Elecciones generales. El día después.



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Este es el verdadero motivo por el que Pedro Sánchez ha rechazado la propuesta de Pablo Iglesias.
21 agosto 2019 by Darío Mejide in Podemos, Politica, Psoe · 0 Comment

Pedro Sánchez ha rechazado de nuevo la propuesta de Pablo Iglesias. Se trata de 119 páginas, con propuestas programáticas para retomar las negociaciones donde se estancaron en julio para un Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos.

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En esta ocasión el PSOE aduce que no se pueden presentar propuestas en papel no reciclado, lo cual se trata de una grave irresponsabilidad para con el medio ambiente, Tampoco viene a doble espacio y por las dos caras, lo que además de ser un derroche de papel innecesario, dificulta bastante la lectura.

Otro de los problemas que tenía el documento, se lamentaba la Vicepresidenta Carmen Calvo, es que no venía encuadernado a canutillo y la fuente no era cómic sans, la fuente preferida por Pedro Sánchez.

Con todo esto, desde Podemos nos dicen lo volverá a intentar y que no van a parar hasta pillar los sillones.
 
Los hechos son testarudos

Para la izquierda en general, y para el PSOE en particular, es difícil pensar en una composición del Congreso de los Diputados más favorable para formar Gobierno que la resultante de las elecciones de abril de 2018. Para la derecha ocurre lo contrario.

No se entiende que, desde la izquierda, se esté dispuesto a correr el riesgo de convocar unas elecciones, en las que prácticamente no tiene nada que ganar, pero en la que sí tiene la posibilidad de perder bastante.

Javier Pérez Royo


41 comentarios

23/08/2019 - 21:38h


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Irene Montero saluda a Pedro Sánchez durante el debate de los Presupuestos Generales de 2019. JUAN CARLOS HIDALGO/EFE / MADRID



Por muchas vueltas que se le dé a los resultados electorales de diciembre de 2015, julio de 2016 y abril de 2019, el cuadro resultante para la gobernabilidad del país no cambia. Hay un empate entre el bloque constituido por las dos derechas en 2015 y 2016, o las tres en 2019, y el constituido por las dos izquierdas en esas tres convocatorias electorales.




Hay diferencia en la composición interna de cada uno de los bloques. En el de las derechas, en 2015 y 2016 hay prácticamente dos partidos, el primero de los cuales, el PP, dobla en número de votos al segundo, Cs, y lo triplica o casi quintuplica en número de escaños. Vox tiene una presencia testimonial en votos y nula en escaños. En 2015 suman 10.774.046 votos y 163 escaños (123+40). En 2016 suman 11.076.735 votos y 169 escaños (137+32). En 2019, el número de votos de las tres derechas sigue siendo el mismo, 11.169.796, pero el número de escaños se reduce a 147 (66+57+24).

En el bloque de las izquierdas hay un equilibrio inicial en votos y escaños entre PSOE y Podemos, que suman en 2015 y 2016 11.643.131 y 10.474.443 votos, y 161 (90 +71) y 162 (85+77) escaños. Dicho equilibrio se desvía a favor del PSOE en 2019. De los 11.213.684 votos que obtienen las izquierdas, al PSOE le corresponden 7.480.755; y a Unidas Podemos 3.732.929. En escaños el PSOE triplica a Unidas Podemos, 123 a 42.

En las relaciones entre los dos bloques apenas hay diferencia en los resultados de las tres consultas. Ni las derechas ni las izquierdas tienen mayoría de investidura y, por tanto, de gobierno. El concurso del nacionalismo catalán y vasco resulta imprescindible. Nacionalismo que ha visto incrementar significativamente su presencia en el sistema político español en 2019 respecto a 2015 y 2016. El nacionalismo catalán ha pasado de 17 escaños (9 ERC+8 DL o JuntsxCat en 2015 y 2016) a 22 en 2019. Y el nacionalismo vasco de 8 (6 PNV y 2 Bildu) en 2015 y 7 (5+2) en 2016, a 10 (6+4) en 2019.

Justamente por eso, porque el concurso del nacionalismo catalán es imprescindible desde 2015 hasta hoy, el PP solo puede conseguir la investidura con la abstención del PSOE. Por eso hubo que repetir elecciones tras el resultado del 20 de diciembre de 2015 y por eso únicamente con las abstención del PSOE pudo Mariano Rajoy ser investido presidente del Gobierno en 2016.

