Pues que queréis que os diga, si la serie va de una mujer que se redescubre con 40 años y después de dos hijos, no sé que tiene que ver eso con estar muy delgada y no tener barriga... Y ya lo de los desnudos en series y cine español, pues cansa, que queréis que os diga. Dicho esto, a mí me parece un caso claro de discriminación y Leticia Dólera ha perdido credibilidad. Les ha salido perfecto, oye.
La feminista Letizia Dolera excluye a una actriz por estar embarazada
- AutorIsabella
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O
Ondina
Guest
la carta del co-guionista es lamentable, como si tener la tripa plana fuera condición sine qua non para interpretar el papel de una mujer casada y madre de dos hijos que redescubre el s*x*.
y este troglodita es el que sale en defensa de la Dolera. Pues no le hace ningún favor. Será que no encontraron a nadie mejor. Posiblemente porque lo que le han hecho a la Clotet es injustificable, lo mires por donde lo mires.
Ni que la hubieran contratado para interpretar a Nadia Comaneci, medallista olímpica.
y este troglodita es el que sale en defensa de la Dolera. Pues no le hace ningún favor. Será que no encontraron a nadie mejor. Posiblemente porque lo que le han hecho a la Clotet es injustificable, lo mires por donde lo mires.
Ni que la hubieran contratado para interpretar a Nadia Comaneci, medallista olímpica.
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Supongo que solo defendía la mano que le ha dado de comer durante los últimos ocho años. Pero si, poco acertada.
no os acordais q leticia hizo un comentario habia sexismo en las revistas de GQ ???? los hombres total mente tapados y las mujeres casi semidesnudas . pero da risa . tiene doble moral , ella tmb se desnudo en una revista de hombres . da risa. tiene cero cerebro encima contradice .. si leticia estaria embarasada ahora , podria trabajar como directora ahora? juzgais
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Vaya, me sabe mal que hayas sentido verguenza ajena. Imagino que trabajas en el medio y sabes perfectamente como son las cosas en la profesion. Por favor, abreme los ojos a ver si en mis 20 años de trabajo he estado ciega y no he comprendido como se trabaja. Paloma Cuesta es aquellla actriz que reclamó un salario más acorde a su caché y éxito en una serie que los productores decidieron dejar en coma para que no protestara más? Si es así, mucho orgullo de que me identifiques con Loles León.
Yo solo veo que es una actriz que debía tener un determinado aspecto físico y que no lo cumple. Lo mismo me da que sea por un embarazo o porque ha engordado 15 kg.
Lo mismo digo si hubiera sido un hombre que precisara una forma física buena y apareciera en el rodaje todo fondón y con michelines.
Son los problemas de ser actriz o actor.
Lo mismo digo si hubiera sido un hombre que precisara una forma física buena y apareciera en el rodaje todo fondón y con michelines.
Son los problemas de ser actriz o actor.
Última edición:
No hace falta trabajar en el medio para ver que la situación no es aceptable. Mucho más de 20 años llevamos las mujeres defendiendo los derechos laborales de las embarazadas, avanzamos con mucho esfuerzo y, de repente, viene Leticia Dolera y vuelve a la casilla de salida. Pero un signo claro de que estamos avanzando es que parece que mayoritariamente se lo estamos afeando. Por su parte ella no ha podido quedar peor, pero ése es su problema.
Las plantaciones de algodón del Sur de Estados Unidos no eran viables sin el trabajo esclavo. ¿Significa eso que había que perpetuar el sistema, o no era suficiente para mantener una situación repugnante? Pues el sector audiovisual se encuentra con una versión moderna del dilema. Decir que las cosas son así no vale, siempre son como son hasta que cambian, y casi nunca de forma espontánea. Si aspiráis a reflejar nuestro tiempo no podeis ser inmovilistas, teneis que contribuir a provocar el cambio - todos tenemos esa obligación. Y para eso contais con una herramienta que manejáis mejor que nadie: la imaginación. Ya he dicho antes que si el sector audiovisual es tendrá que adaptarse. La cultura está al servicio de las personas, no al revés.
Ah, y antes de que pongais el grito en el cielo recordad que Aina Clotet tiene una posición social privilegiada que hace que esto suponga para ella un comprensible disgusto personal. Pero para muchas otras mujeres embarazadas es un auténtico drama.
