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LE PREGUNTA CÓMO ES POSIBLE QUE SE PRESENTE A LOS INDÍGENAS COMO «GENTE PURA E INOCENTE»
Un periodista le recuerda al cardenal Barreto que veinte pueblos indígenas practican el infanticidio

En la rueda de prensa posterior a la segunda jornada del Sínodo para la Amazonia, un periodista ha preguntado al cardenal peruano Pedro Ricardo Barreto por el hecho de que el sínodo presente a los indígenas como «gente pura e inocente», cuando unos veinte pueblos amazónicos practican hoy en día el infanticidio. El cardenal dijo desconocer un hecho que, sin embargo, fue confirmado por la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas.

8/10/19 8:53 PM


(InfoCatólica) En su intervención, el cardenal Pedro Ricardo Barreto Jimeno, Arzobispo de Huancayo en Perú y Vicepresidente de la Red Eclesial Panamazonica, recordó como la Iglesia siempre se ha preocupado siempre por los pueblos indígenas –citando a los papas Benedicto IX y San Pío X– y resaltó la importancia de la figura de San Francisco de Asís.

La polémica, sin embargo, surgió cuando un periodista preguntó al cardenal cómo era posible que en el Sínodo, ignorando las consecuencias del pecado original, se presente a todos los indígenas de una forma idílica –«gente pura e inocente»– cuando hay al menos 20 tribus que practican habitualmente el infanticidio. El periodista, tras añadir que la Conferencia Episcopal Brasileña indicó que tal hecho forma parte de la cultura integral indígena, ha requerido el parecer de Victoria Lucia Tauli-Corpuz, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, participante en el Sínodo

El cardenal ha respondido que aunque saben que no todo es perfecto entre los pueblos indígenas, «nunca he escuchado que 20 tribus practiquen el infanticidio. Esto no se puede decir tan a la ligera, ya que apunta a una situación de salvajismo». Y ha añadido que si algo está muy claro es que la Iglesia defiende la sacralidad de la vida humana, tras lo cual ha señalado que el papa Francisco habló ayer de aquellos que se burlan de que los indígenas lleven plumas en la cabeza. Luego ha asegurado que si alguien en la Iglesia sostiene que esa prácticas son admisibles, está rechazando la esencia del Evangelio.

Sin embargo, Tauli-Corpuz admitió que la ONU conoce dichas prácticas «contrarias a los estándares internacionales sobre los derechos humanos» y que además los propios indígenas han reconocido que deben cambiar algunas de sus tradiciones. Y ha añadido:

«Los pueblos indígenas tienen la obligación de hacer que su cultura sea coherente con las normas internacionales sobre derechos humanos»


VÍDEO EN ENLACE


Catholic Sat@CatholicSat


At #SinodoAmazonico Presser; a journalist asks about the presentation of indigenous peoples as pure and innocent, when 20 or so tribes practice infanticide and the Brazilian Bishops' Conference support of this practice as part of Indian culture. Responses below [Thread]

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:eek::eek::eek::eek:

Francisco, a su periodista predilecto: «Jesús no era Dios».
Por
RORATE CÆLI
-
09/10/2019


Empecemos por las declaraciones textuales recogidas por el periodista predilecto de Francisco, Eugenio Scalfari, que han aparecido hoy en La Reppublica (disponibles en línea desde ayer):

«Quienes, como me ha sucedido a mí muchas veces, hemos tenido la suerte de encontrarnos con él y conversar en la mayor intimidad cultural, sabemos que para el papa Francisco Jesús de Nazaret no es Dios, sino hombre. Una vez encarnado, Jesús dejó de ser Dios y se hizo hombre hasta su muerte en la Cruz.»
[…]
»Cuando tuve oportunidad de hablar con él sobre estas afirmaciones, el papa Francisco me dijo: “Son la prueba irrefutable de que una vez que Jesús de Nazaret se hizo hombre, si bien un hombre de virtudes excepcionales, no era Dios ni mucho menos”».

(Seguidamente reproducimos los trozos principales. El enlace al texto original es a través de una conexión de pago):

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Ahora bien, es evidente que, como ha sucedido tantas veces con entrevistas oficiosas de Francisco con Eugenio Scalfari, algunos intentarán desmentir la veracidad de las afirmaciones de un periodista curtido como es Scalfari.

Limítemonos a recordar, para dejar constancia, que no hay motivos para dudar de la exactitud en general de lo que afirma. Hace mucho tiempo que dejamos de dudar de la fidelidad a las palabras textuales que suele tener Scalfari cada vez que cita a alguien.

Ahora que las entrevistas concedidas por el Sumo Pontífice a Scalfari están publicadas en el portal de la Santa Sede, y que algunas las ha publicado la Librería Editrice Vaticana (por ejemplo, en el libro que vemos a la derecha), ya no dudamos.

(Traducido por Bruno de la Inmaculada. Artículo original)

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Experto explica que Sínodo de la Amazonía abandonaría la Iglesia si cambiase el sacerdocio
Por
Adelante la Fe
-
10/10/2019


El 4 de octubre de este año, Voice of the Family, asociación de organizaciones pro vida y profamilia, celebró una mesa redonda en Roma para abordar cuestiones críticas para la Iglesia y para la familia en vísperas del Sínodo de Obispos para la Amazonía. El informe de LifeSiteNews se puede leer aquí. Seguidamente reproducimos el texto completo de la ponencia que pronunció José Antonio Ureta.

En su obra Revolución y contrarrevolución, Plino Corrêa de ElAceitunoMisogino explica que lo que dio lugar al protestantismo fueron la soberbia y la sensualidad, que buscan la satisfacción en los placeres de una vida pagana. El triunfo de la sensualidad se estableció con la introducción del divorcio y la eliminación del celibato para los clérigos, mientras que la soberbia llevó a negar el sacerdocio jerárquico al reducirlo a una mera delegación del sacerdocio común de los fieles.

El Concilio de Trento asestó un golpe decisivo a las afirmaciones luteranas definiendo el carácter sacramental e indisoluble del matriomonio y el cimiento divino de la jerarquía eclesiástica, basada en el sacramento del Orden.