Por la misma razón, el PSOE no necesita la abstención del PP para la investidura de su candidato a presidente del Gobierno. Los puentes del nacionalismo catalán con las derechas están rotos. Con las izquierdas, no. La mayoría que hizo posible la moción de censura en el Congreso de los Diputados con la composición que tenía tras las elecciones de julio de 2016, existe en el Congreso de los Diputados con las elecciones de 2019. Algo mayor.

No hay nada que permita pensar que este cuadro que han arrojado las tres últimas elecciones generales pueda ser sustancialmente distinto en unas nuevas elecciones. Puede que se vuelva a producir un reajuste en el interior de cada uno de los bloques, pero no parece posible que se pueda volver a la época en que el PSOE y el PP podían alternarse en solitario en la dirección del Estado. Para que ello fuera posible, sería necesaria la concentración casi total del voto de derecha o de izquierda en un solo partido, como ocurrió hasta 2011. Nada indica que la sociedad española avance en esa dirección.

Para la izquierda en general y para el PSOE en particular es difícil pensar en una composición del Congreso de los Diputados más favorable para formar Gobierno que la resultante de las elecciones de abril de 2018. Para la derecha ocurre lo contrario. No se entiende que, desde la izquierda, se esté dispuesto a correr el riesgo de convocar unas elecciones, en las que prácticamente no tiene nada que ganar, pero en la que sí tiene la posibilidad de perder bastante.

Porque, aunque no es probable que las tres derechas puedan alcanzar una mayoría de investidura, que, para ellas, es mayoría absoluta, ya que no pueden contar con las abstención del nacionalismo catalán, bastaría con que las tres derechas superaran en escaños a las dos izquierdas para que la posibilidad de formar Gobierno por estas últimas no solamente se complicara de manera extraordinaria, sino que se convirtiera en algo imposible. De facto, aunque no de iure. Y la posibilidad de que las tres derechas sumen más escaños que las dos izquierdas no es, en absoluto, descartable.

Ni PSOE ni Unidas Podemos pueden ganar nada con la repetición de elecciones. Es posible que el PSOE gane algo respecto a Unidas Podemos, pero ambos juntos no ganarían nada frente a las tres derechas. Lo comido por lo servido, como vulgarmente se dice. Y eso, dejando de lado, que es mucho dejar, el coste que la repetición de elecciones tendría para el sistema político español y del que la sociedad española responsabilizaría a la izquierda, que, pudiendo formar Gobierno, no lo hizo.

¿Hay alguien que lo pueda entender?

https://www.eldiario.es/zonacritica/hechos-testarudos_6_934466555.html

Es muy fácil de entender

1º El PXXE ya no es de izquierdas, es de derechas, aunque se llene la boca de progresismo, de Gobierno progresista, bla, bla, bla. Por lo tanto prefiere que ganen las otras tres derechas de las que sacará tajada antes que la verdadera izquierda.

2º Nunca las 4 derechas dejarán a alguien de la izquierda que huela el Gobierno. Entre ellos se tapan todas las inmundicias cometidas, por eso en Moncloa no pueden estar para levantar alfombras.

3º La izquierda gobernará si tiene mayoría con otros partidos, que como es de suponer no será el PXXE, que es de derechas.

4º En el caso de hipotéticas elecciones a nadie de la prensa se le ocurre comentar lo caras que nos saldrían, eso no es noticiable, sino los resultados que se puedan dar. Claro que ya tendrán atado quien se encarga del recuento, que será la misma empresa corrupta que lo ha hecho hasta ahora.


Y ahora el PXXE vuelta al PROGRESISMO, pero ya me dirán en que consiste..
 
Sanchez "erguapoo" a lo largo de estos meses se ha dedicado a reunirse agentes sociales, y ni un solo minuto con los partidos a los que debe pedir su apoyo
¿Cuántos escaños tienen los agentes sociales , Cuántos votos le darán en el congreso? Efectivamente ninguno.
Presionar y el relato es lo que espera de ellos. En otras palabras que le hagan el trabajo que debería hacer el.
 
Sanchez "erguapoo" a lo largo de estos meses se ha dedicado a reunirse agentes sociales, y ni un solo minuto con los partidos a los que debe pedir su apoyo
¿Cuántos escaños tienen los agentes sociales , Cuántos votos le darán en el congreso? Efectivamente ninguno.
Presionar y el relato es lo que espera de ellos. En otras palabras que le hagan el trabajo que debería hacer el.

