MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
29/09/2018
CHSSS...
A LAS PRIMERAS DAMAS NO SE LAS TOMA EN SERIO
NO A TODAS LES GUSTÓ VIAJAR
A propósito de Begoña Gómez y su debut “institucional”, acompañando a su marido Pedro Sánchez en el primer periplo oficial al extranjero, nos vamos a ocupar de sus antecesoras viajeras, las llamadas primeras damas, mujeres que no han sido elegidas y que no son legalmente responsables frente a nadie más que al hombre con el que han intercambiado promesas matrimoniales al que llamamos “señor presidente” .
Cuando la señora Gómez, la mujer más ambiciosa de todas las que han pasado por Moncloa, supo “que su compañero había cumplido el más ansiado de los sueños, se colocó en la casilla de salida sin importarle que sus actuaciones o la ausencia de ellas, su perfil, su imagen y sus declaraciones serán puestas en tela de juicio permanente”, como escribe Maria Ángeles López de Celis, Jefa de la Secretaría de los seis primeras damas de la democracia, experiencias recogidas en un interesante libro: “Las damas de La Moncloa” ( Espasa 2013).
No todas las primeras damas han sido y se han comportado como Begoña Gómez. Siendo, como es, una actriz de reparto, no ha tardado ni un día en convertirse en protagonista, apuntándose al primer gran viaje del Presidente a los Estados Unidos de Trump para medirse, de tú a tú, con la primera dama norteamericana. Posiblemente porque, como dice Maria Ángeles, estas esposas “se mueven, en una dimensión intermedia en la que no son nada pero se les exige mucho”.
Amparo Illana, a diferencia de todas las Primeras Damas de La Moncloa, nunca quiso serlo. “Pero acompañaba a su marido cuando no tenía más remedio”. Sufría porque era consciente de que podía pasarlo muy mal. Además y para colmo, le aterraba volar. Lo reconoció Suárez: “Si yo se lo pidiera, vendría, no lo dudéis, pero no lo hago porque a Amparo le aterra volar y no quiero pedirle nada que le disguste. Las pocas veces que ha viajado conmigo se ha aferrado a mi mano durante todo el viaje”.
Pilar Ibáñez Martín, mientras su esposo, Leopoldo Calvo-Sotelo, fue presidente no desperdició nunca la oportunidad de acompañarle en todos los viajes por Europa e Hispanoamérica:
“Aquellos viajes eran siempre muy simpáticos porque la gente es muy cordial y se veía con los españoles”.
Carmen Romero pensaba que “ser esposa del presidente del Gobierno no tiene por qué cambiar tu vida, a viajar sola o acompañar a tu marido, cuando crees que debes hacerlo o no hacerlo cuando no lo consideres imprescindible”. Esto creó mas de un problema, como en aquella ocasión en la que se negó a acompañar a Felipe a un viaje oficial a Indonesia y Filipinas. “Cuando se comunicó a nuestra embajada en Yakarta que Carmen Romero no viajaría con su marido, ya era tarde. Los indonesios habían cubierto la capital del país con carteles en los que figuraba la foto del matrimonio. Tuvieron que tapar la mitad de los carteles”. Pero lo más sonado fue su viaje, en junio de 1983, a México cuando, a la salida del Palacio de Tlatelolco donde le había ofrecido una cena el presidente mexicano, Carmen sufrió una caída. La Agencia Efe pensó que publicarlo era una agresión a la dignidad de la primera dama y decidió censurar la foto de manera tan ridícula que sólo se veía la cabeza de Carmen, allí abajo, y medio cuerpo, la de un Felipe González mirándola desde la altura!
Ana Botella fue la primera dama de La Moncloa más política. Quizás la única que no disimulaba sus aspiraciones. Era una mujer nacida para mandar. No se perdió un viaje. Siempre tenía preparada su maleta. “José lleva la suya y yo la mía. Es algo que quedó muy claro cuando nos casamos”. Aunque siempre hacía lo que le daba la gana. Como sucedió en el viaje a Perú, Venezuela y otros países hispanos. “Pero yo regresaré a España desde Caracas. No voy a Tobago, tengo que estar en Madrid para despedir a los dos mayores”. “Pues estamos buenos, ya tenemos al presidente tristón”, se comentó en el séquito.
