Felipe VI visita a Arabia Saudí. Según la prensa Letizia se niega a ir.

Ha concluido su viaje y he leído que todavía no se ha firmado el contrato de la construcción de las corbetas y del resto no se comenta nada??
Los árabes son muy acogedores, no hay que confundir cortesía con negocios.
 
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¿Quien es el hombre occidental que saluda? Taaaaan mal vestido.:eek:
Así como se juzga a las ministras y empresarias por su vestir, también opino sobre este hombre.
 
Viuda del Rey Fahd de Arabia Saudita lo describe como un excéntrico adicto a la metadona
Feb 1, 2016 6:30 am
Publicado en: Actualidad, Internacionales


Janan Harb – CORDON PRESS

Janan Harb retrata al monarca como un excéntrico adicto al juego y a la metadona

Por Ana Mellado | ABC (España)

En la extensa corte de Arabia Saudí junto al poder, la opulencia y el exotismo conviven fascinantes secretos que más de uno desearía que nunca vieran la luz. La monarquía absoluta con la interpretación más intransigente del Islam siempre se ha afanado en tapar sus excesos y sus luchas fratricidas por la sucesión a golpe de petrodólar. Pero ahora las memorias de la viuda exiliada del Rey Fahd bin Abdulaziz al Saud amenazan con zarandear los cimientos de palacio. A sus 69 años, esta palestina aficanda en el exclusivo Chelsea londinense ha abierto la caja de los truenos.

La autobiografía inédita de Janan Harb será llevada a la gran pantalla bajo el título de «The Weaknesses of King Fahd». La cinta, que verá la luz a finales de febrero, retrata al monarca fallecido en 2005 como un ser caprichoso, adicto al juego y a la metadona. En una escabrosa secuencia se puede ver al monarca apostando grandes sumas de dinero a la ruleta en el Casino Clermont de Mayfair en Londres. En otra, directamente se droga con una jeringuilla. Un auténtico escándalo para un país que pena abiertamente los juegos de azar y el consumo de drogas. «Reconozco que si Fahd estuviera vivo no le haría mucha gracia esta película. Nadie en el mundo sabe cómo viven los Al Saud en el interior de sus palacios», comenta socarrona Harb.

Además de las debilidades de Fahd, también hay un jugoso espacio para su hermano, el actual monarca, Salman bin Abdulaziz al Saud, que ascendió al Trono hace justo un año. «No es una buena persona. Yo le llamaba el carnicero de Riad por la forma en la que ejecutaba a la gente», cuenta Harb.

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Harb y su entonces marido el príncipe Fahd– ABC
La historia de amor entre Fahd y Harb se fraguó cuando ella era una inocente veinteañera
que, huyendo de la Cisjordania ocupada por Israel, buscaba fortuna en Beirut. Él tenía 45 años y era el favorito de su hermano, el Rey Faisal bin Abdulaziz al Saud, para sucederle en el Trono. Nada más verla quedó prendado de ella y no pararía hasta conseguirla. La agasajó con diamantes y la invitó a un almuerzo en casa de su tío. «Aparecieron diez cocineros con platos humeantes de cordero. Parecía My Fair Lady. Sólo había visto ese nivel de abundancia en las películas».

Harb se convirtió al Islam antes de casarse en una ceremonia discreta con el monarca en marzo de 1968. El cuento de hadas no tardó mucho en desmoronarse. La recluyeron entre las cuatro paredes de una mansión de Riad y le prohibieron tener hijos. Como se refleja en la película, Harb se quedó embarazada hasta en tres ocasiones, pero su marido la obligó a abortar. No quería tener «a unos pequeños Arafat correteando por el palacio», en referencia al fallecido líder palestino Yasser Arafat.

En 1970 comenzó a urdirse un plan para alejarla definitivamente de la Familia Real saudí. El actual Rey Salman quería deshacerse de ella a toda costa.«Pensaron que yo era una amenaza para Fahd, ya que se estaba preparando para convertirse en Rey. No podían aceptar la existencia de una esposa cristiana palestina. Pero creo que Fahd hizo un trato para dejar que me fuera viva», remarca Harb, quien en 1971 fue deportada al Reino Unido.