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Leticia Dolera: «Hola, soy tu machismo»
Lo que pasa es que quiere cambiar la realidad a golpe de tuiteo y de frasecita graciosa, abanico en mano, en la gala de los Goya. Pero no con hechos.
Rebeca Argudo. Madrid.
Tiempo de lectura 8 min.
Imagínense que el pasado martes hubiésemos desayunado todos con el siguiente titular: “El director Norberto Ramos del Val despide a la actriz Aina Clotet por estar embarazada”. Me apuesto un brazo y no lo pierdo a que el Facebook de Norberto habría estado echando humo toda la semana. Habría tenido que cerrar su cuenta de twitter. Un change.org con miles de firmas pediría que Movistar + cancelase su proyecto, que nadie nunca jamás en la vida financiase sus películas, que le tirasen piedras al salir de su casa, que no le rían las gracias. Barbijaputa le dedicaría una columna abiertamente insultante, Leticia Dolera le señalaría con el dedo, alguna asociación de mujeres cineastas y una de mujeres embarazadas y otra de mujeres muy mujeres emitirían un comunicado condenando su actitud. Machista, señoro, nos estáis matando.
Pero no. No ha sido mi amigo Norberto. Él jamás haría algo así. Ha sido, oh sorpresa, la mismísima Leticia Dolera la que ha decidido prescindir de la presencia de la actriz en su serie debido al embarazo de esta. Debido única y exclusivamente a su estado de gestación. Y los motivos esgrimidos para justificar lo injustificable es puramente económica. Es muy caro contratar un seguro para trabajar con una embararazada. Es muy complicado adaptar el rodaje a su estado. ¿Dónde he escuchado yo esto antes? Ah, sí. Es lo mismo que cualquier empresario con pexx podría decir sentado cómodamente en su despacho mientras mira por la ventana.
La diferencia es que quien lo dice ahora es una mujer que ha hecho del feminismo su bandera. Una bandera, por cierto, muy lucrativa. Y la serie en cuestión es una serie definida como feminista y que trata sobre las dificultades con las que se encuentran las mujeres por el mero hecho de serlo. ¿Hola? ¿Hay alguien en casa?
Sorprendentemente, leo a un montón de feministas activísimas en redes sociales defender a Dolera y su decisión. Vuelvo a pensar en el pobre de Norberto si se le hubiese ocurrido hacer algo así y estoy casi segura de que ninguna de ellas habría salido a defender su postura públicamente. Me dan ganas de llamarle y decirle “yo te creo, hermano”, pero no va a entender nada y se va a preocupar por mi equilibrio emocional. Así que no lo hago y llamo en su lugar a mi amiga S, que es abogada, y le pregunto por el coste real que supone contratar a una mujer embarazada para un empresario cualquiera. Me explica con toda la paciencia de la que es capaz, que es mucha, que a un empresario no le supone un gasto extra contratar a una embarazada o que una trabajadora ya en nómina se quede en estado. Además, si contrata a una persona que la sustituya durante su baja, está bonificada la cotización a la seguridad social en sustituida y sustituta, que sí tiene que pagar de la empleada embarazada si no contrata a otra persona. Es decir, que no le sale más caro.
¿Qué ocurre entonces para tanta reticencia a la hora de contratar a mujeres que se puedan quedar embarazadas o a mujeres directamente embarazadas?
Pues pasa que hace falta un esfuerzo por parte de todos. Pasa que durante el embarazo la trabajadora va a tener necesidades médicas, no está enferma pero ha de ir a revisiones periódicas durante el embarazo, y luego va a haber un periodo de lactancia o de biberón donde lo ideal será que lo haga ella (lo ideal para ella y su bebé), es decir, unas necesidades de ese niño que viene. Unos “trastornos”, en definitiva, en el lugar de trabajo consecuencia de todo ello. Eso supone una alteración en los horarios de la trabajadora que son del todo entendibles. Pasa que faltará días que tendrán que cubrir sus compañeros. Pasa que no podrán despedirla porque su despido sería declarado nulo. Pasa que todo es farragoso y complicado. Se necesita esfuerzo y tolerancia por parte de todos los que conviven con ella en ese ambiente laboral. Es trabajoso adaptar todo a esa circunstancia. Y todo eso nos lo ahorramos eliminando el problema. Eliminando el embarazo. ¿De qué os suena esto? Ya os lo digo yo. La Dolera y su serie.
