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En el hilo del Gran ROBO / ESTAFA...ejem...Reseteo... 
...os he dejado el cuento de las langostas traducido:
...os he dejado el cuento de las langostas traducido:Una lectura tanto entrañable, como muy esclarecedora...
Las Langostas. O una Historia de Locuras Lonstruosas
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Un día, en una tierra muy lejana y en un tiempo muy lejano, un Sacerdote se acercó a donde los Muchos estaban cuidando sus cultivos y su ganado y dijo...
"¡Vienen langostas y debemos prepararnos!"
"Pero las langostas vienen todos los años y todos los años pasados", respondieron los Muchos, "Siempre es así, ¿por qué debemos prepararnos?"
"Estas no son las langostas de todos los años pasados", dijo el Sacerdote, "estas son nuevas y terribles langostas que yo llamo con un Nuevo Nombre. Debemos prepararnos".
"¿Qué hacen estas nuevas y terribles langostas con el Nuevo Nombre?", preguntaron los Muchos con gran temor.
"Pues", dijo el Sacerdote, "consumen una parte de nuestras cosechas y luego se van".
Los Muchos temblaron de miedo.
"Pero esto es lo que siempre hacen las langostas", dijo un hombre de los Muchos, "¿por qué debemos prepararnos este año cuando nunca lo hemos hecho antes?"
El Sacerdote miró al único hombre de los Muchos.
"¿No me has oído?", dijo. "Estas no son las viejas langostas de años pasados, estas son nuevas y terribles langostas y tienen un Nuevo Nombre. Debemos prepararnos".
"¿Pero qué hacen las nuevas y terribles langostas con el Nuevo Nombre que es peor que las viejas langostas de años pasados?" dijo el único hombre.
"¿Por qué, eres un tonto?" gritó el sacerdote. "¿No te he dicho que consumen nuestras cosechas y luego se van. Debemos prepararnos".
"¡Sí, debemos prepararnos!", gritaron los muchos al unísono, aunque no sabían lo que esto requería.
"No entiendo", insistió el único hombre de los Muchos, "¿acaso estas nuevas y terribles langostas se ven diferentes de las antiguas langostas de años atrás?".
"No he dicho eso", respondió el Sacerdote.
"¿Consumen más nuestras cosechas que las antiguas langostas de hace años?"
"No he dicho eso", respondió el Sacerdote.
"Entonces, si las nuevas y terribles langostas no se diferencian de las viejas langostas de hace años y no consumen más nuestras cosechas que las viejas langostas de hace años, ¿cómo es que son nuevas y terribles?".
Ante esto el Sacerdote se enfureció con una ira sacerdotal.
"¿Quién eres tú, pequeño, para poner en peligro a los demás con estas preguntas? ¿No te he dicho que son langostas nuevas y terribles y que tienen un nuevo nombre?"
Y los Muchos se dirigieron al único hombre y le dijeron: "Sí, tonto, no pongas en peligro a los demás con estas preguntas. El Sacerdote te lo ha dicho: ¡las nuevas y terribles langostas TIENEN UN NUEVO NOMBRE! Calla en tu necedad y deja que el Sacerdote nos diga cómo debemos prepararnos".
Y entonces se volvieron como uno solo hacia el Sacerdote y se arrodillaron ante él y le rogaron: "Oh sabio, dinos cómo debemos prepararnos contra las nuevas y terribles langostas".
Entonces el Sacerdote se puso delante de ellos y dijo...
"He hablado con grandes mentes y con los dioses, y me han dicho que la única manera de prepararse contra las nuevas y terribles langostas es llevar estos sombreros de la Monstruosa Locura..."
...y sostuvo en alto un sombrero de tan monstruosa insensatez que los Muchos quedaron consternados...
"Oh, grandioso, ¿cómo el uso de estos sombreros de monstruosa insensatez nos salvará de las nuevas y terribles langostas?", gritaron.
"Las grandes mentes y los dioses han estudiado la cuestión y eso es suficiente", respondió el Sacerdote. "Todos los que se preocupan por los demás se pondrán estos sombreros y juntos nos salvaremos de las nuevas y terribles langostas".