La encíclica Amoris laetitia del papa Francisco sancionó en la práctica la aceptación del divorcio por parte de la Iglesia Católica. El párrafo 129 del Instrumentum laboris del inminente Sínodo pide poco menos que la práctica abolición del celibato eclesiástico. Sería cuestión de tiempo que dicha experiencia se extendiese al resto de la Iglesia.

De todos modos, una ofensiva neoluterana contra el sacerdocio y la naturaleza jerárquica de la Iglesia ya estaba en marcha desde hace tiempo. En 1973, la VIII Semana de Teología de Kinshasa ya exigía una «reestructuración de los ministerios» y manifestó que «sería conveniente ordenar a laicos para presidir la Eucaristía». Poco después, el jesuita francés Joseph Moingt concibió dicha reestructuración mediante una bipartición: unos pocos sacerdotes célibes, formados en seminarios, ejercerían un ministerio universal permanente recorriendo las poblaciones de su jurisdicción mientras fieles seglares se turnarían para presidir la celebración de la Eucaristía en cada localidad.

El teólogo de la liberación Leonardo Boff volvió sobre el tema aduciendo que «el poder de Cristo (exousia) radica no sólo en algunos miembros, sino en la totalidad del pueblo de Dios» y que «todos los ministerios surgen dentro de la comunidad y para la comunidad». En consecuencia, «gracias a su delegación ad hoc, el jefe de la comunidad debe presidir la Cena del Señor».

Respondiendo a estas tonterías, el cardenal Joseph Ratzinger escribió un artículo para L’Osservatore Romano en el que puso de relieve la necesidad de evitar «la devaluación de las órdenas sagradas y caer en una protestantización de los conceptos de ministerio y aun de la propia Iglesia».

Ni ésta ni otras intervenciones de la Santa Sede impidieron el resurgimiento del trillado concepto luterano de un sacerdocio delegado de la comunidad en los escritos de S.E. Fritz Löbinger, obispo emérito de Aliwal (Sudáfrica), que prevé, como solución a la crisis vocacional, dos formas de sacerdocio: sacerdotes comunales y sacerdotes diocesanos, por el estilo de los ideados hace cincuenta años por el P. Moingt. A fin de acentuar la diferencia entre ambos modelos, habría que ordenar simultáneamente a una comisión de dirigentes comunales que se encargarían entre todos de las diversas competencias. Esto tendría la ventaja de mantener la forma de vida de los fieles. «Es posible combinar –afirma Löbinger– una profesión secular con el sacerdocio, ya que en algunas confesiones cristianas hay miles de presbíteros que trabajan a media jornada».

Los detalles prácticos de la fórmula de Löbinger los dio el papa Francisco durante una entrevista en el vuelo que lo traía de vuelta de Panamá: «Se podría ordenar a un señor mayor casado, pero sólo para que ejerza el munus santificandi, es decir, para celebrar Misa, administrar el sacramento de la reconciliación y ungir a los enfermos. El Orden Sacerdotal confiere los tres munera: regendi –para gobernar como pastor–, docendi –para enseñar– y sacrificandi. Todo esto lo da la ordenación. El obispo se limitaría a conferir la facultad de ejercer el munus santificandi; ésta es la tesis.

Esta tesis se transcribió en el punto 127 del Instrumentum laboris, que dice que las tribus amazónicas poseen «un alto sentido de igualdad» donde «la autoridad es rotativa» y «no se acepta el clericalismo en sus diversas formas de manifestarse», por lo que exhorta a «sería oportuno reconsiderar la idea de que el ejercicio de la jurisdicción (potestad de gobierno) ha de estar vinculado en todos los ámbitos (sacramental, judicial, administrativo) y de manera permanente al sacramento del orden.»

El sacerdote alemán Paulo Suess, miembro de la comisión preparatoria del Sínodo y de la que redactó los primeros lineamenta, insistió más tarde en el aspecto comunal de la propuesta: «Podemos imaginar un grupo de viri probati celebrando conjuntamente la Eucaristía. La Iglesia los convoca y los instruye para hacer juntos lo que ninguno puede hacer solo [¡sic!] El vínculo con la comunidad y para la comunidad, dentro de una diócesis y una parroquia, puede hacer de la Iglesia una comunidad de comunidades.

El carácter luterano de tan novedosos ministerios que surgen de la comunidad se hace patente en el párrafo 138 del Instrumentum laboris, en el que se elogia a los pastores evangélicos por haber «formado pequeñas comunidades con rostro humano, donde la gente se siente valorada personalmente» y por «personas como las demás, fáciles de encontrar, que viven los mismos problemas y se vuelven “más cercanas” y menos “diferentes” al resto de la comunidad». Estos pastores protestantes, prosigue el documento, «nos están mostrando otro modo de ser iglesia donde el pueblo se siente protagonista y donde los fieles pueden expresarse libremente sin censura ni dogmatismos o disciplinas rituales».

Si los padres sinodales y el papa Francisco aprueban de modo claro o ambiguo el párrafo 127 del Instrumentum laboris, el neoluteranismo habrá derrotado al Concilio de Trento. Pero ¡ay!, semejante estructura eclesiástica basada en un sacerdocio no ministerial ni jerárquico ya no será la Iglesia Católica (1).

(1) En los cuatro artículos que publiqué sobre el Sínodo Panamazónico se puede encontrar una detallada exposición de este tema.

(Traducido por Bruno de la Inmaculada. Artículo original)
 
El cardenal Hummes preside «la Iglesia de rostro amazónico»
Por
Roberto de Mattei
-
10/10/2019


Las ideas no avanzan solas en la historia: se encarnan en hombres. Y entre los apóstoles de la Iglesia de rostro amazónico se encuentra el cardenal Claudio Hummes, arzobispo emérito de São Paulo, presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y nombrado por el papa Francisco relator general del Sínodo inaugurado el pasado 6 de octubre en el Vaticano.