Seamos claros. Lo que ha hecho Leticia Dolera es lógico y es lo que se hace ahora mismo en cualquier ámbito laboral. No resulta rentable una embarazada en comparación con otra persona que no lo esté. Hay que esforzarse para adaptar el trabajo de todos y los horarios de todos a las necesidades de una persona durante ese periodo de tiempo. Leticia está haciendo lo mismo que cualquier empresario hace hoy en día. Leticia está haciendo eso que tanto critica. Lo que pasa es que quiere cambiar la realidad a golpe de tuiteo y de frasecita graciosa, abanico en mano, en la gala de los Goya. Pero no con hechos. No con esfuerzo. Como cantaba Siniestro Total: trabajar para el enemigo.
Ahora es cuando un guionista levanta la mano allá al fondo de la sala y me dice que no es lo mismo un trabajo cualquiera que el de actriz, que lo que me pasa a mí es que le tengo ganas. Que una actriz embarazada no puede hacer el papel de un personaje que no lo está. Que la trama, que el argumento, que el arte. Que sí, guionista, que te escucho. Y permíteme insistir. Es exactamente lo mismo. Es una mujer embarazada que está viendo como se prescinde de ella por el mero hecho de estarlo. Una mujer embarazada de cuatro, cinco y seis meses, como iba a estar Aina Clotet durante el rodaje, puede disimular su embarazo con ropa holgada y planos más cerrados. Si todo el equipo hace un pequeño esfuerzo y se adapta a esta circunstancia, se pueden rodar todas sus escenas al principio y se puede camuflar su estado porque no llegará a estar de más de cinco meses. Es cuestión, como en cualquier profesión, de voluntad y esfuerzo colectivo. De responsabilidad común. Si me apuras hasta te diré eso tan manido de que muchas actrices han interpretado estando embarazadas personajes que no lo estaban. E incluso te diré que si somos capaces de hacer desaparecer piernas y brazos digitalmente, o rodar escenas con actores muertos, qué no podremos hacer con una incipiente barriguita.
Nos debería indignar a todos que alguien, quien sea, despida a una mujer por estar embarazada. Da igual quién lo haga. Da igual a qué se dedique. Si la razón es que está embarazada, como sociedad, deberíamos indignarnos y ofendernos. Exigir que eso no suceda. Pero mientras sigamos justificando que en algunos casos sí pueda hacerse, estaremos dejando a las mujeres desamparadas. Estaremos empujando a las mujeres en edad fértil a tener que elegir entre ser madres si lo desean o seguir con su carrera profesional. A no poder compaginar ambas cosas. A renunciar a una de las dos. Y no es justo.
Creo que lo que ha quedado claro aquí es que hay gente que está muy dispuesta a luchar por una causa justa desde la comodidad de su casa, con frasecitas ingeniosas en twitter y señalando con el dedo a cualquiera que disienta. Camisetas violetas y gritar muy fuerte en la calle un día al año si hace bueno. Lucrarse con la causa justa del momento. Pero cuando llega la parte del esfuerzo real y que hablen los hechos y no las palabras, ahí nos volvemos conservadores y la sororidad ya no es tan importante, y económicamente es inviable, y el heteropatriarcado es dos puertas más arriba, y yo sé que tú me hablas, Lauren, pero yo no le entiendo.
Desde luego, lo que ha hecho Leticia Dolera no resta legitimidad en absoluto al feminismo. Porque Leticia Dolera no es el feminismo. Lo que ha hecho la retrata a ella, no al movimiento. Como tampoco lo hace que Asia Argento haya sido acusada de abuso sexual a un menor. Como no lo hace que Juana Rivas haya sido presentada en un informe psiquiátrico como manipuladora y lábil. Nada de eso desprestigia al feminismo violeta, trastornado y que no atiende a razones al que representan. Pero nos vais a permitir dudar, al menos, de su capacidad para seleccionar referentes. Como mínimo.
Es que con todo esto ya solo nos falta que cierta abanderada de identidad misteriosa, y avatar de muñeca con cuernos, salga del armario y se descubra que es un señor con barriga y en tratamiento por trastorno ansioso depresivo. Y yo gritaré subida en la mesa “póker de mamarrachas” y para muchos ese día será San Oslodije.