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El Rey Fahd ocupó el trono entre 1982 y 2005– ABC
Con el tiempo, la mujer repudiada rehizo su vida y comenzó a olvidar la pesadilla en la que se tornó su historia de amor. Lo que nunca olvidaría es la promesa que le hizo su marido de cuidar de ella el resto de su vida, al menos en términos económicos.

El 20 de junio de 2003, cuando el Rey ya se encontraba gravemente enfermo, Harb se citó con el Príncipe Abdul Aziz, hijo de otra de las esposas de su marido, en el londinense hotel Dorchester. Durante ese encuentro, el Príncipe acordó pagarle 12 millones de libras (16,8 millones de euros) y cederle dos pisos situados en el exclusivo barrio de Chelsea –valorados cada uno en unos 5 millones de libras (7 millones de euros)– a fin de honrar la promesa hecha por su padre de proporcionar a Harb soporte financiero de por vida.

La familia negó siempre ese encuentro y se resistían a concederle a la viuda exiliado lo que ella reclamaba como suyo. Tras un ardua batalla legal, hace dos meses el Tribunal Superior de Londres falló a favor de Harb obligando a la Familia Real saudí a pagarle lo que el príncipe Abdul Aziz le prometió.

La venganza es un plato que siempre se sirve frío. La de Janan Harb se ha hecho esperar casi 50 años.

http://www.lapatilla.com/site/2016/...ribe-como-un-excentrico-adicto-a-la-metadona/
 
Viuda del Rey Fahd de Arabia Saudita lo describe como un excéntrico adicto a la metadona
Feb 1, 2016 6:30 am
Publicado en: Actualidad, Internacionales


Janan Harb – CORDON PRESS

Janan Harb retrata al monarca como un excéntrico adicto al juego y a la metadona

Por Ana Mellado | ABC (España)

En la extensa corte de Arabia Saudí junto al poder, la opulencia y el exotismo conviven fascinantes secretos que más de uno desearía que nunca vieran la luz. La monarquía absoluta con la interpretación más intransigente del Islam siempre se ha afanado en tapar sus excesos y sus luchas fratricidas por la sucesión a golpe de petrodólar. Pero ahora las memorias de la viuda exiliada del Rey Fahd bin Abdulaziz al Saud amenazan con zarandear los cimientos de palacio. A sus 69 años, esta palestina aficanda en el exclusivo Chelsea londinense ha abierto la caja de los truenos.

La autobiografía inédita de Janan Harb será llevada a la gran pantalla bajo el título de «The Weaknesses of King Fahd». La cinta, que verá la luz a finales de febrero, retrata al monarca fallecido en 2005 como un ser caprichoso, adicto al juego y a la metadona. En una escabrosa secuencia se puede ver al monarca apostando grandes sumas de dinero a la ruleta en el Casino Clermont de Mayfair en Londres. En otra, directamente se droga con una jeringuilla. Un auténtico escándalo para un país que pena abiertamente los juegos de azar y el consumo de drogas. «Reconozco que si Fahd estuviera vivo no le haría mucha gracia esta película. Nadie en el mundo sabe cómo viven los Al Saud en el interior de sus palacios», comenta socarrona Harb.

Además de las debilidades de Fahd, también hay un jugoso espacio para su hermano, el actual monarca, Salman bin Abdulaziz al Saud, que ascendió al Trono hace justo un año. «No es una buena persona. Yo le llamaba el carnicero de Riad por la forma en la que ejecutaba a la gente», cuenta Harb.

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Harb y su entonces marido el príncipe Fahd– ABC
La historia de amor entre Fahd y Harb se fraguó cuando ella era una inocente veinteañera
que, huyendo de la Cisjordania ocupada por Israel, buscaba fortuna en Beirut. Él tenía 45 años y era el favorito de su hermano, el Rey Faisal bin Abdulaziz al Saud, para sucederle en el Trono. Nada más verla quedó prendado de ella y no pararía hasta conseguirla. La agasajó con diamantes y la invitó a un almuerzo en casa de su tío. «Aparecieron diez cocineros con platos humeantes de cordero. Parecía My Fair Lady. Sólo había visto ese nivel de abundancia en las películas».

