El problema es que es imposible controlar cuánta gente se junta en una casa, pero sí se puede controlar en un bar. Es un asco, pero lo veo comprensible.Vamos, que si quiero visitar a un familiar, es mejor que lo haga en una terraza, rodeada de personas que no conozco, ni sé qué contactos han tenido, tomando un café en una taza que no sé cómo han lavado