«La misión de la Iglesia hoy en la Amazonia es el nudo central del Sínodo», ha explicado el cardenal Hummes en la inauguración este 7 de octubre de la primera congregación general del Sínodo. «El Papa dijo claramente que la relación de la Iglesia con los pueblos indígenas y la selva amazónica es uno de sus temas centrales», prosiguió el presidente de la REPAM, según el cual «hace falta que a los pueblos indígenas se les devuelva y garantice el derecho a protagonizar su propia historia, a ser sujetos del espíritu, y no objetos o víctimas del colonialismo. Sus culturas, lenguas, historias, identidades, espiritualidades constituyen la riqueza de la humanidad y deben ser respetadas, preservadas e incluidas en la cultura mundial». En su último libro, que acaba de aparecer, Il Sinodo per l’Amazzonia (Edizioni San Paolo, 2019), el purpurado explica que los pueblos amazónicos «viven desde siempre inmersos en una diversidad incalculable y fascinante (…) No podemos permitirnos que se pierda su sabiduría, su cultura, sus lenguas, su espiritualidad, su historia ni su identidad» (pgs. 44-45). El mitrado brasileño lucha por una Iglesia indigenista, «que defienda a los indígenas y sus derechos, su cultura, su historia y su identidad» (pág. 79), «[una Iglesia] encarnada e inculturada en las diversas culturas indígenas» (pág.84).

El cardenal Hummes ha recalcado el mantra del papa Francisco, según el cual «todo está conectado» (Instrumentum laboris, nº 25). La ecología integral nos hace entender que seres humanos y naturaleza están conectados: todos los seres vivos del planeta son hijos de la tierra». Por esa razón, «el Sínodo se desarrolla en un contexto de grave y urgente crisis climática y ecológica que afecta a todo el planeta». La Iglesia, agrega el cardenal, «no puede permanecer sentada en su casa, cuidando sólo de sí misma, encerrada entre paredes protectoras. Y menos aun mirando hacia atrás, añorando los tiempos pasados».

Ante la acuciante necesidad de la comunidad católica de la Amazonia, Hummes –que siempre ha sido partidario de la abolición del celibato sacerdotal– (La Stampa, 12 de noviembre de 2007), ha declarado que «que se abra camino a la ordenación sacerdotal de los hombres casados que en ellas habitan, considerada la gran carencia de curas que aflige a la mayoría de las comunidades católicas de la Amazonia. Asimismo, siendo hoy muchas las mujeres al frente de las comunidades amazónicas, han reclamado que su servicio sea reconocido y fortalecido mediante la creación de un ministerio para las mujeres que están al frente de las comunidades».

Para subrayar la urgencia de avanzar en el proceso de inculturación e interculturalidad que se desarrolla por la liturgia, el diálogo interreligioso y ecuménico y la piedad popular», Hummes recuerda diversas intervenciones que ha dedicado el papa Bergoglio a la Amazonia desde que en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro en 2013 habló de «consolidar el rostro amazónico de la Iglesia». Hummes cita a continuación la encíclica Laudato sii y el discurso de enero de 2018 en Puerto Maldonado (Perú), en el que inauguró simbólicamente el Sínodo de la Amazonía.

Claudio Hummes nació en 1934 y fue ordenado sacerdote en la orden de los Frailes Menores. Fue consagrado obispo por el cardenal Lorscheider, gran favorecedor de la teología de la liberación. Entre 1975 y 1996 estuvo a cargo de la diócesis de Santo André. En 1998 Juan Pablo II lo nombró arzobispo de São Paulo, y fue creado cardenal en 2001. En el cónclave de 2013, Hummes se sentaba al lado del cardenal Bergoglio, y se supone que fue él quien le sugirió el nombre de Francisco al Papa, diciendo: «No se olvide de los pobres». «Francisco no es un nombre» –escribió un amigo del cardenal, Leonardo Boff, en su libro Francisco de Roma y Francisco de Asís: ¿una nueva primavera de la Iglesia? (Trotta, 2013). Por su parte, el lema de Hummes es «el clamor de la naturaleza y el clamor de los pobres son un único y mismo grito»(Sínodo para la Amazonía, nº29), repitiendo casi al pie de la letra el título de un libro del ultraecologista Leonardo Boff: Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres (Trotta, 1995).

Feroz crítico del gobierno de Bolsonaro, Hummes pasado el pasado 2 de septiembre en un encuentro en São Pablo con los dirigentes de toda la izquierda brasileña, y en el que participó el sociólogo estadounidense Noam Chomsky.

En la ciudad de Santo André, cuyo obispado ocupó Hummes hasta 1996, nació en 1980 el Partido dos Trabalhadores (PT) de resultas de la unión de sindicalistas, intelectuales progresistas de la Universidad de São Paulo y católicos de la teología de la liberación. Hummes es amigo íntimo de Luiz Inácio Lula da Silva, ex presidente comunista brasileño que cumple pena de doce años y un mes de prisión por corrupción, lavado de dinero y otros delitos. En las manifestaciones sindicalistas brasileñas de los años ochenta, el entonces obispo de Santo André autorizó a las parroquias a dar acogida a los seguidores de Lula. Caminhada em São Bernardo do Campo lembra aniversário de Lula.

Mientras ocupaba la sede episcopal de Santo André, monseñor Hummes nombró además encargado de la pastoral obrera al agitador dominico Frei Betto, y autorizó su primer viaje a Cuba (Américo Freire e Evanize Sydow, Frei Betto –Biografia, con prefazione di Fidel Castro, Civilização Brasileira, 2016, pp. 246-247). Gracias a Frei Betto, de aquel encuentro entre Lula y Fidel Castro nació en 1990 el Foro de São Paulo, organización hispanoamericana que aglutina a todas las agrupaciones políticas de extrema izquierda con miras a reconstruir un nuevo frente internacional después de la caída de la Unión Soviética y del Muro de Berlín. Monseñor Claudio Hummes ha afirmado: «Lula es tan católico como todos los demás católicos de Brasil» (O Estado de São Paulo, 7 de abril de 2005). No sólo eso: durante una Misa en la capilla del palacio presidencial de Alvorada en Brasilia lo comparó con Jesucristo y con San Francisco (Folha de São Paulo, 28 de mayo de 2007).

El cardenal Walter Brandmüller ha expresado con estas palabras su parecer sobre la influencia de monseñor Hummes en el Sínodo de la Amazonía: «El solo hecho de que el cardenal Hummes sea presidente (relator general) del Sínodo le permitirá ejercer una gran influencia en un sentido negativo, y esto basta para que nuestra preocupación sea fundada y realista». El pasado sábado 5 de octubre, mientras en un encuentro internacional celebrado en el centro de Roma por el Instituto Plinio Correa de ElAceitunoMisogino, Brandmüller denunciaba la orientación panteísta del Sínodo, en los jardines vaticanos tenía lugar una ceremonia en honor de la diosa pagana de la fertilidad con la bendición del cardenal Hummes y el papa Francisco.