Harb se convirtió al Islam antes de casarse en una ceremonia discreta con el monarca en marzo de 1968. El cuento de hadas no tardó mucho en desmoronarse. La recluyeron entre las cuatro paredes de una mansión de Riad y le prohibieron tener hijos. Como se refleja en la película, Harb se quedó embarazada hasta en tres ocasiones, pero su marido la obligó a abortar. No quería tener «a unos pequeños Arafat correteando por el palacio», en referencia al fallecido líder palestino Yasser Arafat.

En 1970 comenzó a urdirse un plan para alejarla definitivamente de la Familia Real saudí. El actual Rey Salman quería deshacerse de ella a toda costa.«Pensaron que yo era una amenaza para Fahd, ya que se estaba preparando para convertirse en Rey. No podían aceptar la existencia de una esposa cristiana palestina. Pero creo que Fahd hizo un trato para dejar que me fuera viva», remarca Harb, quien en 1971 fue deportada al Reino Unido.

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El Rey Fahd ocupó el trono entre 1982 y 2005– ABC
Con el tiempo, la mujer repudiada rehizo su vida y comenzó a olvidar la pesadilla en la que se tornó su historia de amor. Lo que nunca olvidaría es la promesa que le hizo su marido de cuidar de ella el resto de su vida, al menos en términos económicos.

El 20 de junio de 2003, cuando el Rey ya se encontraba gravemente enfermo, Harb se citó con el Príncipe Abdul Aziz, hijo de otra de las esposas de su marido, en el londinense hotel Dorchester. Durante ese encuentro, el Príncipe acordó pagarle 12 millones de libras (16,8 millones de euros) y cederle dos pisos situados en el exclusivo barrio de Chelsea –valorados cada uno en unos 5 millones de libras (7 millones de euros)– a fin de honrar la promesa hecha por su padre de proporcionar a Harb soporte financiero de por vida.

La familia negó siempre ese encuentro y se resistían a concederle a la viuda exiliado lo que ella reclamaba como suyo. Tras un ardua batalla legal, hace dos meses el Tribunal Superior de Londres falló a favor de Harb obligando a la Familia Real saudí a pagarle lo que el príncipe Abdul Aziz le prometió.

La venganza es un plato que siempre se sirve frío. La de Janan Harb se ha hecho esperar casi 50 años.

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La minifalda de la discordia en Riad
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María Luisa Poncela (izqda.), junto al resto de la delegación española encabezada por Felipe VI durante el encuentro con el ministro saudí de Comercio, Majid al Qassabi, en Riad. CASA DEL REY

  • EDUARDO ÁLVAREZ
15/01/2017 21:36
Todos los gestos adquieren una enorme repercusión cuando se trata de un viaje como el del Rey a Arabia Saudí, rodeado de toda clase de polémicas. De ahí que resulte sorprendente que la única mujer que forma parte de la delegación que acompaña a Don Felipe a Riad, la secretaria de Estado de Comercio, María Luisa Poncela, acudiera hoy a varios encuentros oficiales con un atuendo que a buen seguro causó malestar en el régimen saudí.

Poncela no vestía la abaya, la túnica negra que llevan las mujeres del Reino del Desierto y que sus autoridades recomiendan -por usar un eufemismo- ponerse a todas las extranjeras que acuden al país. Y, en su lugar, participó en encuentros como el de Don Felipe con los ministros de Comercio e Inversiones y de Finanzas de Arabia Saudí con un llamativo vestido minifaldero, de estampados grises y color vino.

Poncela ni siquiera se cubrió la cabeza con el velo, algo que sí suelen hacer la mayoría de las mujeres dirigentes que acuden en visita oficial a Riad.

De hecho, las excepciones siempre suelen resultar polémicas. En 2015, Michelle Obamaacompañó a su esposo, el todavía presidente de EEUU Barack Obama, y fue muy criticada por la prensa saudí por no cubrirse con el velo. De hecho, ese gesto suyo que muchos interpretaron como un arrebato en defensa de los derechos de la mujer, le costó ser ignorada de forma muy visible por algunos altos cargos del régimen saudí.