Los Muchos se miraron unos a otros y vieron la sabiduría de las palabras del Sacerdote, y de buena gana se colocaron los sombreros de la Tontería Monstruosa sobre sus cabezas y volvieron a cuidar sus cultivos y su ganado, felices de haberse salvado.
~ * ~
Al día siguiente el Sacerdote regresó a donde los Muchos estaban cuidando sus cosechas y su ganado y llevando sus sombreros de la Monstruosa Locura y dijo...
"Por desgracia, he hablado más con las grandes mentes y con los dioses y me dicen que el uso de los sombreros de la Locura Monstruosa no es suficiente para salvarnos de las nuevas y terribles langostas. Se necesita más".
Los Muchos se volvieron hacia el Sacerdote muy alarmados y gritaron: "¡Oh, sabio, dinos qué debemos hacer! para salvarnos de las nuevas y terribles langostas"
"Es esto", dijo el Sacerdote, "¡para salvarnos de las nuevas y terribles langostas debéis quemar vuestras cosechas hasta el suelo antes de que se las coman!"
"¡Gracias, oh sabio!", gritaron los Muchos.
"Espera", dijo el único hombre de los Muchos, "¿cómo va a salvarles de las nuevas y terribles langostas el hecho de quemar nuestras cosechas hasta el suelo antes de poder comerlas?"
"Tonto", respondió el Sacerdote, "¿no entiendes que las nuevas y terribles langostas pasarán de largo si nuestras cosechas se han acabado?".
"Pero", dijo el hombre, "me dijiste que las nuevas y terribles langostas no comerán más que las viejas langostas de años pasados".
"Eso es cierto", dijo el sacerdote.
"Así que, si dejamos que las nuevas y terribles langostas coman hasta saciarse y sigan adelante, seguiremos teniendo la mayor parte de nuestras cosechas como en años pasados, pero si las quemamos hasta los cimientos, no tendremos ninguna".
El Sacerdote suspiró y los Muchos suspiraron también, siguiendo su ejemplo.
"¿No os preocupáis por aquellos cuyas cosechas se comerán si no hacemos nada?", preguntó el Sacerdote con indignación.
"¿No te importan NADA las cosechas que se comerán?", se hicieron eco los Muchos, muy indignados por la insensibilidad del hombre.
Y fueron a sus campos y quemaron todas sus cosechas hasta el suelo para que una parte no fuera comida por las nuevas y terribles langostas.
"Pero, ¿qué haremos para conseguir pan?", preguntó el hombre, "ahora que todas nuestras cosechas están quemadas hasta el suelo".
Los Muchos se mostraron preocupados ante esto, pues realmente esa pregunta no se les había ocurrido. Se dirigieron al Sacerdote en busca de una respuesta.
"Hay que hacer sacrificios, en tiempos de necesidad", dijo el Sacerdote.
"Sí", estuvieron de acuerdo los Muchos, descubriendo que decía las mismas palabras que ellos tenían en su mente, "hay que hacer sacrificios - ¡y al menos ahora estamos a salvo de las nuevas y terribles langostas!"
"Veo que el Sacerdote no ha quemado SUS cosechas hasta el suelo", dijo el único hombre de los Muchos, "¿por qué es esto?"
Los Muchos se volvieron hacia él y le dijeron "cállate, tonto, basta de tus tonterías, el Sacerdote ha hablado con las grandes mentes y con los dioses y él sabe mejor cómo salvarnos de las nuevas y terribles langostas. Todas las alabanzas a nuestro Sacerdote y a su sabiduría".
~ * ~
Al día siguiente, el Sacerdote regresó a donde la gente llevaba sus sombreros de la Locura Monstruosa, de pie en sus campos quemados y cuidando su ganado, y dijo...
"¡Ay, he hablado más con los dioses y las grandes mentes y me dicen que llevar los sombreros de la Locura Monstruosa y quemar las cosechas hasta el suelo no es suficiente para salvarnos de las nuevas y terribles langostas! También debemos sacrificar todo nuestro ganado y dejar que su sangre riegue la tierra".
"¿Cómo nos va a salvar de las langostas sacrificar el ganado y dejar que su sangre riegue la tierra?", preguntó el único hombre de los Muchos.
Los Muchos se sintieron algo turbados por esta nueva pregunta y se dirigieron al Sacerdote para que les respondiera.
