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Aquí el estilista, orgulloso de su hazaña y con resaca, que para perpetrar esto se tuvo que embolingar.
Pienso lo mismo. Pero, me ha aparecido sin buscarlo y he creído interesante traerlo.
http://notelotomescomoalgopersonal.blogspot.com.es/
1 de enero de 2017
LA ESPAÑA DE JESÚS GIL Y LA PEDROCHE [/paste:font]
Decir que Cristina Pedroche es algo así como una representante de los derechos y las libertades de las mujeres es insultar a la inteligencia de cualquier ser humano con dos dedos de frente. Llamar envidiosa a cualquier chica que sienta profunda vergüenza ajena al ver de nuevo este casposo espectáculo es confirmar lo que muchos deben pensar; nuestro encefalograma es tan plano que a lo máximo a lo que aspiramos en la vida es a ejercer de floreros sonrientes a cambio de billetes. Querer hacernos creer que es libre una persona que acepta ponerse un bañador que no le vale, una noche de invierno madrileña, para estar con la ventana abierta, es llamar imbécil a todo un país. Llamar evolución a seguir reproduciendo el ridículo papel de mujer objeto, cuyo único interés reside en su cuerpo sin ropa, es no haber salido aún de la cueva. Intentar convencer a toda una sociedad de que nos ayuda a liberarnos y a empoderarnos una mujer que parece sentirse, por tercer año consecutivo, orgullosa de que la gente nunca hable de su talento, ni de su inteligencia, ni de sus logros, ni de sus capacidades, ni de su solvencia, ni de su profesión, ni de sus méritos, ni de su gracia... sino de su culo y de sus t*tas, es tomarnos por tontos.
Intentar que comulguemos con la idea de que, ofrecer a una mujer como un juguete al que desenvolver por enésima vez es sinónimo de valorarnos y respetarnos, es como llamar amor a la sumisión. Decir que esto es sólo un simple "vestido" que no significa nada y que no hace daño a nadie es tener la misma capacidad de análisis que una piedra. No nos molesta su atuendo; nos molesta saber que, sin él, no trabajaría. Tampoco nos molesta su trabajado cuerpo; nos molesta la falta de compromiso social de nuestra televisión. Llamar machista a cualquier persona que hable de todo lo que representa una imagen tan previsible y cutre como esta es no querer ver que la España eterna con la que nos quieren hacer tragar es zafia, hortera, retrógrada, grosera y sin gusto. Creer que esta denigrante estampa es digna de aparecer en cualquier libro de feminismo, como ejemplo claro a imitar por todas las féminas de nuestro país y del mundo entero, es afirmar que Bertín Osborne, Pajares, Esteso, Jesús Gil y compañía son maestros de la igualdad de género.
Pues yo voy a romper una lanza en favor de la Pedroche. Dice la autora de este artículo que "no nos molesta su atuendo; nos molesta saber que, sin él, no trabajaría". Seguramente sea verdad. Retiro seguramente: es verdad. Pero es que a la Pedroche la contratan por y para eso. Su atractivo, su gracia, su gancho y su reclamo son enseñar cacha. La define la autora como "una mujer que parece sentirse, por tercer año consecutivo, orgullosa de que la gente nunca hable de su talento, ni de su inteligencia, ni de sus logros, ni de sus capacidades, ni de su solvencia, ni de su profesión, ni de sus méritos, ni de su gracia... sino de su culo y de sus t*tas". Pues sí, pero es que eso es lo que tiene que ofrecer. No la contratan por su inteligencia, ni por su agudeza, ni por buena locutora, ni por lo que pueda aportar al mundo de la comunicación... la contratan para que enseñe su cuerpo y ya está, igual que a las modelos de lencería las contratan para que enseñen el suyo y posen en ropa interior. ¿Eso las degrada como mujeres? Mientras hagan ese trabajo de forma voluntaria, no. Su trabajo es enseñar el cuerpo.
A esta chica la han contrata para dar las campanadas de fin de año, no para moderar el debate entre los candidatos a la presidencia del gobierno o para cubrir la información política de Oriente Medio: las campanadas son espectáculo, son un espacio televisivo que no está concebido para tomarse en serio sino como un formato de entretenimiento puro y duro. La Pedroche salió enseñando cacha igual que Mireia Canalda hizo lo propio en 8TV. Para los que quieran un formato más puro y casto, pues ya está la Igartiburu en la uno a la que, por cierto, le cayó lo suyo hace años porque llevaba un vestido con transparencias y, en un momento dado, se le vio el tanga (Hay que ver, Maripuri, cómo está el mundo; qué degradación, ande vamos a llegar). O Lara Álvarez en Telecinco ejerciendo de nuera ideal que iba elegante, sobria y estaba preciosa. Hay opciones para todos. A mí, como mujer, no me ofende que salga la Pedroche luciendo cacha en un espacio televisivo de corte verbenero y festivo. ¿Que le gusta sentirse mujer objeto? Pues oye, las hay que se realizan cuando promocionan a puestos directivos y las hay que se sienten validadas despertando el deseo en el s*x* masculino.