Y mucho más recientemente, el pasado diciembre, la ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, rechazó ponerse el velo en el palacio del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed Bin Salman al Saud, durante una visita oficial. «Respeto por supuesto la cultura y las costumbres de los países a los que viajo y trato de adaptarme, pero en lo referente a la vestimenta hay un límite: yo no me cubro con velo y yo llevo pantalones», declaró la ministra.

Las autoridades saudíes habían repartido abayas en las habitaciones de las mujeres periodistas que formaban parte de la comitiva de la representante germana, como acostumbran a hacer en estos casos. Pero se informó de que Riad respetaba que la ministra escogiera qué atuendo deseaba llevar. Sin embargo, su decisión fue muy criticada en algunos medios de comunicación locales. Y enfureció a los sectores más recalcitrantes de la petromonarquía más conservadora de Oriente Próximo


Hace como 40 anios lei un libro escrito por la nani Inglesa de un principe de por esos lares, pero como son tantos y de tantos lugares no sabria decir cual principe -bebe era. El libro se titula " El Principe y yo" ( The Prince and I") y la nani inglesa bien claro especificaba la vida de las mujeres en palacio, y describia que ella usaba sombrero siempre, porque mantenia su pasaporte en la faja del sombrero. No recuerdo el nombre de la autora ni la editora. Pero si encontrais el libro vale la pena leerlo.
 
otra vez mas el Rey a la dictadura "corta cabezas " son buenos compradores, entre otras cosas de armas, que como sabemos en muchos casos acaban en manos del ISIS, los mismos terroristas que también cometen atentados en Europa
""Armamento para la paz lo llaman ahora
"" ¿disputas conyugales for falta the cash?

O para finiquitar a la loquizia.
 
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Estupendo el rey como siempre !!Los intereses económicos de empresas españolas en la zona precisan de su apoyo y ahi está!!!Es una de sus tareas principales !!!Un 10

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El rey visitaA UNA PARTE DEL COLECTIVO ESPAÑOL EN ARABIA SAUDITA
 
7
OP
TOMAR PARTIDO/ MIGUEL URBÁN

¿Podremos superar Vistalegre?




Aa
19.12.2016 12:40

Miguel Urbán y Diego Pacheco. Firmantes de la propuesta Por Un Podemos En Movimiento, en http://participa.podemos.info
En el momento que empezamos a pensar cómo afrontar este proceso y esta consulta que votamos desde este domingo la primera pregunta que nos vino a la cabeza fue: ¿Podremos superar Vistalegre? Seguida de muchas otras: ¿cómo vamos a superar la cultura política que se instaló allí?, ¿qué cambios organizativos hacen falta para deconstruir la máquina de guerra?, ¿vamos a poder convencernos esta vez de que las diferencias son un valor a cuidar y no un peligro que dilapidar?, ¿cómo vamos a representar en los órganos la pluralidad que ya hay en los miles de círculos, en los cientos de miles de militantes o en los millones de votantes?, ¿podremos salir con orgullo a decir que funcionamos internamente como creemos y proponemos que tiene que funcionarse fuera?, ¿cómo vamos a despatriarcalizar la organización, a cpotenciar la coralidad o a reconstruir esa irreverencia impugnadora que conecte con las clases populares y asuste a los poderosos?

Generalmente en los partidos políticos los cambios de etapas se miden en congresos, lo que puede hacernos caer en una equivocación común: los congresos pueden redistribuir poder en las cúpulas pero no implantar cambios profundos en sí mismos-, pueden recoger los avances y discusiones que se hayan producido ya en el partido o pueden abrir nuevos caminos, donde se vehiculen anhelos e intenciones que existan para trabajar a futuro, pero en política los cambios no se decretan. En ese sentido Vistalegre II puede servir de mucho o puede no hacerlo. Ya hay cosas que están cambiando y hay pretensiones de que muchas más cambien, pero si no lo hacemos bien puede que esta asamblea ciudadana no solo no nos sirva para avanzar, sino que puede llegar a dificultarlo. Si queremos que esta asamblea ciudadana sí suponga una evolución, debemos tomar una decisión ya: ¿este nuevo Vistalegre va a ser el primer hito de una nueva forma de hacer las cosas o la ultima de lo viejo?


