Pero claro, nosotras apenas nos conocíamos. Intentamos ayudarla, hacerle ver que no era real, pero ella se encerraba en sí misma y su pareja y apenas interactuaba. Una pena en gente tan joven, la verdad. Eso también nos hizo ver lo cerca y lejos a la vez que está una enfermedad mental y lo imprevisible que esPues pobre chica, a veces en la adolescencia se desarrollan miedos y fobias en personalidades muy sensibles e inseguras, y lo que necesitan es apoyo, cariño y confianza de sus allegados y de quienes conviven con ellas...