ARISTOCRACIA
Complicada tesitura
Ni Carolina de Mónaco y ni Ernesto de Hannover acudirán al enlace de Ernesto Junior
Carolina de Mónaco, en una imagen reciente. GTRES
El culebrón de la nobleza: Ernesto de Hannover, "traicionado" por su hijo
La princesa Carolina de Mónaco no asistirá a la boda este sábado en Alemania de su hijastro, Ernesto Augusto Jr., con la diseñadora rusa Ekaterina Malysheva, y todo indica que tampoco lo hará el padre, el controvertido y bien vivido príncipe Ernesto de Hannover, aunque las razones de tales ausencias son bien distintas. "Sabemos que la princesa Carolina de Mónaco, definitivamente, no vendrá. Era previsible que, debido a su gran tirón mediático, no quisiera relegar a un segundo plano a la madre biológica del novio, Chantal Hochuli", ha adelantado a la cadena NDR, la condesa Leontine von Schmettov, una de las expertas en aristocracia que relatarán los pormenores del enlace.
Existen otras explicaciones. Por ejemplo, que la mayor de los Grimaldi nunca hubiera sido invitada a compartir felicidad con quien fue su mejor amiga y a la arrebató el marido. Sea como fuere,el esperado reencuentro entre Carolina y Chantal no se producirá y tampoco se pondrá a tiro el tercero en discordia. Y no porque huya de sus dos ex esposas o le espante asistir en directo a su conversión en "suegro", que puede que sí, sino porque, según se ha sabido ahora, está en contra de ese matrimonio y teme por el futuro de la fortuna familiar.
La guerra abierta por el príncipe Ernesto Augusto de Hannover, de 63 años, contra su hijo, de 33, ha desviado la atención de la boda poniendo nuevamente en marcha la lavadora de los trapos sucios de los Hannover. Según el diario económico 'Handelsblatt', el jefe de la Casa Güelfa, una de las más antiguas de Europa, ha pedido a su primogénito que le devuelva todos los "regalos" recibidos desde 2004, incluido el castillo de Marienburg, sede de la familia.
El príncipe, además, reclama judicialmente a su heredero el puesto que éste le arrebató en 2012 en la Fundación Duque de Cumberland sin previo aviso, en supuesta complicidad con los administradores y el apoyo de la princesa Carolina, que sigue casada con Ernesto Augustopese a que la relación terminó hace años. La Fundación, con sede en Liechtenstein gestiona fundamentalmente los bienes de los güelfos en Austria, miles de hectáreas de tierra y bosque y el castillo de Grünau. "No ha sido fácil para mi tomar esta decisión, porque involucra a mi hijo. Pero me he visto obligado a hacerlo porque está en juego la preservación de los intereses de la casa Hannover, incluidos valiosos bienes culturales que son propiedad de la Casa desde hace siglos", dijo el príncipe al Handelsblatt.
Ernesto de Hannover, junto a su hijo Ernesto, en una imagen de archivo. GTRES
Los líos familiares empañan la boda
Según algunos medios alemanes, el príncipe ha dado a su vástago un ultimátum para la restitución de sus bienes, que expiraría 24 horas antes de la boda, aunque sus declaraciones abren mas bien la puerta a la reconciliación. Pero más allá del aspecto económico, el enlace de Ernesto Augusto Jr. y Ekaterina Malysheva tendrá otras consecuencias pues sin el beneplácito del padre, los hijos que tenga la pareja quedarán excluidos de lista de herederos al trono del Reino Unido. Son las reglas de la Casa Hannover y Windsor.
El príncipe Ernesto Augusto no sólo es duque de Braunschweig y de Lünebrug, sino príncipe de Gran Bretaña e Irlanda, dado que las familias de Hannover y Windsor están emparentadas. En la relación de sucesores al trono, Ernesto Augusto ocupa el puesto 450, por lo que sus posibilidades de convertirse en rey son nulas.Para la tradición de los Güelfos, mantenerse en esa lista, sin embargo, es muy importante. "Espero que mi hijo piense en los intereses de la familia y cambie de actitud. Yo estoy abierto al entendimiento y al diálogo", dijo el príncipe Ernesto Augusto de Hannover.
Mientras, prosiguen contrarreloj los preparativos de la cita más importante en el calendario de la aristocracia alemana. Todas las casas reales y nobleza europeas han sido invitadas a compartir la felicidad de los novios, que, tras la ceremonia religiosa en una Marienkirche como nunca engalanada, recorrerán las calles de ciudad en un carruaje del siglo XIX tirado por seis caballos. Las posibilidades de ver a la pareja serán sin embargo escasas. La condesa von Schmettov ha adelantado que la carroza es cerrada y que el recorrido apenas durará 20 minutos.
