Elecciones generales. El día después.

la derecha es tan democrática como la izquierda, sin embargo partidos de extrema izquierda como podemos no son democráticos porque llamaban a las barricadas porque Vox entro en el parlamento andaluz en fin, no respetan la democracia si no sale lo que a ellos les interesa y si pudieran instaurarían en España una dictadura comunista, menos mal que existe vox que es la derecha de verdad
 
Gerardo Tecé desmonta en cinco tuits las excusas del PSOE para no pactar con Podemos


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Por Tremending
21.08.2019
Este martes, y en apenas cinco horas, el PSOE rechazó por "inviable" la última propuesta de Gobierno de coalicción lanzada por Podemos. En el documento remitido a los socialistas se valoraban hasta cuatro posibles escenarios de reparto ministerial. Pero ninguno resultó convincente y la respuesta fue un "no" a todo.

Los socialistas apelan a "importantes diferencias en cuestiones de Estado", por lo que califican de "inviable" un acuerdo. Es más, aseguran que aceptar esta fórmula de Gobierno llevaría al Ejecutivo español a "un día a día imposible" porque desde Unidas Podemos serían incapaces de ofrecer estabilidad al país.

Resulta que ahora los de Sánchez no quieren ni oír hablar de un acuerdo con Podemos. Pero no pensaban lo mismo hace apenas un mes, cuando sí estaban dispuestos a sentarse a negociar hasta el último minuto y facilitar la investidura de Sánchez.

Si la oferta que hace ahora Pablo Iglesias es similar a la que los socialistas ofrecieron en julio, ¿por qué ya no?, ¿qué ha cambiado desde entonces para cerrarse en banda?, se preguntan los usuarios en las redes sociales. Pues en cinco ingeniosos tuits Gerardo Tecé desmonta las excusas de los socialistas para no pactar con Podemos:







 
Se acabó el juego

La posibilidad de que se constituya Gobierno y se evite la repetición de elecciones sigue exactamente igual que estaba. Pedro Sánchez cuenta con 124 escaños y nada más que con 124 escaños

El Rey debería a exigir a Pedro Sánchez que dijera con claridad si está dispuesto a negociar para obtener una mayoría de investidura o no está dispuesto a hacerlo, a fin de poder explorar la posibilidad de tramitar otra propuesta

Javier Pérez Royo

31 comentarios

21/08/2019 - 21:33h
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El presidente en funciones, Pedro Sánchez, a su llegada a la ronda de consultas con el rey Felipe VI CASA REAL

Es sobradamente conocido que el ex presidente de los Estados Unidos Harry S. Truman ordenó colocar en su mesa de trabajo del Despacho Oval un rótulo con la leyenda: "The Buck stops here". Procede del mundo del póker, en el que se definía como "the buck" a la señal que se colocaba delante del jugador que tenía que repartir cartas y que iba corriendo a medida que se desplazaba a otro jugador la responsabilidad de ejecutar dicha tarea.




Con dicha leyenda, el ex presidente Truman enviaba dos mensajes: primero, el ejercicio de la presidencia del Gobierno no es ningún juego; y segundo, ningún presidente puede desplazar la responsabilidad de ejecutar ninguna de las tareas que como presidente le corresponde. El poder presidencial no es un juego y su ejercicio es personal e intransferible.

Lo que vale para el presidente de los Estados Unidos vale también para el presidente de Gobierno de cualquier democracia parlamentaria europea. No puede transferir a nadie el ejercicio de su responsabilidad. Felipe González dijo en alguna ocasión que ser presidente del Gobierno supone no "poder pasar el teléfono". La llamada que recibe el presidente es la última.

Me temo que Pedro Sánchez no ha interiorizado este mensaje. En cuanto presidente en funciones que ha sido designado tras la celebración de las elecciones generales por el Jefe del Estado como candidato para solicitar la investidura del Congreso de los Diputados y formar Gobierno, tenía que haber sido consciente de que la responsabilidad de conseguir la mayoría necesaria para la investidura era exclusivamente suya y que no podía transferírsela a nadie.

Ha hecho todo lo contrario. Se presentó al debate de investidura en el Congreso sin haber negociado el apoyo de ninguna de las demás fuerzas políticas con representación parlamentaria y desplazó la responsabilidad al PP y Ciudadanos, por un lado, a los que exigió la "abstención", y a Unidas Podemos, por otro, al que exigió su voto sin contrapartida de ningún tipo.