De todos modos, es que no entiendo por qué aquí y por qué ahora este debate. Mujeres que han hecho del despelote su carrera profesional las ha habido siempre y muchas de ellas, hoy, nos parecen iconos de la elegancia y del Hollywood dorado. A Ursula Andress (a la que apodaban Ursula Undress) la contrataban para que se despelotara en las películas, no por su talento interpretativo. Y ella, además, posaba bien orgullosa como Dios la trajo al mundo en las portadas de las revistas de la época, como muchas de sus contemporáneas. Margot Kidder, la chica Superman, otro tanto: en pelota picada en la revista Playboy con el matorral bien visible. Y nadie se ponía las manos a la cabeza ni se armaba ningún debate feminista. No sé... a mí me parece que todo tiene su lugar. A mí lo que me parece inapropiado es ver a una recepcionista o a una profesora con unos shorts que parecen bragas en su puesto de trabajo. No es el momento ni es el lugar. Pero las veo. ¿Y por qué lo hacen? Para que hablen de ellas y los hombres las miren. Conozco a una de 50 años que se machaca en el gimnasio para después poder ir a trabajar con los shorts de crochet de Zara y que los hombres la miren. Lo mismo que busca la Pedroche.
Ese vestido no es nada original, se ve lindo , pero no lo veo que un vestido de alta moda ...... Mas bien es un traje para shows de espectáculo. Se parece un traje de tradición de USA en Miss Universe.......Estoy harta de la tendencia de vestidos transparentes con unos detalles brillosos, y aun son más horteros y vulgares.
Es de ProNovias ¿no? , no me sorprende mucho ,
Ese vestido me recuerda muchisimo ... ese traje es de Galliano hace mucho tiempo , creo que es de 1995
luego hasta Kyle se viste con ese vestido para su concierto
Madonna en la sesión de fotografia para una revista
@Princess Kate , opina este qué tal!
Pues yo voy a romper una lanza en favor de la Pedroche. Dice la autora de este artículo que "no nos molesta su atuendo; nos molesta saber que, sin él, no trabajaría". Seguramente sea verdad. Retiro seguramente: es verdad. Pero es que a la Pedroche la contratan por y para eso. Su atractivo, su gracia, su gancho y su reclamo son enseñar cacha. La define la autora como "una mujer que parece sentirse, por tercer año consecutivo, orgullosa de que la gente nunca hable de su talento, ni de su inteligencia, ni de sus logros, ni de sus capacidades, ni de su solvencia, ni de su profesión, ni de sus méritos, ni de su gracia... sino de su culo y de sus t*tas". Pues sí, pero es que eso es lo que tiene que ofrecer. No la contratan por su inteligencia, ni por su agudeza, ni por buena locutora, ni por lo que pueda aportar al mundo de la comunicación... la contratan para que enseñe su cuerpo y ya está, igual que a las modelos de lencería las contratan para que enseñen el suyo y posen en ropa interior. ¿Eso las degrada como mujeres? Mientras hagan ese trabajo de forma voluntaria, no. Su trabajo es enseñar el cuerpo.
A esta chica la han contrata para dar las campanadas de fin de año, no para moderar el debate entre los candidatos a la presidencia del gobierno o para cubrir la información política de Oriente Medio: las campanadas son espectáculo, son un espacio televisivo que no está concebido para tomarse en serio sino como un formato de entretenimiento puro y duro. La Pedroche salió enseñando cacha igual que Mireia Canalda hizo lo propio en 8TV. Para los que quieran un formato más puro y casto, pues ya está la Igartiburu en la uno a la que, por cierto, le cayó lo suyo hace años porque llevaba un vestido con transparencias y, en un momento dado, se le vio el tanga (Hay que ver, Maripuri, cómo está el mundo; qué degradación, ande vamos a llegar). O Lara Álvarez en Telecinco ejerciendo de nuera ideal que iba elegante, sobria y estaba preciosa. Hay opciones para todos. A mí, como mujer, no me ofende que salga la Pedroche luciendo cacha en un espacio televisivo de corte verbenero y festivo. ¿Que le gusta sentirse mujer objeto? Pues oye, las hay que se realizan cuando promocionan a puestos directivos y las hay que se sienten validadas despertando el deseo en el s*x* masculino.
De todos modos, es que no entiendo por qué aquí y por qué ahora este debate. Mujeres que han hecho del despelote su carrera profesional las ha habido siempre y muchas de ellas, hoy, nos parecen iconos de la elegancia y del Hollywood dorado. A Ursula Andress (a la que apodaban Ursula Undress) la contrataban para que se despelotara en las películas, no por su talento interpretativo. Y ella, además, posaba bien orgullosa como Dios la trajo al mundo en las portadas de las revistas de la época, como muchas de sus contemporáneas. Margot Kidder, la chica Superman, otro tanto: en pelota picada en la revista Playboy con el matorral bien visible. Y nadie se ponía las manos a la cabeza ni se armaba ningún debate feminista. No sé... a mí me parece que todo tiene su lugar. A mí lo que me parece inapropiado es ver a una recepcionista o a una profesora con unos shorts que parecen bragas en su puesto de trabajo. No es el momento ni es el lugar. Pero las veo. ¿Y por qué lo hacen? Para que hablen de ellas y los hombres las miren. Conozco a una de 50 años que se machaca en el gimnasio para después poder ir a trabajar con los shorts de crochet de Zara y que los hombres la miren. Lo mismo que busca la Pedroche.