Complicada tesitura
Ni Carolina de Mónaco y ni Ernesto de Hannover acudirán al enlace de Ernesto Junior
Carolina de Mónaco, en una imagen reciente. GTRES
El culebrón de la nobleza: Ernesto de Hannover, "traicionado" por su hijo
- CARMEN VALERO
- Berlín
La princesa Carolina de Mónaco no asistirá a la boda este sábado en Alemania de su hijastro, Ernesto Augusto Jr., con la diseñadora rusa Ekaterina Malysheva, y todo indica que tampoco lo hará el padre, el controvertido y bien vivido príncipe Ernesto de Hannover, aunque las razones de tales ausencias son bien distintas. "Sabemos que la princesa Carolina de Mónaco, definitivamente, no vendrá. Era previsible que, debido a su gran tirón mediático, no quisiera relegar a un segundo plano a la madre biológica del novio, Chantal Hochuli", ha adelantado a la cadena NDR, la condesa Leontine von Schmettov, una de las expertas en aristocracia que relatarán los pormenores del enlace.
Existen otras explicaciones. Por ejemplo, que la mayor de los Grimaldi nunca hubiera sido invitada a compartir felicidad con quien fue su mejor amiga y a la arrebató el marido. Sea como fuere,el esperado reencuentro entre Carolina y Chantal no se producirá y tampoco se pondrá a tiro el tercero en discordia. Y no porque huya de sus dos ex esposas o le espante asistir en directo a su conversión en "suegro", que puede que sí, sino porque, según se ha sabido ahora, está en contra de ese matrimonio y teme por el futuro de la fortuna familiar.
La guerra abierta por el príncipe Ernesto Augusto de Hannover, de 63 años, contra su hijo, de 33, ha desviado la atención de la boda poniendo nuevamente en marcha la lavadora de los trapos sucios de los Hannover. Según el diario económico 'Handelsblatt', el jefe de la Casa Güelfa, una de las más antiguas de Europa, ha pedido a su primogénito que le devuelva todos los "regalos" recibidos desde 2004, incluido el castillo de Marienburg, sede de la familia.
El príncipe, además, reclama judicialmente a su heredero el puesto que éste le arrebató en 2012 en la Fundación Duque de Cumberland sin previo aviso, en supuesta complicidad con los administradores y el apoyo de la princesa Carolina, que sigue casada con Ernesto Augustopese a que la relación terminó hace años. La Fundación, con sede en Liechtenstein gestiona fundamentalmente los bienes de los güelfos en Austria, miles de hectáreas de tierra y bosque y el castillo de Grünau. "No ha sido fácil para mi tomar esta decisión, porque involucra a mi hijo. Pero me he visto obligado a hacerlo porque está en juego la preservación de los intereses de la casa Hannover, incluidos valiosos bienes culturales que son propiedad de la Casa desde hace siglos", dijo el príncipe al Handelsblatt.
Ernesto de Hannover, junto a su hijo Ernesto, en una imagen de archivo. GTRES
Los líos familiares empañan la boda
Según algunos medios alemanes, el príncipe ha dado a su vástago un ultimátum para la restitución de sus bienes, que expiraría 24 horas antes de la boda, aunque sus declaraciones abren mas bien la puerta a la reconciliación. Pero más allá del aspecto económico, el enlace de Ernesto Augusto Jr. y Ekaterina Malysheva tendrá otras consecuencias pues sin el beneplácito del padre, los hijos que tenga la pareja quedarán excluidos de lista de herederos al trono del Reino Unido. Son las reglas de la Casa Hannover y Windsor.
El príncipe Ernesto Augusto no sólo es duque de Braunschweig y de Lünebrug, sino príncipe de Gran Bretaña e Irlanda, dado que las familias de Hannover y Windsor están emparentadas. En la relación de sucesores al trono, Ernesto Augusto ocupa el puesto 450, por lo que sus posibilidades de convertirse en rey son nulas.Para la tradición de los Güelfos, mantenerse en esa lista, sin embargo, es muy importante. "Espero que mi hijo piense en los intereses de la familia y cambie de actitud. Yo estoy abierto al entendimiento y al diálogo", dijo el príncipe Ernesto Augusto de Hannover.
Mientras, prosiguen contrarreloj los preparativos de la cita más importante en el calendario de la aristocracia alemana. Todas las casas reales y nobleza europeas han sido invitadas a compartir la felicidad de los novios, que, tras la ceremonia religiosa en una Marienkirche como nunca engalanada, recorrerán las calles de ciudad en un carruaje del siglo XIX tirado por seis caballos. Las posibilidades de ver a la pareja serán sin embargo escasas. La condesa von Schmettov ha adelantado que la carroza es cerrada y que el recorrido apenas durará 20 minutos.
