El Mundo Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
23/09/2017
CHSSS...
JUAN Y MEDIO Y LAS ‘CHEERLEADERS’
UNA BIOGRAFÍA INCOMPLETA
Los crueles ataques y descalificaciones –¿de feministas feroces?–, al querido y admirado Juan y Medio, presentador del exitoso programa Aquí y ahora de Canal Sur, me han recordado los peores años del franquismo por aquello de bajar las faldas y subir los escotes. Miles de testimonios gráficos hay, en archivos de periódicos pero sobre todo revistas de entonces, con fotografías, burdamente retocadas con rotulador, el photoshop de la época. No entiendo ni entenderé nunca a quienes han decidido que no haya azafatas minifalderas ni besos en la entrega de premios a los ganadores de etapas de la vuelta ciclista y otros eventos deportivos. Estoy seguro de que estos individuos no conocen la historia de las cheerleaders y no sólo norteamericanas, a las que pueden verse, animando los partidos de la NBA, con sus minifaldas y pronunciados escotes. Las históricas cheerleaders de los Sirex son las reinas de las noches en los estadios de América.
Como las seleccionadas por Eva Martínez para formar parte del dream cheers del Barcelona, atletas de élite preparadas para bailar, sonreír y animar con sus magníficas piernas al aire. Actualmente son 20 chicas, entre ellas, Marina, una gimnasta del equipo nacional de rítmica y estudiante de Derecho. O María, bailarina y estudiante de Diseño. O Eva, también bailarina y estudiante de Económicas. Todas ellas alternan con las mejores cheerleaders de Europa, siendo reclamadas para eventos de la ACB, Movistar, Kia o Repsol. Querido Juan, como soy “machista”, no sólo me solidarizo sino que estoy contigo y en contra de esos grupos de ¿feministas? “que envidian la belleza y la hermosura ajena y en revancha suben los escotes y bajan las faldas”, como escribe Luz Sánchez Mellado en su artículo titulado Feminista feroz.
El pasado 15 de septiembre, la inefable consorte real cumplió unos bien llevados 45 años. Aunque no se trataba de una cifra redonda, como pueden ser los 50, la prensa más cortesana recordaba, con profusión de fotografías y datos, su biografía. Todos los años así. Pero como Letizia no es Jesucristo, de cuya vida sólo se conoce a partir de los 30 años, ha sorprendido que, entre tanta imagen y texto glamuroso, se hayan ocultado acontecimientos muy importantes sucedidos antes del 22 de mayo de 2004, fecha de su boda. Como si ocultándolos a la opinión pública no hubieran ocurrido, cuando la historia no tiene vuelta atrás.
Sigmund Freud decía que “si una biografía pretende penetrar hasta lo más hondo de la vida del héroe, (Letizia lo es), no se puede pasar en silencio, como casi siempre ocurre, por discreción o por mojigatería (en el caso que nos ocupa por otros motivos que vergüenza debían dar) sobre las características más íntimas del biografiado”.
El eminente neurólogo austriaco y padre del psicoanálisis se refiere, también, a la vida sexual del personaje en la que, como pueden suponer, no voy a entrar. Pero sí en su pasado. Cierto es que, según el Conde de Barcelona, la mujer con la que se casara su nieto “no debería tenerlo, porque este siempre es presente”, dijo. Ignorar, como se ha ignorado, que Letizia se casó a los 26 años en la localidad extremeña de Almendralejo con su profesor de Literatura, Alfonso Guerrero, de 36, el 7 de agosto de 1998, en una ceremonia civil oficiada por el alcalde del pueblo, Manuel Jesús Marín, del Partido Popular, y que su matrimonio sólo duró un año, es falsear, por omisión, la biografía. Es como si yo pretendiera ocultar mi anterior matrimonio.
Tampoco se ha abordado en ningún artículo su estancia en la ciudad mexicana de Guadalajara. Ni su época en la que trabajó de cigarrera para ganarse unos pesos, promocionando por las calles una determinada marca de tabaco, como azafata de blanco y rojo, los colores de las cajetillas. Testimonio gráfico tengo.
Y ocultar el nombre de David Tejera, el periodista de CNN Plus, con el que proyectaba casarse cuando apareció en su vida el príncipe Felipe, es falsear una vez más el recorrido por su vida con motivo del cumpleaños. Y qué decir de la muerte de su querida hermana Érika, la mayor tragedia de su vida. Yo tampoco podré olvidar, nunca, la muerte de Isabel, mi hija.
