Cuelgo aquí este reportaje. Me parece interesante para comentar.
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-Hola, me llamó José Bretón y estoy aquí por haber asesinado a mis hijos: a mi José y a mi Ruth (sic).
-Hola, mi nombre es Miguel Carcaño y sé que me conocéis... Estoy aquí por haber asesinado a mi amiga Marta (sic)...
-Hola, soy Sergio Morate, de Cuenca, estoy aquí por el asesinato de dos personas... Me parece injusto que a mí me caigan 48 años y otros que han asesinado a sus hijos tengan menos condena... (sic).
(...)
Aquí es el centro penitenciario de Herrera de la Mancha y las presentaciones respectivas tuvieron lugar el pasado 12 de mayo en el primero de una serie de encuentros confidenciales entre rejas: los que tuvieron José Bretón, Miguel Carcaño y Sergio Morate con otros 10 internos dentro de uno de los talleres de diálogo restaurativo en el salón de actos de la citada prisión.
Los diálogos restaurativos tienen como objetivo reconocer el dolor causado, asumir lo sucedido y, en la medida de lo posible, tratar de restaurar el daño.
Como se recordará, José Bretón fue condenado a 40 años por el asesinato de sus hijos de dos y seis años en 2011, Miguel Carcaño cumple una pena de 21 años por haber reconocido la autoría del crimen de Marta del Castillo en 2009 y Sergio Morate deberá estar encerrado 48 años por hacer lo mismo con Marina Okarynska y Laura del Hoyo en 2015.
Los tres participaron voluntariamente y previa petición en 10 sesiones de cuatro horas de duración cada una junto a otros condenados por asesinato, estafa y narcotráfico. La última de las reuniones tuvo lugar el 31 de julio. Los internos se sentaban en círculo e iban hablando ante la presencia de unos mediadores encargados de dinamizar el encuentro.
Centro Penitenciario de Herrera de la Mancha, en Manzanares (Ciudad Real). Una de las primeras prisiones de máxima seguridad en España. 12 de mayo de 2021. Miércoles. Salón de actos de la cárcel. Trece reclusos. Tres de ellos muy conocidos.
EL MUNDO ha reconstruido parte de las conversaciones mantenidas allí dentro gracias a dos fuentes de la propia cárcel y a la correspondencia intercambiada con algunos de los internos que participaron en las sesiones grupales. Éstos son los principales detalles.
Bretón ha sido, de largo, el más participativo en el programa, el que tomaba nota de todo y el que iba mejor vestido. Su actitud proactiva contrastaba con la del resto: en los encuentros que han tenido lugar, los otros 12 participantes mostraron un rechazo visceral hacia él y ninguno quiso sentarse a su lado.
En efecto, según su relato, un preso intentó atacarle en Herrera de la Mancha. Incluso, señaló, ha tratado de hacerse daño a sí mismo: "Me he intentado su***dar varias veces, pero ni para eso valgo".
Las sesiones grupales coincidieron con el caso del doble parricida de Tenerife. Bretón (que hoy estudia Derecho a distancia y está recibiendo la ayuda espiritual de un religioso) comentó al respecto que, durante esas semanas, tomó la decisión de no ver la televisión: le sacaban a él y le dolía ver cómo los medios le "demonizaban".
-Yo nunca necesité que me tocara la lotería, porque yo ya tenía la lotería con mi mujer y mis dos hijos -confesó en el salón de actos de la cárcel.
-¿Por qué lo hiciste? -le preguntó uno de los mediadores presentes.
-Cuando ella me planteó el divorcio, no lo pude soportar -dijo-. Estuve 15 días planeándolo todo, porque quería hacerle daño a ella... Tranquilos, los niños no sufrieron. Yo jamás les haría daño.
-¿Por qué querías participar en este programa?
-Para que esto no vuelva a suceder. Lo que yo hice es lo peor que puede hacer un ser humano.
Según manifestó el autor del doble asesinato de sus hijos, Ruth y José, él estaría encantado de tener un encuentro con su ex mujer, siempre y cuando ella quisiera y no le hiciera más daño.
"Por primera vez, este año mi hermana me ha cogido el teléfono cuando la he llamado para felicitarla por su cumpleaños. Lo que más me duele es lo que me dijo: 'Cómo pudiste hacer aquello, con lo buena persona que tú eras'".
Así se expresaba Miguel Carcaño.
Las fuentes consultadas hablan de él como un personaje "roto", "más bien callado", "primario" y, a la vez, "querido por los presos".
Al igual que el resto de los participantes en el taller, Miguel tuvo que reflexionar, entre otros asuntos, sobre lo que es un delito, el daño causado o la restauración del mismo. Cada vez que terminaba una sesión, tenía que contestar por escrito a una serie de cuestiones y elaborar una suerte de diario de la experiencia. Allí se habló de "rabia", de "miedo", de "rencor"... Preguntado por la idea de justicia, Carcaño habló de que su pena es "justa", destacó el buen trato recibido en la cárcel y habló mal de los abogados.
Desde el primer día, los mediadores les comunicaron la posibilidad de explorar la vía para encontrarse con familiares de sus víctimas, obviamente, siempre que éstas así lo deseen.