"¿No me oísteis decir que son langostas nuevas y terribles?", dijo el Sacerdote con su voz amable. "¿No entendéis que hay que encontrar nuevas formas de salvarnos de ellas?".
Los Muchos se mostraron aliviados ante esto y descubrieron, una vez más, que el Sacerdote había dicho los mismos pensamientos en sus propias mentes. Y así, de buena gana, sacrificaron su ganado y dejaron que la sangre regara la tierra y se regocijaron de que ahora estaban finalmente salvados de las nuevas y terribles langostas.
El Sacerdote llegó por cuarta vez a donde la gente estaba sentada en sus campos quemados y recién regados con la sangre de su ganado, llevando sus sombreros de la Locura Monstruosa, y vio que algunos estaban muertos o moribundos.
"Desgraciadamente", dijo, "debido a las incursiones de las nuevas y terribles langostas, ahora no tenemos pan ni carne ni leche, y ni siquiera el uso de los sombreros de la Monstruosa Locura, la quema de las cosechas y el sacrificio del ganado han sido suficientes para salvarnos, pues ved cuántos están muriendo."
Ante esto hubo gran temor y desesperación entre los Muchos.
"¡Oh, ay!", gritaron, "verdaderamente estas nuevas y terribles langostas son un azote mortal, pues miren cuánta gente está muriendo ahora a pesar de todo lo que hemos hecho".
Y se dirigieron al Sacerdote y le suplicaron "¡dinos, oh sabio, qué hay que hacer para salvarnos de las nuevas y terribles langostas que nos están matando a pesar de todo lo que hemos hecho!"
"En verdad", dijo el Sacerdote con gran tristeza, "esta tierra está tan calcinada y devorada por las nuevas y terribles langostas que no queda más remedio que dejar atrás nuestras viejas vidas y comenzar de nuevo en un nuevo estado de equidad. Debes venir a mi recinto donde te protegeré. Tengo un poco de comida en mis propios almacenes, de la que podréis tener una parte si trabajáis para el bien común limpiando mi casa y cuidando mis cultivos y mi ganado".
"¡Gracias, oh, sabio!", gritaron los Muchos, y se prepararon para seguir al Sacerdote a la seguridad de su recinto.
"Espera", gritó el único hombre de los Muchos, "no fueron las nuevas y terribles langostas las que nos quitaron la comida, fuimos nosotros a tus órdenes, ¿y ahora quieres hacernos tus esclavos?".
El Sacerdote sacudió la cabeza con lástima, y los Muchos siguieron su ejemplo.
"¿Qué hay que hacer con una ignorancia tan persistente?", preguntó.
"Terrible ignorancia persistente", coincidieron los Muchos al unísono.
Y el Sacerdote dijo:
"¿No comprendéis que si NO nos hubiéramos puesto los sombreros de la Tontería Monstruosa y hubiéramos quemado nuestras cosechas y matado nuestro ganado, las nuevas y terribles langostas habrían hecho las cosas mucho, mucho peor de lo que son ahora?"
"¿Cómo?", preguntó el único hombre de los Muchos.
El sacerdote se rió y los Muchos siguieron su ejemplo.
"¿Por qué, simple tonto, porque las nuevas y terribles langostas son nuevas y terribles y tienen un NUEVO NOMBRE?"
"¡Un nuevo nombre!", repitieron los Muchos mirando con incredulidad al único hombre que no entendía lo que significaba.
Y entonces se dieron la vuelta y entraron en el recinto del Sacerdote con sus sombreros de Monstruosa Locura, para trabajar por el bien común cuidando las cosechas y el ganado del Sacerdote y limpiando la casa del Sacerdote y cantando canciones de esperanza para su nuevo comienzo que los escribas del Sacerdote habían escrito para que ellos cantaran.
Mientras tanto, el único hombre que se quedó solo en los campos estériles y ensangrentados salió solo para encontrar otro camino y cantar sus propias canciones.
~ * ~
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator
Locusts; or A Tale of Monstrous Foolishness
Catte Black One day in a land far away and a time long gone a Priest came to where the Many were tending their crops and livestock and said… “There are locusts coming and we must prepare!R…off-guardian.org
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