Aquí dejo mi apuesta, firmada y compulsada, por si llega el momento.
Lo que pasa es que quiere cambiar la realidad a golpe de tuiteo y de frasecita graciosa, abanico en mano, en la gala de los Goya. Pero no con hechos.
- Leticia Dolera, el estandarte del feminismo vía twitter, despidió a una actriz por estar embarazada / GTRES
Rebeca Argudo. Madrid.
Tiempo de lectura 8 min.
Imagínense que el pasado martes hubiésemos desayunado todos con el siguiente titular: “El director Norberto Ramos del Val despide a la actriz Aina Clotet por estar embarazada”. Me apuesto un brazo y no lo pierdo a que el Facebook de Norberto habría estado echando humo toda la semana. Habría tenido que cerrar su cuenta de twitter. Un change.org con miles de firmas pediría que Movistar + cancelase su proyecto, que nadie nunca jamás en la vida financiase sus películas, que le tirasen piedras al salir de su casa, que no le rían las gracias. Barbijaputa le dedicaría una columna abiertamente insultante, Leticia Dolera le señalaría con el dedo, alguna asociación de mujeres cineastas y una de mujeres embarazadas y otra de mujeres muy mujeres emitirían un comunicado condenando su actitud. Machista, señoro, nos estáis matando.
Pero no. No ha sido mi amigo Norberto. Él jamás haría algo así. Ha sido, oh sorpresa, la mismísima Leticia Dolera la que ha decidido prescindir de la presencia de la actriz en su serie debido al embarazo de esta. Debido única y exclusivamente a su estado de gestación. Y los motivos esgrimidos para justificar lo injustificable es puramente económica. Es muy caro contratar un seguro para trabajar con una embararazada. Es muy complicado adaptar el rodaje a su estado. ¿Dónde he escuchado yo esto antes? Ah, sí. Es lo mismo que cualquier empresario con pexx podría decir sentado cómodamente en su despacho mientras mira por la ventana.
La diferencia es que quien lo dice ahora es una mujer que ha hecho del feminismo su bandera. Una bandera, por cierto, muy lucrativa. Y la serie en cuestión es una serie definida como feminista y que trata sobre las dificultades con las que se encuentran las mujeres por el mero hecho de serlo. ¿Hola? ¿Hay alguien en casa?
Sorprendentemente, leo a un montón de feministas activísimas en redes sociales defender a Dolera y su decisión. Vuelvo a pensar en el pobre de Norberto si se le hubiese ocurrido hacer algo así y estoy casi segura de que ninguna de ellas habría salido a defender su postura públicamente. Me dan ganas de llamarle y decirle “yo te creo, hermano”, pero no va a entender nada y se va a preocupar por mi equilibrio emocional. Así que no lo hago y llamo en su lugar a mi amiga S, que es abogada, y le pregunto por el coste real que supone contratar a una mujer embarazada para un empresario cualquiera. Me explica con toda la paciencia de la que es capaz, que es mucha, que a un empresario no le supone un gasto extra contratar a una embarazada o que una trabajadora ya en nómina se quede en estado. Además, si contrata a una persona que la sustituya durante su baja, está bonificada la cotización a la seguridad social en sustituida y sustituta, que sí tiene que pagar de la empleada embarazada si no contrata a otra persona. Es decir, que no le sale más caro.
¿Qué ocurre entonces para tanta reticencia a la hora de contratar a mujeres que se puedan quedar embarazadas o a mujeres directamente embarazadas?
Pues pasa que hace falta un esfuerzo por parte de todos. Pasa que durante el embarazo la trabajadora va a tener necesidades médicas, no está enferma pero ha de ir a revisiones periódicas durante el embarazo, y luego va a haber un periodo de lactancia o de biberón donde lo ideal será que lo haga ella (lo ideal para ella y su bebé), es decir, unas necesidades de ese niño que viene. Unos “trastornos”, en definitiva, en el lugar de trabajo consecuencia de todo ello. Eso supone una alteración en los horarios de la trabajadora que son del todo entendibles. Pasa que faltará días que tendrán que cubrir sus compañeros. Pasa que no podrán despedirla porque su despido sería declarado nulo. Pasa que todo es farragoso y complicado. Se necesita esfuerzo y tolerancia por parte de todos los que conviven con ella en ese ambiente laboral. Es trabajoso adaptar todo a esa circunstancia. Y todo eso nos lo ahorramos eliminando el problema. Eliminando el embarazo. ¿De qué os suena esto? Ya os lo digo yo. La Dolera y su serie.
