Felipe y Letizia: 13 años de casados, 13 desencuentros

Ay tantos momentos que nos han regalado este matrimonio tan bien avenido!
Como olvidar el amoroso "apretón" de mano que le dio Felipe a Letizia en un partido de fútbol.
El momento histórico del desfile de la hispanidad que apareció en pantalón, olvidando el protocolo y su mejor cara.
O cuando fue a recibir al papa Benedicto, de blanco y con una cara de poca satisfacción de su vida.
En una cena de gala, creo que fue en Dinamarca, que se negó a entrar con otra persona y no saludo a la princesa Mary.
Si le escarbamos mas momentos letizieros mas sale a la luz su carente educación, su mal carácter y sobretodo su mala salud mental.
 
Felipe y Letizia: 13 años de casados, 13 desencuentros

4. La orden de Letizia en su debut en sociedad
Fue su primer desplante al entonces príncipe de Asturias, la que para algunos fue una metedura de pata imperdonable, la primera, la que sentó el precedente de una mujer con carácter, tanto como para interrumpir al futuro rey de España. El famoso "Déjame terminar" de Letizia a su prometido aquel 6 de noviembre de 2003 fue producto de los nervios y el afán comunicativo de la asturiana, pero algunos nunca le perdonaron esas ínfulas.


[Más información: Letizia hace la 'Pascua' maquillándose delante del presidente del Gobierno]

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Por mi post anterior, a quien lo haya leido, queda bien claro que el comportamiento de esta mujer no entra en mis predilecciones precisamente. Porque me he llevado con ella una decepción, un chasco.
En su momento, Leticia me pareció una chica corriente con unos bonitos ojos, sin más, a la que se alababa desde los medios por el impacto que supuso entre ciertas gentes su compromiso. Pero en el transcurso del tiempo vi, como tantos, que aquello no era lo normal.
Se habló mucho del famoso "déjame terminar", esa frase que la periodista atribuye a una "mujer con carácter". Valiente estupidez.
Cierto que rios de tinta condenaron la especie de sacrilegio que se cometía contra la persona de Felipe, que por ser el titular del Principado de Asturias, no era de recibo semejante frase dirigida a su excelsitud. El servilismo parece no tener medida, se hace tan rastrero que no repara en que en este caso son dos personas y una de ellas interrumpe a la otra. En ningún momento la califiqué a ella negativamente. El interrumpìó y ella, con suavidad y hasta dulzura, le dijo el famoso "déjame terminar". Véase video.
Vino el rechazo a la frase, por lo visto el niño malcriado, mimado, consentido, tenía derecho a interrumpir. (Me pregunto ¿hasta donde llegarán la sumisión y la bajeza )
Pues bien, pasado todo este tiempo y con un criterio decepcionado con respecto al comportamiento de esta mujer, sigo pensando lo mismo, y es que en ningún momento cometió ella una incorrección. Me gusta mi idea por cuanto creo estoy, con ella, en el camino de la objetividad.
Porque lo que vino después, aspavientos, protagonismos varios, mascar chicles en audiencias, con una vestimenta propia de unos determinados fines, chulería en intervenciones públicas, (Teresa Berganza), etc., fue como para desanimar pero, y aquí me apunto este tanto con la benevolencia que espero, la objetividad es el punto de mira .
Si los foreros que me han leido han llegado hasta aquí mil gracias, sé que la calificación al tema no es del sentir general pero, como se dice en algunos lugares, yo no me apeo del burro.
 
Por mi post anterior, a quien lo haya leido, queda bien claro que el comportamiento de esta mujer no entra en mis predilecciones precisamente. Porque me he llevado con ella una decepción, un chasco.
En su momento, Leticia me pareció una chica corriente con unos bonitos ojos, sin más, a la que se alababa desde los medios por el impacto que supuso entre ciertas gentes su compromiso. Pero en el transcurso del tiempo vi, como tantos, que aquello no era lo normal.
Se habló mucho del famoso "déjame terminar", esa frase que la periodista atribuye a una "mujer con carácter". Valiente estupidez.
Cierto que rios de tinta condenaron la especie de sacrilegio que se cometía contra la persona de Felipe, que por ser el titular del Principado de Asturias, no era de recibo semejante frase dirigida a su excelsitud. El servilismo parece no tener medida, se hace tan rastrero que no repara en que en este caso son dos personas y una de ellas interrumpe a la otra. En ningún momento la califiqué a ella negativamente. El interrumpìó y ella, con suavidad y hasta dulzura, le dijo el famoso "déjame terminar". Véase video.
Vino el rechazo a la frase, por lo visto el niño malcriado, mimado, consentido, tenía derecho a interrumpir. (Me pregunto ¿hasta donde llegarán la sumisión y la bajeza )
Pues bien, pasado todo este tiempo y con un criterio decepcionado con respecto al comportamiento de esta mujer, sigo pensando lo mismo, y es que en ningún momento cometió ella una incorrección. Me gusta mi idea por cuanto creo estoy, con ella, en el camino de la objetividad.
Porque lo que vino después, aspavientos, protagonismos varios, mascar chicles en audiencias, con una vestimenta propia de unos determinados fines, chulería en intervenciones públicas, (Teresa Berganza), etc., fue como para desanimar pero, y aquí me apunto este tanto con la benevolencia que espero, la objetividad es el punto de mira .
Si los foreros que me han leido han llegado hasta aquí mil gracias, sé que la calificación al tema no es del sentir general pero, como se dice en algunos lugares, yo no me apeo del burro.

La culpa de todo la tiene el malcriado e inútil de Felipe VI, que con nulo criterio, nula responsabilidad y carente de todo sentido común, metió a CR a una persona tan incompetente, sin educación, cultura y saber estar. Y tras 13 años juntos, las cosas han ido a peor.
Esta monarquía ya no es sostenible, nadie les tiene respeto. Hoy incluso JC y Sofía me parecieron esperpénticos, son una caricatura de lo que fueron, son todos tan grotescos y horrendos.
Saludos Lita.
 
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