Monseñor Hummes representa en el Sínodo de la Amazonía lo que el cardenal Kasper en el de la Familia. Ambos son hombres de confianza del Papa, y los dos participaron en el encuentro a puerta cerrado que tuvo lugar el pasado 25 de junio para planificar la estrategia ultraprogresista de los próximos meses. Su papel en la destrucción de la Iglesia tiene que estar documentado, para quede constancia.

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)


Roberto de Mattei

http://www.robertodemattei.it/
Roberto de Mattei enseña Historia Moderna e Historia del Cristianismo en la Universidad Europea de Roma, en la que dirige el área de Ciencias Históricas. Es Presidente de la “Fondazione Lepanto” (http://www.fondazionelepanto.org/); miembro de los Consejos Directivos del “Instituto Histórico Italiano para la Edad Moderna y Contemporánea” y de la “Sociedad Geográfica Italiana”. De 2003 a 2011 ha ocupado el cargo de vice-Presidente del “Consejo Nacional de Investigaciones” italiano, con delega para las áreas de Ciencias Humanas. Entre 2002 y 2006 fue Consejero para los asuntos internacionales del Gobierno de Italia. Y, entre 2005 y 2011, fue también miembro del “Board of Guarantees della Italian Academy” de la Columbia University de Nueva York. Dirige las revistas “Radici Cristiane” (http://www.radicicristiane.it/) y “Nova Historia”, y la Agencia de Información “Corrispondenza Romana” (http://www.corrispondenzaromana.it/). Es autor de muchas obras traducidas a varios idiomas, entre las que recordamos las últimas:La dittatura del relativismo traducido al portugués, polaco y francés), La Turchia in Europa. Beneficio o catastrofe? (traducido al inglés, alemán y polaco), Il Concilio Vaticano II. Una storia mai scritta (traducido al alemán, portugués y próximamente también al español) y Apologia della tradizione.


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Anotaciones del Sínodo de la Amazonía nº2: La cuestión de los sacerdotes casados ya está decidida
Por
RORATE CÆLI
-
09/10/2019



Es indudable. Por esto han montado este circo tan caro.

Hoy, uno de los principales artífices del sínodo germano-austriaco sobre la región amazónica, Erwin Krautler, que fue obispo en la zona durante muchos años (años en los que la mayoría de la población, hastiada de una Iglesia politizada, se pasó a las iglesias evangélicas), declaró en la conferencia de prensa posterior a la sesión que no hay otra opción para la Amazonía que ordenar a hombres casados, porque la soltería es un concepto inconcebible entre las comunidades indígenas. Según el periodista liberal Christopher Lamb, Krautler declaró: «En muchas ocasiones, iba a un poblado indígena y me preguntaban dónde estaba mi mujer».

El celibato sacerdotal es un concepto que confundía y sigue confundiendo a la mayoría de la gente en el ámbito judaico, y también en el mundo de cultura grecorromana.

Krautler explicó además que hay una mayoría de más de los dos tercios que sumaría los votos necesarios para recomendar el cambio. Lo cual está claro, ya que a los participantes en el Sínodo se los seleccionó rigurosamente a fin de obtener los resultados deseados por Francisco y sus compinches.

Lógicamente, en la mentalidad liberal austriaca de Krautler eso quiere decir que también debería haber prelados y pontífices casados.

(Artículo original. Traducido por Bruno de la Inmaculada)

https://rorate-caeli.blogspot.com/2019/10/amazonic-notes-2-its-all-decided-on.html

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Cardenal Burke: el celibato es un regalo de Dios
Por
Corrispondenza Romana
-
09/10/2019





Que la abolición del celibato sacerdotal sea uno de los objetivos de cuantos quieren aprovechar el inminente Sínodo sobre el Amazonas para cambiar y así distorsionar la recta Doctrina, es un hecho bien conocido. Que este también sea el objetivo del Sínodo de la Iglesia alemana, con el Cardenal Marx a la cabeza, también lo es. Porque, en sentido opuesto, que esto no deba y no pueda llevarse a cabo se sabe, por los llamamientos, magistralmente claros, de la intervención del Cardenal Raymond Leo Burke que se publicará en el próximo número del mes de octubre de Radici Cristiane. Intervención, de la cual ofrecemos aquí una amplia anticipación.

En el artículo titulado Pertenecer totalmente a Cristo, el Cardenal Burke explica que «la identidad ontológica sacerdotal con Cristo, Cabeza y Pastor del rebaño del Padre en cada lugar y en todo momento» incluye «el celibato, es decir, la perfecta continencia para el Reino de los Cielos. Cuando este ofrecimiento es hecho con verdadera alegría, los fieles no pueden dejar de ver en el amor célibe un reflejo del amor fiel y duradero de Cristo por ellos. Al mismo tiempo, ofrecido con alegría, el celibato llena el corazón del sacerdote con un amor puro y casto por los fieles, así como con el deseo de entregarse cada vez más íntegramente a su servicio«.