Aunque, tras haber pronunciado su discurso de investidura y no haber obtenido ni la abstención de los primeros ni el voto positivo de los segundos en la primera votación, se produjo una suerte de conato de negociación con Unidas Podemos de cara a la segunda votación, tal conato no condujo a buen puerto. Pedro Sánchez volvió a obtener 124 votos.

Abierto el plazo de dos meses a partir de ese momento para intentar de nuevo la investidura y evitar la repetición de las elecciones, Pedro Sánchez está volviendo a comportarse de la misma manera que lo hizo en su primer intento. En lugar de negociar con quienes pueden proporcionarle la mayoría necesaria para ser investido presidente, se ha dedicado a 'jugar' no se sabe muy bien a qué, reuniéndose con la 'sociedad civil', que no dispone de un solo escaño en el Congreso y de la que no depende, en consecuencia, su investidura como presidente del Gobierno. A este juego ha dedicado ya casi un mes. Y como la investidura no es un juego, la posibilidad de que se constituya Gobierno y se evite la repetición de elecciones sigue exactamente igual que estaba. Pedro Sánchez cuenta con 124 escaños y nada más que con 124 escaños.

Tiene que trabajar para conseguir los que le faltan. No 'jugar' a que está trabajando, reuniéndose con quienes no pueden votar en el Congreso, sino trabajando de verdad, es decir, reuniéndose con quienes sí están en el Congreso y pueden hacerlo presidente del Gobierno.

En mi opinión, el Jefe del Estado no debería consentir este comportamiento del Presidente del Gobierno en funciones. El artículo 99 de la Constitución dice taxativamente en su apartado 4 que, fracasada la primera propuesta de investidura "se tramitarán (en imperativo) sucesivas propuestas". El Rey debería a exigir a Pedro Sánchez que dijera con claridad si está dispuesto a negociar para obtener una mayoría de investidura o no está dispuesto a hacerlo, a fin de poder explorar la posibilidad de tramitar otra propuesta. No debería dejar pasar el tiempo ante la evidente falta a de "negociación parlamentaria" para conseguir una mayoría de investidura.

En mi interpretación del artículo 99 de la Constitución, el Rey tendría que haber iniciado ya la ronda de consultas con los distintos partidos con representación parlamentaria, con la finalidad de proponer un nuevo candidato, que puede ser de nuevo Pedro Sánchez o no. Pero tendría que haber oído ya a dichos representantes y no dejar pasar el tiempo para que Pedro Sánchez 'juegue' a la investidura sin hacer el trabajo que dicha operación requiere.

El juego no puede continuar ni un día más. Ya ha pasado demasiado tiempo. El presidente del Gobierno en funciones y el Jefe del Estado tienen la obligación de ponerle fin.

https://www.eldiario.es/zonacritica/acabo-juego_6_933766636.html

Quieren repetir elecciones con INDRA para hacer el recuento y por supuesto favorable....Veremos si le sale bien o mal. La gente que votó a PS para unificar el voto en la izquierda se puede quedar en casa o votar directamente a Podemos. Las encuestas dan el resultado deseado por quienes las pagan. No son fiables para nada.

Lo que sí está claro es que nadie está obligado a dar sus votos gratis, a cambio de nada. En las CCAA no ha sido así, hay gobiernos de coalición con diferentes personas de diferentes partidos ocupando puestos de responsabilidad.

A nivel nacional eso según "la calva" de los floripondidos no es posible. ¿Tanta mierda hay que tapar?

Aparte de lo de vetar a un líder con el que tienes que negociar no se ha visto en el planeta Tierra nunca. Y el hecho demostrado de la manipulación por parte de la floripondios del documento de negociación debería haber tenido el efecto de apartarla ipso facto de esa negociación. Lejos de ello sigue en su puesto.

Todo ésto es un desbarajuste.
 
Ciencia política, gobiernos de coalición y una magdalena


MÁS DE JUAN CARLOS MONEDERO
21/08/2019


Leo con atención las reflexiones de mis colegas politólogos sobre el posible gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos. Y como en tantas otras veces, me sorprende nuestra fragilidad como científicos. Tengo el pálpito, como dicen neurobiólogos como Damasio, de que primero sienten si quieren o no ese gobierno compartido y solo después ponen su saber científico, sobre todo asentado en el comparativismo, al servicio de esa inclinación previa. Se habla mucho de las posibilidades de un gobierno de coalición y nada del programa presentado por Unidas Podemos. Hablar de ideologías no es “científico”.