Sobre todo se ha reunido con los pensionistas:LOL:
 
Un PSOE cual rufián constitucional

El problema no es que los “poderes fácticos” dobleguen la voluntad de Pedro Sánchez. Se trata más bien de que el PSOE quiere un electorado vencido en su autoestima y en su consistencia ética
RAÚL SÁNCHEZ CEDILLO

Ciclo de investidura

LA BOCA DEL LOGO

24 DE AGOSTO DE 2019

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La refriega estival por el “relato” sobre el fracaso de las negociaciones de gobierno, a la que no es ajeno el episodio del Open Arms y su gestión por parte del ejecutivo de Pedro Sánchez, ha puesto de manifiesto un mecanismo de poder psíquico que suele pasar desapercibido. Poco más de un año después de que el gobierno Sánchez, nacido de la moción de censura del 1 de junio de 2018, se estrenara con los “gestos” de acogida a las personas rescatadas por el Aquarius y luego por el Open Arms, asestando un revés político y ético a Matteo Salvini, ese mismo gobierno desprecia y casi criminaliza al Open Arms, se niega a ofrecer puertos españoles y juega con la desesperación de la tripulación y de las personas rescatadas. Un mitómano Sánchez habla con el protagonista de Oficial y Caballero, pero se niega a hablar con Óscar Camps, el director de Open Arms. En paralelo, la ministra Carmen Calvo la emprende contra las ONGs que salvan personas en el mar y alega el monopolio soberano de los Estados sobre el rescate de los náufragos (es decir, sobre su vida y su muerte) en su territorio, y llega a amenazar a éstas con sanciones durísimas.

Sólo un año después, tenemos otro desengaño emocional de masas con el PSOE. Y cada vez que sucede, se plantea uno la misma cuestión: ¿qué sucede para que tantas personas no vean que el problema no está en los individuos, en los políticos de circunstancia, sino en la relación entre partidos y electorado? ¿Tan difícil es ver un patrón recurrente de relación tóxica y de maltrato psíquico? No es, ni mucho menos, la primera vez. Es, de hecho, una constante en tiempos de crisis política profunda desde la Transición. Tenemos que remontarnos al PSOE de González, desde la escena de la dimisión –¡o el marxismo o yo!– en el congreso de 1979, al uso del miedo y la esperanza con la cuestión de la OTAN, la “reconversión industrial” o la primera guerra de Irak en 1991.

Se puede afirmar que tal es una de las funciones del PSOE en la constitución material del Reino de España (es decir, de los acuerdos implícitos entre las fuerzas políticas y sociales que elaboran una Constitución formal y que ponen límites, funciones y fines a un régimen político). A pesar de los embates del 15M, de la crisis sistémica global y europea o de la cuestión independentista catalana, esa constitución material resiste y es defendida con fiereza por sus interesados.

En su libro Esferas de la insurrección, la psicoanalista y filósofa brasileña Suely Rolnik habla de una modalidad de poder sobre las subjetividades que denomina cafetinagem, es decir, chuleo o rufianería, como un ejercicio de control sobre los afectos y las emociones de los sujetos, de sus pulsiones vitales y de sus fuerzas productivas. Un cafetinagem que hunde sus raíces en lo que Rolnik denomina el inconsciente colonial-capitalista y que se basa en la combinación de promesa y autoculpabilización, de recompensa y maltrato.


Y esta especie de chuleo o de arte de madame que ejerce el PSOE sobre las emociones de sus votantes actuales o posibles no responde a una perversión de cualesquiera dirigentes; es un arte de dominio y neutralización de las pasiones políticas. Al PSOE le corresponde en el hoy como en el ayer constitucional no dejar que en su electorado, en sus distintas bases sociales actuales o potenciales, cristalicen motivos éticos, bloques de resistencia ético-política como los que se anudaron con la cuestión de la OTAN, con la segunda guerra de Irak o con el rescate de personas migrantes en el Mediterráneo. Estos bloques se comportan como contrapoderes o, dicho de otra manera, desequilibran la relación entre el mandato imperativo y el representativo en el que se basan las constituciones atlánticas, dando preponderancia al primero (lo que llaman “populismo”). Por su parte, Unidas Podemos está más sometido si cabe a esos bloques ético-políticos en la sociedad, pero en un plano distinto, puesto que nunca han gobernado ni son un “partido constitucional” y nacieron declarándose un instrumento del mandato del 15M. Este es el problema. El problema no es que los “poderes fácticos” dobleguen la voluntad de Pedro Sánchez o le obliguen a dar marcha atrás en sus gestos éticos. Se trata más bien de que al lado de ese “arte de gobierno” está el “arte rufianesco” de un PSOE que quiere un electorado vencido en su autoestima y en su consistencia ética.

