medida es el defensor del menor
No creo, Servicios Sociales de Sevilla, sería la adecuada. Espero que le denuncien. No se puede hacer esas cosas impunemente. El niño no es un objeto tuyo para hacer el gilipollas. Es una persona con derechos y necesita protección
 
25enero
¡Qué rabia!
En el día a día nos pasan pequeñas cosas que dan una rabia que no veas… Son pequeños detalles que, por un momento, te dan esa pequeña rabia irritante y, por unos minutos, te sacan de tus casillas. Son tonterías si lo piensas detenidamente, la verdad, pero durante esos minutos… uffff ¡Qué rabia más grande!



Pues bien, hoy os voy a hablar de algunas de ellas:

Por ejemplo, una de las cosas que más rabia dan es cuando te estás comiendo un pastel buenísimo de chocolate, después de llevar toda la semana a régimen pensando en esa bomba de chocolate, cada día luchando por no caer en la tentación, cada vez que te acuerdas de ese pastel se te hace la boca agua, contando los días que quedan para darte un pequeño capricho después de haber conseguido bajar esos tres kilos…

Y llega el día, te vas a la pastelería, lo miras, él te mira a ti, la atracción es total y te lo compras. El primer bocado sabe a gloria, estás saboreando cada mordisco y entonces queda el último trocito que va entero a la boca, el último gustazo y de pronto, se te cae al suelo… ¡¡¡Nooooooo!!! Te entra lo más grande, lo recoges del suelo rápidamente por si puedes salvar algo, pero nada, otras veces simplemente te quedas mirándolo con ganas de llorar, pero llorar de rabia.



Otro motivo de rabia es, por ejemplo, cuando has quedado con los amigos para ir a comer a un restaurante que tiene una especialidad que a ti te encanta y te apetece ir a ese restaurante sólo para comer ese plato. Llegas con toda la ilusión, no pides la carta porque ya sabes lo que quieres comer, lo pides, y entonces te cae la respuesta como un yunque que te saca la peor rabia del mundo –Lo siento, no nos queda. O peor todavía –Ya no lo tenemos en la carta… ¡Pero por Dios! ¿Cómo pueden hacer una cosa así? ¡Qué horror! Y qué rabia más mala.



También da una rabia tremenda cuando vas de viaje con un montón de maletas, o simplemente vas cansado, vas por el aeropuerto o por la estación de tren, ves la cinta transportadora de lejos, te anima verla y pensar que te va a dar ese pequeño empujón que te va a venir al pelo, y de pronto, ¡zasss! la cinta transportadora del demonio no funciona... Ese suspiro que te sale lleno de rabia con el siguiente comentario – Estos chismes están más tiempo rotos que funcionando. Y sigues caminando, pero ahora con el peso de esa rabia añadido al que ya traías con las maletas, los metros hasta tu destino se te hacen eternos.



Y que rabia más grande cuando quieres ir al cine, miras la cartelera y encuentras la película que te hace muchísima ilusión ir a ver, pero por diversos motivos tienes que aplazar dos días el ir al cine. Así que dos días después, con todas tus ganas acumuladas, te vas al cine a ver esa película, y qué rabia que dos días, sólo dos días después ya no está en cartelera… ¿No os ha pasado? Pues que no os pase porque da una rabia tremenda.

Anda que cuando vas a una tienda, ves una prenda que te gusta, por ejemplo un jersey de un color que te encanta pero, como la cosa no está para gastar, te vas a tu casa con ese jersey en la cabeza. Al pasar unos días te buscas cualquier excusa para darte un premio y decides ir a buscar el jersey, llegas a la tienda, incluso ya sabes cuándo lo vas a estrenar, preguntas por tu talla y te dan en toda la cara con el… -Hay de todas las tallas menos de la suya… ¡Qué rabia!



O por ejemplo tienes una cena o una fiesta, durante el día has estado pensando qué ponerte y ya lo tienes decidido. Aquí pueden pasar dos cosas que dan mucha rabia: una, que la camisa que querías ponerte esté sucia. Y la otra, que es muchísimo peor, que antes de salir de casa, por un mal giro del destino, te ensucias la camisa y te tienes que cambiar el conjunto entero…jajaja. Esto, además de rabia, da una pereza del demonio.

Y si eso le pasa a una mujer, entonces es un desastre de proporciones bíblicas, y se formula la pregunta más difícil de contestar para un hombre – ¿Este traje qué te parece? A lo que el hombre contestará por enésima vez - ¡Me gusta! Con la consiguiente respuesta en un tono nada amigable – No pones ningún interés, dices que te gusta para que nos vayamos ya… Vamos, que aparte da la rabia que da, no te escapas de la bronca porque, os pongáis lo que os pongáis no vais a ir contentas, ¡además de llegar una hora tarde claro!



Bueno, estas son pequeñas cosas que dan esa rabia tan mala pero que, gracias a Dios, son momentáneas y, ¡que sea lo peor que nos pase! Ahora me encantaría que me hicierais comentarios sobre qué cosas os dan este tipo de pequeña rabia, que cuando lo piensas bien te hacen reír… ¡Pero qué rabia dan!
Hoy está rabioso. Curiosamente solo cuando le fallan sus caprichos.

Le falta uno: "Cuando ve a una mujer que le gusta, se le acerca, la tienta, la embelesa, la seduce y cuando ya piensa que la tiene en el bote,... recibe calabazas. ¡Qué rabia! ¡Y ole, ole, ole!"
 
