Hablando de barrios y casas embrujadas, como las que estaba comentando Beltane, estaba recordando acerca de mi propia casa, en la cual también hemos vivido fenómenos paranormales.
Ocurre que mis padres, junto a otros vecinos de los cuales son amigos (habitualmente matrimonios, no hay ninguna pareja aquí que no sea del tipo tradicional, es decir, heterosexual y con muchos hijos, gatos o perros) son asiduos al tarot, que han estudiado a plenitud, así como también a las materias esotéricas: espiritualidad, religión, experiencias kármicas y tal.
Entonces voy al hueso: desde mucho antes que nosotros, que somos los últimos en llegar a este barrio (donde llevamos ya 10 años) nuestros vecinos, especialmente las parejas casadas que viven aquí, han tenido la experiencia de ver la figura negra y alta de un hombre, con sombrero para el sol y nariz ganchuda, delgado y de traje. Esta silueta negra se ha aparecido por las ventanas, transitado por los patios, los salones y habitaciones de nuestras propias casas. En fin: si no es con un matrimonio, es con el matrimonio de la casa de la otra esquina, y es ocurre en un perímetro de unas cinco o seis casas; es decir, no es poco lo que ha estado ocurriendo. A mi hermana la mayor de todas, cuando tenía unos 21 o 22 años (sobre todo) se le aparecía cuantiosamente. Inclusive una vez, estando en video llamada con un amigo, la camara enfocó en el ventanal que ella tenía detrás, vista al jardín, la figura del famoso hombre dando vueltas. Lo vieron el amigo y ella. Muy seguido se le aparecía, asustandola y haciendola llorar.
Y mi madre una vez, cuando ella se despertó de madrugada y miró a su lado en la cama matrimonial, contemplo a este hombre de pie a su lado, con las manos sobre el regazo y la cabeza gacha; cuando ella me lo contó, yo le dije: "¡Mamá, ese hombre te estaba mirando como si tú fueras un cadáver en el ataúd! Y efectivamente, la postura y la actitud del hombre era como de quien se está despidiendo de alguien en el féretro. Aun así mi madre no le hizo mucho caso, y tras darse la vuelta, se tapó con la manta. Mi madre es una mujer muy sensata que tiene mucho aguante y energía para hacer frente a la espiritualidad. Inclusive cuando este fantasma molestaba a mi hermana, ella iba muy enojada a su habitación para gritar a los cuatro vientos: "¡deja a mis hijas en paz, vete al lugar donde perteneces!"
Pero lejos lo más fuerte fue cuando este fantasma se le aparece a mis vecinos de la cuadra, gente muy normal, sin ser ofensiva. Ellos se hallaban celebrando un domingo familiar a la hora del almuerzo, vamos, todos sentados alrededor de la mesa compartiendo, cuando ven un asomarse la silueta negra de este hombre, con su característico sombrero y nariz aguileña, que sale del pasillo, camina por el salón (que estaba al lado del comedor, todo transcurre en un sólo ambiente) y atraviesa la pared hacia el jardín, dando una especie de vuelta en U entre el salón y la mesa donde comían ubicada al fondo de la habitación.
Pasó el tiempo: las manifestaciones de este fantasma dejaron de ser tan frecuentes. Pero la revelación de algunos hechos paranormales, ya no manifestándose con mi hermana la mayor, sino conmigo, desencadenó el que mis padres, durante una de las clases autogestionadas de tarot entre ellos y los matrimonios vecinos, lanzaran una tirada de tres cartas, vamos, una pequeña pregunta acerca de la presencia de este hombre y que es lo que lo tenía amarrado aquí.
No recuerdo las cartas exactas porque yo me manejo con el tarot egipcio, no el de Marsella; pero las cartas que aparecieron, en este orden, fueron: la primera, que podría haber sido El Emperador o, quizás, un Rey de Bastos, mostraba al hombre que trabaja y tiene una posición de superioridad ante el mundo que le rodea, laboralmente hablando. La segunda mostraba a una pareja feliz, cada uno con copas en la mano, en señal de celebración. Y la última, la más triste, mostraba al hombre de duelo por la pérdida del ser amado, un hombre de espaldas al borde de un precipicio, probablemente; yo ya no recuerdo muy bien. Sí recuerdo que mi madre me describió la tirada con mucho detalle, pero yo al no conocer este tarot, no sé cuáles Arcanos fueron.
Nuestra interpretación fue la siguiente: este hombre lo más probable es que haya sido un capataz o guardia de alguna de las fincas que estaban aquí, en este sector conocido como Granjas Antiguas, donde aún quedan vestigios de las fincas de gran valor agrícola que habían aquí. Lo más probable es que este hombre se haya casado y perdido a su mujer bastante joven, sin embargo haya quedado con el deseo de haber vivido más tiempo su matrimonio. Razón por la cual frecuentaba las casas donde habitan matrimonios muy antiguos, matrimonios que llevan más de 25 años y bodas de plata a sus espaldas. La ocasión en que se le presentó a mi madre mientras dormía, como si la estuviera velando, fue muy decidora de lo que las cartas de tarot develaron años después. Porque en esa instancia el ser despidió a la esposa: entiéndase como, se paró al lado de la cama matrimonial, y en vez de mirar a ambos miembros de la pareja, se paró al lado de mi madre y la contempló en gesto fúnebre. Posteriormente visitó a las mujeres más jóvenes de la familia, de forma mas ansiosa, como rememorando a su joven mujer.
Afortunadamente desde hace un par de años que esta presencia no se siente en mi casa, y tampoco no habido reportes de los vecinos. Tengo fe en que haya avanzado hacia la luz para reunirse con su mujer al fin, tras tanto sufrimiento.
Menudo acojone