Por lo tanto, el celibato sacerdotal debe ser vivido como una dedicación total al servicio de Dios y de los hombres, antes que nada a imitación de Cristo Sumo Sacerdote, quien observó perfecta continencia: «Si bien es cierto que ha habido y existen sacerdotes casados y después ordenados– explica el Cardenal Burke- está claro que, por la misma naturaleza del sacerdocio, conviene que el sacerdote sea célibe«, consagrándose a Dios con un corazón indiviso: «Seguir a Cristo totalmente, es decir, con todo el ser, es un don de la gracia. No es un don común, ya que consiste en la renuncia a un bien al que somos atraídos por la misma naturaleza. Esto explica como el sacerdote célibe recibe una paternidad más amplia en Cristo«. El Cardenal Burke también deja claro que: «El sacerdote no abraza el celibato por desprecio hacia las mujeres y los niños. De hecho, son exactamente las mismas cualidades que lo convertirían en un buen esposo y padre de familia que lo hacen ahora un buen sacerdote, un esposo de la Iglesia y un padre espiritual para una gran familia de hijos«. El sacerdote y las personas casadas -aclara también el Cardenal Burke-«obtienen de una única fuente inspiración y fuerza para su propio amor en la diversidad de sus vocaciones. El Señor otorga tanto el don del amor célibe como el del amor matrimonial. El don debe ser ante todo libremente aceptado, para después poder ser libremente ofrecido. En la medida en que el sacerdote ve en el celibato una imposición, no es capaz de ofrecer libremente el don del amor célibe a Dios y a la Iglesia. El celibato es una forma de vida. Una vida para amar a los demás, que adecua perfectamente al sacerdote al modo de amar del mismo Cristo. El don es dado con vistas a un bien superior: el Reino de los Cielos. Y por lo tanto es un verdadero privilegio recibir el don del amor célibe. Esto no significa que aquellos que reciben dicho don sean mejores que aquellos que no lo reciben, sino tan solo que Dios les dio el don del celibato para la edificación de Su Cuerpo Místico, que es la Iglesia. El día en que el sacerdote ya no renueva el don, comienza a estar cada vez menos dispuesto a amar como Cristo ama.». De ahí la invitación a la oración cotidiana por la pureza y la castidad, «el primer camino para apreciar este regalo hecho por Dios a Sus sacerdotes. El segundo camino es aquel marcado por el ascetismo, gracias al cual el don se irradia de la persona del sacerdote con un esplendor cada vez mayor. Esto es aún más cierto en una sociedad que ha excluido a la sexualidad del plan de Dios«.

En Pastores dabo vobis, Juan Pablo II recuerda la ayuda esencial de la amistad para llevar una vida de amor célibe: «Puesto que el carisma del celibato, aún cuando es auténtico y probado, deja intactas las inclinaciones de la afectividad y los impulsos del instinto, los candidatos al sacerdocio necesitan una madurez afectiva capaz de prudencia, de renuncia a todo lo que pueda ponerla en peligro, de vigilancia sobre el cuerpo y el espíritu, de estima y respeto en las relaciones interpersonales con hombres y mujeres. Una ayuda valiosa podrá encontrarse en una adecuada educación para la verdadera amistad, a semejanza de los vínculos de afecto fraterno que Cristo mismo vivió en su vida. (cf. Jn. 11, 5). Con verdadera amistad se puede vivir serenamente aquella soledad que, aunque constituyendo siempre una parte de toda forma de amor, representa la totalidad del amor célibe vivido concretamente. Pero, en esta misma soledad el sacerdote encuentra también y sobretodo un lugar privilegiado de comunión con Dios, una proximidad con sus amigos a través de la oración por sus intenciones y el afecto, puro y desinteresado por ellos».

Una mención aparte merece el «desafío al amor célibe que representa una sociedad marcada por el feminismo radical y la ausencia de padres. Esta situación ha alcanzado un punto verdaderamente absurdo en la discusión actual sobre identidad de género, la cual pretende que nosotros tenemos el derecho de definirnos sexualmente a voluntad– afirma el Cardenal Burke. Como resulta claro, esta forma de pensar conduce al olvido del verdadero fin del instinto sexual, que en el hombre nunca puede concebirse como meramente animal. Hoy somos testigos de muchas formas de comportamiento esclavizante, como consecuencia de la presunción generalizada de que la felicidad del hombre puede conquistarse con la repetición de actos pecaminosos y desordenados. Por el contrario, sabemos que el único camino verdadero para alcanzar la felicidad, incluso en lo que dice respecto a nuestra sexualidad, es el que está inscripto en nuestros corazones: el camino del amor puro y casto, del cual el amor célibe es un elocuente testimonio y para el cual es inspirador».

¿Quién puede desaprovechar, incluso violar todo esto, en lo que reside la alegría más auténtica y profunda del sacerdocio? Quien desee leer el texto completo del Cardenal Burke, con las específicas y oportunas referencias a las Sagradas Escrituras y al Magisterio, podrá encontrarlo en la edición de octubre de Radici Cristiane, en breve en las casas de todos los suscriptores.

L’articolo Cardenal Burke: el celibato es un regalo de Dios proviene da Correspondencia romana | agencia de información.
 
El papa Francisco ha causado un grave daño a la Fe: hay que decírselo claro
Por
Adelante la Fe
-
08/10/2019



El 4 de octubre de este año, Voice of the Family, asociación de organizaciones pro vida y profamilia, celebró una mesa redonda en Roma para abordar cuestiones críticas para la Iglesia y para la familia en vísperas del Sínodo de Obispos para la Amazonía. El informe de LifeSiteNews

se puede leer aquí. Seguidamente reproducimos el texto completo de la ponencia que pronunció John-Henry Western, cofundador de LifeSiteNews.

4 de octubre de 2019 .—Ya llegó. Esta semana dará comienzo el Sínodo de la Amazonía. Se espera que sea el mayor cataclismo para la Fe que haya conocido la Iglesia. Recemos por que no resulte tan terrible como se augura.

Unos pocos cardenales han advertido de la apostasía y las herejías expresadas en el documento preparatorio del Sínodo, pero la mayoría han guardado silencio. Los fieles no podemos permanecer callados, porque está en juego la fe de nuestros hijos. Como católicos, tenemos derecho a que nuestros sacerdotes y obispos, y el Papa más que nadie, nos transmitan fielmente la fe de Jesucristo.

En estos momentos tenemos todo lo contrario, sobre todo con el papa Francisco. Ha causado un grave daño a la Fe, y es hora de decirlo alto y claro. Por amor a Cristo, por el bien de su Iglesia, por amor a nuestra bienaventurada Madre del Cielo, por el bien de nuestros hijos por los que vivimos para transmitirles la única Fe verdadera, debemos proclamar desde las azoteas: ¡Basta!

Que el Cuerpo Místico de Cristo clame a Dios como clamó Nuestro Señor al Padre desde la cruz, porque muchos pastores de su Iglesia la han traicionado. El Papa pisotea al clero fiel que se ha esforzado por defender las enseñanzas de Cristo mientras honra y coloca en puestos importantes a los que propagan la confusión.

