Uno de mis primeros trabajos, los lunes me presentaba en la oficina y el viernes tarde volaba al piso que compartía con mi novio. Un vuelo corto deunos 55 minutos. El lunes de vuelta, vuelo 6.35 para llegar puntual a la oficina porque volaba con unas pintas que para qué. Me cambiaba y maquillaba en los lavabos del aeropuerto y si no daba tiempo en los del trabajo. Ese día no me dio tiempo y vaya pintas que llevaba.
Me siento al lado de una chica que se habría estado toda la noche preparando para el vuelo. Se veía que no estaba muy acostumbrada a volar, intentaba comportarse muy cosmopolita, hablar en el inglés más británico que podía. Se veía que le molestaba que una persona tan poco glamurosa estuviera a su lado en vez de todos los bisnemanes requeteplanchados que nos rodeaban.
Conocía el vuelo de memoria, sabía cuando iba a oír las ruedas, motores, cuando íbamos a sobrevolar el mar. Pues ese día no me pintaba bien, era como si no conociera el vuelo. Como tenía miedo me acerco a a chica y le digo que algo no va bien.
Me contesta, moviendo su melena y pidiendo paciencia a Dios:
-Tranquila, eso son los nervios de los primeros vuelos, cuando te acostumbres a volar se te pasará, cierra los ojos y disfruta del vuelo
todo esto de manera condescendiente
En ese momento se oye la vou del capitán:
Siento comunicarles que tenemos que realizar un aterrizaje de emergencia, está todo bajo control.
Aterrizamos en un aeropuerto deportivo, nos recogió un autobús, vuelta al aeropuerto donde al par de horas ya teníamos un avión.En el entretiempo me vestí mi ropa oficial, divina de la muerte, me maquillé , peiné, sacó de la bolsa de viaje mi gran bolso que me había costado el sueldo de un mes. Y fui a tomarme un café.
Se me acerca ella esta vez para cotarme el miedo que había pasado.
como si nada le contesto:
-Bah, cuando se hace este vuelo dos veces a la semana como yo, puede pasar de todo, no hay que tomarlo trágico, esto no ha sido nada.
Me siento al lado de una chica que se habría estado toda la noche preparando para el vuelo. Se veía que no estaba muy acostumbrada a volar, intentaba comportarse muy cosmopolita, hablar en el inglés más británico que podía. Se veía que le molestaba que una persona tan poco glamurosa estuviera a su lado en vez de todos los bisnemanes requeteplanchados que nos rodeaban.
Conocía el vuelo de memoria, sabía cuando iba a oír las ruedas, motores, cuando íbamos a sobrevolar el mar. Pues ese día no me pintaba bien, era como si no conociera el vuelo. Como tenía miedo me acerco a a chica y le digo que algo no va bien.
Me contesta, moviendo su melena y pidiendo paciencia a Dios:
-Tranquila, eso son los nervios de los primeros vuelos, cuando te acostumbres a volar se te pasará, cierra los ojos y disfruta del vuelo
todo esto de manera condescendiente
En ese momento se oye la vou del capitán:
Siento comunicarles que tenemos que realizar un aterrizaje de emergencia, está todo bajo control.
Aterrizamos en un aeropuerto deportivo, nos recogió un autobús, vuelta al aeropuerto donde al par de horas ya teníamos un avión.En el entretiempo me vestí mi ropa oficial, divina de la muerte, me maquillé , peiné, sacó de la bolsa de viaje mi gran bolso que me había costado el sueldo de un mes. Y fui a tomarme un café.
Se me acerca ella esta vez para cotarme el miedo que había pasado.
como si nada le contesto:
-Bah, cuando se hace este vuelo dos veces a la semana como yo, puede pasar de todo, no hay que tomarlo trágico, esto no ha sido nada.