25enero
¡Qué rabia!
En el día a día nos pasan pequeñas cosas que dan una rabia que no veas… Son pequeños detalles que, por un momento, te dan esa pequeña rabia irritante y, por unos minutos, te sacan de tus casillas. Son tonterías si lo piensas detenidamente, la verdad, pero durante esos minutos… uffff ¡Qué rabia más grande!



Pues bien, hoy os voy a hablar de algunas de ellas:

Por ejemplo, una de las cosas que más rabia dan es cuando te estás comiendo un pastel buenísimo de chocolate, después de llevar toda la semana a régimen pensando en esa bomba de chocolate, cada día luchando por no caer en la tentación, cada vez que te acuerdas de ese pastel se te hace la boca agua, contando los días que quedan para darte un pequeño capricho después de haber conseguido bajar esos tres kilos…

Y llega el día, te vas a la pastelería, lo miras, él te mira a ti, la atracción es total y te lo compras. El primer bocado sabe a gloria, estás saboreando cada mordisco y entonces queda el último trocito que va entero a la boca, el último gustazo y de pronto, se te cae al suelo… ¡¡¡Nooooooo!!! Te entra lo más grande, lo recoges del suelo rápidamente por si puedes salvar algo, pero nada, otras veces simplemente te quedas mirándolo con ganas de llorar, pero llorar de rabia.



Otro motivo de rabia es, por ejemplo, cuando has quedado con los amigos para ir a comer a un restaurante que tiene una especialidad que a ti te encanta y te apetece ir a ese restaurante sólo para comer ese plato. Llegas con toda la ilusión, no pides la carta porque ya sabes lo que quieres comer, lo pides, y entonces te cae la respuesta como un yunque que te saca la peor rabia del mundo –Lo siento, no nos queda. O peor todavía –Ya no lo tenemos en la carta… ¡Pero por Dios! ¿Cómo pueden hacer una cosa así? ¡Qué horror! Y qué rabia más mala.



También da una rabia tremenda cuando vas de viaje con un montón de maletas, o simplemente vas cansado, vas por el aeropuerto o por la estación de tren, ves la cinta transportadora de lejos, te anima verla y pensar que te va a dar ese pequeño empujón que te va a venir al pelo, y de pronto, ¡zasss! la cinta transportadora del demonio no funciona... Ese suspiro que te sale lleno de rabia con el siguiente comentario – Estos chismes están más tiempo rotos que funcionando. Y sigues caminando, pero ahora con el peso de esa rabia añadido al que ya traías con las maletas, los metros hasta tu destino se te hacen eternos.



Y que rabia más grande cuando quieres ir al cine, miras la cartelera y encuentras la película que te hace muchísima ilusión ir a ver, pero por diversos motivos tienes que aplazar dos días el ir al cine. Así que dos días después, con todas tus ganas acumuladas, te vas al cine a ver esa película, y qué rabia que dos días, sólo dos días después ya no está en cartelera… ¿No os ha pasado? Pues que no os pase porque da una rabia tremenda.

Anda que cuando vas a una tienda, ves una prenda que te gusta, por ejemplo un jersey de un color que te encanta pero, como la cosa no está para gastar, te vas a tu casa con ese jersey en la cabeza. Al pasar unos días te buscas cualquier excusa para darte un premio y decides ir a buscar el jersey, llegas a la tienda, incluso ya sabes cuándo lo vas a estrenar, preguntas por tu talla y te dan en toda la cara con el… -Hay de todas las tallas menos de la suya… ¡Qué rabia!



O por ejemplo tienes una cena o una fiesta, durante el día has estado pensando qué ponerte y ya lo tienes decidido. Aquí pueden pasar dos cosas que dan mucha rabia: una, que la camisa que querías ponerte esté sucia. Y la otra, que es muchísimo peor, que antes de salir de casa, por un mal giro del destino, te ensucias la camisa y te tienes que cambiar el conjunto entero…jajaja. Esto, además de rabia, da una pereza del demonio.

Y si eso le pasa a una mujer, entonces es un desastre de proporciones bíblicas, y se formula la pregunta más difícil de contestar para un hombre – ¿Este traje qué te parece? A lo que el hombre contestará por enésima vez - ¡Me gusta! Con la consiguiente respuesta en un tono nada amigable – No pones ningún interés, dices que te gusta para que nos vayamos ya… Vamos, que aparte da la rabia que da, no te escapas de la bronca porque, os pongáis lo que os pongáis no vais a ir contentas, ¡además de llegar una hora tarde claro!



Bueno, estas son pequeñas cosas que dan esa rabia tan mala pero que, gracias a Dios, son momentáneas y, ¡que sea lo peor que nos pase! Ahora me encantaría que me hicierais comentarios sobre qué cosas os dan este tipo de pequeña rabia, que cuando lo piensas bien te hacen reír… ¡Pero qué rabia dan!

Chicas, estaba leyendo esto sin haberme dado cuenta de quién lo escribía (he pensado que era un blog de alguien que criticaba al "maestro") y a mitad de texto me ha venido la imagen de que lo estaba escribiendo un crío o una blogera de moda. He tenido que volver a mirar el comienzo del post para ver quién era y toma ya! misterio resuelto.

Creo que este blog no lo escribe él, si no que lo hace algún pobre becario que le pregunta "qué te da rabia?" y le dice cuatro frases. Luego el pobre plumilla lo redacta utilizando un tono de un niño de 6 años, frases simples y cortas, para hacer creer que es el.

Qué triste!
 
Back