Interpelado por su futuro, todo lo más que acertó a decir Miguel Carcaño fue lo siguiente: "Cuando quede libre, me tendré que ir de este país".
De los tres internos, Sergio Morate fue el que se mostró más frío, más inconforme con su situación, más refractario.
"Cuando me enfado, me cuesta mucho controlarme. Cuando algo me hace daño, sé que reacciono así...". Cuestionado por el arrepentimiento, contesta que sí, que está arrepentido, pero sobre todo por las "consecuencias" que el doble crimen ha tenido para él y para su familia. Cuando se le pide reflexionar sobre la parte más afectada con todo lo sucedido, el recluso cita a su propia madre.
-¿Y aquellas dos mujeres no son tus víctimas?
-Sí, vale, pero ella[se refiere a su ex novia, Marina Okarynska] no era un buen bicho...
Morate habló de una "doble condena": la jurídica y la social a través de los medios de comunicación.
(...)
Según los datos oficiales facilitados por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, los diálogos restaurativos fueron ideados en 2016 para penados leves que tenían que realizar trabajos en beneficio de la comunidad. En 2017, 38 condenados por asuntos menores participaron en ellos (hoy suman 771).
Con el cambio de gobierno, se amplió el ámbito de actuación a los reclusos privados de libertad por delitos graves: en lo que va de 2021, 258 internos (la inmensa mayoría con más de cinco años de condena) han participado en este tipo de programas en 29 prisiones distintas. La previsión es que, al terminar el año, haya llegado a 41 cárceles.
Al final, los internos participantes ponderaron el taller de justicia restaurativa y verbalizaron que, en mayor o menor medida, les había servido para "reconocer el daño causado".
Una última cosa.
Preguntados expresamente por ello, ninguno de los tres (ni José Bretón, ni Miguel Carcaño, ni Sergio Morate) consideró que su crimen tuviera nada que ver con la violencia machista.
El día en que Bretón, Carcaño y Morate se reunieron en prisión: "Lo que hice es lo peor que puede hacer un ser humano"
-Hola, me llamo José Bretón y estoy aquí por haber asesinado a mis hijos: a mi José y a mi Ruth (sic). -Hola, mi nombre es Miguel Carcaño y sé que me conocéis......
www.elmundo.es
El día en que Bretón, Carcaño y Morate se reunieron en prisión: "Lo que hice es lo peor que puede hacer un ser humano"
-Hola, me llamo José Bretón y estoy aquí por haber asesinado a mis hijos: a mi José y a mi Ruth (sic). -Hola, mi nombre es Miguel Carcaño y sé que me conocéis......
www.elmundo.es--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-Hola, me llamó José Bretón y estoy aquí por haber asesinado a mis hijos: a mi José y a mi Ruth (sic).
-Hola, mi nombre es Miguel Carcaño y sé que me conocéis... Estoy aquí por haber asesinado a mi amiga Marta (sic)...
-Hola, soy Sergio Morate, de Cuenca, estoy aquí por el asesinato de dos personas... Me parece injusto que a mí me caigan 48 años y otros que han asesinado a sus hijos tengan menos condena... (sic).
(...)
Aquí es el centro penitenciario de Herrera de la Mancha y las presentaciones respectivas tuvieron lugar el pasado 12 de mayo en el primero de una serie de encuentros confidenciales entre rejas: los que tuvieron José Bretón, Miguel Carcaño y Sergio Morate con otros 10 internos dentro de uno de los talleres de diálogo restaurativo en el salón de actos de la citada prisión.
Los diálogos restaurativos tienen como objetivo reconocer el dolor causado, asumir lo sucedido y, en la medida de lo posible, tratar de restaurar el daño.
Como se recordará, José Bretón fue condenado a 40 años por el asesinato de sus hijos de dos y seis años en 2011, Miguel Carcaño cumple una pena de 21 años por haber reconocido la autoría del crimen de Marta del Castillo en 2009 y Sergio Morate deberá estar encerrado 48 años por hacer lo mismo con Marina Okarynska y Laura del Hoyo en 2015.
Los tres participaron voluntariamente y previa petición en 10 sesiones de cuatro horas de duración cada una junto a otros condenados por asesinato, estafa y narcotráfico. La última de las reuniones tuvo lugar el 31 de julio. Los internos se sentaban en círculo e iban hablando ante la presencia de unos mediadores encargados de dinamizar el encuentro.
Centro Penitenciario de Herrera de la Mancha, en Manzanares (Ciudad Real). Una de las primeras prisiones de máxima seguridad en España. 12 de mayo de 2021. Miércoles. Salón de actos de la cárcel. Trece reclusos. Tres de ellos muy conocidos.
EL MUNDO ha reconstruido parte de las conversaciones mantenidas allí dentro gracias a dos fuentes de la propia cárcel y a la correspondencia intercambiada con algunos de los internos que participaron en las sesiones grupales. Éstos son los principales detalles.