Sin embargo, este no es el PSOE de entonces, ni el contexto es el mismo. La omnipotencia de la cafetina de antaño se presenta hoy como farsa. Este PSOE se ha salvado de la pasokización, pero los buenos viejos tiempos no volverán. Está condenado a un juego de suma cero con Unidas Podemos, de tal suerte que no queda otra que dar buenas lecciones de realidad a quienes se obstinan en ser autónomos y desconocer quién da de comer democracia y progreso en España. A quienes pretenden poner condiciones éticas o incluso enarbolar los derechos humanos frente a la acción de gobierno. En el PSOE saben que el problema son esos bloques éticos y políticos encarnados en el electorado, y no Unidas Podemos, que sólo sobrevive gracias a ellos y a las promesas de un mandato imperativo.

“Solo podemos prometer menos de la mierda circundante, pero peor será la extrema derecha”; la negociación sobre el gobierno está llevando ese maltrato emocional a extremos nunca vistos: el subtexto de los mensajes prácticamente se coloca al mismo nivel que el texto manifiesto. Da no sé qué pensar en la incapacitación que provocan esas fluctuaciones de ánimo en las personas que se creyeron a Pedro Sánchez, que en estos meses cayeron en las promesas de la equidistancia moralista y llegaron a clamar responsabilidad a Unidas Podemos por sus “votos progresistas”, en un juego en el que todo el mundo sabe que Unidas Podemos es quien más pierde porque se juega la supervivencia. A esa violación continua de las conciencias la podemos llamar “producir un electorado responsable”. No es tan distinta de lo que Gregory Bateson definió como el “doble vínculo” en las relaciones humanas, fuente de esquizofrenia a su juicio, donde el sujeto termina colapsando cognitiva y afectivamente porque recibe estímulos afectivos y mensajes que se contradicen uno a otro o que van acompañados del afecto contrario al que significan.

Más allá de las negociaciones de gobierno/investidura y de sus resultados, el daño está hecho. El problema que tenemos es que, al mismo tiempo que las circunstancias sugieren la vuelta a la geometría política que nació con el 15M –donde el PSOE es la mano izquierda del régimen constitucional oligárquico y donde este último presenta una decantación hacia el autoritarismo y la desigualdad crecientes, amén de una corrupción estructural–, las ilusiones creadas por la narración Podemos (la anterior a las escisiones, allá por 2014) sobre el acceso al gobierno mediante acciones relámpago o geniales maniobras tácticas se arrastran hasta el agotamiento. Las trincheras retroceden cada vez más y los hechos dicen que no hay toma del gobierno posible bajo estas condiciones.

En adelante, se trata de pensar y ensayar (ensayos de masas, ensayos multitudinarios) formas de condicionar el funcionamiento de las normas jurídicas y de la administración en sentidos favorables a las minorías (que son mayoritarias) que forman las clases subalternas. Se trata de retomar la que fue con el 15M la estrategia de contrapoderes sociales y políticos composibles, de grados/saltos de apropiación y transformación de la norma, de su ejercicio, de la administración y sus decisiones y procesos, así como de las competencias de la soberanía estatal (monopolio) sobre la vida y las libertades de las personas. Se trata de saturar la forma Estado de luchas, protestas, instituciones alternativas y reapropiaciones de bienes comunes. Esto no excluye participar en gobiernos o apoyar su investidura, pero hemos comprobado cuáles son las condiciones y su coste psíquico y afectivo en la esfera pública; su alcance es limitado, mientras que el entusiasmo que despiertan difícilmente puede equipararse al creado por la ilusión de “entrar en la sala de mandos” nutrida por la narración Podemos.

Volvemos al ensayo y error, pero sobre la base de un acervo político común: a) sabemos que las luchas convergentes pueden tirar abajo gobiernos; b) solo la autonomía y la singularidad efectiva de luchas-contrapoderes puestos en común compensa y permite practicar un mandato institucional imperativo; c) participar en procesos de gobierno es táctico y dependiente, reforzar el sistema de contrapoderes y reapropiaciones sociales e institucionales es estratégico, porque bloquea el proceso de devastación psíquica y ética en curso, que permite el paso de autoritarismos y fascismos. Es bastante probable que la consolidación y el curso de un sistema de contrapoderes de este tipo llegue a redefinir completamente los factores estratégicos y el modo en que un cambio político rupturista pueda darse en España: que una revolución institucional pueda tener lugar sin derramamiento de sangre ni victoria represiva de las componentes reaccionarias de la constitución material española. Tenemos que seguir trabajando meses/años.