El divorcio de sus padres también fue un duro trance. Y eso que Jesús Ortiz esperó a que su hija Letizia se casara con Guerrero para anunciar la separación de Paloma Rocasolano, su esposa. Según David, el primo, “Telma y Letizia se arrojaron sobre su padre cuando anunció que quería el divorcio”, lo que demuestra el trauma que produjo en ella. Como les sucede a muchos hijos.
Pero todo esto forma parte de la biografía de la consorte real. Le guste o no a ella. Pero sobe todo os guste o no a vosotros, queridos compañeros cortesanos.
De todas formas y en contra de lo que escribía Sigmund Freud a propósito de una buena biografía, yo mantengo y mantendré siempre esa norma inquebrantable que preside mi vida: valgo más por lo que callo que por lo que cuento. Y lo que callo... hasta la muerte. ¿He contado algo que no se supiese?
Me gustaría que explicaras eso de “tener una vida matrimonial en consonancia con los tiempos que corren”, como tiene ella (...) Querida, llevas razón cuando escribes que la consorte lo que siempre ha querido es “modernizar la Corona”, cuando lo que ha conseguido es... vulgarizarla aún más (...) Yo que él me lo pensaría mucho antes de romper con ella. Como amante, querida o amiga vale. Como enemiga... mejor no (...) Mientras su Mercedes azul se ha vendido por 32.500 euros, mi amigo no logra vender el Mini, también azul borbón, el primer coche que tuvo y, además, comprado con su dinero (...) Fue recibido con todas las reservas tanto por la familia como por la opinión pública y ha resultado ser no sólo un buen marido y un buen padre sino un magnífico consorte (...) Eso de que hay que buscar una vía intermedia entre la independencia y el acatamiento no lo entiende ningún empresario. Yo tampoco. Por algo el presidente de los ricitos y la voz de chantre de catedral siempre me cayó mal, muy mal (...) Tiene tanto encanto personal que te engancha y seduce aunque no lo entiendas. Si intentara vocalizar mejor, sería uno de los grandes de la tele (...) Sería de desear que no le expusieran a una nueva presencia “innecesaria y ofensiva”, como la de Barcelona. ¿Quién fue el insensato e irresponsable? (...) Gran noticia: la hija se casa antes que su madre.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
23/09/2017
CHSSS...
JUAN Y MEDIO Y LAS ‘CHEERLEADERS’
UNA BIOGRAFÍA INCOMPLETA
Los crueles ataques y descalificaciones –¿de feministas feroces?–, al querido y admirado Juan y Medio, presentador del exitoso programa Aquí y ahora de Canal Sur, me han recordado los peores años del franquismo por aquello de bajar las faldas y subir los escotes. Miles de testimonios gráficos hay, en archivos de periódicos pero sobre todo revistas de entonces, con fotografías, burdamente retocadas con rotulador, el photoshop de la época. No entiendo ni entenderé nunca a quienes han decidido que no haya azafatas minifalderas ni besos en la entrega de premios a los ganadores de etapas de la vuelta ciclista y otros eventos deportivos. Estoy seguro de que estos individuos no conocen la historia de las cheerleaders y no sólo norteamericanas, a las que pueden verse, animando los partidos de la NBA, con sus minifaldas y pronunciados escotes. Las históricas cheerleaders de los Sirex son las reinas de las noches en los estadios de América.
Como las seleccionadas por Eva Martínez para formar parte del dream cheers del Barcelona, atletas de élite preparadas para bailar, sonreír y animar con sus magníficas piernas al aire. Actualmente son 20 chicas, entre ellas, Marina, una gimnasta del equipo nacional de rítmica y estudiante de Derecho. O María, bailarina y estudiante de Diseño. O Eva, también bailarina y estudiante de Económicas. Todas ellas alternan con las mejores cheerleaders de Europa, siendo reclamadas para eventos de la ACB, Movistar, Kia o Repsol. Querido Juan, como soy “machista”, no sólo me solidarizo sino que estoy contigo y en contra de esos grupos de ¿feministas? “que envidian la belleza y la hermosura ajena y en revancha suben los escotes y bajan las faldas”, como escribe Luz Sánchez Mellado en su artículo titulado Feminista feroz.