Nosotros lo tenemos claro. Si bien el modelo que salió de Vistalegre I tiene sus luces y sombras, y tuvo sus seguidores y arquitectos acérrimos que parecen haber desaparecido, en este momento lo importante es que podemos decir que es ‘de consenso’ la aceptación de que no necesitamos más una “máquina de guerra electoral” en esta nueva etapa, sino que debemos avanzar y poder construir con garantías un instrumento útil para el empoderamiento de las clases populares, más parecido a la sociedad que demandamos (plural, respetuosa, democrática, inclusiva) que a los partidos jerárquicos, cerrados y corruptos (en el sentido más amplio de la palabra) de los que nos queremos alejar. Y más allá de normas concretas hay un elemento central: superar el miedo a nuestra gente.

Superar el miedo, es decir, evitar las dinámicas de control y potenciar el desborde. Dejar de tener miedo y apostar por sistemas electorales internos que no establezcan primas a la mayoría -como hace el sistema electoral griego o italiano que tanto criticamos- porque sabemos gracias al 15M o a los círculos que podemos caminar juntos y juntas sin estar de acuerdo en todo. Dejar de tener miedo y acabar no sólo con el turnismo bipartidista de bloques que criticamos del régimen del 78, sino evitar reproducirlo. Dejar de tener miedo y confiar en nuestra gente, no centralizar constantemente la toma de decisiones, sino alimentar los territorios y las áreas. Dejar de tener miedo y asumir con claridad, compañerismo y honradez las diferencias, llegar acuerdos amplios y mantenernos unidos y unidas pero no uniformes. Potenciar para ello la discusión política para que podamos hablar de renta básica, auditoría ciudadana e impago de sus deudas, procesos constituyentes, feminismos, ecosocialismo, plurinacionalidad. Construir nuestra hoja de ruta sin miedo a verbalizar las diferentes posturas.

Nosotros queremos darle la importancia pertinente a cada debate. Creemos que hay que centrar la importancia en plantear los posicionamientos políticos por una parte y además tener una discusión sobre lo organizativo que pueda reconfigurar los nuevos órganos. Votar juntos los documentos organizativo y ético con las listas generará una prorroga de tres años al sistema y cultura política de la maquinaria de guerra electoral. Un lujo que no nos podemos permitir.

El debate organizativo merece una discusión y cuidado especial por una cuestión, en estos dos años por Podemos y sus círculos han pasado decenas de miles de personas, la mayoría de las cuales, a pesar de haber votado a Podemos, no se han quedado a participar regularmente. Podemos ha sido capaz de fundar una política de lo “excepcional”, movilizando a millones de personas en momentos puntuales pero se ha mostrado menos capaz de proponer una política de lo “cotidiano”, de generar comunidad, solidaridades y redes de apoyo mutuo. Para ello es necesario territorializar la política, que no significa otra cosa que involucrarse en la creación de comunidad, en tejer movimiento en todos los espacios de la vida social, trabajando con otros actores para generar instituciones de clase autónomas. Este puede que sea uno de los principales retos de que tiene Podemos en el próximo periodo para no convertirse ni en un partido “relámpago” ni en un partido mas.

Potenciar la descentralización y la desmadrileñización de la dirección y el conjunto de la organización, generar órganos autónomos apegados a sus territorios -con consejeros elegidos directamente por asambleas ciudadanas autonómicas y con limitación para evitar órganos de una sola comunidad-, repartir el poder con medidas como una persona-un cargo que aumenten el número participantes y la desconcentración en la toma de decisiones. Son una serie de decisiones que necesitan de un espacio y un mimo especial, creemos que es posible llegar a consensos que construyan la organización que necesitamos para luego plantear las diferencias que tengamos en el proyecto y la hoja de ruta por equipos.

