Buenos días, por decir algo.
Aparezco después de un tiempo en que no he tenido ánimos para ello. Sólo quería decir que me duele Europa, me duele España y me duele Cataluña. Me da una lástima terrible que una comunidad tan aventajada, próspera, llena de hombres y mujeres que en tantas áreas han demostrado ser tan inteligentes y trabajadores haya acabado como está hoy.
Enfrentada a sus propios vecinos y compatriotas, esquilmada por políticos corruptos y dedicando gran parte de sus energías a avivar un conflicto que no le va a conducir a ningún sitio. Supongo que desde dentro es más difícil de ver, y más difícil aún reconocer que uno ha sido engañado. Pero desde fuera, con unas nociones básicas sobre la manipulación humana es muy fácil de ver el destrozo que sus inicuos dirigentes han provocado en la tierra que tanto dicen amar. Ya es difícil tener unos políticos más cobardes, ineptos y corruptos que los que hemos disfrutado en el Gobierno de España, pero hasta en eso, una vez más, habéis conseguido superar a vuestros despreciados vecinos.
Os prometieron una Cataluña independiente convertida en un estado próspero y envidia del mundo. Lo que han hecho en su lugar es convertiros en un territorio en perpetuo conflicto, quebrado económicamente y en un nido de Yihadistas.
No me creeréis, me acribillaréis a mepartos y nomegustas, pero eso no cambia el hecho de que el motivo principal de la actuación de la Generalitat y los mossos a sus sectarias órdenes, tan autocomplacientes y exentos de crítica hacia sus garrafales errores, no es más que un intento de ocultar que no saben cómo explicaros que los invitados que os han metido en casa son peligrosos. Os han defendido de los españoles y del uso de una de las lenguas más habladas del mundo, y os han echado en los brazos de unos "nuevos catalanes" por un puñado de votos. Y ahora resulta que para esos nuevos catalanes sólo sois Al Andalus y un hatajo de infieles que exprimir y degollar, por ese orden. Os habéis enfrentado a vuestros hermanos y os habéis echado en brazos de la serpiente islámica.
No es que el resto de España esté mucho mejor, muchas de las cosas que he escrito aquí se aplican al resto de la nación (nación, sí). Por eso precisamente creo que por encima de todo necesitamos estar unidos para defendernos juntos del enemigo interior y exterior. Cuando lo hemos hecho así a lo largo de la historia siempre nos ha salido bien.
España entera llora por Barcelona y por Cataluña, mientras el Islam que abrazáis y parecéis preferir se ríe en secreto, menos en secreto en las RRSS, y descaradamente en sus feudos.
Un abrazo sincero a todas las personas de buen corazón que me habéis leído pacientemente, tanto si estáis de acuerdo como si no.
Aparezco después de un tiempo en que no he tenido ánimos para ello. Sólo quería decir que me duele Europa, me duele España y me duele Cataluña. Me da una lástima terrible que una comunidad tan aventajada, próspera, llena de hombres y mujeres que en tantas áreas han demostrado ser tan inteligentes y trabajadores haya acabado como está hoy.
Enfrentada a sus propios vecinos y compatriotas, esquilmada por políticos corruptos y dedicando gran parte de sus energías a avivar un conflicto que no le va a conducir a ningún sitio. Supongo que desde dentro es más difícil de ver, y más difícil aún reconocer que uno ha sido engañado. Pero desde fuera, con unas nociones básicas sobre la manipulación humana es muy fácil de ver el destrozo que sus inicuos dirigentes han provocado en la tierra que tanto dicen amar. Ya es difícil tener unos políticos más cobardes, ineptos y corruptos que los que hemos disfrutado en el Gobierno de España, pero hasta en eso, una vez más, habéis conseguido superar a vuestros despreciados vecinos.
Os prometieron una Cataluña independiente convertida en un estado próspero y envidia del mundo. Lo que han hecho en su lugar es convertiros en un territorio en perpetuo conflicto, quebrado económicamente y en un nido de Yihadistas.
No me creeréis, me acribillaréis a mepartos y nomegustas, pero eso no cambia el hecho de que el motivo principal de la actuación de la Generalitat y los mossos a sus sectarias órdenes, tan autocomplacientes y exentos de crítica hacia sus garrafales errores, no es más que un intento de ocultar que no saben cómo explicaros que los invitados que os han metido en casa son peligrosos. Os han defendido de los españoles y del uso de una de las lenguas más habladas del mundo, y os han echado en los brazos de unos "nuevos catalanes" por un puñado de votos. Y ahora resulta que para esos nuevos catalanes sólo sois Al Andalus y un hatajo de infieles que exprimir y degollar, por ese orden. Os habéis enfrentado a vuestros hermanos y os habéis echado en brazos de la serpiente islámica.
No es que el resto de España esté mucho mejor, muchas de las cosas que he escrito aquí se aplican al resto de la nación (nación, sí). Por eso precisamente creo que por encima de todo necesitamos estar unidos para defendernos juntos del enemigo interior y exterior. Cuando lo hemos hecho así a lo largo de la historia siempre nos ha salido bien.
España entera llora por Barcelona y por Cataluña, mientras el Islam que abrazáis y parecéis preferir se ríe en secreto, menos en secreto en las RRSS, y descaradamente en sus feudos.
Un abrazo sincero a todas las personas de buen corazón que me habéis leído pacientemente, tanto si estáis de acuerdo como si no.