El Sumo Pontífice se ha conquistado la amistad del mundo, pero al precio de traicionar la verdad del Salvador. Al aplastar a los cardenales buenos, a las órdenes religiosas fieles y a las instituciones y academias ortodoxas; al ascender y promocionar a prelados heterodoxos; al dar señales personales de aprobación a los actos homosexuales y a abortistas; al impartir enseñanzas falsas sobre anticoncepción, cohabitación y adulterio, el Papa ha demostrado que lo guía un espíritu contrario al Evangelio en vez del Espíritu Santo, cuando siendo como es el Papa podría beneficiarse más que nadie de su dirección.

El papa Francisco ha exhortado a los pastores a tener olor a oveja. Pero los pastores deben tener también la fragancia de Cristo. Las ovejas reconocen el olor del pastor formado según el molde de Cristo. Todos los católicos fieles sabemos reconocer a un pastor que es un hijo fiel de Nuestra Señora. Lo notamos en su devoción en Misa, en su comportamiento en la oración, en sus homilías, sus enseñanzas, sus consejos en el confesionario y su manera de amonestar a los pecadores y alentar a los fieles. Sus amigos son los más fieles, en tanto que los que quieren destruir la Iglesia rehaciéndola a su imagen y semejanza se convierten en enemigos suyos, mientras que los buenos sacerdotes rezan a pesar de todo porque se conviertan.

Los fieles saben reconocer al buen sacerdote. Aunque nos tomen el pelo una vez, al final descubrimos la verdad.

Esto no quiere decir que no queramos al papa Francisco. Ciertamente no sería amor disimular tan monumentales inquietudes y quedarnos callados, porque son cosas que a él le hacen más daño que a nadie. Tendrá que dar cuenta de sus actos ante Cristo el Día del Juicio, como todos nosotros.

Debemos seguir rezando por el Papa todos los días. Rezar por que se convierta.

No entro a juzgar sus intenciones. Es más, doy por sentado que cree que lo que hace es para el bien de la Iglesia. Pero está clarísimo que se está creando una falsa Iglesia y una falsa imagen de Cristo.

Una Iglesia razonable que contraviene la doctrina en casos difíciles; una Iglesia que da a entender que el Infierno está vacío; una Iglesia que siembra dudas sobre la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía; una Iglesia que prioriza consideraciones políticas como la inmigración por encima de doctrinas no negociables como las relativas al aborto es una falsa iglesia.

Estas acusaciones son graves, desde luego, pero no hace falta ser teólogo para darse cuenta de que se está distorsionando la Fe. No abandonaremos la Iglesia; es la única Iglesia verdadera, no hay ninguna otra. Combatiremos por la verdad de Cristo en la Iglesia porque estamos dispuestos a dar la vida por esta Fe.


Nos comprometemos a estar más fielmente entregados que nunca a Nuestra Señora, porque sabemos que al final su inmaculado corazón triunfará. Nos advirtió que vendrían estos tiempos. Que en la batalla decisiva entre Nuestro Señor y el reino de Satanás estarían en juego el matrimonio y la familia. Y ya ha llegado. En pie con Nuestra Señora, no tenemos miedo. Y decimos con Ella amén, así sea, a todo cuanto permita el Padre en el sufrimiento del Cuerpo Místico de Cristo.

Sabemos que después viene la resurrección. Podemos regocijarnos ya por saberlo, ya que la magnitud del sufrimiento hará más milagrosa la victoria final.

(Traducido por Bruno de la Inmaculada. Fuente)

https://www.lifesitenews.com/news/p...-faith-must-be-called-out-lifesite-co-founder
 
El Sínodo de la Amazonía demuestra que la Iglesia ha sido infiltrada desde dentro
Por
Adelante la Fe
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08/10/2019



El 4 de octubre de este año, Voice of the Family, asociación de organizaciones pro vida y profamilia, celebró una mesa redonda en Roma para abordar cuestiones críticas para la Iglesia y para la familia en vísperas del Sínodo de Obispos para la Amazonía. El informe de LifeSiteNews se puede leer aquí. Seguidamente reproducimos el texto completo de la ponencia que pronunció el Dr. Taylor Marshall.

4 de octubre de 2019 (LIfeSiteNews) .– ¿Por qué dimitió S.S. Benedicto XVI el 28 de febrero de 2013? ¿Por qué cayó un rayo sobre el Vaticano en sincronización con este suceso? ¿Se debió a un escándalo en el banco vaticano? ¿O a un escándalo sexual que salpicó a los más altos cardenales? ¿O a una crisis doctrinal?

Todas estas preguntas y dudas se vinculan si se reconoce un hecho demostrado y relacionado: que en algún momento de los últimos cincuenta años, o incluso antes, Satanás se ha introducido de un modo particular en la Iglesia Católica. Durante más de un siglo, los organizadores de la Masonería, el liberalismo y el modernismo se han introducido sigilosamente en la Iglesia Católica al objeto de transformar su doctrina, su liturgia y su misión sobrenaturales para volverlas seculares.

Los católicos son cada vez más conscientes del cambio climático que se está obrando en la Iglesia.

Algunos señalan al polémico pontificado de Francisco. Otros ponen de relieve la confusión en torno a la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI en 2013. Otros están convencidos de que Juan Pablo II no era quien pensábamos. Pero la mayoría están de acuerdo en que el Concilio Vaticano II, la Misa Novus Ordo y el pontificado de Pablo VI desencadenaron una confusión monumental en la Iglesia. Ahora bien, ¿puede decirse que el desencadenante fue la apertura del Concilio en 1962?

Sostengo que las raíces de la podredumbre se hunden hasta un plan que se puso en marcha unos cien años antes del Concilio. Se trataba de sustituir la religión sobrenatural del Cristo crucificado y resucitado por la religión natural del humanismo y el mundialismo. Refleja la decisión original de Adán y Eva de ser como dioses ingiriendo los frutos de la naturaleza en lugar de arrodillarse para recibir el fruto sobrenatural de la gracia de Dios. Lucifer también se rebeló contra Dios porque en su orgullo quiso ascender hasta el trono de Dios en vez de participar en la vida sobrenatural de Dios y ahondó en su propia naturaleza y se proyectó hacia las estrellas, por lo que se desplomó hasta los abismos infernales.


El sobrenaturalismo –la confianza en Dios, que está por encima de la naturaleza– es catolicismo.