Sonsoles Espinosa era tan independiente que difícil era verla acompañando a su marido, José Luis Rodríguez Zapatero, en los viajes. Pero, uno de ellos se convertiría en mediático contra su voluntad. Fue con motivo del viaje oficial del presidente a los Estados Unidos, donde tenían que entrevistarse con Barack Obama. Segun recuerda María Ángeles López de Celis, Laura, la mayor de las dos hijas, comenzó a pedirle que las llevara a Washington. Sonsoles, más rigurosa y estricta en un ejercicio de coherencia, argumentó que si viajaban con ellos se iba a romper la privacidad que tan celosamente guardaba. Todo fue inútil. Las niñas viajaron con papá y disfrazadas de “góticas” fueron de un impacto mediático brutal.
Elvira Fernández, la sexta primera dama de La Moncloa, “era la prolongación de Mariano Rajoy en discreción, sentido común y timidez. Como decían algunos del PP era la “anti Ana Botella”. Que se recuerde, sólo atravesó por primera vez la frontera española para asistir a una cumbre, la del G-20”, celebrada en Los Cabos de México, en junio de 2012.
Afortunadamente, el Rey Emérito se encuentra totalmente “recuperado” de la “lesión” en la muñeca, según parte médico de la Casa Real y que le “impidió” participar en la Copa del Rey de Palma. Los motivos eran otros.
¿Quién habrá aconsejado o permitido que “la Dama de La Moncloa” intentara epatar a “la dama de la Casa Blanca”, vestida de tal guisa? Ahora resulta que no era ella la de la polémica foto sino una que se parecía mucho. ¡Vaya por Dios!. A otro perro con ese hueso.
Mientras no se liberen de la monja independentista no hay nada que hacer en ese ataque directo y personal, del que se quejan.
Hay rectificaciones o aclaraciones que con azúcar están peor. Dejémoslo y no tomemos al personal, por tonto que ya nos lo toma la Zarzuela con sus paripés familiares.Teniendo unos hermanos tan riquísimos, no se entiende que permitan que le desahucien por el impago del alquiler del piso.
Esa Gloria de mujer, Lomana, la seria, puede considerarse una precursora con el libro “Juegos de Poder” cuyos protagonistas son un editor, un comisario y un bar de putas donde se graba y se chantajea. Tal cual ahora... La mas frívola y pizpireta fémina del Partido Popular sorprende reconociendo a Vanity Fair que “en la anterior etapa no sabíamos ni lo que defendíamos”. Entonces, ¿que coxx hacíais?
JAIME PEÑAFIEL
29/09/2018
CHSSS...
A LAS PRIMERAS DAMAS NO SE LAS TOMA EN SERIO
NO A TODAS LES GUSTÓ VIAJAR
A propósito de Begoña Gómez y su debut “institucional”, acompañando a su marido Pedro Sánchez en el primer periplo oficial al extranjero, nos vamos a ocupar de sus antecesoras viajeras, las llamadas primeras damas, mujeres que no han sido elegidas y que no son legalmente responsables frente a nadie más que al hombre con el que han intercambiado promesas matrimoniales al que llamamos “señor presidente” .
Cuando la señora Gómez, la mujer más ambiciosa de todas las que han pasado por Moncloa, supo “que su compañero había cumplido el más ansiado de los sueños, se colocó en la casilla de salida sin importarle que sus actuaciones o la ausencia de ellas, su perfil, su imagen y sus declaraciones serán puestas en tela de juicio permanente”, como escribe Maria Ángeles López de Celis, Jefa de la Secretaría de los seis primeras damas de la democracia, experiencias recogidas en un interesante libro: “Las damas de La Moncloa” ( Espasa 2013).
No todas las primeras damas han sido y se han comportado como Begoña Gómez. Siendo, como es, una actriz de reparto, no ha tardado ni un día en convertirse en protagonista, apuntándose al primer gran viaje del Presidente a los Estados Unidos de Trump para medirse, de tú a tú, con la primera dama norteamericana. Posiblemente porque, como dice Maria Ángeles, estas esposas “se mueven, en una dimensión intermedia en la que no son nada pero se les exige mucho”.
Amparo Illana, a diferencia de todas las Primeras Damas de La Moncloa, nunca quiso serlo. “Pero acompañaba a su marido cuando no tenía más remedio”. Sufría porque era consciente de que podía pasarlo muy mal. Además y para colmo, le aterraba volar. Lo reconoció Suárez: “Si yo se lo pidiera, vendría, no lo dudéis, pero no lo hago porque a Amparo le aterra volar y no quiero pedirle nada que le disguste. Las pocas veces que ha viajado conmigo se ha aferrado a mi mano durante todo el viaje”.
