Primas, yo tengo un problema conmigo misma en relación a mi marido y mi madre. Ambos la hemos acompañado, finalmente a su cita. Yo, educada y atenta, pero en modo piedra gris, sin demasiado recocleo (es difícil en una situación así). Mi marido, pelota nivel máximo, como nunca lo he visto, a pesar de que sabe toda la historia. Ella, encantada con él, claro está, y más bien seca conmigo. Lógico.
No sé qué pensar ni cómo actuar. Por un lado, le estoy agradecida a él por sus modos y su colaboración (nos facilitó mucho el trance hospitalario). Por otro, veo que me deja -sin querer- en mal lugar con ella, pues yo no soy capaz de ser tan cariñosa... Es más, pienso si no seré una egoísta que solo mira por sí misma, cuando lo suyo sería actuar como él, amable y servicial... ¿Cómo lo veis? Ya no sé quién tiene razón y quién no...
Si tu marido lo hace por tí, quédate con la parte en la que tú madre ni se entera de tu presencia al combinar tú piedra gris con su peloteo, y agradece tener un marido capaz de semejante hipocresía hacia tu adversaria para cuidar de tí.
No mires las acciones de tu marido en relación a lo que le parecen a la adversaria, mira esas acciones en relación a tí.
Bonus track: Si tu adversaria intenta triangulación entre tú marido y tú, si intenta enfrentaros porque "mira que atento él y mira que seca tú" "Es que yo estaba demasiado preocupada por tí para estar alegre, eres mi madre" aunque tus sentimientos no mientan tus palabras pueden hacerlo. Tómatelo como ficción, como si estuvieras escribiendo tus novelas, pero hablado. El don de la escritura viene con el don de la palabra, aprovecha ese don para protegerte.