Lo queremos todo, como dice Teresa Rodríguez. Queremos una organización democrática, participada y plural que desafíe a los poderosos y genere comunidad. Queremos construir esa unidad popular mestiza desde abajo, como hicieron las experiencias municipalistas. Queremos volver al desborde de los inicios. Queremos salir a ganarlo todo.

Y para ello proponemos una alternativa de consenso, Por Un Podemos en Movimiento, que pretende a partir de esta reflexión para que Podemos avance gracias a los siguientes elementos:

  • Un sistema Dowdall que permita un sistema de elección proporcional y con listas abiertas.
  • Un debate organizativo y ético que altere la estructura de podemos de verdad.
  • Una propuesta feminista como elemento central del debate de la nueva asamblea ciud
  • Un régimen de incompatibilidades que incluya medidas contra la generación de nuevas oligarquías políticas como la de 1 persona, 1 cargo
  • Una consejo de 40 consejeros elegidos directamente con los territorios y un limite máximo del 35% del órgano de un mismo CCA.
Apostamos por el consenso en el debate de normas y avanzar en lo político. Confiamos en poder hacerlo entre todas las personas que participamos en Podemos.


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OPINIÓN

PUNTO DE FISIÓN/ DAVID TORRES

El rey entre jeques




Aa
16.01.2017 06:10

El viaje de Felipe VI a Arabia Saudí está rodeado de una espesa cortina de discreción. Los medios, como es lógico, intentan no decir mucho acerca del viaje, ya que podría dar lugar a informaciones equívocas. El público poco avisado podría llegar a pensar que nos unen lazos íntimos con un país medieval donde se considera ganado a las mujeres, donde se pisotean a diario los derechos humanos y donde una casta eclesiástica mete las narices en toda clase de asuntos estatales y civiles. También podría llegar a pensar que el rey de España está visitando a los mismos jeques multimillonarios que financian y arman a los terroristas del Daesh para que cometan atentados en Siria, en Turquía, en Francia y en Alemania. Es difícil evitar el planteamiento de este tipo de cuestiones, así que lo mejor es no plantear ninguna.

A todo esto, hay que señalar que el rey viaja impelido por la posible quiebra de Navantia, los astilleros públicos españoles, los cuales necesitan la labia de un embajador borbón para intentar venderles cinco corbetas a los jeques saudíes. Parece que no, pero no es lo mismo decirle que no a un empresario cualquiera que a decirle que no a un monarca: cosas de la realeza. Para hacer frente a la avalancha de quienes critican que vayan a hacer negocios con los mismos genocidas que están machacando Yemen, los responsables de los astilleros aseguran que no, que los suyos no son barcos de ataque sino de apoyo a otros buques y de vigilancia de costas. No son corbetas: son corbatas azul marino. Les ha faltado enviar a la delegación al encargado del almacén al que telefoneaba Gila para decirle que el submarino de color, bien, pero que no flota. No me diga que era un barco, con el trabajo que nos costó hundirlo.

Ante la posibilidad de hacer negocios, los escrúpulos y la ideología se los guarda uno donde mejor le quepan. Es lo que le ha pasado a José María González Kichi, el alcalde de Cádiz, un hombre al que le preocupan mucho los derechos humanos, aunque no tanto como le preocupa el paro en los astilleros. Geografía moral se llama eso. Entre que una familia gaditana pase hambre y que una familia yemenita salte por los aires, Kichi no tiene duda alguna. Otro tanto opina, Jorge Suárez, alcade del Ferrol, quien también confiesa "problemas de conciencia" ante la disyuntiva. Por fortuna, con la perspectiva de un contrato en ciernes los problemas de conciencia se disuelven cual azucarillo.