Nos recordaba Weber que la objetividad en las ciencias sociales viene golpeada desde el momento en el que ponemos la mirada en unos sitios y no en otros, de manera que ya desde la propia elección del objeto de conocimiento estamos siendo parciales. Lo más honesto es saber que nadie es neutral y que lo más que podemos hacer es intentar ser objetivos. Pero sabiendo que es bastante probable de que estemos sesgados y que nuestra mirada es parcial. Aunque solo sea porque es infinitamente más lo que ignoramos que lo que sabemos. Y toda esa ignorancia convierte nuestras investigaciones en poco objetivas.
Hay otro problema no menor. Los politólogos que no cuestionan lo que existe suelen creer que son más objetivos que sus colegas críticos con lo que existe.

Les cuesta aplicarse a sí mismos los presupuestos metodológicos que enseñan a los doctorandos. Algunos incluso creen que un politólogo serio no puede ser antisistema, aunque ellos mismos no vivan con indignación el vaciamiento de la soberanía o de la democracia en la fase neoliberal del capitalismo europeo y lo afirmen desde revistas académicas, radios, televisiones o periódicos mimetizados con el sistema. La verdad es que estás tan contaminado habiendo participado del 15M y escribiendo sobre los indignados que votando en las elecciones, militando en un partido o haciendo investigación para un gobierno al tiempo que escribes sobre el parlamentarismo o los sistemas electorales.

El comparativismo, una de las fortalezas de la Ciencia Política, es una de las señales de debilidad de la politología, especialmente porque compara cosas que en rigor no se pueden comparar. Ni dos países son iguales ni dos procesos son idénticos ni los momentos pueden equipararse, a veces porque tienen lugar en tiempos históricos diferentes y otras porque a pesar de ser contemporáneos, cómo se vive el tiempo histórico en unos países y otros es radicalmente diferente.

Estas precisiones me rodean porque veo que a mis colegas les cuesta decir dónde está el verdadero problema del PSOE para no querer un gobierno de cooperación con Unidas Podemos. En las comparaciones que se hacen con otros países se ignora lo más relevante: la obcecación del PSOE es tan exagerada no por ningún problema objetivo que afecte a la gobernabilidad, sino porque sería la primera vez que un gobierno de esas características tendría lugar en España y, casi podría decirse lo mismo, en Europa.

El PSOE ha vivido con enorme comodidad el bipartidismo. Desde 1977, al PSOE no le ha ido mal. Ni en los peores momentos lo ha perdido todo y en algunas ocasiones ha ganado mucho, incluidas mayorías absolutas y gobiernos en la mayoría de las Comunidades Autónomas y principales alcaldías (es la base de lo que Katz y Mair llaman la cartelización de los partidos políticos). Pero ese tiempo se ha pasado y para el PSOE, reconocer que necesita a una fuerza a su izquierda para gobernar es algo peor que un jarro de agua fría. Si Unidas Podemos gobierna en España, se termina el monopolio del voto útil que ha tenido el PSOE en el gobierno central desde la izquierda.

Si en buena parte de Europa los partidos socialistas se han convertido en irrelevantes, la entrada en el gobierno de UP sería una señal en esa dirección, esto es, el reconocimiento de que el PSOE ya no tienen la hegemonía total en la izquierda en España. Por eso se comporta como un niño caprichoso que cree que por cerrar los ojos va a desaparecer la situación que le desagrada. Si se le suma el comportamiento arrogante y veleta de Pedro Sánchez, se entiende mejor la absurda situación actual donde el PSOE grita desde sus 123 escaños que quiere gobernar como si tuviera 176.

El comportamiento errático de la Vicepresidenta del Gobierno no ayuda. Es la insulsez de decir que un acuerdo de gobierno “caduca”. Es lo que pasa cuando dice con unos pocos minutos de diferencia que UP se negó a crear un gobierno compartido inédito en Europa y lleno de posibilidades y, en un giro de 180%, seguir argumentando a continuación que es una locura un gobierno compartido porque serían dos gobiernos en uno. Es la vacuidad de decir que si se retiraba Pablo Iglesias desaparecía los problemas y decir cuando Iglesias se retira que los problemas en realidad son otros. Es lo que pasa cuando buscas argumentos para lo que no tiene mucha explicación: la negativa de Sánchez a negociar un gobierno estable de colaboración con Podemos que sume más que los 147 escaños de la derecha.


