"Adios, Princesa" Libro de David Rocasolano, primo de Letizia Ortiz. Capitulos y extractos.

Re: Libro "adiós princesa" de david rocasolano - contenidos

Aquí va el capítulo 2, chicos.

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CAPITULO 2. LA VISITA DE LA CONFESIÓN

A principios de septiembre de 2003 (el compromiso fue anunciado el 1 de noviembre) Rocasolano fue convocado a Zarzuela II por el Príncipe y L.O. Fue recibido en el gran salón de la planta baja, con la pareja de tórtolos sentados muy juntos en un sofá. Los dos estaban nerviosos y con aspecto de haber dormido mal. L.O. lo puso al tanto del tema del aborto en Dator, que el Príncipe había sabido muy recientemente. No podían encargarle aquel paquete a nadie del entorno de Felipe, ni a los Servicios del Estado, porque llegaría a conocimiento de los Reyes. Y si trascendía “es muy probable que esto no siga adelante”, dijo L.O.

Rocasolano cree que el padre de la criatura abortada era David Tejera. Más tarde se enteró de que L.O. no había llegado a decirle a su entonces compañero que estaba embarazada y había tomado la decisión de abortar de modo unilateral.

Rocasolano valora políticamente lo que estaba haciendo el Príncipe: Felipe estaba traicionando al rey y a la reina. Ocultando unos hechos que, si en el futuro salían a la luz, podrían complicar la sucesión. Estábamos dando un pequeño golpe de estado íntimo y muy arriesgado”.

El autor creía, ya entonces, que aquella huella iba a ser casi imposible de borrar. Aunque consiguiera que en la clínica le dieran la documentación, nadie le podía asegurar que la iban a eliminar por completo. O que algún trabajador que no se hubiera quedado con copia del expediente de la conocida presentadora de televisión, “unos documentos que en el mercado negro podrían alcanzar un valor considerable en cuanto se hiciera público el compromiso”.

Rocasolano recurrió a la Ley de Protección de Datos para solicitar a la clínica que le dieran los papeles y se eliminaran los rastros informáticos. El 22 de octubre fue convocado a una reunión por la gerente de la clínica, llamada –en semejante sitio- “María Virtudes”. Le dieron los papeles y le aseguraron que habían eliminado los rastros informáticos. “Pero yo no estaba tan seguro”, dice Rocasolano.

Durante aquellas semanas “recibía llamadas de L. a diario. Estaba cada vez más nerviosa. Más crispada. Más autoritaria. Siempre había sido así con sus cosas, pero en esta ocasión empezaba a hacerse insufrible.”

Rocasolano dice que creía al Príncipe en una posición con fuerza suficiente como para echar tierra a aquel asunto. Pero el problema principal era la Iglesia. “Las relaciones entre Monarquía e Iglesia, y lo que es peor, entre la monarquía y los ciudadanos católicos, difícilmente podrían salir indemnes del conocimiento de que la futura reina de España fue abortista”. Rocasolano está convencido de que L.O. se casó en la Almudena estando excomulgada. El canon de Derecho canónico de 1938 es explícito: “quien procura el aborto, si este se produce, incurre en excomunión latae sentenciae”, o sea, sin necesidad de declaración por una autoridad eclesiástica. “Letizia podría haber solicitado la absolución a Monseñor Rouco Varela, pero por la forma en que se desarrollaron los hechos no creo ni que se planteara seguir esa vía”.

Cuenta también que Jaime Alfonsín, el secretario personal del Príncipe, lo llamó para conocer datos del divorcio de L.O. y su primer marido. No había nada particular. Fue un divorcio consensuado.
y yo que creo que el nasciturus no era de Tejera
 
Yo creo que David Rocasolano es un reventado y habla desde el despecho.
En su momento, pensó que por todo lo que había hecho por su prima, se merecía estar con algún buen puesto o de asesor en Palacio...
Toda su familia le dió la espalda por sus acciones y no por orden de Letizia.
 
Re: Libro "Adiós princesa" de David Rocasolano - Contenido. Capítulos.

Aquí va el capítulo quinto.

Los anteriores los podéis encontrar aquí: 1 (pág 1), 2 (pág 6), 3 (pág 19), 4 (pág 30)

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LIBRO

CAPÍTULO V. Y EL CUENTO ERA VERDAD.


