Como habláis de Máximo os voy a contar que siendo yo una jovenzuela, estudiaba COU, me senté con una amiga en un banco de la calle Velazquez y hete aquí que apareció el inefable mirándonos de un modo que hoy se consideraría intimidatorio, pero no por resultar ofensivo para nosotras, sino porque no le hacíamos ni caso y no dejaba de pavonearse calle arriba, calle abajo para saber si estábamos bien seguras del ser supremo que tenía a bien habérsenos aparecido. Sigo considerando patético ese modo de llamar la atención y ese denuedo por hacerse ver. De verdad que pa nota, además de que siempre decía ser el "novio" de la famosa de turno, algo que me cuesta creer aún.