Sí, pero con un cuerpo que quita el sentido, con la testosterona chorreándole por las orejas y encima parece majete con los aficionados...
como para ponerle peguitas!
En la prensa decían hoy esto: " En el vestuario, como en el resto del club, ya se habla de Samaras en los mismos términos humanos que antes de su llegada: un tipo cercano, amable, sencillo, receptivo y muy atento".