El pasado 15 de septiembre, la inefable consorte real cumplió unos bien llevados 45 años. Aunque no se trataba de una cifra redonda, como pueden ser los 50, la prensa más cortesana recordaba, con profusión de fotografías y datos, su biografía. Todos los años así. Pero como Letizia no es Jesucristo, de cuya vida sólo se conoce a partir de los 30 años, ha sorprendido que, entre tanta imagen y texto glamuroso, se hayan ocultado acontecimientos muy importantes sucedidos antes del 22 de mayo de 2004, fecha de su boda. Como si ocultándolos a la opinión pública no hubieran ocurrido, cuando la historia no tiene vuelta atrás.
Sigmund Freud decía que “si una biografía pretende penetrar hasta lo más hondo de la vida del héroe, (Letizia lo es), no se puede pasar en silencio, como casi siempre ocurre, por discreción o por mojigatería (en el caso que nos ocupa por otros motivos que vergüenza debían dar) sobre las características más íntimas del biografiado”.
El eminente neurólogo austriaco y padre del psicoanálisis se refiere, también, a la vida sexual del personaje en la que, como pueden suponer, no voy a entrar. Pero sí en su pasado. Cierto es que, según el Conde de Barcelona, la mujer con la que se casara su nieto “no debería tenerlo, porque este siempre es presente”, dijo. Ignorar, como se ha ignorado, que Letizia se casó a los 26 años en la localidad extremeña de Almendralejo con su profesor de Literatura, Alfonso Guerrero, de 36, el 7 de agosto de 1998, en una ceremonia civil oficiada por el alcalde del pueblo, Manuel Jesús Marín, del Partido Popular, y que su matrimonio sólo duró un año, es falsear, por omisión, la biografía. Es como si yo pretendiera ocultar mi anterior matrimonio.
Tampoco se ha abordado en ningún artículo su estancia en la ciudad mexicana de Guadalajara. Ni su época en la que trabajó de cigarrera para ganarse unos pesos, promocionando por las calles una determinada marca de tabaco, como azafata de blanco y rojo, los colores de las cajetillas. Testimonio gráfico tengo.
Y ocultar el nombre de David Tejera, el periodista de CNN Plus, con el que proyectaba casarse cuando apareció en su vida el príncipe Felipe, es falsear una vez más el recorrido por su vida con motivo del cumpleaños. Y qué decir de la muerte de su querida hermana Érika, la mayor tragedia de su vida. Yo tampoco podré olvidar, nunca, la muerte de Isabel, mi hija.
El divorcio de sus padres también fue un duro trance. Y eso que Jesús Ortiz esperó a que su hija Letizia se casara con Guerrero para anunciar la separación de Paloma Rocasolano, su esposa. Según David, el primo, “Telma y Letizia se arrojaron sobre su padre cuando anunció que quería el divorcio”, lo que demuestra el trauma que produjo en ella. Como les sucede a muchos hijos.
Pero todo esto forma parte de la biografía de la consorte real. Le guste o no a ella. Pero sobe todo os guste o no a vosotros, queridos compañeros cortesanos.
De todas formas y en contra de lo que escribía Sigmund Freud a propósito de una buena biografía, yo mantengo y mantendré siempre esa norma inquebrantable que preside mi vida: valgo más por lo que callo que por lo que cuento. Y lo que callo... hasta la muerte. ¿He contado algo que no se supiese?
Me gustaría que explicaras eso de “tener una vida matrimonial en consonancia con los tiempos que corren”, como tiene ella (...) Querida, llevas razón cuando escribes que la consorte lo que siempre ha querido es “modernizar la Corona”, cuando lo que ha conseguido es... vulgarizarla aún más (...) Yo que él me lo pensaría mucho antes de romper con ella. Como amante, querida o amiga vale. Como enemiga... mejor no (...) Mientras su Mercedes azul se ha vendido por 32.500 euros, mi amigo no logra vender el Mini, también azul borbón, el primer coche que tuvo y, además, comprado con su dinero (...) Fue recibido con todas las reservas tanto por la familia como por la opinión pública y ha resultado ser no sólo un buen marido y un buen padre sino un magnífico consorte (...) Eso de que hay que buscar una vía intermedia entre la independencia y el acatamiento no lo entiende ningún empresario. Yo tampoco. Por algo el presidente de los ricitos y la voz de chantre de catedral siempre me cayó mal, muy mal (...) Tiene tanto encanto personal que te engancha y seduce aunque no lo entiendas. Si intentara vocalizar mejor, sería uno de los grandes de la tele (...) Sería de desear que no le expusieran a una nueva presencia “innecesaria y ofensiva”, como la de Barcelona. ¿Quién fue el insensato e irresponsable? (...) Gran noticia: la hija se casa antes que su madre.
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