Muere Cristina Macaya

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Muere Cristina Macaya: adiós a la gran anfitriona de Mallorca, filántropa y apasionada del arte​


Cristina Macaya ha fallecido este jueves en Palma. Se la conocía, además de por su extensa labor filantrópica, por haber sido una de las grandes anfitrionas de Mallorca. Por su casa de Es Canyar pasaron desde Bill Clinton a Felipe González, los príncipes de Kent, los de Mónaco, el rey Juan Carlos o Michael Douglas.

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VANITY FAIR
2 de marzo de 2023

Cristina Macaya ha fallecido este jueves a los 77 años de edad en Palma, según ha comunicado Última Hora. Se la conocía por ser una de las grandes anfitrionas de Mallorca y haber recibido en su casa de Es Canyar a aristócratas, políticos y artistas. Desde Bill Clinton a Felipe González, los príncipes de Kent, los de Mónaco, el rey Juan Carlos, Michael Douglas y Van Morrison. Amiga íntima de Marta Gayà e Isabel Preysler, Cristina Macaya se pasó media vida viajando. Residió entre sus casas de Mallorca, Suiza y Nueva York, donde viven dos de sus cuatro hijos. Ellos la hicieron abuela en 17 ocasiones. La llamaban Bubu y decían que no era como las abuelas de sus amigos. Cristina Macaya, toda una institución en Mallorca desde que decidió introducirse en el mundo inmobiliario y las inversiones, ha sido una mujer inimitable.

“Decimos adiós a una embajadora de las Islas y a una anfitriona de talla mundial, a una mujer libre, pionera y generosa, que mejoró nuestra sociedad con sus valores, su compromiso cultural y sus iniciativas solidarias”, ha expresado Francina Armengol, Presidenta del Govern de les Illes Balears y secretaria general de PSIBPSOE, en su cuenta de Twitter. Su gran amiga Elena Benarroch ha publicado unas fotos acompañadas de un corazón de luto.

Cristina López Mancisidor, como se llamaba, nació en Madrid en 1945 en el seno de una familia acomodada. La mayor de cuatro hijos, su padre falleció cuando tenía 15 años “y me impactó muchísimo”, contó a SModa hace una década. Decía que su vida había estado marcada por la pérdida de dos hombres. Su marido, el financiero Javier Macaya, falleció cuando Cristina tenía 28 años, tres niños pequeños y estaba embarazada de cinco meses del cuarto —la cuarta, María—. Aunque podría haberse dejado vencer, optó por seguir hacia adelante. Un años después, Enrique de la Mata, entonces presidente de la Cruz Roja, le ofreció colaborar con una institución en la que fue vicepresidenta y presidenta durante 11 años. A ella se le deben, entre otras muchas cosas, el Sorteo del Oro y su objetivo de recaudar fondos con los que financiar actividades humanitarias y asistenciales y no depender de donaciones. Su faceta de gran filántropa acababa de empezar. En su vida se implicó con distintas causas sociales. Fue promotora de la Unidad de Madres de la cárcel de Palma de Mallorca y estrecha colaboradora de Proyecto Hombre en su isla.

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Con Plácido Arango, fundador del grupo VIPS y destacado coleccionista de arte, no llegó a casarse pero estuvieron juntos 16 años. Con él su vida social solo hizo que crecer. Mujer de naturaleza sociable y gran apego a sus amigos —lo segundo más importante para ella solo después de sus hijos—, con una agenda repleta de nombre influyentes, era ante todo una persona muy discreta. Lo que pasaba en su casa, o ante sus ojos, allí se quedaba. También era muy elegante, a su forma, y tenía debilidad por los zapatos de tacón que le gustaban incluso para mirarlos como una especie de obra de arte. “Me gusta vestir de forma estrafalaria”, dijo a Harper's Bazaar hace unos años. Su armario lo llenaban piezas de Issey Miyake y de Oscar de la Renta y se probaba los vestidos de alta costura de su amigo Fernando Sánchez antes de llevarlos a los desfiles de Nueva York. Su querida Elena Benarroch la ayudaba cuando le surgían dudas estilísticas. Prefería la bisutería a la alta joyería, y rechazaba cualquier calificativo que tuviera que ver con su poder o riqueza. Le apasionaba cocinar, leer, jugar al bridge y, por supuesto, organizar fiestas, reunir a sus amigos, hacer que se conocieran. Pero también disfrutaba de llevar una vida independiente, sin pareja. Su familia numerosa y sus amigos la llenaban.

En la misma revista decía de ella Begoña Zunzunegui, fundadora de la tienda de decoración Becara: “Cristina es efervescente, una fuente de alegría y energía. Reúne unas cualidades que pocas veces se dan en la misma persona: es generosa, guapa, trabajadora, disciplinada, divertida… La conozco desde que tenía 16 años y no he encontrado a nadie parecido. Como amiga, nunca decepciona. Le importan las personas y es divertida en su generosidad. Sus fiestas son especiales por su naturalidad, por cómo mezcla a personas y personajes de distintos ámbitos o culturas y hace que todos se sientan bien gracias a su enorme capacidad de organización, fantasía y creatividad. Tienen magia, algo que poca gente es capaz de crear”.
 
Pues en alguna parte leí, que decían con cierta sorna, que no había sido muy amiga del bribón…..

creo que terminan antes diciendo quien no que quién sí
Debía estar muy bien relacionada.

Leí hace unos años que solía invitar a Carolina de Mónaco a cacerías.
 
Ha vivido rodeada de tanta superficialidad y esnobismo y al final ha acabado como tod@s, DEP.
Aunque podría haberse dejado vencer, optó por seguir hacia adelante. Un años después, Enrique de la Mata, entonces presidente de la Cruz Roja, le ofreció colaborar con una institución en la que fue vicepresidenta y presidenta durante 11 años. A ella se le deben, entre otras muchas cosas, el Sorteo del Oro y su objetivo de recaudar fondos con los que financiar actividades humanitarias y asistenciales y no depender de donaciones. Su faceta de gran filántropa acababa de empezar. En su vida se implicó con distintas causas sociales. Fue promotora de la Unidad de Madres de la cárcel de Palma de Mallorca y estrecha colaboradora de Proyecto Hombre en su isla.
 
Aunque podría haberse dejado vencer, optó por seguir hacia adelante. Un años después, Enrique de la Mata, entonces presidente de la Cruz Roja, le ofreció colaborar con una institución en la que fue vicepresidenta y presidenta durante 11 años. A ella se le deben, entre otras muchas cosas, el Sorteo del Oro y su objetivo de recaudar fondos con los que financiar actividades humanitarias y asistenciales y no depender de donaciones. Su faceta de gran filántropa acababa de empezar. En su vida se implicó con distintas causas sociales. Fue promotora de la Unidad de Madres de la cárcel de Palma de Mallorca y estrecha colaboradora de Proyecto Hombre en su isla.
Pues me alegro que haya aportado a la sociedad más allá de sus fiestas.

Desconocía esta faceta suya, gracias por la información.
 
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