JOSÉ BRETÓN
"Nada más hacerlo me arrepentí", comenzó diciendo José Bretón cuando le llegó su turno. "Siempre negué el crimen, hasta hace tres años en que decidí dar el paso y así quitarme de encima el peso de tener que mentir".Bretón ha sido, de largo, el más participativo en el programa, el que tomaba nota de todo y el que iba mejor vestido. Su actitud proactiva contrastaba con la del resto: en los encuentros que han tenido lugar, los otros 12 participantes mostraron un rechazo visceral hacia él y ninguno quiso sentarse a su lado.
En efecto, según su relato, un preso intentó atacarle en Herrera de la Mancha. Incluso, señaló, ha tratado de hacerse daño a sí mismo: "Me he intentado su***dar varias veces, pero ni para eso valgo".
Las sesiones grupales coincidieron con el caso del doble parricida de Tenerife. Bretón (que hoy estudia Derecho a distancia y está recibiendo la ayuda espiritual de un religioso) comentó al respecto que, durante esas semanas, tomó la decisión de no ver la televisión: le sacaban a él y le dolía ver cómo los medios le "demonizaban".
-Yo nunca necesité que me tocara la lotería, porque yo ya tenía la lotería con mi mujer y mis dos hijos -confesó en el salón de actos de la cárcel.
-¿Por qué lo hiciste? -le preguntó uno de los mediadores presentes.
-Cuando ella me planteó el divorcio, no lo pude soportar -dijo-. Estuve 15 días planeándolo todo, porque quería hacerle daño a ella... Tranquilos, los niños no sufrieron. Yo jamás les haría daño.
-¿Por qué querías participar en este programa?
-Para que esto no vuelva a suceder. Lo que yo hice es lo peor que puede hacer un ser humano.
Según manifestó el autor del doble asesinato de sus hijos, Ruth y José, él estaría encantado de tener un encuentro con su ex mujer, siempre y cuando ella quisiera y no le hiciera más daño.
"Por primera vez, este año mi hermana me ha cogido el teléfono cuando la he llamado para felicitarla por su cumpleaños. Lo que más me duele es lo que me dijo: 'Cómo pudiste hacer aquello, con lo buena persona que tú eras'".
MIGUEL CARCAÑO
"No sé dónde está el cuerpo de Marta y sé que sus padres me creen. Entiendo que la sociedad me odie, entiendo el rechazo, pero no puedo decir dónde está el cuerpo porque no tengo ni idea de dónde está".Así se expresaba Miguel Carcaño.
Las fuentes consultadas hablan de él como un personaje "roto", "más bien callado", "primario" y, a la vez, "querido por los presos".
Al igual que el resto de los participantes en el taller, Miguel tuvo que reflexionar, entre otros asuntos, sobre lo que es un delito, el daño causado o la restauración del mismo. Cada vez que terminaba una sesión, tenía que contestar por escrito a una serie de cuestiones y elaborar una suerte de diario de la experiencia. Allí se habló de "rabia", de "miedo", de "rencor"... Preguntado por la idea de justicia, Carcaño habló de que su pena es "justa", destacó el buen trato recibido en la cárcel y habló mal de los abogados.
Desde el primer día, los mediadores les comunicaron la posibilidad de explorar la vía para encontrarse con familiares de sus víctimas, obviamente, siempre que éstas así lo deseen.
Interpelado por su futuro, todo lo más que acertó a decir Miguel Carcaño fue lo siguiente: "Cuando quede libre, me tendré que ir de este país".
SERGIO MORATE
"No existe la justicia, porque depende del momento en que te condenen, te cae una pena u otra".De los tres internos, Sergio Morate fue el que se mostró más frío, más inconforme con su situación, más refractario.
"Cuando me enfado, me cuesta mucho controlarme. Cuando algo me hace daño, sé que reacciono así...". Cuestionado por el arrepentimiento, contesta que sí, que está arrepentido, pero sobre todo por las "consecuencias" que el doble crimen ha tenido para él y para su familia. Cuando se le pide reflexionar sobre la parte más afectada con todo lo sucedido, el recluso cita a su propia madre.
-¿Y aquellas dos mujeres no son tus víctimas?
-Sí, vale, pero ella[se refiere a su ex novia, Marina Okarynska] no era un buen bicho...
Morate habló de una "doble condena": la jurídica y la social a través de los medios de comunicación.
(...)
Según los datos oficiales facilitados por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, los diálogos restaurativos fueron ideados en 2016 para penados leves que tenían que realizar trabajos en beneficio de la comunidad. En 2017, 38 condenados por asuntos menores participaron en ellos (hoy suman 771).
Con el cambio de gobierno, se amplió el ámbito de actuación a los reclusos privados de libertad por delitos graves: en lo que va de 2021, 258 internos (la inmensa mayoría con más de cinco años de condena) han participado en este tipo de programas en 29 prisiones distintas. La previsión es que, al terminar el año, haya llegado a 41 cárceles.
Al final, los internos participantes ponderaron el taller de justicia restaurativa y verbalizaron que, en mayor o menor medida, les había servido para "reconocer el daño causado".
Una última cosa.
Preguntados expresamente por ello, ninguno de los tres (ni José Bretón, ni Miguel Carcaño, ni Sergio Morate) consideró que su crimen tuviera nada que ver con la violencia machista.