El naturalismo –la confianza en nuestra naturaleza creada prescindiendo de Dios– es satanismo.


La Iglesia Católica está en crisis porque los enemigos de Cristo tramaron y conspiraron para instalar en la silla de San Pedro a un papa que sirviera a Satanás. Desde Nerón hasta Napoleón, los enemigos de Cristo terminaron por descubrir que si asesinaban al Papa no suscitarían sino simpatía y crearían mártires. Ha sido una estrategia fallida en todas las épocas. Por eso, han procurado actuar subrepticiamente para lograr que uno de los suyos calce las sandalias de San Pedro. Serían necesarias décadas, incluso un siglo, para crear los seminarios, los sacerdotes, los obispos, los cardenales electores e incluso el pontífice o pontífices que necesitarían, pero valdría la pena esperar. Se ha tratado de un plan lento y paciente para llevar a cabo una revolución satánica en la que el Papa sea su títere.

Dijo San Pablo: «Para nosotros la lucha no es contra sangre y carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los poderes mundanos de estas tinieblas, contra los espíritus de la maldad en lo celestial» (Efesios 6,12). La crisis de la Iglesia se debe a la intrusión de los mencionados «poderes mundanos de las tinieblas», y sólo se puede purificar con una guerra santa contra los demonios.

En la homilía de la Santa Misa con motivo de la festividad de San Pedro y San Pablo el 29 de junio de 1972, cuando se conmemoraba el noveno aniversario de su coronación como Obispo de Roma, Pablo VI se lamentó: «Se podría decir que por alguna misteriosa rendija… no, no es ningún misterio: por alguna rendija el humo de Satanás se ha infiltrado en la Iglesia de Dios. Reinan la duda, la incertidumbre, los problemas, el desasosiego, la insatisfacción y la discordia». (1) Este testimonio de Montini no se limita a reconocer que la Iglesia se ha secularizado; afirma que el humo del propio Satanás ha penetrado por una rendija en la Iglesia Católica.

La Iglesia ha sido infiltrada desde dentro, y esta infiltración se remonta como mínimo al reinado de Pío IX. Es un ataque contra la fe sobrenatural, los milagros, la revelación divina y el origen mismo de nuestra creación: la identidad como varón y hembra creada por Dios, la institución del matrimonio y el precepto de la Ley Natural de crecer y multiplicarse mediante el matrimonio. Y además, es una resurrección de la idea pagana de «seréis como dioses».

(Traducido por Bruno de la Inmaculada. Fuente)
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EL BEATO PAPA PIO IX

El Beato Papa Pio IX
Fuente: Zenit

Pío IX, en el siglo Giovanni Maria Mastai Ferretti, nació el 13 de mayo de 1792 en Senigallia. Fué elegido pontífice el 16 de junio de 1846, suscitando esperanzas en los ambientes patrióticos liberales y católicos: uno de los primeros actos fue la promulgación de una amnistía para los prisioneros políticos y consintió algunas reformas en el Estado Pontificio. En los primeros dos años del pontificado, se ganó el título de papa liberal, patriótico y reformador.

En abril de 1848, cuando era evidente que la masonería internacional fomentaba atentados, revoluciones y desórdenes contra el Papado y las naciones tradicionalmente católicas, Pío IX tomó distancia de las facciones más radicales de los patriotas italianos. A raiz del desencadenamiento de motines insurreccionales en Roma, se trasladó a Gaeta, mientras que en la ciudad eterna se proclamaba poco después, en 1849, la República Romana por parte de Giuseppe Mazzini, Carlo Armellini e Aurelio Saffi. Las iglesias fueron saqueadas mientras Mazzini se incautaba de obras de arte, propiedad de la Iglesia, para pagar a la masonería británica que había anticipado el dinero necesario para tomar Roma.

Gracias a la intervención de las tropas francesas, la República romana cayó y el Papa pudo volver a la capital en 1850. Desde entonces, el Pontífice puso en marcha una política de intransigencia («Non possumus») hacia las exigencias del poder laico, convirtiéndose en el adversario más acérrimo del ala anticlerical de la masonería.

En 1854, proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción y, en el primer Concilio Vaticano (1869_70), el dogma de la infalibilidad papal. En 1864, promulgó la encíclica «Quanta cura», con el anexo del «Sillabus», una lista de enseñanzas prohibidas, con la que la iglesia condenaba los errores del momento y conceptos liberales e iluministas. Con la llegada de la unidad de Italia, el último papa_rey se vió desposeido de las regiones de la Romaña (1859), Umbría, las Marcas (1860) y, en 1870, la misma Roma, con la conocida toma de Porta Pia, el 20 de septiembre, que marcó el fin del poder temporal de los papas.

Desde entonces, la masonería italiana celebra su propia fiesta anual, justamente el 20 de septiembre, en recuerdo de la victoria contra la Iglesia. Los documentos antimasónicos del Pontificado de Pío IX son unos 124 y se subdividen en 11 encíclicas, 61 cartas breves, 33 discursos y alocuciones y documentos de varios dicasterios eclesiásticos. Según Pío IX, todos los males que se abatieron en aquél tiempo sobre la Iglesia y sobre la sociedad provenían del ateismo y del cientismo del siglo XVII, postulado por la masonería y exaltado por la Revolución Francesa. En la encíclica «Qui pluribus» (9/10/1849), Pio IX habla de «hombres ligados por una unión nefanda» que corrompen las costumbres y combaten la fe en Dios y en Cristo postulando el naturalismo y el racionalismo y, sobre todo, poniendo en marcha el conflicto entre ciencia y fe. Otro error atribuido a este círculo de pensadores es el hablar de progreso como un mito y contraponerlo a la fe.

Ante estas acusaciones precisas, la Masonería reaccionó con un desdén violento. En primer lugar, convocó un «Anticoncilio masónico, Asamblea de librepensadores» con la idea de liderar un movimiento internacional dedicado a combatir sin tregua al Vaticano. Entre los escritos que se difundieron para esta convocatoria masónica, había uno que decía «El Anticoncilio quiere luz y verdad, quiere ciencia y razón, no fe ciega, no fanatismo, no dogmas, no hogueras. La infalibilidad papal es una herejía. La religión católica romana es una mentira; su reino es un delito».