Seamos claros. Lo que ha hecho Leticia Dolera es lógico y es lo que se hace ahora mismo en cualquier ámbito laboral. No resulta rentable una embarazada en comparación con otra persona que no lo esté. Hay que esforzarse para adaptar el trabajo de todos y los horarios de todos a las necesidades de una persona durante ese periodo de tiempo. Leticia está haciendo lo mismo que cualquier empresario hace hoy en día. Leticia está haciendo eso que tanto critica. Lo que pasa es que quiere cambiar la realidad a golpe de tuiteo y de frasecita graciosa, abanico en mano, en la gala de los Goya. Pero no con hechos. No con esfuerzo. Como cantaba Siniestro Total: trabajar para el enemigo.
Ahora es cuando un guionista levanta la mano allá al fondo de la sala y me dice que no es lo mismo un trabajo cualquiera que el de actriz, que lo que me pasa a mí es que le tengo ganas. Que una actriz embarazada no puede hacer el papel de un personaje que no lo está. Que la trama, que el argumento, que el arte. Que sí, guionista, que te escucho. Y permíteme insistir. Es exactamente lo mismo. Es una mujer embarazada que está viendo como se prescinde de ella por el mero hecho de estarlo. Una mujer embarazada de cuatro, cinco y seis meses, como iba a estar Aina Clotet durante el rodaje, puede disimular su embarazo con ropa holgada y planos más cerrados. Si todo el equipo hace un pequeño esfuerzo y se adapta a esta circunstancia, se pueden rodar todas sus escenas al principio y se puede camuflar su estado porque no llegará a estar de más de cinco meses. Es cuestión, como en cualquier profesión, de voluntad y esfuerzo colectivo. De responsabilidad común. Si me apuras hasta te diré eso tan manido de que muchas actrices han interpretado estando embarazadas personajes que no lo estaban. E incluso te diré que si somos capaces de hacer desaparecer piernas y brazos digitalmente, o rodar escenas con actores muertos, qué no podremos hacer con una incipiente barriguita.
Nos debería indignar a todos que alguien, quien sea, despida a una mujer por estar embarazada. Da igual quién lo haga. Da igual a qué se dedique. Si la razón es que está embarazada, como sociedad, deberíamos indignarnos y ofendernos. Exigir que eso no suceda. Pero mientras sigamos justificando que en algunos casos sí pueda hacerse, estaremos dejando a las mujeres desamparadas. Estaremos empujando a las mujeres en edad fértil a tener que elegir entre ser madres si lo desean o seguir con su carrera profesional. A no poder compaginar ambas cosas. A renunciar a una de las dos. Y no es justo.
Creo que lo que ha quedado claro aquí es que hay gente que está muy dispuesta a luchar por una causa justa desde la comodidad de su casa, con frasecitas ingeniosas en twitter y señalando con el dedo a cualquiera que disienta. Camisetas violetas y gritar muy fuerte en la calle un día al año si hace bueno. Lucrarse con la causa justa del momento. Pero cuando llega la parte del esfuerzo real y que hablen los hechos y no las palabras, ahí nos volvemos conservadores y la sororidad ya no es tan importante, y económicamente es inviable, y el heteropatriarcado es dos puertas más arriba, y yo sé que tú me hablas, Lauren, pero yo no le entiendo.
Desde luego, lo que ha hecho Leticia Dolera no resta legitimidad en absoluto al feminismo. Porque Leticia Dolera no es el feminismo. Lo que ha hecho la retrata a ella, no al movimiento. Como tampoco lo hace que Asia Argento haya sido acusada de abuso sexual a un menor. Como no lo hace que Juana Rivas haya sido presentada en un informe psiquiátrico como manipuladora y lábil. Nada de eso desprestigia al feminismo violeta, trastornado y que no atiende a razones al que representan. Pero nos vais a permitir dudar, al menos, de su capacidad para seleccionar referentes. Como mínimo.
Es que con todo esto ya solo nos falta que cierta abanderada de identidad misteriosa, y avatar de muñeca con cuernos, salga del armario y se descubra que es un señor con barriga y en tratamiento por trastorno ansioso depresivo. Y yo gritaré subida en la mesa “póker de mamarrachas” y para muchos ese día será San Oslodije.