Pilar Ibáñez Martín, mientras su esposo, Leopoldo Calvo-Sotelo, fue presidente no desperdició nunca la oportunidad de acompañarle en todos los viajes por Europa e Hispanoamérica:
“Aquellos viajes eran siempre muy simpáticos porque la gente es muy cordial y se veía con los españoles”.
Carmen Romero pensaba que “ser esposa del presidente del Gobierno no tiene por qué cambiar tu vida, a viajar sola o acompañar a tu marido, cuando crees que debes hacerlo o no hacerlo cuando no lo consideres imprescindible”. Esto creó mas de un problema, como en aquella ocasión en la que se negó a acompañar a Felipe a un viaje oficial a Indonesia y Filipinas. “Cuando se comunicó a nuestra embajada en Yakarta que Carmen Romero no viajaría con su marido, ya era tarde. Los indonesios habían cubierto la capital del país con carteles en los que figuraba la foto del matrimonio. Tuvieron que tapar la mitad de los carteles”. Pero lo más sonado fue su viaje, en junio de 1983, a México cuando, a la salida del Palacio de Tlatelolco donde le había ofrecido una cena el presidente mexicano, Carmen sufrió una caída. La Agencia Efe pensó que publicarlo era una agresión a la dignidad de la primera dama y decidió censurar la foto de manera tan ridícula que sólo se veía la cabeza de Carmen, allí abajo, y medio cuerpo, la de un Felipe González mirándola desde la altura!
Ana Botella fue la primera dama de La Moncloa más política. Quizás la única que no disimulaba sus aspiraciones. Era una mujer nacida para mandar. No se perdió un viaje. Siempre tenía preparada su maleta. “José lleva la suya y yo la mía. Es algo que quedó muy claro cuando nos casamos”. Aunque siempre hacía lo que le daba la gana. Como sucedió en el viaje a Perú, Venezuela y otros países hispanos. “Pero yo regresaré a España desde Caracas. No voy a Tobago, tengo que estar en Madrid para despedir a los dos mayores”. “Pues estamos buenos, ya tenemos al presidente tristón”, se comentó en el séquito.
Sonsoles Espinosa era tan independiente que difícil era verla acompañando a su marido, José Luis Rodríguez Zapatero, en los viajes. Pero, uno de ellos se convertiría en mediático contra su voluntad. Fue con motivo del viaje oficial del presidente a los Estados Unidos, donde tenían que entrevistarse con Barack Obama. Segun recuerda María Ángeles López de Celis, Laura, la mayor de las dos hijas, comenzó a pedirle que las llevara a Washington. Sonsoles, más rigurosa y estricta en un ejercicio de coherencia, argumentó que si viajaban con ellos se iba a romper la privacidad que tan celosamente guardaba. Todo fue inútil. Las niñas viajaron con papá y disfrazadas de “góticas” fueron de un impacto mediático brutal.
Elvira Fernández, la sexta primera dama de La Moncloa, “era la prolongación de Mariano Rajoy en discreción, sentido común y timidez. Como decían algunos del PP era la “anti Ana Botella”. Que se recuerde, sólo atravesó por primera vez la frontera española para asistir a una cumbre, la del G-20”, celebrada en Los Cabos de México, en junio de 2012.
Afortunadamente, el Rey Emérito se encuentra totalmente “recuperado” de la “lesión” en la muñeca, según parte médico de la Casa Real y que le “impidió” participar en la Copa del Rey de Palma. Los motivos eran otros.
¿Quién habrá aconsejado o permitido que “la Dama de La Moncloa” intentara epatar a “la dama de la Casa Blanca”, vestida de tal guisa? Ahora resulta que no era ella la de la polémica foto sino una que se parecía mucho. ¡Vaya por Dios!. A otro perro con ese hueso.
Mientras no se liberen de la monja independentista no hay nada que hacer en ese ataque directo y personal, del que se quejan.
Hay rectificaciones o aclaraciones que con azúcar están peor. Dejémoslo y no tomemos al personal, por tonto que ya nos lo toma la Zarzuela con sus paripés familiares.Teniendo unos hermanos tan riquísimos, no se entiende que permitan que le desahucien por el impago del alquiler del piso.
Esa Gloria de mujer, Lomana, la seria, puede considerarse una precursora con el libro “Juegos de Poder” cuyos protagonistas son un editor, un comisario y un bar de putas donde se graba y se chantajea. Tal cual ahora... La mas frívola y pizpireta fémina del Partido Popular sorprende reconociendo a Vanity Fair que “en la anterior etapa no sabíamos ni lo que defendíamos”. Entonces, ¿que coxx hacíais?