Entretanto, no se puede ser equidistante (marco narrativo “mayoría progresista”, a la que se tendría que adaptar como sea la posición de Unidas Podemos) respecto a la negociación en curso. Pero es preferible que la indignación se libere del marco de maltrato psíquico del PSOE, para empezar a practicar, antes que anunciar, el tiempo post-narración-Podemos. Dios (la autonomía de la política de partidos en el Reino de España) ha muerto. Saquemos las mejores consecuencias de este maltrato psíquico-político.

https://ctxt.es/es/20190821/Firmas/...PSOE-electorado-vencido-maltrato-psiquico.htm
 
Dice Sanchez "Erguuapuu"" que nose puede formar gobierno xq en Septiembre sera un mes conflictivo por la sentencia de Catalunya pero se olvida de otros casos que se verán en Septiembre.
Con el bipartidismo se tapaban unos a otros tu no haces mucho ruido con mi corrupción yo cierro mis tertulianos en las criticas y así han pasado 40 años robando amanos llenas los unos y los otros. Ellos ponen y quitan jueces a su antojo la "justicia ha pasado a ser un cachondeo" como bien dijo un alcalde andaluz y a los ciudadanos lo único que se les dice
""Son necesarios recortes"
"no hay dinero para las pensiones"
" la sanidad es insostenible" (solo les falta por decir la culpa es de Pablo Iglesias)
pero nadie les pide que devuelvan lo ROBADO




    • 1 Esto si que es un marron para Sanchez

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La espada de Damocles de los ERE pende sobre Manuel Chaves y José Antonio Griñan (EFE)

Los ERES

El PSOE andaluz, en entredicho


El 17 de diciembre del 2018, tras un año de vista y 152 sesiones, quedó visto para sentencia en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía el llamado juicio de los ERE, por el fraude en el desempleo. En realidad no es una sola causa, sino un racimo en los que los investigados no se cuentan por decenas, sino por centenares.

Entre los inquilinos del banquillo del TSJA estaban Manuel Chaves y José Antonio Griñán, expresidentes de la Junta y nombres principales del PSOE andaluz de la época de Felipe González. Ambos fueron ministros. La forma en que los socialistas han gobernado Andalucía quedará marcada por la sentencia, que se conocerá en breve, e incluso puede influir en la correlación de fuerzas en el seno del PSOE, debido a la pugna entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. Esta ha sido una investigación larga, todavía no han concluido todos los sumarios, y polémica. La juez que la inició denunció intromisiones políticas y la Fiscalía Anticorrupción ha acusado a su sustituta de pasividad.
  • 2 CASO PÚNCASO PÚNICA
Problemas madrileños


El paso del PP por el gobierno autonómico de Madrid está seriamente comprometido por las prácticas irregulares. El dato es elocuente: de cuatro presidentes populares salidos de elecciones autonómicas, tres tienen problemas con la justicia. En el año 2014 se conoció que la Audiencia Nacional investigaba una serie de concesiones irregulares a empresas que habrían financiado al partido a cambio de obtener concursos y prebendas. Es el caso Púnica. Las investigaciones llevaron aparejado el ingreso en prisión de Francisco Granados, ex senador y exconsejero autonómico, hombre fuerte de Esperanza Aguirre. La cuestión es que ahora el asunto afecta directamente a la expresidenta, pues la Fiscalía Anticorrupción ha solicitado que declare como investigada, lo mismo que Cristina Cifuentes, que también ostentó el cargo. Cabe recordar que Cifuentes ya estaba en la picota por la suposición de que había aprobado un máster por la patilla.

Esto es el pasado, pero es que el futuro tampoco es muy halagüeño. PP, Ciudadanos y Vox han alcanzado un acuerdo para que Isabel Díaz Ayuso sea investida presidenta. Pero ya veremos lo que dura, porque resulta que también hay sospechas de que una empresa semipública, Avalmadrid, benefició a su padre en tiempos de la Púnica y ella maniobró para que no se pudiera ejecutar la deuda. Además, la oposición quiere esclarecer su nombramiento como asesora autonómica de la mano de Esperanza Aguirre y si es verdad que dejó de pagar el IBI durante varios ejercicios. La legislatura no sólo dependerá de la acción política: la corrupción será determinante.
 
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