En esta situación de beligerancia contínua, Pío IX no perdió el ánimo y siguió su trabajo para compactar la Iglesia en torno a un principio de unidad. Atribuyó gran importancia a la espiritualidad popular, a la relación con los santos, especialmente a María a través del reconocimiento de las apariciones de La Salette y de Lourdes. Dió impulso a procesiones, peregrinaciones y todas las formas de piedad popular. En 1870, inauguró un nuevo modo de elección de obispos y prelados, elegidos no ya preferentemente entre los notables sino entre los sacerdotes comunes, allí donde se manifestasen los méritos pastorales. Su popularidad creció enormemente. Fue obstinado en no aceptar ningún arreglo con el Estado italiano. Murió el 7 de febrero de 1878, pero la masonería trató de perseguirlo encarnizadamente incluso tras la muerte. En la noche del 12 al 13 de julio de 1881, su féretro fue trasladado del Vaticano al cementerio del Verano. La masonería organizó una manifestación irreverente, con lanzamiento de piedras, imprecaciones, blasfemias, y canciones vulgares y obscenas, contra el cortejo fúnebre, que a su vez respondía con la recitación del rosario, los salmos, el oficio de difuntos y pías jaculatorias.

El culmen de la agresión tuvo lugar cuando el cortejo fúnebre pasó por el puente Sant'Angelo. Al grito de «¡muerte al Papa, muerte a los curas!», un grupo de desalmados trató de arrojar el cadáver de Pío IX al Tíber. Pero los católicos apretaron las filas en torno a los restos mortales del pontífice y rechazaron el ataque. A la luz de estos acontecimientos, el reconocimiento de la virtud heroica del nuevo beato hace justicia a una persona de gran espesor humano y a un gran Papa.

Pio IX fue beatificado el 30 de Septiembre del 2000.
La causa de beatificación de Pío IX fue una de las más largas y difíciles de la historia de la Iglesia. Fue puesta en marcha por Pío X, el 11 de febrero de 1907. Relanzada, por Benedicto XV, sin gran éxito, y también Pío XI animó el proyecto. Tras la segunda guerra mundial, la instructoría canónica fue reiniciada por Pío XII, el 7 de diciembre de 1954. Con Pablo VI la causa experimentó importantes avances: se completó la «positio», es decir, la recogida de las actas del proceso canónico, el análisis de la vida del candidato a la santidad, los interrogatorios de los testigos y las evaluaciones de los historiadores y de los teólogos.

El decreto sobre el ejercicio heroico de las virtudes teologales y cardinales fue promulgado por la Congregación para las Causas de los Santos, el 6 de julio de 1985, y aprobado por Juan Pablo II. Entre las virtudes del Pontífice, figuran el amor sin reservas por la iglesia, la caridad y la gran estima por el sacerdocio y los misioneros. El milagro atribuido a Pío IX, verificado por la Consulta de médicos el 15 de enero de 1986, es la curación inexplicable de una religiosa francesa.

Fuente: Zenit, ZS99122305

Pío IX defendió a los judíos

La campaña contra el Papa Pio IX (1792-1878), alcanzó su colmo con la protesta del gobierno israelita que expresó a la Santa Sede su más profundo descontento por la beatificación de Pío IX ("Jerusalem Post", 3 de septiembre 2000). En relidad como lo recordó Mons. Carlo Liberati, de la Congregación para las Causas de los Santos, en dos entrevistas acordadas a los diarios italianos "Corriere della Sera" y "Avvenire", Pío IX fue "el promotor de la liberación de los judíos del ghetto. Hizo suprimir las labores indignas y humillantes que estaban asignadas a los judíos. Declaró que no eran 'extranjeros' y ordenó colocar patrullas encargadas de protegerlos contra una rebelión popular que explotó efectivamente contra esta emancipación del ghetto".

En lo que concierne al caso de Edgardo Mortara, el niño judío que, a la edad de dos años en riesgo de morir fue bautizado por una doméstica católica y fue luego educado por la Iglesia contra el parecer de sus padres, Mons. Liberati declaró que "lo que nadie nunca ha querido recordar, es que cuando Edgardo Mortara llegó a la edad de la adolescencia, se le dejó libre de regresar a su casa. Pasó un mes con sus padres pero en seguida decidió quedarse en Roma y hacerse sacerdote. Una vez sacerdote se reconcilió con sus padres. Edgardo Montara fue uno de los primeros testigos que se pronunciaron a favor de la beatificación de Pío IX, haciendo una declaración en el proceso canónico".

El Papa Pío IX permanece incorrupto.

El 4 de abril pasado en Roma, en la cripta de la basílica de San Lorenzo al Verano, se desarrolló el reconocimiento del cuerpo del venerable Pío IX que reposa desde el 13 de julio de 1881, tres años después de su muerte acaecida el 7 de febrero de 1878, en el Vaticano. En la ceremonia del acto de reconocimiento de los restos mortales de Pío IX estaban presentes, entre otros, el Postulador de la Causa de Beatificación, Mons. Bruneno Gherardini, S. Emin. el cardenal Jorge Medina Estévez, Pref. de la Congregación para el Culto Divino, el Obispo emérito de Senigallia, Mons. Odo Fusi Pecci, representantes de la Curia Romana, sacerdotes y religiosas venidos inclusive del extranjero.

"Pío IX - escribió Mons. Carlo Liberati - conservado casi perfectamente desde el último reconocimiento, hecho bajo Pío XII, del 25 de octubre al 24 de noviembre de 1956, apareció en toda la serenidad de su humanidad tal como se recuerda en la documentación fotográfica, en la iconografía tradicional y establecida por la descripción hecha de los textos en las actas de procedimiento. Si es permitido referirnos a los análisis de autores y agiógrafos modernos de gran valor, como el inolvidable Piero Bargellini y el P. Domenico Mondrone s.j., hechas para educar e invitar a la santidad, podremos definirlo como un hombre dotado de una gran humanidad y de una impresionante dignidad, hecha aún más significativa por la serenidad del rostro intacto en la majestad silenciosa de la muerte" (Mons. Carlo Liberati, La ricognizione dei resti mortali del venerabile Papa Pio IX en "L'Ossevatore Romano", 9 de abril 2000, p. 4).

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