El capítulo V relata el anunció de compromiso matrimonial de L.O. y el Príncipe y la petición de mano. Es un capítulo con escenas de carcajada, pero a la vez ácido en la crítica y, también, amargo. Es difícil no sentir compasión por la situación en que colocaron a una familia humilde, transplantándola en las sofisticadas pejigueradas palaciegas.

El compromiso pilló a los Ortiz-Rocasolano por sorpresa. Aunque sabían que L. estaba liada con el Príncipe de Asturias, y aunque la habían oído hablar de culminar con éxito aquella historia, ninguno se lo acababa de creer. Hizo falta que se enteraran por la televisión del anuncio. En las últimas semanas “Letizia había empezado a volverse muy recelosa y reservada”. El primo también se quedó helado. Y sólo fue capaz de hacer un comentario: “Letizia se va a cargar a mi familia”.

El día de la petición de mano los Ortiz-Rocasolano fueron recogidos de sus casas por coches oficiales de Zarzuela con las lunas tintadas. Cuando el primo y su pareja llegaron al Pardo, “empezamos a ver gente agolpada a ambos lados de las aceras, con banderas españolas y pancartas de apoyo a la monarquía. Es asombroso. Creo que jamás he oído a ningún español hablar bien de la monarquía en un bar, en una comida de trabajo o en una boda. Sin embargo, allí había miles de personas gritando a nuestro paso “Viva el Rey”.

En Palacio los recibió el Jefe de Protocolo de la Casa del Rey. La descripción del personaje es cómica. A las parejas de hecho las transformaron en “Señores de”. Les anunciaron la llegada de la Familia Real, con todos su títulos de Altezas y Majestades y los adiestraron en cómo debían dirigirse en público a “Doña Letizia” en los sucesivo: agachando la cabeza o con una genuflexión. “Ahí empecé a cabrearme con tanto protocolo. ¿Qué sensación te queda en el cuerpo cuando te llega un señor que no conoces de nada y te ordena que agaches la cabeza ante tu prima? Yo nunca lo he hecho ni lo haré. Yo no agacho la cabeza ante nadie”. Por último, los Ortiz-Rocasolano dedicaron unos minutos a practicar la inclinación de cabeza (los hombres) y la genuflexión (las mujeres) con que tendrían que saludar a los Reyes cuando se vieran ante ellos. “Mis tías y primas practicaban la genuflexión como muñecas con las pilas aceleradas, unas se agachaban más y otras menos, y se daban explicaciones entre ellas, y se corregían con la autoridad de quien ha estado toda la vida saludando a altezas reales…”. Antonio Vigo, el compañero de Erika Ortiz, estaba realmente agobiado. “Es un tío sencillo y muy tímido… Jamás en su vida se habría enfundado en traje y corbata”. Temeroso de que Vigo y el propio David Rocasolano no cumplieran con la reverencia, Jesús Ortiz se dirigió a ambos, les colocó las corbatas y les ordenó expresamente lo tenían que hacer, “como si de la pericia en el gesto dependiera que Letizia se casara con el Príncipe, con todas las ventajas futuras que eso podía conllevar”. En aquel momento todos habían olvidado las viejas bromas republicanas, llenas de exabruptos contra la monarquía, que habían sido habituales en ellos. “No es que empezara a cambiar nuestra vida. Es que estábamos empezando a cambiar nosotros”.

Los retratos que Rocasolano hace de la Familia Real son tan ácidos como precisos. La Infanta Margarita es descrita como una persona afable, afectuosa y humilde. A la Infanta Pilar la clava: “Su comportamiento es siempre desagradable, prepotente y borde. Destila clasismo por los poros y por esos peinados ahuecados de pavo real en constante exhibición. Su desprecio hacia todo y hacia todos es tan patente que parece incluso ensayado. Se la notó incómoda y algo asqueada cuando saludó a mi familia plebeya”. En cuanto al Rey, eso que llaman su campechanía no es sino “la forma de actuar de alguien a quien todo lo que no sea él, y lo suyo, le da exactamente igual”. Jaime de Marichalar le cae gordo desde el primer momento: carece de sentido del humor y sólo le interesan “sus asuntos”, o sea, “la moda, el aparentar y lo que es o no aristocrático”. La Reina era la única que se entendía con él.