Aquí dejo mi apuesta, firmada y compulsada, por si llega el momento.
O
Ondina
Guest
ah vale. engordar durante un rodaje (o perder pelo, o que te salgan granos en la cara) es motivo de una rescisión de contrato jajajaja.
cuando contratas a un actor para que interprete un papel corres un riesgo porque estás contratando a un ser humano y no a un robot. Si luego te arrepientes de tu elección y quieres prescindir de sus servicios, has de hacerlo de acuerdo con la legislación vigente.
evidentemente que Clotet es la primera interesada en interpretar lo mejor posible el papel para el que ha sido contratada, por lo que si surge alguna situación no prevista durante el rodaje (una cogida de peso o una cojera) habrá que poner voluntad por ambas partes para superarla … de acuerdo con la legislación vigente. Esto es lo que se discute aquí. No el mundo ideal de la producción audiovisual, que no deja de ser una actividad empresarial regulada con la que se pueda ganar mucho dinero o perderlo, como en la fabricación de coches o en el mundo editorial.
el riesgo en una actividad empresarial se reparte, no se puede cargar todo el riesgo sobre el trabajador en beneficio del empresario porque eso lleva a la precariedad laboral. Y si es sobre una mujer trabajadora lleva a demás a la desigualdad.
Última edición por un moderador:
Voy a abrir un melón, paque me lluevan las cruces.
La actriz tiene un hijo, se ve sensta lo más probable es que estuviera planeando su familia. Si hbuera tenido buena fe le dice a la directora que hasta buscando aumento de familia. No le convenía, que está en su derecho? puede sí, que fue de manera honesta, pues no.
Voy hasta más lejos, es hasta probable que comunicara su embarazo precisamente para forzar el contrato. Este mundillo es muy pequeño y muy cotilla, si la directora se entera podría haber impedido la firma del contrato por otras razones.
Dicen que no denuncia porque si no nadie la contrata, como si protestar de esta la fuera a beneficiar. Se las ha jugado con las grandes prductoras y con los proyectos indies. No conocemos todo los pormenores de lo acordado oralmente, no irá a juicio porque no las ve todas consigo, la orgumentación de que lo hace para seguir trabajando cojea tremendamente,
No me fio de la directora, menos de la productora y de la actriz tampoco porque en ese comunicado oficioso mintió. Dijo por ejemplo que ponía su sueldo a disposición de la productora para pagar el seguro, no solo omitió el precio del seguro dando a entender que su sueldo lo cubría, sino que además no lo ofreció, ofreció depositarlo como fianza. simplemente no ha contado las cosas como son.Y seguramente tal y como fue todo tendría mermedas las posibilidades de ganar el pleito.
Así que ha salido a protestar por el cabreo de no haber conseguido el papel y de no poder denunciar. Pues bueno, que desfogue.
Pero, Imparcial, nadie puede suponer lo que otros quieren. Los hechos es todo lo que tenemos. Y el hecho es que la actriz comunicó su embarazo tan pronto lo conoció. Podemos creer que lo buscaba o que fue una sorpresa, no lo sabemos. Sí que puso las cartas sobre la mesa. Eso le honra. La que mintió fue la Dolera, con los tiempos del embarazo - que no estaba tan avanzado como alegó - y cuando dijo que se habían considerado todas las opciones cuando la productora no supo nada hasta comenzado el rodaje dos meses después. Y si ofreces un dinero como fianza ante una eventualidad que se produce pues lo pierdes, llámalo sueldo o ahorros de toda una vida. No dijo que se ofreciera a pagar el seguro. Su comunicado está ahí para que lo lea quien quiera hacerlo. Además me llama la atención que Aina Clotet sólo haya sacado su comunicado después de que Leticia Dolera haya dado su versión de los hechos. Lo que dices no es exacto. Y yo creo que quien tendría serias dificultades para explicar esto en un juicio son la directora y la productora. Otra cosa es que Aina Clotet prefiera, por los motivos que sea, no abrir un frente judicial. Yo lo he hecho cuando lo he estimado oportuno, en todos los casos se me ha dado la razón y, aún así, son situaciones desagradables y estresantes que comprensiblemente una mujer embarazada prefiera evitar.
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