Poco antes del viaje, el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, proclamó ante el Senado que la delegación española a Arabía Saudí encabezada por Felipe VI "evocará" los derechos humanos durante sus reuniones con las autoridades saudíes. No explicó si los evocará entre los carraspeos antes del aperitivo o entre los eructos protocolarios después de los postres. En la cartera de Dastis no había sitio para reivindicaciones concretas ni tampoco peticiones de clemencia para los muchos presos políticos que aguardan turno a que les corten la cabeza. Según Dastis, la situación de las mujeres ha mejorado bastante en los últimos años: al parecer, ya no se encuentran en el medievo sino en el siglo XVII. Ha cambiado tanto que, en la recepción oficial que les ofrecieron a su llegada no había más mujeres que las de la delegación española. Podría ser peor, podían haberles recibido con un harén de bailarinas desnudas como el que le ofrecía el jeque Antonio Ozores a Pajares y Esteso en Los energéticos
 
Parece que a los unicos que podemos vender corbetas es a los sátrapas ¿ no somos capaces de vender nuestros productos a paises demócratas sin tener que mandar como chico de los recados a una persona que a fecha de hoy se supone que trabaja para España y no para unas cuantas empresas españolas.

Mal queda la marca España si para vender necesitamos a uno que supuestamente es el enchufe entre los primos y la empresa española.
¿Que hace Alemania, Francia, Canada, Japon etc etc para vender sus productos si no tienen la "ventaja" de contar con una monarquia ?
 
Minifalda ante el rey de Arabia
JAIME PEÑAFIEL 16/01/2017


El viaje que estos días ha realizado Felipe VI a Riad, me ha hecho recordar aquel otro de su padre, el rey Juan Carlos, a Arabia Saudita, en marzo de 1974, cuando era Príncipe de España. Se trataba de su octavo viaje oficial al extranjero y en el que, durante once días, recorrimos 37.000 kilómetros visitando Riad, capital de Arabia Saudita; Manila, capital de Filipinas y Nueva Delhi, capital de India.

Pero volvamos a Arabia y a la forma en la que Juan Carlos y Sofía fueron agasajados por el entonces rey Feisal.

No se conocían precedentes de que una mujer hubiera sido recibida por un soberano saudí. Eso demostraba la deferencia y la prueba de entrañable amistad del viejo Rey hacia los futuros reyes de España.

Cierto es que doña Sofía, en los encuentros públicos y también en los que tuvo con el rey Feisal, lució, en todos momentos, trajes largos y en la cena de gala de color rosa cubriéndose con una chaquetilla de visón blanco.

Pero, dada la costumbre de excluir a las mujeres de toda actividad, de toda comparecencia pública, se organizó un programa totalmente aparte del de don Juan Carlos y no al alcance de la prensa.

En el segundo viaje oficial, ya como Reyes, en junio de 1982, con el rey Fahd en el trono, a doña Sofía no se la vio en ningún momento, siendo “secuestrada” en el mismo aeropuerto al descender del avión y conducida por una de las esposas y demás miembros femeninos de la familia al palacio de las mujeres. No la volvimos a ver hasta el día de nuestra marcha.

El viaje de Felipe VI a Arabia lo ha realizado sin la compañía de Letizia. No porque ella se hubiese negado, como se ha publicado en algunos medios, sino porque se decidió que no fuera. Sin más. No es ella quien decide.

Me imagino que no se habría comportado como la Secretaria de Estado de Comercio, la única mujer que formaba parte de la delegación oficial del Jefe del Estado español. La presencia de María Luisa Poncela, este es su nombre, en la audiencia real causó malestar.

Lógicamente, no vestía la túnica negra de la mujer saudita, conocida con el nombre de abaya y que las autoridades recomiendan pero no obligan cuando se visita el país sino un llamativo vestido minifaldero. Que tampoco es eso.

No vale el antecedente de la ministra alemana de Defensa, Úrsula von der Leyen, que rechazó ponerse el velo en su audiencia con el príncipe heredero de Arabia, Bihn Salman al Saud.

La actitud de nuestra Secretaria de Estado ha sido criticada en el entorno de palacio y enfurecido a los sectores más recalcitrantes del país árabe.

Lo peor es que se ha convertido en la protagonista del viaje, cuando el único que debería serlo es el Rey.

Ese mismo día, las autoridades saudíes arrestaban a una joven por no vestir la citada abaya.

¿No hubiera sido mejor aplicar eso de donde fuere haz lo que vieres para evitar el protagonismo?
 
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