Cuando estaban preparándose para salir a escena todos, vieron por dos pantallas de plasma, donde se retransmitían sendos programas sobre la petición de mano, a Jaime Peñafiel, “el azote de la plebeyización de la casta borbónica”. El comentario malévolo tiene su guasa. “¿En qué tiempo vive este hombre? A mí siempre me ha hecho mucha gracia. Intenta ser la conciencia de un mundo sin conciencia, el de la realeza, donde todo vale y la vida gira a impulsos de capricho y apetencias. Supongo que pensará que sus escritos causan algún desvelo en Zarzuela. Se equivoca. En Zarzuela se suelen reír bastante de él. Es un blanco habitual de burdos chascarrillos. Sobre todo por parte de Juan Carlos”.

Cuenta un buen número de anécdotas de aquel día que merecen la pena leer (el Rey dando volteretas como un payaso sobre una alfombra, a Marichalar que le dio un patatús durante la cena, los mandos militares presentando honores a unos acogotados Ortiz-Rocasolano…) Y se arrepiente de haberse sumado al posado para la foto oficial. “Nunca he cometido un error mayor en mi vida. Jamás debí salir en aquella foto”.

Por último un detalle revelador. Algunas fotos de la cena de ese día, en Zarzuela, aparecieron en la prensa del corazón, filtradas por alguien del bando “plebeyo”. La periodista María Eugenia Yagüe lo acusó a él, no sabe por qué. La realidad es que esas fotos habían sido filtradas por la propia Letizia Ortiz.
Pues me da a mí que justo antes del paripé de la pedida L.O.R hacía doblete con un famoso fotógrafo guapísimo.el fotógrafo creía que tenían algo serio y se enteró por televisión que no era ni chicha ni limoná.
 
Pues tendría que llamar para saber su nombre, y sacarlo a cuento raramente 😂. Es rollo amigos en común. No es famoso, pero sí reconocido. Casado con una francesa despampanante, con dos hijas…. mmm… si consigo más, comento
Era periodista, no fotógrafo y trabajaba en cuatro. Si andaba también con un fotógrafo tenía un trio , no doblete 😁
 
Pues tendría que llamar para saber su nombre, y sacarlo a cuento raramente 😂. Es rollo amigos en común. No es famoso, pero sí reconocido. Casado con una francesa despampanante, con dos hijas…. mmm… si consigo más, comento
Por favor, llama, averigua el nombre del maromo y dilo. Porque estoy que vivo sin vivir en mi.

Gracias.
 
Los Ortiz Rocasolano podrían haber evitado todos esos males que les trajo la boda de la hija-nieta-prima....si desde el minuto uno se hubiesen negado a aparecer en fotografías y, mucho menos, aceptar que a las señoras de la familia les pagasen los trapitos y sombrerazos que lucieron en el bodorrio.
El autor del libro: No salir en ninguna foto y,mucho menos, haber aceptado el trabajo en ese BUFETE donde, posiblemente, NUNCA le hubieran dado cabida a no ser por lo
que fué....el nuevo status de la prima.

Los abuelos Rocasolano: En una de las fotos se ve en batín al abuelito en la Zarzuela.Pregunto: ¿Estaban instalados allí?. Acabada la boda se hubieran ido a su casa y a sus quehaceres....y que las visitas hubiesen quedado para bodas, bautizos y comuniones.

El humilde Vigo y su consorte: Lo mismo. No haber aceptado esos trabajos que les dieron por el parentesco, y a seguir con su vida de pobreza pero sin deber a nadie algo que NUNCA hubieran conseguido por si mismos. Si Vigo le gritó esas cosa al Rey durante el funeral.....mal hecho. A no ser que el Rey les HUBIESE OBLIGADO a llevar una vida que, según Vigo, había costado la de su consorte.

Don Chus de repente, fué periodista, y lo mismo su mami que, hasta entonces, era locutora de radio. Y qué casualidad tan casual que hasta un premio de periodismo le dieron "al alimón" con su hermana., cuyo nombre no recuerdo.¿Marisol?

Quien no quiere no se arriesga, porque nada es gratis, y de una ó de otra forma se acaba pagando.

Acabada la boda...cada cual en su casa.

Y a la boda haber ido con las ropas que ellos hubieran podido pagarse. No aceptar imposiciones de nadie ó , en caso contrario, haberse negado a asistir.

Y todo eso sintiéndose republicanos. Lo que hay que oir.
 
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