¿Por qué la derecha puede juntarse sin problemas para formar gobiernos y Pedro Sánchez pone tantas pegas? ¿Por qué Pablo Casado puede insistir en sumar a las tres derechas, incluida la extrema derecha de VOX, y desde el Gobierno se pretende aislar a Podemos y se les ha llegado a acusar de no tener compromiso con la democracia?


La explicación es sencilla: las diferencias entre las tres derechas no es ideológica. VOX es una escisión del PP y Ciudadanos es un invento del IBEX 35 para intentar frenar la sangría de votos del PP a causa de la corrupción.Ni VOX ni Ciudadanos nacen porque el PP dejara en algún momento de ser de derechas. En cambio, Podemos nace porque el PSOE dejó de ser de izquierdas. Pedro Sánchez llega a la Secretaría General del PSOE aupado por la derecha del partido contra Eduardo Madina, se queda en el limbo cuando los barones le sacan de la dirección del PSOE, se hace antisistema en la carrera hacia la Secretaría General, retoma el discurso de la izquierda en las elecciones generales y vuelve de nuevo a la derecha desde el gobierno en funciones. Este viaje se ve en las pensiones, en la lista de la amnistía fiscal, en la derogación de la reforma laboral, en la limitación del precio de los alquileres o en la inhumanidad demostrada con el Open Arms que recuerda al PSOE que puso las concertinas en Ceuta y Melilla.


Cuando el PP se junta con VOX y Ciudadanos no hace concesiones ideológicas porque sos sustancialmente lo mismo. Pero cuando el PSOE se junta con Unidas Podemos, tiene que recuperar su ideario socialista y confrontar al poder económico de España. Y Pedro Sánchez no quiere. No es que las derechas se unan y las izquierdas vayan separadas. Es que el PSOE quiere ocupar todo el espacio electoral de la izquierda, quiere tener todo el gobierno posible de la izquierda -aunque no le den los votos- y no está dispuesto a hacer políticas de izquierda que le confronten con el capitalismo financiero, con la monarquía o con la Unión Europea en su deriva neoliberal.

Y por eso, Pedro Sánchez quiere llevarnos a los españoles otra vez a elecciones: porque prefiere un gobierno con Ciudadanos o con el PP que le permita justificar unas políticas conservadoras y seguir diciendo que son una fuerza de izquierda. Y si de paso puede intentar echarle otra palada de arena para que Unidas Podemos desaparezca, miel sobre hojuelas. Porque solo desapareciendo Podemos, dejaría de recordarle al PSOE de Sánchez que ya no tiene ningún interés en hacer políticas de izquierda. Aunque de esto no hable mucho la ciencia política y los politólogos. Menos que de magdalenas.

https://blogs.publico.es/juan-carlo...-ud1GFQFPdgbpaLI1HqAWMqHandWc_Gs0jxpe-Nb_yz94

Poco se habla de lo que costaría en dinero a las arcas públicas unas nuevas elecciones por el capricho del PXXE y de Pedro Sanchez. Ahora bien, cuando se hablaba de Cataluña ¡Eso, eso era otra cosa!
 
Después de explayarse agustito ante los micrófonos (y varios días seguidos) ,ahora se hace la victima sobre el Open Arms,en Moncloa le han tenido que tirar muy bien de las orejas (y muy fuerte).Esta "señora" carece de escrúpulos.
 
¿ Es Carme Calvo un topo del clan que dirige el Sr. X calviva?
En gobierno de Zapatero como ministra de cultura se dedico a crear enfrentamientos con los otros miembros del gobierno del que salió por la puerta de atrás.
En el gobierno de Sanchez actúa como si fuera ella la presidenta y no Sánchez el presidente, las meteduras de pata de Calvo pareciera que están destinadas a dejar a Sanchez aislado y sin posibilidades de conectar partidos que le facilitaron la presidencia del gobierno ¿tiene el presidente miedo a reunirse con el PNV?
 
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